29 abr 2022

Decisions.

 

En un día  soleado lleno de luz y calor, fuera de una universidad multilingüe de la cual empezaban a salir algunos alumnos, uno de ellos al parecer europeo, caminaba con su grupo habitual de amigos, en esa universidad había tanto europeos como estadounidenses, de todo tipo mezclados con japoneses ya que ese era el país donde residía el lugar, y entre ellos estaba Marius Yo quien llevaba un caminar un poco más lento que el resto, pero aun así se veía tan animado como los demás después de un largo día de trabajo.

Llegando Marius al departamento que aún compartía con su hermana llevó sus pertenencias que solía llevar con él a la universidad hasta su habitación y al llegar a esta puso todo en su lugar correspondiente, incluyendo unas cuantas cosas a parte tanto para su tarea como para estudiar y no olvidar nada.

 

Al cabo de un tiempo Marius salió de su habitación y se acercó a la cocina para buscar algo que le ayudase a calmar los sonidos de su estómago que anunciaban que estaba vacío y su dueño estaba hambriento, pero su búsqueda de alimento le fue interrumpida al encontrar sobre la mesa un papel escrito directamente por su hermana el cual leyó sin demora:

 

‘Marius:

Tengo que dejarte solo algunos días.

Come a tus horas, duerme bien, no te esfuerces demasiado.

Atentamente: Marilena.’

 

Apenas terminó de leer la nota la doblo con cuidado antes de dejarla de lado, para así prepararse algo de comida y poder calmar a su estómago y poder seguir tranquilamente con el resto de su día, aunque había varías cosas que cruzaban su mente con pensamientos nada tranquilizadores, pero eso era otro asunto que sinceramente no deseaba tocar hoy ya que aún tenía varias cosas que hacer para su clase del día siguiente y deseaba dormir bien esa noche.

 

Terminando sus alimentos volvió a tomar el papel que antes había doblado para poder leer nuevamente la nota y sonreír ligeramente ante el cariño que despedía la simple nota y volviéndola a doblar para dejarla sobre la mesa para recurrir a ella siempre que necesitara un poco de ánimo para seguir las cosas tan normalmente como estaba acostumbrado.

 

A pesar de haber planeado un buen descanso esos pensamientos intrusivos volvieron. Pensamientos sobre lo solo que realmente se sentía, lo pesado que era su estudio porque parecía que las horas no alcanzaban para estudiar todo lo que debía sin sacrificar su necesitado descanso nocturno. Todo eso lo podía equilibrar con trabajo algunas veces más que  otras, pero era algo de diario, lo que no podía soportar era que fuera tan acosado por su pasado y aún presente trabajo como Johnny y que no respetaran su privacidad, que le tomaran fotos en su camino a clases que forzosamente era dentro del tren lo que subía su nivel de estrés ya que esas mismas personas usualmente lo seguían aún fuera del tren y no  sabía si perderlos a propósito o llegar a tiempo a sus clases  o darles la oportunidad de saber que ruta seguía para llegar a su destino final. Con todo eso en mente, inevitablemente se quedó dormido hasta la mañana siguiente dónde continuó con la misma rutina de cada día, una rutina que le empezaba a ser tediosa.

 

Al terminar sus clases del día decidió tomarse el día con más tranquilidad, algo que ciertamente necesitaba ya que si alteraba demasiado sus nervios y forzaba en exceso su propio cuerpo estaba seguro que nada bueno resultaría de todo aquello. Y así dejó pasar uno, dos, tres y hasta cuatro o cinco trenes que eran justamente los que debía abordar para ir hacia su casa, sin embargo deseaba dejarlos pasar para así tener algo de paz por un momento ya que sabía que en cuanto llegara a su hogar todo volvería a ese círculo interminable que ya lo tenía bastante agobiado, solamente necesitaba unos minutos de paz, y creía que después de tranquilizarse podría volver a centrarse de lleno a su rutina diaria.

 

Las personas que esperaban el tren rápido para llegar a su destino eran cada vez menos ya que se estaba haciendo tarde, por lo que Schmich se decidió a por fin abordar el tren, el cual iba algo vacío, y lo cual hizo que se empezara a culpar ya que había tenido tiempo  de pararse a pensar en algo más que no fuera la acción que estaría siguiente a tomar para estar más cerca de su hogar, de sus obligaciones y seguir para el día siguiente. Se sentía culpable por no facilitarse las cosas que ya tenía como cotidianas, pero esos mismos pensamientos que ahora tenía los conocía muy bien para su desgracia ya que siempre lo conducían a que aún tenía una puerta abierta  en caso de quererla tomar, cosa que no deseaba pero en ocasiones era por más tentadora, pero bien sabía que sería un desperdicio y quizá un arrepentimiento momentáneo que no quería conocer ya que no se veía a sí mismo tan débil como para optar por algo tan burdo como suicidarse, ya antes esa idea había cruzado su mente y le dio una rotunda negativa ya que eso no le serviría no le haría sentir mejor, no le ayudaría con sus problemas, todo lo contrario con ello traería más problemas quizá no a él  pero sí para todos los demás y quien  no resultara afectado por su decisión puede que sería un recuerdo amargo para sus familiares y personas más cercanas y un inconveniente para la estadística del país.

 

-¿Marius?- Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar su propio nombre, pero lo hizo reaccionar porque conocía esa voz.- Es muy tarde como para que estés  fuera.-Buscó con su mirada hasta la fuente de aquella voz, hasta que encontró a la persona que le hablaba.

 

-Ya estoy lo suficientemente mayor como para elegir la hora en la que salgo Kikuchi.- Dijo con un ligero enfado en su tono de voz.

 

Una sonrisa divertida apareció en los labios del mayor.- Lamento haberme tomado la molestia de querer saludar a un amigo, no sabía  que  a los alemanes les molestaba que los encontraran en el transporte público fuese un problema.

 

-No, no es que nos importune una cosa así, lo molesto es que nos interrumpan un pensamiento que teníamos desde hace un buen tiempo y la idea haya quedado inconclusa.

 

-Vaya, lo lamento, aunque deberían pensar más a prisa o tener atajos para sus pensamientos, de cualquier manera, ¿En qué estarías pensando tanto? ¿Nueva forma de aprender de memoria todos los Kanji para que no se burlen de ti tus amigos? –preguntaba bromeando de buena gana e incluso dejó escapar una suave risa.

 

-No Fuma, no pensaba en corregir mi habla lo mío iba más encaminado al suicidio.- Comentó como si fuera de lo más normal pensar y hablar sobre ello cosa que hizo que el mayor de ambos negara inmediatamente con su cabeza.

 

-¡Marius, no digas eso ni en broma! Con nuestra juventud podríamos sobrepasar muchas cosas, incluso algo tan común en las noticias nocturnas, no es bueno pensar en ello ya que esto te obliga a ver eso como una única salida, además hoy es tu cumpleaños si no mal recuerdo, así que deja de ser tan pesimista y mejor vamos a beber algo juntos para celebrar este reencuentro, tu cumpleaños y así podré platicarte algunas cosas que te harán reflexionar sobre la vida que llevas ahora ¿te parece?- ofrecía de forma cortés mientras le observaba con expectativa de que aceptara lo que le proponía.

 

-Es cierto hoy es mi cumpleaños, aunque queda poco tiempo de él, pero tienes razón no me vendría nada mal una comida con un viejo amigo y beber algo para intentar relajarme, después de todo ambos somos mayores de edad como para darnos la libertad de salir a tomar un poco por nuestra propia cuenta además me gustaría escuchar lo que me tienes que decir que me podría ayudar.

 

Básicamente aceptó esa invitación, de cualquier modo nadie le estaría esperando en casa y podría hacer lo posible por adelantar un poco de sus deberes de camino a clases. Viajaron en el tren unas cuántas paradas hasta que Fuma le indicó al menor que llegaría pronto a dónde debían bajar para ir a un bar que conocía Kikuchi donde servían buena comida y el alcohol  estaba a buen precio. Llegando a la parada en la que se bajaron Schmich pudo ver gracias a su vista periférica que le hizo saber que un par de personas se habían percatado tanto de su presencia como que iba acompañando al mayor ya que pudo distinguir con el rabillo del ojo como aquellas personas buscaban como tomar una foto donde ambos saliesen juntos, cosa que ya era normal para sí mismo,  el tolerar a ese tipo de personas que invadían su privacidad pero nunca creyó que se atrevieran a ser tan descarados al ver que estaba acompañado.

 

Fue Kikuchi quien entró al bar donde comería con Schmich, quien entró tras él para sentarse a su lado en la barra de tragos mismo lugar donde les servirían la comida que eligieran, siendo Fuma quien la pidió para ambos ya que era un lugar muy conocido por él  así  como el precio por los que oscilaban. Apenas iban en el primer trago cuando Marius se sintió un poco mareado, imaginando que la bebida que pidió el mayor tenía demasiado alcohol para él, comunicó sus dolencias a su acompañante.

 

-Si te sientes mal, quizá deberíamos ir a una mesa para los dos mientras intentas  calmarte, puede que te haga falta alimentarte correctamente esa es una posible causa para tu dolor de cabeza y mareo.

 

-No es solamente eso pero te haré caso, vamos a una mesa más privada, así podrás contarme todo eso que decías me haría recapacitar.- Tan pronto dijo eso Fuma se levantó y pidió a quien los había despachado en la barra que le indicara una mesa privada para él y su acompañante, al serle indicada la mesa comenzó a llevar sus cosas a esta, pensaba en ayudar al menor con las propias en sus manos.

 

-Te adelantaste a mí Yo, pensaba en ayudarte con tu comida ya que no te sientes muy bien y cuándo me vengo a dar cuenta ya vienes tú mismo con todo. – Comentaba algo molesto mientras ambos se sentaba en su respectivo asiento. – Como sea, debes tener muy en claro tus razones para luchar y seguir con vida, sin importar que tan cansado o fastidiado estés, la vida no es fácil de ningún modo, pero estoy seguro que podrás luchar contra esos sentimientos para así salir adelante, de cualquier modo el suicidio no va para nada contigo porque eres alguien muy fuerte desde que te conozco, a los diez años fue que decidiste salir de tu país natal para venir aquí a probar suerte y acabaste logrando ser contratado y más que todo eso debutaste muy joven y aún sin manejar bien el idioma te aventuraste con una compañía que además de bailar y cantar también se dedica a la actuación justo a lo que se dedicaba tu madre y por eso quedaste tan bien en la compañía. Eres un cúmulo de talentos, naciste con ellos en la sangre y creo que lo has hecho de maravilla y además hablas bien por lo menos tres idiomas y ahora eres universitario y dudo que el suicidio vaya contigo ya que eres fuerte y sé que no te rendirás por cosas tan cotidianas, incluso si eres menor que yo veo en ti muchas cosas que admirar así que no vuelvas a tener en mente tales cosas como un suicidio ¿Entendido?

 

-No te creas tanto como para ahora hablar como si fueses mi dueño Kikuchi.- De forma ciertamente infantil sacó su legua para enseñarla al otro en modo de disgusto y enfado sacando una suave risa del otro.

 

-Justo como el Marius que recuerdo entró a la compañía y debutó junto conmigo.- Recalcaba orgulloso antes de seguir comiendo ya que él no había probado bocado en todo en día salvo algunos aperitivos que les habían ofrecido en el trabajo como parte de Sexy Zone, pero tales bocadillos no lo llenaban en absoluto.

 

-Pues claro, somos la misma persona, no hagas parecer como si fuésemos dos personas totalmente distintas, he crecido,  eso es todo.- Sin más imitó al mayor comiendo su cena, ya que llegando a casa sabía que tendría muchas cosas por hacer.

 

-Ya lo sé, no soy tonto, pero es diferente este tú de ahora al que me hablaba de que pensaba sobre el suicidio.- Soltó con franqueza al tiempo que le miraba atentamente y tomaba un poco del alcohol que aún le quedaba servido en el vaso que les facilitaron.

 

-Estas bebidas no funcionan para relajar a una persona, al principio creí que sí me lograría relajar pero ahora pienso que necesito una segunda ronda.- Reclamaba poniéndose de pie para ir a dónde la barra para que le rellenaran su  vaso con más alcohol.

 

Fuma se quedó negando con su cabeza en silencio pensando seriamente que el menor si no estaba ya algo borracho estaba en realidad muy deprimido ya que no reconocía esa faceta de su amigo, aún menos cuando en el pasado había estado tan desacuerdo con beber alcohol en grandes cantidades y con tanta frecuencia, si bien no se podía evitar del todo por cosas del trabajo intentaba evitarlo.

 

Al cabo de un tiempo, tanto como Schmich como Kikuchi habían terminado con su comida y bebida, pagaron a partes iguales y ambos salieron del lugar para ir hacía la estación del tren para que los acercara a sus hogares ya que estaban demasiado alejado de ellos.

 

-Oye Marius, no nos volveremos a ver  hasta dentro de un tiempo y creo que lo sabes, te noto diferente pero igual al europeo que conocí cuando debuté pero ahora que tengo la oportunidad no quiero desperdiciarla, aprovechando en primera que estás un poco ebrio  y en segunda que no parece haber paparazis en la espera del tren, me disculpo por adelantado en caso de que esto no esté en tus planes y lamento que te haya hecho tardar tanto por ir a tomar un trago conmigo, no fue mi plan tardar tanto.- Cortó sus palabras para acercarse  a su interlocutor lo suficiente como para ver lo grisáceo de sus ojos por un momento antes de cerrar los propios al momento de besar los labios ajenos por un leve lapso  en lo que llegaba el tren que ambos tomarían para bajar en diferentes niveles de la línea que seguía, ignorándose mutuamente durante el trayecto pues ninguno de los dos quería retomar la conversación desde el punto en dónde lo dejaron, el beso.

 

Llegando cada uno a su destino, el clima refrescaba cada segundo más debido al rocío de la madrugada que seguía avanzando acercándose más y más a una pronta e innegable salida de los rayos solares cosa  que Marius ignoraba ya que a pesar de la insignificante resaca que ahora tenía se dedicó a aventajar rápidamente todos sus trabajos que recordaba sin ser demasiado estricto con recordar cada cosa que debía tener lista para  clase pues estaba consciente de que si no dormía pronto poco o nada podría dormir antes de sus clases.

 

El día de clases había transcurrido como frecuentemente lo hacía si bien le habían llamado la atención por no cumplir con todos sus trabajos como era habitual en él, siendo sus notas algo bajas por reprenderlo de algún modo sin embargo Schmich aceptó las formas de llamarle la atención pues reconocía que había cometido un error.

 

A pesar de todo esto acontecido a Marius no le pesaba tanto  como lo haría el día anterior, ya que repasaba constantemente las palabras que Kikuchi le  había dicho en esa pequeña cena que compartieron, definitivamente quería que algún día se repitiera la escena de esa velada pues la había pasado muy bien a pesar que no estuviera en sus planes, pues Fuma le había hecho sentir mejor que lo que se había sentido todo esos días pasados no solamente del mes  sino del año entero, cuatro meses en los que tenía frecuencia de esos pensamientos intrusivos sobre darse por vencido, sobre suicidarse y eran pensamientos  que intentaba evitar pero le era imposible hasta que su antiguo compañero de banda hablo  con él. Pero ahora estaba mejor ahora sentía como si el mundo no fuera a tomárselas tan estrictamente con él y podía respirar en paz.


FIN.