21 ene 2018

You Found me.

El sol apenas había salido y la gente ya salía de sus casas tanto a trabajar o a estudiar, aunque Yuta  apenas estaba saliendo del tomar una ducha, pues se había duchado tarde al no hacerlo la noche anterior, debido a que tenía tareas por terminar y para su desgracia tenía escuela aquél día.  A esa edad, como todos los jóvenes, no sabía del todo lo que le gustaba y lo que le desagradaba, aunque Jinguji sabía tenuemente aquello de lo que quería exigir, para decir que alguien o algo le gustaba. Le atraían las mujeres, sí, pero había algo en ellas que no le agradaba, no del todo.

No pudo alcanzar el último autobús que debía de tomar para ir temprano  a sus clases, pero por lo menos no era tan tarde, así que se podía ir caminando tranquilamente, aunque la verdad sus ganas de llegar a sus clases no eran muchas, no era que detestara estudiar ni nada parecido, pero aborrecía tener que maltratar  a sus compañeros, ya que se había ganado el año pasado la fama de buscapleitos por  haberse peleado con uno de sus compañeros debido a que este último, le había estado jugando bromas pesadas a otros alumnos de la misma clase que ellos y realmente era algo que no permitiría, ya  que no le gustaba aquel tipo de trato, pero aquel chico inventó el rumor de que le había golpeado sin razón aparente, por lo que tenía que mantener un semblante serio y una mirada fría además de hablar de forma prepotente y bastante ruin.

Caminando rumbo a la escuela, terminó por detenerse en una pequeña plaza solo por el hecho de ver algo que atrajo su atención, o mejor dicho, alguien.  Se detuvo frente a una chica, la cual llevaba el cabello castaño que le llegaba  más abajo de la  cintura, y portaba un vestido  de un color violeta, pero no era nada de eso lo que realmente  le fascinaba, sino que tenía cierto encanto que le fascinó a Jinguji, por alguna razón le parecía haber visto ese rostro en algún otro lado tiempo atrás y al parecer, no era quien aparentaba, ya que si se le miraba fijamente, se le notaba que ese no era su cabello natural pues al parecer usaba una peluca, además de usar pupilentes que hacían  ver sus pupilas más grandes lo cual era más que evidente ya que no era común tener el iris de aquel tamaño  sin que fuera o enfermedad y enferma no se veía. Todo esto junto con que  podría jurar que, sin todo ese maquillaje ni su vestimenta y a juzgar por la estructura ósea de su cara, era un chico. Aquella persona, al sentirse observada, se puso algo nerviosa al notar la mirada un tan analítica del chico, por lo que prefirió ver hacía otro lado para así salir corriendo en la dirección contraria de la persona que le miraba con tanto detenimiento mientras Yuta se había decidido por que la mejor opción era irse a clases antes de que se le hiciera tarde en lugar de perder su vista junto a la persona que se acababa de ir.

                                                                

Aquél día  tenían una conferencia a la mitad de las clases, y ciertamente habían ya pasado varios días desde aquél encuentro que tuvo con esa mujer que le pareció tan atractiva, pero aún tenía la certeza de  haber visto esa cara en otro lugar, solo que aún no podía recordar exactamente en dónde. Después de unas horas la charla había comenzado, sin embargo Jinguji  se había aburrido desde había mucho, por lo cual se dedicó a mirar a sus compañeros de su mismo salón y aledaños a este, más al terminar de examinar a cada uno de ellos, notó que la mesa directiva apenas y había comenzado su discurso sobre lo que esperaban para ese año, tanto de la educación como de los estudiantes,  por lo que optó por mirar hacia atrás, donde estaban los de grado superior al suyo. De un momento a otro, al alcanzar a ver a alguien en especial, le hizo recordar a la chica que semanas atrás había visto,  la razón era su rostro, el mismo rostro que había visto aquél día. Genki, el chico a quien Yuta miraba, había notado esto y le aterró el darse cuenta de que era la misma mirada que días antes había notado,  esa mirada tan fija e intensa en su persona. Sin poder evitarlo su mirada acabó por encontrarse con la que estaba tan atento sobre su persona, y que sentía como si esta le estuviera penetrando todo su ser, al encontrarse sus miradas no pudo evitar sonrojarse ligeramente al sentirse un tanto avergonzado así como incómodo por el modo en el que se le veía, pues había un ligero toque de lujuria en aquella mirada, lo cual le llevó a que desviara del todo la propia. Al terminar la dichosa conferencia comenzaron a salir del gimnasio en donde se había llevado a cabo, saliendo conforme a los grados a los que pertenecían de forma ordenada y descendente, por lo tanto Iwahashi, salió antes y aunque  Yuta incluso corrió para alcanzarle no pudo más que verlo irse, ya que cuando justo iba tras él, su profesor lo tomó por el brazo y comenzó a reprenderlo debido a que notó que durante toda la plática en la conferencia,  no había prestado ni un mínimo de atención. Llegada la hora del descanso para comer, el menor había salido a buscar a aquella persona que tanto le interesaba, pero al final no le había encontrado, sin embargo logró recabar algunos datos:

1.- Su nombre era Iwahashi Genki.
2.- (Lo más alarmante para él) Algunos comentarios de los cuchicheos entre alumnos de la misma clase del mayor que alcanzó a escuchar: “Es un pobre idiota”, “¿Por qué alguien viene a preguntar por ese maldito bastardo?”, “sabía que era un marica, pero no sabía que tenía novio”. Y todos ellos acompañados por una risa final después de decir aquellas cosas con un claro tono de desprecio en sus voces.
3.- No estaba en clase (aunque eso era obvio, no hablaría con otras personas si se lo podría preguntar a él directamente).

Debido a aquellas indagaciones y a los susurros tan altos de sus indiscretos y nada avergonzados compañeros, se enteró de que muchos de ellos lo odiaban y quienes parecía que no, tampoco hacían nada por ayudarle, pero hubo algunos comentarios que le parecían confirmar el hecho de que era la persona a la que buscaba.

Genki, si bien no estaba en clases aún seguía dentro de la escuela, aunque en la parte más alta del edificio central, siendo esto en la azotea del mismo, con él se encontraban otros tres chicos quienes eran de su mismo grado, posiblemente de su misma clase. Todos esos miraban de manera divertida a Iwahashi, quien  se encontraba sentado en el suelo, contra la malla de seguridad del tejado del edificio.

-Alza más tu rostro.- Ordenó uno de los chicos que iban con Genki y al cumplir este mandato, quien era sometido recibió un golpe en la cara propinado por la rodilla del que momentos antes le había ordenado al chico que se había convertido ahora en su víctima, convirtiéndose él en el victimario de Iwahashi al igual que el resto de  personas que comenzaban a burlarse de él al ver como a su víctima le empezaba a escurrir sangre por la nariz. Comenzaron a golpearlo con todo lo que podían, puñetazos, patadas, rodillazos e incluso con las cosas que portaban, entre ellas una botella llena de agua y le propinaron golpes con esta hasta que se deformó el plástico, para después vaciar el contenido de esta sobre el cuerpo del otro para dejándolo con toda la ropa empapada y esto ocasionaba que se apegara del todo a su cuerpo.

-Se ve bastante sexy ¿No creen? – Preguntaba el chico que lo había empapado mientras acariciaba el golpeado rostro de quien aún seguía sobre el piso.

-Tienes razón, para la poca cosa que es… ¿Qué más les apetece hacer con él? – Uno de los chicos tomó bruscamente el rostro de Iwahashi  comenzando con brusquedad a besar los labios de este quien se resistía al contacto, intentando alejar a quien lo besaba tanto como le fuera posible o al menos imponer la distancia necesaria para que dejara de besarle de aquella manera tan agresiva, pero otro de sus agresores le restringió el movimiento de sus manos al sostenerlas fuertemente con las propias a tal punto que comenzaba a herirlo tanto que era del seguro que cuando pasaran unas horas, tendría la zona llena de cardenales por la violencia del agarre. Dejó de luchar con la esperanza de que de esa manera dejarían de hacerle daño, pero se equivocó, pues al verlo más sumiso comenzaron  a tocar su cuerpo de un modo que no tenía nada de ligereza, desinterés o un mínimo de asco, sino que en cada pequeño contacto había un deseo y una lujuria que le asqueaba, aún más por el hecho de que si prestaba atención, se notaba el odio que después de todo tenía aquél tacto.

La víctima de toda aquella violencia y acoso, sintió como tanto el pantalón del uniforme y su ropa interior eran jalados para que despojarlo de esas prendas, por lo que simplemente cerró sus ojos con fuerza, dejando que pasara lo que tuviera que suceder para que le dejaran en paz por ese día, pues si luchaba, además que de igual forma lo harían y se desquitarían con él, lo golpearían demasiado y seguramente no podría levantarse al día siguiente, sin dejar de lado que no habría forma de ocultar las marcas a su familia solamente dejaría que las cosas pasaran.

Una vez fue retirada toda la ropa de Genki, este comenzó a ser tocado por todos lados, desde su miembro, siendo este estimulado, así como eran golpeados sus glúteos, el dueño de estos solamente dejaba salir pequeños jadeos ante el leve dolor que sentía, sin embargo no se quejaba demasiado, pues tenía ser amordazado por sus agresores, que si bien sabía que poco o nada de placer o agrado le causaría lo que pasaría, debía soportarlo o contrariamente sería más lastimado de lo mal que acabaría al final. Sentía esa pringosa sensación del pene de uno de sus agresores que despedía pre-semen y se restregaba entre sus glúteos, causándole un escalofrío en todo su cuerpo, no porque fuese algo placentero, sino porque era totalmente repugnante sentir aquél líquido de parte de quien muy pronto se convertiría en su violador, al menos uno de ellos ya que otro más se encontraba desvergonzadamente frotando su pene contra su mejilla, aprovechando que esta era suave para así masturbarse por el roce contra su piel. Todo aquello le asqueaba, él mismo al dejarse hacer eso sin poner resistencia le daba asco, sentía nauseas, pero se había acostumbrado a sentirse así, después de todo, no quería salir demasiado golpeado aquél día.

Eventualmente dejaron a Genki en cuatro, apoyándose solamente en sus antebrazos y rodillas, mientras el resto de personas presentes tocaban su espalda, glúteos, miembro y pecho, mientras a veces alcanzaba a escuchar un “Sabe que va a ser violado y ya se le está dilatando el ano” seguido por unas risas que taladraban sus oídos y cabeza, ya que de cierta manera tenían razón, sabía que lo iban a violar y por supuesto que por eso se estaba dilatando su entrada, no porque anhelaba ser violado o sentir el pene de alguno o todos ellos dentro de él, sino porque ellos habían estado jugando con sus puntos más sensibles de su cuerpo y sin quererlo ni pedirlo, había terminado por tener una erección, la cual era un blanco más para que se burlaran de él, por mucho que pedía  que pararan e incluso, para tener más posibilidades de ser dejado por la paz, ofreció el ni siquiera decir nada de aquello a nadie, pero  solo obtuvo risas de burla, pues estaban seguros que aún si le volvían a desgarrar el recto, no diría nada debido al miedo que le causaban el recibir una paliza. Uno de ellos comenzó a rozar su sexo contra el ano de Iwahashi, quien solo se estremeció tanto por asco, como al saber exactamente lo que vendría a continuación y a pesar de que con sus manos intentaba aferrarse a algún lado para aguantar el dolor que pronto sentiría por la penetración, pero le fue imposible encontrar algo antes de que la mano de otro de los chicos lo sujetara de los cabellos para tirar de ellos y así hacerlo virar su cabeza hacía él y con su otra mano apretar  con fuerza a base de  su dedo e índice de un lado, y con su pulgar el otro de sus mejillas para obligarlo a abrir su boca, cosa que no tardó mucho en hacer, ya que le dolía bastante y prefería  no terminar con un morete más en su propio rostro, al abrir un poco más sus ojos para ver a su atacante, fue que el rígido miembro de este entró de lleno a su cavidad bucal, llenándola por completo hasta el punto de dificultarle la respiración. Una tos ahogada se escuchaba desde la boca de quien estaba  en cuatro sobre el suelo, de donde iba escurriendo un hilo de saliva al no poder siquiera tener la oportunidad de tragar su propia secreción bucal. Una lagrimilla escapó de uno de sus ojos al cerrarlos del todo para aminorar aquella sensación tan desagradable por tener un falo de tales dimensiones dentro de su boca, llegando la punta de este a su garganta, hundiéndose más en esta comenzar el otro un lento vaivén dentro de su cavidad, haciendo que apretara con sus labios el miembro ajeno. No supo a qué prestarle más prioridad o terror, si al cuerpo en su boca que lo estaba ahogando, o a la dureza que pertenecía a quien estaba detrás de él, comenzando a hacerle daño al ser tan brusco al entrar en su recto, causando que arqueara su espalda ante el dolor punzante, sintiendo el instinto de morder lo que tenía dentro de su boca, pero sabía que si lo hacía, sería su perdición, ya que aún conservaba el miembro del otro dentro de ella y podría ser  su sentencia de muerte el hacer algo así, por lo que simplemente  cerró sus ojos con fuerza intentando respirar en lo posible y aguantar el dolor. Gradualmente todo se volvió borroso, pues entre esa mezcla entre el dolor que  sentía en la mayoría de su cuerpo y ese placer que le daba aquél roce contra su próstata, al igual que la mano de otro de sus compañeros de clase quien le estaba masturbando de forma continua y en el punto exacto de presión que necesitaba, siendo todo eso tan culposo pero tan placentero a la vez, tanto que no supo el momento en el que jadeaba a pesar de tener su boca ocupada con más carne ajena, pero cuando su cavidad fue desocupada, pudo alcanzar sus propios gemidos, lo cual le hacía sentir un tremendo asco por sí mismo y por el hecho de que sin querer realmente disfrutaba aquello, a pesar de que aún dolía, le gustaba de alguna manera, quizá fuera por la estimulación que no había pedido, quizá fuera porque él mismo era asqueroso, no lo sabía, pero de cualquier forma sentía asco por sí mismo.

Todo había ocurrido tan rápido y con tantos pensamientos que truncaban su mente, que no supo el momento en el que había terminado, solo supo que estaba solo, aún desnudo, pero solo y tirado sobre la azotea del edificio en dónde estudiaba. Su cuerpo le dolía, pero aún no tenía la suficiente fuerza como para ponerse en pie a pesar del dolor que sentía en su cuerpo.

                                                                                

Yuta había tenido que regresar a clases, no porque quisiera, sino porque el profesor le tenía que dar clases en el salón en el que estaba en ese momento, lo había corrido del lugar a pesar de que él tenía planeado quedarse todas las clases que hicieran falta hasta que los alumnos faltantes hicieran su aparición pero, como era de esperarse,  no fue permitido por el profesor y lo sacó de su clase.

Al día siguiente Jinguji  había estado esperando al chico que tanto llamaba su atención fuera de su aula  pero no había llegado, a pesar de haber visto a todos los demás de su salón, de quienes había memorizado sus rostros debido a los comentarios que había escuchado provenientes de ellos acerca de Iwahashi, por lo que tuvo que marcharse a su propio salón y a su aburrida rutina diaria.
Pasan varias semanas desde que Yuta había intentado acercarse o al menos encontrar a aquél chico que rondaba tanto sus pensamientos, pero aún no había ningún avance ya que Genki supo la forma de escapar o al menos faltar a aquella clase por lo que ni siquiera verlo directamente, por lo que ideó un plan para verlo, pasara lo que pasara, con aquello que tenía en mente, era imposible fallar.

Cuando la clase deportiva de Genki había terminado, el menor que estaba enamorado de él se había escabullido de sus propias clases para ir a verlo, le informaron que el mayor  no podría asistir debido a que ese día se había sentido mal y en ese momento estaba en la enfermería descansando y que era probable que así  como había faltado a esa clase, también lo haría al resto, al apenas enterarse de esto, Jinguji corrió lo más que podían darle sus piernas en dirección a la enfermería, en donde trataría de encontrarse con Iwahashi, lo cual consiguió esta vez sin siquiera esforzarse.

-Iwahashi Genki, ¿cierto?- cuestionó  el menor a la única persona que había en aquél lugar.

-¿Quién pregunta?-

-Jinguji Yuta, a su servicio.- Quién respondió fue examinando al otro de arriba abajo por la mirada del receptor de aquella respuesta.

-Oh… el chico quien en la conferencia me miraba como si fuera obra de arte dentro de museo o una película pornográfica en cine para adultos ¿No es así?-

-¿Le estaba mirando de esa forma? – Rió nerviosamente ladeando un poco  su cabeza al realmente no recordar haber hecho algo por el estilo.

-Te reconocí por la forma en que ahora me miras… Así que Jinguji, ¿qué necesitas?- Con su mano cubría el moretón que tenía plantado cerca de su ojo, mientras usaba el suéter escolar  para cubrir  las marcas que había en sus muñecas, debido a lo que había ocurrido hacía algún tiempo, y que aún mantenía a pesar del paso de los días, pues no había sido suficiente para que desapareciera ninguno.

-¿Qué le pasó en el rostro?- A pesar de que el mayor se había tratado de ocultar el rastro que había dejado el maltrato al que había sido inducido hace no tanto tiempo, era imposible cubrirlo todo, por lo que terminó siendo descubierto.

-No es de tu incumbencia. – Respondió  con fastidio al estar a la defensiva, actitud que lo indujo a marcharse de la enfermería, dejando al otro con las palabras en la boca.

-No es algo que me corresponda saber, pero sí es algo que me importa, pues se trata de ti…- bajó su mirada siguiendo el camino por donde se había ido el otro, pues solamente quería ofrecer su ayuda que creía que el otro necesitaba.

                                             

Transcurridos varios días desde aquél encuentro en la sala de descanso de la escuela entre Jinguji e Iwahashi, el menor de ellos había estado pensando durante todo ese tiempo lo que había trascurrido aquél día, hasta  entonces el mayor lo había estado evitando, no era el hecho de que la suerte no estuviera de su parte, ya que incluso había estado esperándolo pacientemente en la entrada del instituto para hablar con él, pero nunca se presentó la oportunidad de esto, ya que justo ese único día había faltado a clases y no por una enfermedad o un asunto importante, sino que él mismo fue testigo de cómo Iwahashi se había dado la media vuelta al apenas notar que él estaba esperándolo en la entrada, aunque pudo perfectamente seguirlo, prefirió simplemente resistirse a hacerlo, pues no podía faltar a clases, además de que si lo seguía seguramente eso haría que solamente le huyera más y que pensara que era un acosador, aún peor si sabía de su reputación dentro de la escuela por culpa de ese compañero de clase, era mejor desistir de momento.

Durante el receso de las clases del viernes, el último día de clases de esa semana, pudo ver como un cúmulo de gente que eran, según recordaba, los compañeros de Iwahashi, quienes iban tras el mismo con claras intenciones para nada buenas, lo cual se confirmó al notar como lo rodeaban entre varias personas con una mirada ciertamente nada amigable.

-Vamos Iwahashi, sabemos lo que pasó el otro día en el tejado, ¿qué te parece si ahora haces lo mismo con nosotros? – Preguntó uno de los chicos al tiempo que tiraba un puñetazo al rostro de la persona a quien cuestionaba, quien solamente dejó salir un quejito antes de que alguien sujetara su mano y lo sacara de entre ese tumulto  de gente, personas que tenían por único objetivo  lastimarlo al igual que humillarlo, como hacían siempre que tenían la oportunidad todos los de su mima clase, aunque ciertamente algunas veces se había visto como se unían otras clases y grados para hacer exactamente lo mismo en contra de la misma persona, Genki.

Aquella persona que prácticamente lo había rescatado de que lo pisotearan de todas las formas posibles, en especial su autoestima, no había sido otra que el chico que tanto lo perseguía, Yuta, quien lo llevó con él hasta los baños de la escuela y al entrar al lugar Jinguji había cerrado la puerta tras ellos con seguro al no querer que nadie más entrara a interrumpir, mucho memos aquellas personas que perseguían al mayor hasta el cansancio, quería un lugar tranquilo para estar con él, y no solamente llevarlo a un lugar en dónde otras personas lo encontraran acorralado para poder hacer con él lo que quisiesen.

-¿Por qué me trajiste aquí? – Preguntó el mayor en un todo de voz exigente, que dejando de lado la formalidad, intentando ocultar el miedo que sentía en ese mismo instante en su interior.

-Cierra los ojos- respondió el menor en un tono tranquilo al intentar apaciguar al mayor.

-¿Me vas a besar? – Preguntó en un tono ligeramente de inocente ironía al no entender realmente lo que aquel chico quería, pues si bien podría esperar lo peor de la mayoría de la gente, aquella persona lo había salvado de lo que parecía sería una nueva violación hacía su cuerpo, por lo que estaba realmente confundido al no estar seguro de lo que debía pensar acerca de él.

-Solo cierra los ojos.- Pidió nuevamente, esta vez en un tono más elevado para ser escuchado por el otro, quien simplemente se limitó a obedecer con algo de temor al parecerle más una orden a una petición por estarle prácticamente gritando estando solamente ellos dos en aquél lugar sin salida y al estar del todo acostumbrado a que abusaran de su confianza así como a que lo lastimaran tanto física  como emocionalmente, simplemente intentaba evitar algún daño subsecuente

-Ya puedes abrirlos- se escuchó decir unos minutos después por boca del menor, Iwahashi abrió sus ojos y al hacerlo divisó que frente a él estaba siendo sostenido un vestido, el cual era bastante corto, el cual Yuta sostenía con una de sus manos, mientras dejaba una mochila que traía consigo en el suelo, en donde momentos antes estaba aquella prenda.

-¿Qué es esto? ¿Una especie de broma?- Miraba  con algo de enfado al menor.

-No lo es, póntelo, solo es para saber si eres quien yo creo.-

-Seguro que solamente quieres burlarte de mí, o tómame una foto para que todos la tomen en contra mía y así me expulsen por los rumores que se van a crear ¿no es así? – reclamaba del todo seguro de la que supuestamente planeaba el otro y lo que haría para hacerle daño, aún más porque sabía sobre la reputación que el menor tenía y quizá por eso cedió con tanta rapidez ya que, tomó de forma brusca aquella prenda que aún era ofrecida por el menor, pero ciertamente con menos firmeza que antes al estar  analizando las palabras del mayor frente a él,  tan perdido en sus pensamientos e indagaciones, que no pudo impedir ni que le fuera quitada aquella prenda, así como tampoco pudo evitar que el mayor entrara directamente a uno de los segmentos divisorios de cada cubículo para cambiarse, pero no sin antes agregar: -Quizá esté mejor fuera de esta escuela, de cualquier modo ya todos mis compañeros me odian y se están agregando de otros grados, así como tú…- Jinguji apenas y había podido decir nada, pues se lo había imposibilitado que Genki solamente estaba defendiendo su punto de vista en todo momento sin dejarle al menos opinar. Minutos más tarde, había salido el mayor con aquél vestido puesto, pues se había quitado la ropa que tenía anteriormente para mostrarlo al más alto.- ¿Al verme humillado estás feliz? – Mientras decía esto con su una de sus manos intentaba cubrir lo más posible sus piernas, ya que realmente el vestido era corto y dejando al descubierto la mayoría de sus piernas, mientras que con su otra mano cargaba la ropa que anteriormente se había quitado y aunque ciertamente se sentía algo incómodo al solamente tener su ropa interior debajo usando un vestido tan corto, pero sobre todo por el hecho de tener  los ojos del menor recorriendo su cuerpo con una mirada que no disimulaba para nada su intensidad.

-No intento humillar a nadie, menos si es quien tanto he buscado desde el primer instante que le perdí de vista. – Dicho esto se acercó al mayor para poder tocar su mejilla con su mano derecha, teniendo cuidado de no lastimarlo, ya que pese al maquillaje que usaba para intentar ocultar los moretones de su rostro, ciertamente aún se notaban ligeramente, y lo que menos que quería era lastimar de alguna manera a Iwahashi, pues hacía un tiempo había visto que era él aquella persona que se le había escapado pero se mantuvo en su corazón, y al verle con el vestido puesto  le fue confirmado del todo.

-¿Buscándome?…Ah, claro. Eso es típico- Dijo con algo de diversión y burla, pues era totalmente normal que muchos chicos lo buscaran expresamente para esto.- No necesitas ser amable, de cualquier manera lo haré- Se hincó hasta el suelo raspando levemente sus descubiertas rodillas, dejando la ropa que cargaba en una de sus manos sobre el suelo, teniendo sus manos libres para comenzar a tocar las piernas del más alto, antes de desabrochar sus pantalones.

-¿Qué haces? – Preguntó Yuta algo nervioso y sin entender realmente lo que pretendía, pero intentaba apartarlo de lo que hacía, o al menos de su cuerpo.

-¿No es obvio? Solamente has venido a encerrarnos a este lugar para que te dé una buena mamada. No te sientas mal, sigues siendo tan hombre como siempre, muchos lo hacen y no son homosexuales ni nada de eso, por mi parte estoy acostumbrado a hacer esto.- Respondió de forma mecánica y seca, como si realmente no le importara en lo absoluto lo que pretendía hacer.

-¡No, no! Yo no quiero eso- negó mientras con sus manos hacía un además de negando de todo lo que el mayor intentaba hace, para después ayudarle a ponerse de pie antes de abrazarlo con suma suavidad.- Esto que hago no es por lujuria intentar enmendarme para cambiar mi reputación o algo por el estilo, sino por amor, el amor a primera vista que sentí al verte por primera vez por donde cruzaba.- El tono en su voz era casi de desesperación, como si tratara de convencer a un suicida que no se tirara de un treceavo piso y él era el interlocutor que podía o bien salvarlo o ser quien pudo pero no logró salvarle la vida.

-No te preocupes niño, yo no cobro así que no te hagas el romántico, aún si no me enamoras no te cobraré nada, solamente no seas demasiado violento.- El tono que había usado era casi una súplica hacía Yuta, más ambos se separaron bastante al notar que una persona abría con ayuda de una llave la puerta, pero al ser tan inesperado, ambos se habían quedado congelados y no atinaron a esconderse siquiera, o en caso de Genki cambiarse la ropa para ponerse el uniforme y no quedarse en aquel vestido, antes de que un par de estudiantes, quienes habían robado las llaves del lugar para tener un lugar en el cual tener sexo sin público, entraran al lugar y el primero en hablar fue Iwahashi con  los dos “intrusos”.

-¿Acaso no ven que está ocupado? – cuestionó con voz iracunda, con su mirada indiferente hacía los otros dos, quienes eran sus compañeros, por lo menos de escuela, quienes interrumpían la conversación de suma importancia que tenía con Jinguji.

-Ge-Genki… - pronunció  la chica con algo de miedo que había entrado junto con un estudiante varón.

-Mira Iwahashi, si estabas aquí deberías haber avisado, no podemos adivinar si estás aquí o en un salón de clases haciendo tus porquerías.- Sentenció  el chico recién ingresado a aquél lugar, ya que no tenía ningún miedo del mencionado, pues este, varias veces la había hecho de prostituta con él por el temor a que le propinara golpes en algún lugar visible.

-Tienes razón, mejor nos vamos donde sí haya algo de privacidad.- Mencionó antes de tomar  su propia ropa del suelo antes de tomar la mano del menor para salir del lugar. Jinguji estaba del todo sorprendido por la actitud que había tomado el mayor y después ser tomado de esa forma de la mano, simplemente se había dejado llevar, aun cavilando sobre el modo tan frío en que les había hablado a aquellos dos, realmente después de haber visto a Genki de modo tan sumiso con él, no se esperó para nada que se comportara de aquella manera, mucho menos con el chico quien parecía ni siquiera importarle el tono en que le hablaba o lo molesto que estaba el otro.

                                  

Después de lo sucedido en los sanitarios, después de que el menor acompañara al más bajo a un lugar apartado de la gente para al menos cambiarse antes de que ambos regresaran a sus propias clases y al termino de aquél día escolar, Iwahashi fue quien invitó al más alto a ir con él a un lugar especial, o al me nos era lo que Yuta esperaba, hasta que llegaron justo a las afueras de un hotel del amor.

Aunque en la escuela  se había dejado el vestido y por encima se había puesto su uniforme, para así no dejar evidencia ni dar la oportunidad de ser atrapado vestido de chica, ya que si bien, profesores tenían cierta maña contra él, no quería que algo como vestirse de aquella forma, le acarreara mayores problemas ni tampoco quería que Yuta hiciera algo extraño con el vestido al saber que conservaría algo de su calor corporal, además de que quería de cierta forma usarlo como excusa para que no se escapara al él tener algo de su propiedad y así poder hablar o al menos robárselo para hacer lo que estaba por hacer..

-… ¿Qué hacemos aquí?-Preguntó, aunque fue demasiado tarde, pues ambos ya estaban en una habitación de aquél lugar, al que habían entrado a base de mentiras, pues Jinguji había tenido que fingir que tenía veinte años para que le dejaran pasar y no sabía si era que les habían creído o que realmente lo único que querían era el dinero y simplemente ignoraron la edad que realmente tenían, sobre todo el hecho de que aunque el mayor se había llevado puesto el vestido, llevaba su pantalón del uniforme debajo y completamente a la vista.

-Tener un lugar en el que  podamos tener privacidad.- Sin darle tiempo al menor de los dos de al menos digerir lo dicho por él o de al menos de la ubicación en donde se encontraban, el más bajo se acercó a él a tal punto de que podían sentir perfectamente el aliento que exhalaba el otro por su nariz. Iwahashi cerró sus ojos al notar  con sus labios el calor emanado por el rostro ajeno por la cercanía entre sus rostros e inevitablemente había esto terminado en un beso. Sus labios, al tocarse ocasionó que el menor se estremeciera suavemente e intentara alejarse, pero no pasó ni un segundo para que comenzara a entrecerrar sus ojos, después de todo le estaba besando la persona que le gustaba, comenzando a corresponder muy lentamente el beso, pues ese sería el primer beso de toda su vida y no tenía ninguna experiencia en ello, por lo que solo intentaba imitar los movimientos ajenos. Momentos después sintió como el mayor se separaba de sus labios y abrió lentamente sus ojos y notó que Genki  se estaba quitando el pantalón del uniforme que llevaba de debajo del vestido.

-¿Qué haces ahora, Genki?- Agarró más confianza en llamarle al otro por su nombre de pila y sin formalidades, al pensar que eran más cercanos debido al beso que le fue dado, no entendía por qué Iwahashi se había quedado con el vestido puesto si pudo habérselo quitado entre clase y clase, pero aun así lo tenía puesto, si bien entendía que quizá había sido una treta para que les dejaran entrar a aquél lugar, no entendía aún el motivo para estar allí los dos solos.

-¿A qué te refieres?- su habla también había hacía el menor a referirse a él en primera persona, sobre todo al ser el primer cambio por parte del otro, además de que pensó que sería incómodo que dado a ese punto aún se hablaran de usted, después de todo, ambos sabían que eso solo llevaría a sexo, o eso era lo que él pensaba. – A ti te gustan más las chicas, ya que no habría razón para que me siguieras tanto solo por verme con vestido, te gusta mi  cara porque es afeminada, y estoy seguro de que habrás escuchado rumores de mí, sexo oral gratis, indefenso, buen trasero perfecto para golpear y que nunca acuso con la directiva, así que no te apenes, no eres el primero que le avergüenza que yo sea un hombre pero aun así querer tener sexo al menos conmigo. Siempre se la gastan de hombres con un gusto total a las mujeres, por eso me ponen ropa de chicas y esas cosas, por desgracia, a mí me gustan los chicos pero jamás saldré realmente con uno si sigo siendo hombre, así que he estado ahorrando para cuando sea adulto poderme realizar una cirugía y así tratar de conquistar a un chico, no solamente de modo físico, sino de un modo en el que me ame realmente, que le guste quien soy, justo por eso un día me viste vestido de chica, maquillado y con peluca, quiero ser esa chica que no soy todavía.- Dijo con simpleza al no querer dar más vueltas al asunto tiempo después, pues le parecía una pérdida de tiempo, ya que al otro no le importaría sus razones y  estaba casi seguro que era seguro de que ni siguiera le habría escuchado.

Yuta miraba al mayor seriamente, para después acercarse a él y ofrecerle su uniforme que yacía en el suelo.- Quítate el vestido y ponte el uniforme por favor- dijo en un tono autoritario mientras lo miraba más duramente.

-¿Qué?... ¿Por qué?   - Miraba sin comprender a Jinguji, pues realmente no comprendía lo que quería.

-Si te pedí que te pusieras el vestido,  simplemente fue para comprobar que eras tú, no me importa si vas vestido o no como una chica y me parece un desperdicio que quieras hacerte esa cirugía, pues tú eres perfecto tal y como estás, al menos para mí. Respetaré totalmente tu decisión si es lo que realmente quieres, no por condiciones que te impone la sociedad para gustarle a un chico, porque seguramente alguien te llegará a amar de verdad, te va a querer del modo en el que seas, chico, chica, lo que fueras, no le importaría y en lo que a mí respecta, a mí me gustas tal y como eres, porque lo que me gusta de ti no es ni el hecho de que seas tan frágil, te veas bien como chica, la chupes bien o lo que quieras…-hizo una pausa para recuperar un poco de aire y así seguir hablando.- Lo que me gusta eres tú, lo que eres, tu esencia, tu  mirada, ese ligero aroma que desprende tu cuerpo, ese lado tan enigmático que tienes y  mucho más que eso, pues quiero conocerte. Si no aceptas mis sentimientos, está bien, no importa, solo velo por tu bienestar y por conocerte mejor, eso es lo único que te pido. – El más alto iba a seguir hablando hasta que fue silenciado al notar que el mayor se había cambiado del todo mientras hablaba, quitándose el vestido para solo quedar con su uniforme escolar, al igual que poco después le había cubierto su boca con una de sus manos.

-Ya cállate, eres muy lindo pero… No sé si yo pueda enamorarme de ti tan pronto, así que dame tiempo, ámame tanto  como dices que lo haces y no me abandones de aquí a que me enamore de ti y ya no nos podamos separar porque seremos el soporte del otro.- Dejó su mano sobre la boca de Yuta antes de besar su mejilla para después sonreírle de forma tal que los hoyuelos de sus mejillas se marcaban al embozar aquella sonrisa que se veía más sincera que cualquier otra que el menor había visto formada por esos labios. Quizá el tiempo diría si podrían hacer una linda relación o si pudieran quedar como solo amigos, de lo que Jinguji estaba seguro, es que deseaba ver más a menudo formarse aquellos hermosos hoyuelos en las mejillas del más bajo, pues era otro de los puntos extra que podía aumentar a la hasta ahora a la reciente lista que tenía sobre las cosas que adoraba del otro, pues aunque fuera mayor que él, sentía que lo quería, tenía y podía proteger, pues nada en esa vida lo había cautivado tanto, tanto su atención, como su corazón.

-Entonces, ¿qué haremos en esta hora que pagamos por la habitación?-

-¿Qué te parece si nos divertimos un poco antes de conocernos sentimentalmente? –le guiñó uno de sus ojos al menor, quien se puso nervioso ante la proposición indecorosa que le hacía Genki mientras se dejaba caer sobre la cama antes de que comenzara a desabrochar la corbata de su uniforme y los primeros botones de su camisa.- ¿Qué dices? – cuestionaba con un tono de voz claramente lascivo.

-Pero no tomes esto como una primera cita o algo así ¿está bien? – Jinguji tragó dificultosamente su propia saliva al ver al mayor en una forma tan incitadora.- Y que sepas que solo hago esto porque realmente desde que estuvimos en los servicios del instituto, no he podido bajarme esto.- Decía casi justificándose por lo que pronto haría mientras señalaba sus abultados pantalones debido a la erección que tenía. Comenzó a quitarse la ropa conforme  se acercaba al lecho en dónde el mayor estaba recostado.

-Sí, sí, lo que digas, Yuta – decía entre pequeñas risas ya que le parecía divertida la forma en que el menor intentaba encubrir que realmente sentía cierta cantidad de libido por él y no podía resistir una propuesta como la que le había hecho, pero no se iba a quitar la ropa él mismo solo para servirse a sí mismo en una bandeja de plata para el menor, no, no haría algo así, le haría quitarle él mismo la ropa, aunque era cierto que le parecía algo tentador el hecho de que Jinguji se acercara a él ya totalmente desnudo, sin darse cuenta, él mismo había terminado teniendo una erección, cosa que notaba al sentir sus propios pantalones demasiado justos  y empezaban a serle doloroso el llevarlos puestos. -¿Podrías darte un poco de prisa? – preguntaba en un tono que era casi una súplica, pues realmente se quería quitar los pantalones, pero el menor  se había distraído mucho en desabrochar su camisa para besar su cuello.

-No debemos hay razón para apresurarse tanto, las cosas llegarán a su tiempo – decía entre pequeñas risas mientras le iba sacando poco a poco la parte superior de la ropa del mayor. Si bien sabía que el otro tenía una muy necesitada erección, que era más que evidente debido a que se notaba de sobremanera la forma en que sus pantalones se abultaban especialmente en aquella zona, pero quería tenerlo un poco más a la espera, no por la malicia, sino porque él mismo quería disfrutarlo un poco más. Pasó su lengua por las tetillas del mayor, degustando el sabor de su piel en aquella zona más oscura de su pecho, llegando a morder estos un poco antes de bajar hasta uno de sus costados, dejando diversos pesos sobre este lugar antes de poder jugar con su lengua al interior y derredor del ombligo del mayor, disfrutando aquél reducido espacio al tiempo que escuchaba los jadeos y ocasionales gemidos por parte de quien tenía debajo de su propio cuerpo. Iwahashi prácticamente se retorcía  debajo de él, pues estaba demasiado ansioso porque  le diera un placer un tanto más intenso, o al menos aflojara sus pantalones para no sentir tanto aquella presión contra su sexo al estar este tan despierto y húmedo, ya que en algún momento empezó a segregar líquido pre-seminal y casi juraría que su propia ropa interior estaba húmeda por la misma razón, solo rogaba porque la viscosidad que salía de la punta de su miembro pasase hasta sus pantalones, ya que sería demasiado vergonzoso tratar de explicar algo así, además de que no sería algo que fuera rápido de quitar de la vista de todos una vez notado. Sin poder esperar más, el mayor de la habitación comenzó por sí mismo a desabotonar su pantalón antes de bajar el zipper de este para al menos sentir cierta libertad  y no tanta fricción contra su punto más sensible y fácil de lastimar, pues si terminaba realmente lastimado de aquella zona antes de que pudieran hacer nada, todo habría sido una pérdida de tiempo, sin embargo el menor al notar que los pantalones de Genki yacían ya desabotonados, no pudo evitar él mismo intervenir con sus manos,  frotando el miembro del otro por encima de la ropa, sacando pequeños quejidos de parte del otro al no sentir el roce directamente contra su piel. - ¿Acaso te incomoda que no te toque directamente, Genki? ¿Tanta prisa tienes porque sea yo quien te toque aquí abajo? – Rió antes de quitar del todo los pantalones del mayor de sus piernas y dejándolo caer al piso, para después jalar lentamente el bóxer que el mayor portaba hasta el punto en dónde se podía ver su excitado miembro  arquearse al estar la punta de este aún sujeto a la tela de su ropa interior, pero al tener una erección tan prominente que le llevaba a tomar esa forma que simplemente le hacía morder su labio interior  con un tanto de reproche, pero intentando aguantar que de sus labios saliera cualquier sonido que le dejara expuesta su condición al menor, quien sonreía ampliamente al ver lo que, quizá él, estaba provocando sobre el cuerpo ajeno. Más pronto que tarde, las manos de Iwahashi halaban y estiraban las ropas ajenas intentando quitar estas con desesperación, pues  quería al menos  más de ese tan necesitado contacto piel con piel, pues lo que hacía  con él era una tortura, quería que parara o que siguiera como era debido, pero que no siguiera jugando con su cuerpo de esa manera tan tormentosa. Rápidamente las ropas de ambos yacían esparcidas por todo el piso  de la habitación, pues el libido de ambos era demasiado para poder aguantar más los pequeños juegos que trataba de imponer Jinguji.

Al poco tiempo, el rostro del más alto de la habitación, se encontraba entre las piernas del otro, lamiendo con voracidad el miembro que tanta atención pedía de su parte, sacando suaves jadeos de la cavidad ajena, mientras con sus manos se aferraba a  los cabellos del más alto mientras empujaba suavemente su cabeza contra su pene con la finalidad de que metiera este en su boca, siendo él el mayor, pensaba que el otro tenía la obligación y él mismo el derecho de recibir por lo menos  una felación por su parte ya que sabía que él sería quien fuera penetrado, le costaba creer que un chico  menor que él lo hiciera, pero era algo a lo que debía acostumbrarse, ya que no tenía ninguna musculatura necesaria para poder defenderse de quien quisiera abusar de él. Yuta decidió concederle esa silenciosa petición que el mayor le hacía, abriendo su boca para así dejar entrar el pene del mayor a su boca, comenzando a degustar el glande ajeno con la punta de su lengua, sintiendo así el sabor salado del pre-semen que salía de la  punta, repasando especialmente con su lengua el orificio de dónde había salido ese líquido que ciertamente acabó por ser de su agrado, provocando que el mayor gimiera mientras arqueaba su espalda al igual que elevaba sus caderas, buscando ahondar aún más su miembro en la cavidad ajena, en dónde el dueño de esta solo abre más su boca para poder juguetear con los testículos del mayor al poder alcanzarlos con su lengua por lo profundo que iba el pene dentro de su boca, sin embargo, la falta de costumbre  le obligó a abandonar su tarea sacando de golpe el miembro del más bajo de su boca, pues sentía que la ahorcadas era cada vez más agresivas y si no se retiraba inmediatamente de su tarea, terminaría vomitando sobre la persona que tanto pretendía, por lo que sacó un poco del pene ajeno para poder tranquilizarse, empezando a estimular con su diestra al mayor conforme iba sacándolo de su boca,  para así  poder usar su lengua para jugar con esta en todo el glande ajeno, dejando que la saliva que iba brotando de su boca, fuese  lubricando su mano para así ser más hábil con sus movimientos y no causara  una disminución en la latiente erección de su actual amante.

Sin poder esperar más y pese a su chorreante miembro debido al estímulo que recibía de los incesantes gemidos por parte de Iwahashi a causa del placer que recibía, Genki dejó del todo el miembro ajeno para jalar sus piernas y colocar sus  pantorrillas sobre sus hombros a lo que el mayor a primera instancia se había quejado por lo que hacía el menor, hasta el momento en el que calló del todo  al sentir el duro sexo de éste rozar contra su ano, haciéndole estremecer suavemente al estar seguro de  lo que continuaría, cerrando sus ojos suspiró temblorosamente mientras sus manos se aferraban a las sábanas que tenía debajo de su cuerpo antes de ser acariciado gentilmente sobre su abdomen por el menor, quien trataba de tranquilizarlo para que fuera una experiencia placentera para ambos, al momento en que su excitada verga comenzó a penetrar el recto del mayor, pudo sentir su cálido y húmedo interior, entrando apenas la punta se sentía en el cielo mismo pues jamás había sentido algo así en su vida, mucho menos se lo hubiera esperado del interior de un chico, aunque si bien el chico sobre el que ahora estaba no era precisamente el ejemplo de virilidad, seguía siendo un hombre, un hombre que tenía un interior bastante acogedor, tibio y resbaloso que parecía que realmente anhelaba  tener su pene dentro, ya que realmente  sentía como  el cuerpo en el que entraba, lo jalaba aún más adentro, sentía como si estuviera siendo succionado por el impaciente interior en el cual se encontraba.

En los minutos que ya llevaban teniendo en la habitación de aquél motel Iwahashi, quien realmente estaba disfrutando de aquello, del sexo sin tener que ser maltratado físicamente por su compañero sexual, por lo que terminó por eyacular un par de veces contra su vientre, ya que al sentir el puro placer era algo nuevo para él y no pudo evitarlo. Jinguji apoyaba sus manos a lado y lado de la cintura del mayor, pues en aquella posición se podía asir muy bien su cuerpo para tomar impulso al momento de embestir con precisión y fuerza dentro de Genki, quien jalaba las sábanas en el afán de intentar acallar sus gemidos y jadeos ante el placer que experimentaba por aquella penetración que era tan profunda al igual que solamente placentera, intentando al mismo tiempo el evitar correrse nuevamente por estar consciente de que si  seguía corriéndose de esa manera, terminaría por perder mucha fuerza y no podría siquiera disfrutar que el menor se corriera en su interior, cosa que realmente anhelaba sentir, pues a pesar de que no era nada nuevo para él, quería sentirlo a él y el supuesto amor que sentía recorrer sus entrañas.

-¡Yu-Yuta! Aaahhhh… -mordía su labio inferior mientras sus manos se aferraban a la espalda de quien embestía con tanta insistencia sus entrañas, haciendo que su propio corazón latiera no solo de forma acelerada, sino que eran  sus propios latidos extraños para él, pues se sentía extrañamente alentado a seguir con todo eso que ahora le hacía estremecer, jadear, gemir y suspirar, no ya por el simple libido que tan bien se sentía liberar con alguien que no lo violentara cruelmente, sino con alguien que decía amarlo, que no lo había golpeado hasta el punto de sacar sangre de su cuerpo, que no lo había insultado, humillado ni mucho menos utilizarlo como un contenedor de semen como solía pasar, nada de eso había pasado con Jinguji, sin embargo seguía siendo algo incluso más placentero de lo que experimentaba con  quienes solo abusaban de él de  una manera tal hostil, que el solo hecho de recordar cómo era tratado por ese sector, le revolvía el estómago, sin embargo no es que dejara de lado la idea de que era realmente excitante el recordar ciertos sucesos, así como también  lo hacía de una manera demasiado cercana el hecho de que estaba teniendo sexo con alguien que prácticamente acababa de conocer y que tenía una reputación de alguien bastante peligroso y eso le hacía arder la sangre, tanto que en ese instante relamía sus propios labios. – Mnnghh más profundo –pedía entre gemidos al tiempo que su cuerpo temblaba ante el incesante placer que sentía, sabiendo que el inminente orgasmo estaba próximo a ocurrir y que esta sería quizá la última vez de aquél día, pues ciertamente no podría soportar tanto placer en tan corto tiempo.

- ¿Aún no te es suficiente? – cuestionó entre breves risas, en el momento en el que  salía del todo del mayor para poner a este en cuatro y así poder penetrarlo desde la parte de atrás, llegando todavía más dentro de su cuerpo, provocando que el otro jadeara y gimiera altamente al tiempo que iba perdiendo fuerzas en sus manos, dejando su propio trasero más alto que el resto de su cuerpo, haciendo que Yuta únicamente sonriera y con sus manos separara los glúteos de  quien estaba debajo suyo y así poder entrar a una profundidad mayor, rozando aún más la próstata del mayor que goteaba sudor desde su frente hasta la cama al igual que su espalda, que llevaba aquellas gotas de sudor hasta sus costados en donde resbalaban presurosamente por su piel al estar esta empapada por la traspiración  de la misma. Sintió cómo la tibia y húmeda lengua del menor trazaba un corto camino por su espina dorsal, causándole un estremecimiento suave al estar la piel de ese lugar fía debido a la sudoración y exposición al clima frío, haciéndole sentir que el músculo que salía de la boca del más alto y recorría ahora su piel, le quemaba al estar a temperaturas extremadamente diferentes.

-Ahhh, Yuta… no creo ahhh...soportarlo más… - decía entre gemidos y sonoras exhalaciones por su boca mientras aún jalaba las mantas entre sus manos, comenzando a sentir cómo era que su cuerpo le pedía descanso, pues no podía seguir el ritmo la lujuria de su propietario, el cual siempre lo orillaba desde hace años a llevar al límite su propio cuerpo.

-Aguanta un poco más, así nos vendremos juntos.- Susurraba entre suaves jadeos apenas notables para el otro. Sentía cómo su miembro se ensanchaba aún más dentro del interior del mayor, quien  al sentir esto simplemente apretó un poco más sus paredes internas, logrando notar el modo en el que palpitaba fuertemente el órgano sexual ajeno dentro de sí mismo, anunciando que efectivamente estaba a punto, por no decir nada, de terminar por derramar su semilla dentro de su cuerpo, y en un corto tiempo, más del que había supuesto, el cuerpo del menor se apegó a su espalda, calentando esta mientras le decía cosas a media voz sin parar el vaivén contra su cuerpo.- ¿Puedo correrme dentro?

-¡Hazlo! ¡Esparce tu espeso semen dentro! – Pedía desesperado sin siquiera tener que parar un momento para intentar recuperar aire, pues era algo que realmente quería y necesitaba, inclusive  movía sus propias caderas contra el cuerpo ajeno, haciendo la penetración más precisa para que golpeara con más precisión e intensidad su interior. No pasó  mucho tiempo antes de que sus ojos se pusieran en blanco al hacer estos hacía atrás al sentir el caliente semen de Jinguji en su interior, golpeando directamente su próstata, vaciando también sus propios testículos al eyacular exageradamente  mientras por la orilla de sus labios se escurría su saliva y gemía estrepitosamente, al salir el pene del menor de su cuerpo, comenzó a desbordarse el semen que había dejado en su interior antes de que el otro cayera sobre la cama semi-inconsciente al aún estar perdido en aquél éxtasis que le había ocasionado.

Pasada alrededor de una mitad de hora, ambos se encontraban saliendo de aquél hotel del amor un tanto cansados ya que se tuvieron que tomar una ducha rápida para no levantar sospechas en sus respectivas casas, sin embargo volvían en el mismo tren, ya que debían tomarlo  y ambos utilizaban la misma línea.

-Genki… ¿Ese tipo de cosas volverán a pasar? – preguntaba a quien estaba sentado a su lado.

-Quién sabe, puede que pase de nuevo o puede que ni siquiera te vuelva a hablar – susurraba sin mirarlo directamente, sin embargo con su dedo índice y medio de su mano derecha rozó suavemente  la mano de su acompañante mientras sus labios formaban una suave sonrisa en su rostro.





FIN.


                                      





Al fin regresé, sí, sé que tardé y dije que lo iba a subir antes, pero hubo imprevistos xDD lo siento DDDDDDDDDDDDD:

En fin, espero que les gustara 

Gracias por leer y un saludo a mi hija, que era para su cumpleaños de hace muchos años xD perdona la tardanza.

4 comentarios:

  1. Pobre Genki, pero Yuta es buen tipo, no lo juzga, lo quiere bien ;n;

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  2. Es tan bonito este fic que no puedo ponerlo en palabras XD

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  3. Pero quiero creer que Genki solo quería verse cool, cuando en realidad él también quiere intentarlo con Yuta y por eso sonríe al final :(
    Por favor, sed felices ustedes dos T^T

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