1 jun 2016

Le deseo todo lo bueno del mundo.

¿Un corazón roto? Claro que sé lo que es eso, es más que obvio para mí, pues el que me pertenece está hecho miles de pequeños trozos, cada uno más filoso que el anterior.
No he vivido demasiado, pero sí he sentido demasiado, he sentido demasiado amor por alguien a quien no le molestó amarme un poco, pero gracias a eso sé que es tener un corazón roto. Lo han tratado de arreglar un par de ocasiones, pero al final vuelven a romperlo, volviendo más punzocortantes cada uno  de esos trozos, incluso yo me llego a herir con ellos.

¿Quiero unirlo nuevamente? Para nada, después de todo, un monstruo no tiene corazón, la gente inhumana no tiene corazón, así que estoy bien sin tener uno... al menos eso pensé hasta que llegué nuevamente a amar a alguien a quien temía hacerle daño. Mi mejor amigo. A mi mejor amigo es a quien amo, pero sé que nunca podremos llegar a más, ya lo he intentado de muchas formas y aún así fracaso en cada  intento, pero a estas alturas ya no me importa, solamente quiero que él esté bien, que mi queridisimo amigo Shori esté bien, con eso me sobra y basta, lo seguiré amando hasta que simplemente desaparezca este sentimiento, más sin embargo no haré esfuerzo alguno para  detener  este amor.

Sin embargo, cada que me le acerco debo tomar, con mis manos desnudas, cada trozo de mi  corazón para incrustar cada fragmento de mi corazón en otro y así pueda tomar la retorcida forma de un corazón, uno hecho con un corazón roto y hacer tal cosa es algo que duele, que duele mucho. Duele tener que herirte a ti mismo para no herir a alguien a quien amas, mas sin embargo, está bien para mí, pues él cura mi tortuosa mente, de la cual no tengo escape, pero a su lado es más suave, reconfortante...

Las cosas están bien junto a él si dejo de hacerle caso a ese dolor que tengo en el pecho, pues cada trozo de mi  corazón lo ama de forma apasionada, por lo que palpitan con fuerza, hiriéndose más entre ellas, cada fragmento astilla al otro, sin embargo palpitan continuamente con tanta vivacidad, que entre sus iguales no se quejan, sino que entre algunos trozos se llegan a fundir, haciendo sus filos más suaves...

Quizá él podría reparar mi corazón y no lo rompería, pero mis emociones por él son tan intensas  que al final los trozos que se habían fusionado acaban por romper otro, pues crecen demasiado para el espacio en el que los he confinado...

Creo que mi corazón no tiene arreglo, pero por él, haré lo que sea necesario para poder reconfortarlo, alegrarlo y todo lo que esté a mi alcance para mantenerlo feliz, porque eso es lo que más quiero en el mundo, muy por encima de mi propio bienestar.