El sol apenas había salido y la gente ya salía de sus casas tanto
a trabajar o a estudiar, aunque Yuta
apenas estaba saliendo del tomar una ducha, pues se había duchado tarde
al no hacerlo la noche anterior, debido a que tenía tareas por terminar y para
su desgracia tenía escuela aquél día. A
esa edad, como todos los jóvenes, no sabía del todo lo que le gustaba y lo que
le desagradaba, aunque Jinguji sabía tenuemente aquello de lo que quería exigir,
para decir que alguien o algo le gustaba. Le atraían las mujeres, sí, pero
había algo en ellas que no le agradaba, no del todo.