Dentro un bar se encontraba en ambiente festivo acompañado de luces
centelleantes, en el cual se estaba celebrando una noche especial al ser un
festejo de parte de una empresa debido al cierre de un importante contrato de
forma exitosa. Para acompañar a estos oficinistas entre trago y trago, el mismo
bar ofrecía damas de compañía a cada cierto número de clientes por mesa ocupada,
teniéndolas incitando a quienes que los acompañaban
a beber durante su jornada laboral, terminando muchas veces también en ebriedad
y siendo seducidas por las ideas y labia de su acompañante como para que
saliera del bar con él y así pasarla mejor en un hotel del amor o incluso,
tener la suerte de terminar un hotel de categoría hasta el día siguiente a cambio
de una propina muy jugosa y tentadora.
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A pesar de que todas las chicas eran definitivamente atractivas, tanto
en belleza como en lo atrevido de su vestimenta, había una en especial que
realmente era quién se robaba la atención de todos, siendo esta la más peleada
y por lo tanto más solicitada. Si bien no tenía nada notable a simple vista, destacaba
entre el resto por siempre portar en sus manos diferentes joyas, a vista de
inexpertos dignas de ser robadas, aunque en realidad no lo eran, lucían bastante
con la forma en que eran portadas con tanto brillo, sin ser opacada de ninguna
forma con un maquillaje por el hecho de no ser este tan cargado, aunque con un
brillo labial de un color muy natural que le robaba el corazón a los clientes
del lugar.
El nombre de la chica más codiciada esa noche, no era otro que Shiori,
nombre el cual era fuente de sospechas entre clientes e incluso sus compañeras
del mismo trabajo al no ser este un nombre común, que debiera usarse para
camuflar su identidad, sin embargo lo
dejaban pasar al pensar qué este era su nombre artístico tener así algo de
privacidad, pero ese día habían hecho un trato con quien era el empleado más
importante en aquella reunión para hacerle una pequeña jugarreta a Shiori.
-¿De verdad que solo será un momento, señor Jounichi? – preguntaba una
de las damas de compañía que no deseaba realmente irse del todo, dado que Shiori
era su amiga y por lo tanto temía que se aprovecharan de ella debido a que el
local estaba casi vacío debido a que muchas habían sido convencidas, ya sea por
promesas de amor o dinero para salir juntos del local para ir a un lugar más
privado, sin embargo aún quedaban algunos cuantos dentro.
-De verdad, no te preocupes, estaremos de regreso aquí cuando menos te
des cuenta. Solamente quiero mostrarte algo.
-Si promete que será rápido entonces no hay problema.- Le sonreía de
forma animada antes de seguirle fuera del lugar, siendo guiada por la mano de
su acompañante que le rodeaba su cintura.
Al quedarse sola, Shiori se sentía por de más nerviosa, tanto por no
tener a alguien quién le hiciera
compañía aunado con que la única compañía que tenía, eran hombres empresarios
que muchos de ellos le doblaban la edad, la cual era en ese entonces de 25
aunque pronto cumpliría 26, era solo cuestión de horas.
-Shiori, me gustaría realmente que me ayudara a despejar una duda, no
es personalmente un guiño hacía usted ni mucho menos, es más que nada una duda
– aquel hombre aclaró su garganta carraspeando esta antes de comenzar. -Corren
rumores sobre las chicas que trabajan en cosas parecidas a lo que lo hacen en
este lugar, una de hasta cada tres son realmente hombres.- Decía el dato y
supuesta sospecha con seriedad antes de reír escandalosamente.- ¿Puede creer
eso? A mí me parece una tontería pero yo no me he topado con ese tipo de cosas,
es decir, es absurdo. Sería realmente notable algo así.- Una risa casi forzada
fue emitida de los labios de Shiori, antes de tomar un poco del sake que tenía
para consumo propio.
-Que tonterías inventa la gente. No dudo que haya algunos casos así
pero que yo sepa son raros ese tipo de casos.
-¿Qué tal si bailamos un momento Shiori? –Ofrecía uno de los clientes
que aún estaba dentro del bar mientras el dueño del establecimiento se
disculpaba con sus clientes debido a que debía salir de urgencia por un momento.
-Ummm... está bien, solo un baile.- Aceptaba antes de ir a la parte más
despejada del lugar y comenzaban a seguir el compás de una melodía lenta que
sonaba de fondo en el establecimiento.
El breve baile que Shiori concedió al cliente, estaba terminando y con
ello los pasos de ella fueron parando
dando la pieza por terminada, su acompañante bajo sus manos que antes estaban
sobre la cintura ajena hasta topar uno de sus glúteos y apretujarlo en sus manos
con una fuerza notable pero sin hacerle
daño, sino con la intensión que sintiera que en ese punto era su propiedad, por
lo que quien calzaba el par de tacones se sobresaltó por un momento antes de
reír cortésmente.
-No se puede evitar caer en esta tentación, sé que no he pagado por
esto, ni se me ha concedido el permiso, pero es algo inevitable con mujeres tan
lindas como lo es usted.
-Está bien, solo no se sobrepase más o tendré que llamar a la policía e
interponer una demanda, si yo no acepto de viva voz y con testigos de por medio
no puede hacer nada de esto conmigo, y es algo que estoy segura que ya lo sabía,
así que compórtese.- Hablaba un su voz un poco alzada para que los presentes
fueran testigos de su negativa en caso de que las cosas se fueran a complicar.
Shiori pudo sentir cómo sin darse cuenta, aquél
cliente que deslizó su mano dentro de su ropa interior, colocando su mano en
uno de sus glúteos hasta llegar con su pulgar a su ano mientras su dedo medio
intentaba tocar su vagina, cuando se dio cuenta de algo. Shiori intentaba
interponer sus manos entre su cuerpo y el ajeno para alejarle, sin embargo se
descubrió rodeada de otros hombres que impedían que tuviera una salida fácil.
-No lo van a creer pero, nuestra estrella
dorada Shiori… - levantaba la falda que la mencionada portaba, dejando así ver
su lencería, que ciertamente era diminuta, pero toda la audiencia ahí presente
estaba dispuesta a violar a su persona, ya que le habían ofrecido fuertes sumas
de dinero además de propiedades y bienes, pero de ninguna forma había aceptado
el permitir libertades sobre su cuerpo para mantener relaciones sexuales con
alguno de los clientes habituales, que le dejaban una buena propina a cambio de
prácticamente más ese día sería
diferente para todos. Shiori pudo sentir una mano de los numerosos clientes que tenía
frente a ella, que se las ingenió para poder bajar la tanga que traía puesta y
al tiempo abrir de par en par sus piernas para así, dejar expuestos en su
totalidad los genitales, causando un enmudecimiento instantáneo en todos los
espectadores de tal acto que antes alentaban a viva voz a quién le había
levantado la falda y ahora mostraba sus genitales ante todos.-Realmente nuestra
Shiori es... ¡UN HOMBRE!– Decía quién le había quitado su ropa interior y
separó sus piernas, dejando ver tanto sus testículos cómo su pene.
-No es solamente eso, mis sospechas eran ciertas,
les dije que esta persona se me hacía muy conocida y me temo que estoy en lo
cierto. - Agregó uno de la muchedumbre quién en cuanto le fue posible le
arrancó de pronto la peluca castaña y larga que traía puesta dejando al descubierto
su corto y oscuro cabello, que al ser la peluca. -Shiori no es otra persona que
el hijo del jefe de la compañía Sato, ¡Shori!
Acabaron
por quitar la falda corta que portaba, que era además de corta bastante lasciva,
justo como lo ameritaba su trabajo. -Pero
mira nada más que hermoso pecho tienes.- Pronunciaba el hombre que momentos
antes le había despojado del relleno del sostén que llevaba puesto dejando al
descubierto lo plano que en realidad era este, mientras con una de sus
manos acariciaba lo antes mencionado de
quien se encontraba tendido sobre el suelo de aquél puesto, siendo antes
forzado por la clientela a recostarse justamente antes de acabar de denudarlo y acabar con su ya dolida hombría
que ahora la usarían para trapear el
piso.
-Dejen esto de una vez. Sí, han descubierto que
soy un chico,- dejó de lado su voz fingidamente femenina para así hablar con su
propio tono de voz,- no sé porque arman tanto alboroto, igualmente si llegan a propasarse
conmigo eso los convertiría en homosexuales.
-¿Qué más da? Ciertamente todos los que estamos
aquí reunidos no estamos por nadie más que por ti, por las ganas que tenemos
por quitar tu ropa y ver tu rostro sin ese lado tan puro que nos has vendido además de lo sorprendente
que es esta noticia, debo decir que es bastante impactante y hablo por todos,
nuestra Shiori acabo siendo un hombre, a pesar de usar esas faldas tan cortas, sin
contar con esa ropa interior tan vistosa a pesar de ser algo tan privado, no se
notaba para nada tus genitales verdaderos ¿cómo los escondías?
-Seguro los ponía entre sus piernas como la puta
que es, debe de encantarle. Mírale, incluso está temblando, que lindo.-
Señalaba un cliente a la entrepierna de quién trabajaba en el lugar, haciendo
que fuera más que obvio que el menor tenía su miembro ligeramente erguido, pero
lo suficiente como para ser ignorado por
las personas a su alrededor, cosa que le causaba un ligero temblor, pues sabía
que eso solo alentaría a los hombres que lo rodeaban a ser más osados.
Los pensamientos que había tenido no iban para nada equivocados, lo supo cuándo
sintió como su pene era estimulado con calma y suavidad. Fue que por obra de
aquél constante roce en su pene que este se puso rígido del todo. Presemen era
lo que escurría desde la punta de su falo, bajando por el tronco por el cual se
mantenía bien estirado su prepucio debido a lo hinchado que estaba la zona.
Sinceramente Shori se sentía avergonzado por la
reacción de su propio cuerpo, no era algo que quisiera o deseara, mucho menos
esperara pero sobre todo no lo disfrutaba, sin embargo dejó escapar un débil
gemido que se escapó de sus labios que si bien no había sido muy sonoro, sí
alcanzó a ser escuchado por todos los presentes.
-Pero si estas al borde de sobrepasar tu
límite.- Reía quién empezó a estimular su miembro con tanto esmero, antes de ejercer
una presión notoriamente mayor a la inicial, la misma con la que siguió aquél
vaivén incesante sobre la longitud del falo de quién estaba siendo del todo
despreciado, llegando a ser totalmente humillante cuándo por causa de la
presión ejercida con la mano ajena al masturbarlo acabó por eyacular, al tiempo
que escuchaba el susurro en voz aterciopelada: “Vistiéndote y gozando como una
prostituta cuando tú padre no hace mucho dejó salir su último aliento con
vida…”.
-Ya lo has hecho llorar- mencionó quien alcanzó
a ver como fluían a paso lento pero constante las lágrimas qué caían por sus
ojos. -¿Qué le dijiste?
“No
llores, aún falta lo mejor, no
puedes desmoronarte ahora.” “Necesitaremos
tu cuerpo hidratado para la diversión.” “Las putas no lloran, maman.” “No sabía
que las zorras también lloraban.”
Eran cosas que escuchaba mientras su mirada
estaba fija justo frente a él, dónde se encontraba el hombre que antes lo había
estimulado a tal grado y con tal sadismo que terminó derramando su semilla
justo cuando tenía el rostro de su ya fallecido padre en mente. Ahora no
solamente humillado era como se sentía, también se sentía grotesco, inhumano.
Solamente sabía que era una persona del todo podrida.
Sin demora el menor estaba rodeado por las vergas
de todos los clientes las cuales se encontraban del todo erectas, palpitando al
estar deseosos por lo que iba a acontecer con el cuerpo de quién había protagonizado aquella noche, y seguiría
siendo el protagonista...
Estaba sobre el suelo en cuatro, pues así era
la posición más confortable para los presentes, tanto para mirar su cuerpo así
como tener el trasero de Shori lo
suficientemente alto para lo que vendría a continuación. Sintió como su trasero
era lamido con dedicación para así tener bien lubricada su entrada, y así
deleitarse con el sabor combinado de su ano y de los jugos que antes habían
salido de su sobreexcitado pene.
La presión que había sobre su entrada
era ciertamente inaguantable y dolorosa, tanto como se estaba volviendo el
dolor en su hombría, debido a la nueva excitación que de nueva cuenta se estaba
apoderando d sí mismo, sin darse cuenta
el que momento se había vuelto tan
depravado. Todo se volvía tan confuso. La excitación, el asco y las constantes
nauseas al percibir lo que emanaba de los sexos poco aseados de la mayoría de
hombres allí presentes.
Se comenzaba a sentir mareado, tanto por el
penetrante hedor que percibía así como
el sentir su ano del todo como si ardiera en llamas, pues dolía demasiado, ya
que después de todo había aquél hombre consiguió entrar hasta que a pesar de
que Shori había hecho lo posible, incluyendo morder su labio inferior, para no
hacer ningún sonido que sus cuerdas vocales emitieran al vibrar por el aire que
sin permiso pasara por ellas, terminó emitiendo un gemido de dolor bastante
sonoro al haber sido desgarrado a causa de esa tosca entrada que terminó por
hacerle sangrar lo suficiente como para que sirviera ese líquido carmesí como
un lubricante extra de la saliva que antes se había proporcionado para hacer la
penetración más supuestamente fácil para quien ciertamente ahora estaba siendo
cruelmente violado.
Al cabo de un tiempo los desgarrados alaridos
que emitía Sato se convirtieron radicalmente en suplicas: “aaahhh, más ra-rápido”;
“má-más pro-profundo”; “más, más”; “necesito
más” y ese tipo de cosas en dónde imploraba por más, pero terminó por ser sumiso
al perderse en el placer al que era sometido
en contra de su voluntad, pero totalmente extasiado a pesar de ser un placer
tan malditamente asqueroso no dejaba de llevarle al cielo en éxtasis.
Fue entonces que Shori escuchó aún aturdido e inmóvil ruido, tan desorientado a
causa del sonido que pudo darse cuenta de que todo a su alrededor estaba oscuro
y que, ciertamente, mantenía sus ojos cerrados sin enterarse en qué momento los
había cerrado, cosa que hizo que una desesperación dominara su ser y abriera sus
ojos de repente sin siquiera esperar a acostumbrarse a la luz.
Al abrir del todo sus ojos de dio cuenta de que
había despertado en su cama cosa que le asustó aún más, a sabiendas de que
había tenido esa clase de sueño cuando ni siquiera él mismo había considerado
tener esas preferencias como para tener un sueño de esa clase, sobre todo
porque para su desgracia personal había eyaculado a causa del sueño y eso lo
hacía sentir asco de sí mismo, ya que su difunto padre había aparecido en su
mente y eso lo mortificaba al igual que en su sueño, martirio el cuál siguió
acompañándolo mientras limpiaba las manchas que había causado con su pequeño
sueño húmedo.
Sato había dejado de darle tantas vueltas al
asunto ya que solamente acababa por descolocarlo aún más de lo que ya estaba,
por lo que al dejar el asunto se puso en
camino hacía su trabajo y al llegar lo recibió uno de los integrantes de la
boyband a la que pertenecía, ‘Sexy Zone’ era el nombre de esta agrupación, su
compañero para su fortuna no era alguno de los chicos menores que la conformaban,
era nada menos que uno de los que tenía más cercanía debido a que solamente era
un año mayor, se trataba nada menos que de Kikuchi Fuma
-Shori ¿qué fue lo te pasó para que te presentes a trabajar en estas condiciones?
– Un tono de preocupación estaba presente en su tono de voz al ver la sombra
bajo sus ojos siendo esto las ojeras por no haber descansado del todo.
El menor torció un poco su boca ante su
incomodidad sobre el tema, terminando por sonreír al restarle importancia.-No
ha pasado nada, solo dormí tarde por estar dando mantenimiento a mi colección
de autos.
-Vaya, no sabía que tu afición por los carros
de colección llegara a tanto. Pero no deberías afanarte tanto en este
pasatiempo tuyo, está bien empeñarte en eso, pero no al punto de que desmejore
así tu salud, mucho menos tu físico, dado nuestro trabajo y lo que implica
nuestras ventas e invitaciones a programas de diferentes cadenas televisivas,
además de entrevistas para el diario… Lo que quiero decir es solamente que
cuides de ti mismo.
-Uhh…intentaré hacerlo, pero será a partir de
mañana ya que hoy he sido un fracaso en mi cuidado.-Alzaba sus hombros ligeramente.
-Te ves horrible el día de hoy, pero aún te mantienes magnifico y les gustas
bastante a las sexy girls e
igualmente a los sexy boys, eso es
de admirar y no creo que a todos les importe como te mires ocasionalmente, no
te preocupes, solo cuida más de tu aspecto la siguiente vez e intenta dormir
adecuadamente aún si es tu cumpleaños.
-Gracias por el
consejo.
-Por cierto felicidades por tus 26 años cumplidos.-
-No pensé que te acordarías la verdad, es todo
un detalle de tu parte.- Sonrío avergonzado por el anterior comentario del
mayor, quién se acercó más a su persona
y Sato instintivamente retrocedía ya que
le parecía que el rostro de Kikuchi se acercaba cada vez más y lo que más lo
alteraba es que ya no hablaba tan constantemente como en un inicio. Aunque
claro podría estar equivocado respecto a su propia perspectiva. El color rojo
de la agrupación sintió como Kikuchi lo tomaba por los hombros con el propósito
de inmovilizar su persona por una razón que desconocía. Al notar como el rostro del mayor se acercaba al
propio, intentó tanto como le fue posible girar su rostro, pues sabía que en la
compañía en la que trabajaba se solía jugar un estilo de ‘broma por la
festividad de un cumpleaños’ y era justamente lo que Kikuchi intentaba hacer, y
por desgracia para el cumpleañero y su falta de rapidez y pronta reacción,
acabó por besarlo en los labios cortamente pasando a una risa tonta por parte
de su compañero y amigo agregando un ‘¡Feliz cumpleaños!´ en una voz que le
hizo fruncir el ceño ante su molestia, debido a su falta de un sueño reparador
su cabeza dolía ante la estruendosa felicitación de parte de Fuma y fue así que
simplemente se dio la vuelta dejando al mayor solo, encontrando el modo que le
resultaba más fácil y cómodo ir con Yo, pues sabía que últimamente la pasaba
muy mal, realmente sentía que algo muy parecido a lo que Matsushima había
pasado anteriormente.
No sabía precisamente lo que ocurría, pero estaba
seguro que algo de apoyo no le vendría mal a Marius a quien tocó suavemente en
el hombro con su mano llamándole suavemente por su nombre, cosa que hizo que Yo
se estremeciera ante el llamado tan calmo que solo atinó a tensar su cuerpo al
ponerse a la defensiva.
-Yo-susurro mientras seguía con su mano sobre
su hombro. -¿Te encuentras bien? Sabes que puedes hablar conmigo si algo en
especial te preocupa.
Un suspiro de alivio abandonó los labios de Schmich
antes de voltear su cuerpo hacía el mayor quien lo miraba algo
preocupado al haberse percatado
anteriormente del sobresalto tan brusco, más al mirarlo cara a cara se
tranquilizó, mucho más cuando comenzó a hablarle con ese tono jovial que
poseía.
-Qué alegría que solo eres tú Sato-kun, Fuma-kun
dice que aquí moran fantasmas de los chicos que nunca debutaron. –Sintió la
mirada penetrante del mencionado con anterioridad, era su mirada tan fija sobre
él como si le estuviese reclamando algo y entonces diviso de lejos a Kikuchi e
hizo un mohín disgustado antes de abrazar a Sato, aprovechando sus diferencias
de altura para abrazar a Shori más cerca de sí mismo e
impedirle que se alejara mucho de él antes de tomar con su mano la nuca
ajena y ejercer presión para que se mantuviera quieto antes de rozar suavemente
sus labios con los del cumpleaños haciendo una presión apenas notable pues
Kikuchi le había dicho que esa sería una gran sorpresa de cumpleaños y Yo no
quería quedar como un aguafiestas con sus compañeros mucho menos con la
compañía.
-Mmnnhhh- se quejaba un sorprendido Shori que
realmente no esperaba que el más pequeño del grupo lo sometiera a un “beso de cumpleaños”. Cuándo por fin se separaron
el menor no pudo hacer otra cosa que sonreír.
-Feliz cumpleaños Sato-kun-dijo animado.- Y
gracias por tu apoyo en cuanto a lo laboral y sentimental, realmente lo aprecio
pero son cosas que prefiero compartir con So-chan pues con él suelo pasar más
tiempo que con Sato-kun, deseo que pases un feliz cumpleaños y puedas descansar
bien está noche que por que veo ahora no se ha podido hacer bien la noche
anterior.
-A pesar de ser tu cumpleaños, no puedes tener
la atención de todos Shori. –Era Matsushima quien ahora entraba en la
conversación sin ser invitado.- Marius y yo somos mejores amigos así que si
tiene algún problema recurrirá a mí antes que a tus bondadosos brazos.- Decía
en un marcado tono divertido al tiempo que sonreía.- Por cierto Kikuchi ya me
comentó que fue el primero en darte el beso de cumpleaños Johnny, ¿cierto?-
Reía en voz baja
-Claro que puedo tener la atención de todos por
momentos, por eso soy la imagen del grupo y también tienes razón, Kikuchi ya
hizo eso.- Dijo esto entre dientes al estar aún enfadado con él. Una pequeña
risita de parte de Sou imaginando la escena, más al llegar esa pequeña risa a
los oídos de Sato hizo que frunciera su ceño ligeramente.
- Yo no los vi cuando sucedió pero estoy seguro
de que fue incómodo para ambos, es decir fue un beso con un integrante de la
misma compañía y peor aún de la misma agrupación, aunque yo también lo
besé-murmuró mientras alzaba sus hombros- aunque lo mío fue más un compromiso
por ser su cumpleaños, únicamente por eso, me lo recomendó Kikuchi-san, dijo
que seguro lo sorprendería mucho y sería algo que nunca se esperaría y al parecer
fue así, ¿O no Sato-kun?
-Seguro que me sorprendió de tu parte Marius,
no pensaba que eras esa clase de chico.
-Fue mi culpa- declaró Matsushima -no llegué
a tiempo para salvar tu inocencia Marius, lo lamento de verdad.
-¡Sou-chan! Yo ya no soy tan inocente, ya tengo
22 años no once como en un principio.- Reclamaba el menor del grupo con algo de
vergüenza.
-Pero aun así me besaste, quizá sabiendo que
esa es una artimaña solo para molestar a quienes cumplen años, en este caso, yo.
-Eso es cierto en parte, pensé que podría
molestarte, pero también pensé que sería
algo lindo, es decir solamente fue un roce de labios, no metí mi lengua en el
tema en ningún momento.- Se defendía Yo ante lo que hizo con Sato.
-Eso es cierto, considéralo Shori, y perdona
por esto.- Tomó a Shori por los hombros y dando un ligero empujón hacia sí
mismo para poder rozar sus labios con los ajenos.- ¡Feliz cumpleaños! –Dijo una
vez terminado el beso, dejando en el otro una expresión de desagrado, tanto por
serle molesto como el hecho de ser besado por casi todos sus compañeros de agrupación,
solamente faltaba Nakajima Kento, y al pensar en él pensó que este era el más
respetuoso en cuando a su espacio personal por lo cual decidió dejar a los dos
menores solos para ir con Fuma y preguntar sobre Kento.
¿Has
visto a Nakajima? Kikuchi arqueo su ceja al no entender la
cuestión- No, no lo he visto, al menos no últimamente, por lo menos en las
últimas tres horas. Entró para ver algo relacionado con nuestra agenda para la
siguiente semana, no me contó detalles, se la cree mucho desde que lo nombraron
líder.- Un suspiro escapó de sus labios.
Sato al saber dónde se podría encontrar el
mayor se puso en camino para entrar a la parte de los camerinos privados,
imaginando que sería allí dónde se encontraría debido a que necesitaba espacio
para pensar sobre algo tan importante como la agenda semanal y evitarse la
algarabía de los más jóvenes. Llegando frente al camerino con el nombre de
Nakajima, golpeando suavemente con sus nudillos antes de girar la perilla y el
mismo darse permiso para entrar.
-Perdona por interrumpir tu toma de decisiones
pero necesito hablar esto con alguien que no me juzgue, y eres el único que
vino a mi mente.- Hablaba con un tono un tanto sumiso al tener en cuenta que
Nakajima era el mayor en la agrupación
además del líder.
-Oh Shori, bienvenido, sabes que puedes venir
siempre que quieras. ¿De qué quieres hablar?- Kento dejó de lado los papeles
que estaba revisando para prestarle toda su atención al menor.
-Solamente no pienses mal de mí por favor- dio
un largo suspiro para armarse de valor y
mostrándose un poco nervioso empieza a narrarle a grandes rasgos todo lo que
había soñado poniéndose bastante tenso en la parte dónde admitía que en su
sueño le gustaba lo que le estaban haciendo y reclamaba, por más al estar
insatisfecho.
-Así que ese fue tu sueño…- rió un poco hasta
notar la desaprobatoria mirada del más bajo- Quien diría que tuvieras la mente tan
despierta como para agregar tantos
detalles.
-¡Basta Kento! –gritó con enfado entremezclado
con vergüenza volviendo sus mejillas algo rojas ante su disgusto por las
palabras del mayor.- Esto es algo serio, de saber que te ibas a portar de esta
manera hubiese acudido con Kikuchi, al menos si él se burlaba no sería alguna
novedad, pero viniendo de ti. Mejor me voy.-Determinado iba hacía la puerta
para salir de ahí pero le fue impedido por los brazos del mayor quien le estaba
abrazando por detrás.
-Vamos Shori, sabes que estoy bromeando,
cuéntalo como parte de tu cumpleaños-besó ligeramente su mejilla sin soltarlo
aún por miedo a que cumpliera su amenaza y así saliera de su camerino en busca
de Kikuchi o alguno de los otros dos.- Sé probables causas para tu tipo de
sueño- se apuró a decir- si me permites decírtelo, incluso toma asiento.- Con
su mano le indica un sofá pequeño que tenía aparte de su silla en dónde le
encontró apenas entró a la habitación.
-Bien, te voy a escuchar y espero que no sean
más “regalos de cumpleaños” tuyos o me iré sin pensarlo siquiera.- Sentenció
Sato antes de ir a sentarse al sofá que le era ofrecido por el mayor quedando
de frente a la silla en la que se sentaría Nakajima.- Te escucho.
-Según he investigado, y lo hice hace algún
tiempo porque justamente soñé con ello pero no con tantos detalles como te paso a ti, ni
con personas de mi mismo genero, pero estamos hablando de ti y no de mí –tomó
aire para hablar más tranquilamente.- Puede ser que sea por que sientas que no
tienes control en tu vida o que estás perdiendo control sobre ella, pero por
otra parte en tu sueño apareció mucho el tema relacionado con tu padre, que si
bien ya falleció puede que no estés honrrando bien su memoria.
-Con eso no se juega Nakajima, yo a diario le
daba los buenos días a mi señor padre además de las buenas noches sin contar
que cada año le celebro su cumpleaños luctuoso, así que honre su memoria lo
mejor que pude.
-Puede que no sea eso y solo te preocupen los
negocios de tu padre… aunque eyaculaste en esa pesadilla así que puede que
extrañes el sentir placer dado por otra persona, pero como estamos dentro de la
compañía no tenemos tanto tiempo como nos gustaría ¿Qué tal un beso con lengua
y otro día hacemos parte de tu pesadilla realidad?
-No me pondré un sostén si es lo que buscas.
-Pero sería interesante y muy seductor, con el
lindo color que tienen tus pezones antes de estimularlos por un buen rato,
sería un juego de ante sala para mí.
-No seas tonto Kento, es mi cumpleaños no el
tuyo para cumplir tus raras fantasías, además yo aún sigo algo atemorizado y
aturdido después de la pesadilla así que hoy no lo haremos por mucho que
ruegues.- Cortó el hilo del tema de tajo, mientras el mayor señalaba el espacio
vacío que aún quedaba en el sofá invitando al otro a que se sentara a su lado.
Aún sin estar del todo convencido pero sabiendo
bien que su pareja necesitaba algunos mimos debido a la terrible noche que
había pasado, se sentó a su lado y para su sorpresa fue el menor quien
comenzó a darle a él mimos al llenar su
cara con cortos besos, lo cual le convenció para rodearle con sus brazos y
acercarlo más a sí mismo, mientras Sato comenzaba a besar directamente los
labios del mayor quien los recibía gustoso, al notar la intensidad que marcaba
el menor en ellos quién intentaba borrar los besos que le fueron robados por
los otros tres. No fue otro que Shori quien tomó el control de aquella unión
entre sus labios al ser el primero en pedir permiso para acceder al interior de
la boca al pasar su lengua sobre los labios ajenos antes de suavemente tomarle
por el cabello de la parte de atrás de su cabeza y fue ahí cuando el mayor le
dio acceso a su boca entreabierta a la cual ingreso suavemente, el más bajo comenzando
a entremezclar tanto sus salivas como sus lenguas entretanto Sato despojaba lo
más discretamente que podía de sus ropas, ya que ciertamente cambió la imagen
de en su sueño que tuvo de su padre por la de su novio y recordar las
sensaciones que entonces tuvo entonces con el calor humano que ahora sentía de
Nakajima tan cerca de él lo excitaba y por lo tanto sentía la necesidad de
satisfacer sus necesidades carnales, hasta que notó como Kento detenía
lentamente el beso y se alejó lo suficiente para poder arreglar sus ropas a pesar
del puchero que tenía Shori al estar del todo inconforme con los actos del
mayor.
-Que aburrido eres Kento.- Comentó un
caprichoso centro del grupo quien se cruzó de brazos al ver su propia ropa
en perfecto estado, como si nunca se
hubiese molestado en quitar algo de sus ropas.
-Sabes que aquí no Shori, podríamos importunar
a las personas.
-No hay nadie aquí salvo nosotros.
-Sé que no hay nadie, pero puede entrar
alguien, eso y que claramente me abstendría de tener sexo contigo por el
momento primero que nada por ese sueño tan detallado que has tenido de varios
hombres abusando de ti, además es mal plan hacerlo en el lugar de trabajo
porque después nos acostumbraremos y lo tomaremos como algo casual, desviando
nuestra atención del trabajo y del lugar en donde estamos, así que no, es mejor
dejarlo para después.
-Bien, no haremos nada mientras trabajamos.-
Suelta a regañadientes ya que realmente estar tan cerca de su pareja y juntar
esto con pensar lo bien que se hubiese sentido si él hubiese estado en medio de
su sueño que lo tenía ciertamente algo excitado, pero debía mantener su palabra
y no hacer nada con el líder de la agrupación a la que ambos pertenecían.
-Por cierto y antes de que te enojes más
–acariciaba su mejilla antes de besarlo en los labios con suavidad y lleno del
sentimiento que profesaba por el menor
que no era más ni menos que puro amor.- Shori, si quieres puedes dormir aquí un
momento, viendo que realmente has pasado una noche fatal ya que traes ojeras
altamente notorias y se te nota un semblante bastante somnoliento así que
siéntete libre de dormir después de todo es tu cumpleaños.- Terminando de
decirle todo eso besó su mejilla para después levantarse del sofá y así
dejárselo enteramente a su pareja.- Duerme ahí si quieres, yo me quedaré para
seguir y terminar el trabajo de revisar
nuestra agenda de trabajo y así puedes dormir tranquilo, me encargaré de que
nadie te despierte si no hace falta descuida.
-Gracias Kento, espero no ser una molestia- murmura
antes de poder acostarse tranquilamente en el sofá.
-Dulces sueños mi Shori- susurró el mayor antes
de seguir con su trabajo de revisar la agenda y hacer algunas anotaciones en la
parte inferior de la hoja donde estaba su horario junto con algunos detalles
que le daban de los encuentros fututos, pero no pudo evitar distraerse al saber
que Sato estaba a sus espaldas ahora tranquilamente dormido.
Nakajima no pudo quedarse en paz en su trabajo
hasta moverse para quedar de frente al menor y así poder vigilarlo de cuando en
cuando mientras continuaba revisando las pequeñas notas que le habían
facilitado de diferentes planes que tendrían a lo largo de la semana.
-Kento.- Llamaban a la puerta de su camerino
quizá alguno de sus compañeros el cual abrió la puerta tras unos segundos,
revelando así que se trataba de Kikuchi.- ¿Cuál es nuestro primer plan para el
día de hoy?
-Que impaciente eres, ¿No podías esperar por
mí?- preguntaba ciertamente algo molesto pero intentando disimularlo, ya que la
intromisión del otro había causado el despertar de Sato.
-Así que vienes a molestar al líder para tener
en dónde dormir- acusaba el recién ingresado a la habitación.- Claro, como convenientemente
salen juntos te aprovechas ya que no has dormido bien para venir a poner cara
de cachorrito para que te deje hacer a
tu gusto.- Se quejaba pues le parecía injusto que el menor parecía ser el
consentido.
-Ya deja eso, mira que acabando de despertar no
soy la mejor persona del mundo, mucho menos si me terminan de despertar en
lugar de esperar a que yo mismo lo haga por mí mismo.- Decía molesto con el otro ya que realmente estaba durmiendo a
su gusto para quitar las ojeras que por desgracia aún tenía al ser despertado abruptamente.
-Tiene razón
se pone de forma algo recelosa y
algo caprichoso y siendo el centro de atención del grupo será un día algo
problemático para todos el día de hoy, bien hecho Fuma- regaño al otro antes de
juntarlos a los dos para poder ir a comenzar su horario de trabajo donde los maquillarían para evitar su brillo
frente a cámaras.
Si bien su cumpleaños había empezado de una
manera nada grata, a esas alturas ya se encontraba más sereno respecto a su sueño como al resto de su día incluyendo lo
que pasó en cuanto a los besos robados, que tuvo que pasar, que le
interrumpieran su sueño, e incluso que su pareja lo dejara con las ganas a flor
de piel de continuar con lo que en su mente se estaba recreando en su
mente que confinaba sus deseos más bajos
en cuanto al sexo y su deseo ardiente por su pareja, quien al negarle complacerle únicamente le hacía
desear más el tener un acercamiento intimo con él así como deseaba desaparecer a Kikuchi del lugar para
que los dejara solos e intentar convencer a su amante de seguir con el coqueteo
y así poder seducirlo a tal punto, que accediera antes de empezar el día de
trabajo.
De cualquier forma lo tendría que dejar para
otro día ya que dudaba que el trabajo para ese día fuera tan sencillo como para
que fuera a terminar pronto, fuera lo que fuera, así que dejaría las cosas así,
después de todo ya estaba en paz en cuánto al sueño que tuvo más temprano,
después de todo solamente fue eso un sueño, a pesar de que se tornó muy
violento.
-Disculpen, les solicito que pasen al área de
maquillaje previo al rodaje, ahí encontraran a sus otros compañeros, les pido
que se apresuren ya que con la televisora que les han solicitado para una
sección de su programación quieren conocerles antes y hacer arreglos conforme a
su aspecto, altura, tono de voz y facilidad de palabra así que se les solicita
que estén ahí en cuanto antes.- Pedía un hombre que al parecer era uno de sus
tantos manager a los chicos que a toda prisa se dirigían al cuarto destinado para
el maquillaje.
-No es justo que aún en los días de cumpleaños
de uno de nosotros nos vayan a estar juzgando por nuestra apariencia para salir
al aire- se quejaba Kikuchi en voz baja pues temía ser regañado por el personal
o alguno de sus compañeros de empresa.
Una pequeña risita se escuchaba de parte del
líder de la agrupación, Kento Nakajima.- Pero es necesario, necesitan organizar bien lo que producirán y deben tener
todo bien organizado para que resulte lo mejor posible, no te vuelvas a quejar
de esa manera en el trabajo, por lo menos ha sido en voz baja, pero limítate a no hacer ese tipo
de comentarios, es una suerte que incluso en días festivos tengamos trabajo ya
que la situación es muy difícil para cualquiera en estos días así que se
agradecido, respecto a que nos juzguen es completamente normal entre las
personas además que debes tener en cuenta de que somos ídolos y por lo tanto
figuras públicas, si tienes problemas con esto fácilmente puedes salir de la
empresa.- Reprendía pues ese era parte de su papel y responsabilidades como
líder.
El cumpleañero por su parte solo escuchaba la
casi discusión que ambos tenían más al llegar al cuarto que tenían como destino
un silencio sepulcral se hizo presente por parte de los tres recién llegados
por lo que no hubo contestación al saludo jovial que les dedicaba Schmich.
-Chicos, hasta que llegan, los estábamos
esperando, sobre todo a nuestro cumpleañero, les recomiendo que tomen asiento
en lo que regresan las maquillistas ya que al no estar los cinco aquí
decidieron ir a tomar un poco de aire en lo que ustedes tres aparecían.
-Comprendo porque Sato-san se pudo haber tardado y comprendo porque
Nakajima-san haya tardado también puesto a que son novios, seguro estaban
haciendo cosas inadecuadas como para compartir con los demás, pero lo que se me
hace tremendamente raro es: Qué hacías tardando al igual que ellos, y nosotros
dos los estuvimos buscando por los alrededores y casualmente no te
encontrábamos ¿acaso estabas también en el camerino de Nakajima sabiendo que
estaba acompañado e intentabas hacer un trío con ellos dos? –preguntaba con algo de desagrado
en su expresión e iba a seguir con sus acusaciones hasta que el alemán le
interrumpió al tomar la palabra.
Shori ni siquiera se dignó a sentarse pues
pronto se acercó a la puerta de salida casi desfalleciendo al cruzar debajo del
umbral de la puerta, de no ser porque Nakajima tuvo agilidad de mente y piernas
para socorrer al menor tomándole por las caderas y así evitar su caída formando
en el resto de los integrantes aplaudían
al líder de su agrupación ya que lo que había hecho por la imagen del grupo
había sido asombroso ya que los otros cuatro restantes no pudieron reaccionar
de esa forma.
-Shori, ¿te encuentras bien? Tienes muy mal
aspecto, deberías ir a la enfermería antes de salir al aire o mínimo ir a mojar
tu cara a ver si te despiertas un poco más para el programa, es eso o ir a
dormir ya que Kikuchi no te dejó descansar.- Cuestionaba su pareja, Nakajima
quien fue halado por el menor consigo para llevarlo con él al baño, ya que se
sentía realmente mal y al llegar al baño se metió junto al mayor, quedando ciertamente
un tanto apretujados pero bastante cómodo para el menor, quien de inmediato se
arrodilló para así poder bajar el pantalón ajeno y así poder comenzar a tocar su entrepierna hasta notar como su miembro se
erguía del todo, momento en el que bajó su ropa interior para ver en todo su
esplendor aquél pene que tanto ansiaba desde hacía unos largos y tortuosos
minutos, y después de contemplarlo fue interrumpido por el otro.- Qué haces,
nos esperan fuera, si querías hacer este tipo de cosas hubiéramos ido a mi
camerino…-
-Tonto ahí nos buscarían primero, además
posiblemente nos hubiera sido imposible llegar hasta allá, ya sabes que hay
varias personas resguardando nuestra seguridad, junto con los de maquillaje,
peinado y vestuario además de los montones de managers que tenemos para el
canto, baile y actuación. Sinceramente nunca hubiéramos podido llegar, pero no
te molestes tanto conmigo, yo solamente quiero saborearte y que con ello disfrutes un
poco, después de eso volvemos al trabajo para que nos maquillen y luego
entramos a dónde se supone que haremos
el trabajo, no te preocupes.- Mientras el menor adentraba el pene del mayor,
emitía pequeños aunque sonoros gemidos.
Cuando los gemidos comenzaban a llegar a los
oídos de Nakajima su excitación subió de inmediato, intentando entrar en razón
y así bajar el volumen de sus propios gemidos intentó aferrarse a algo, acabado
por tomar los cabellos de Sato con cuidado para no hacerle daño. Cuando se
calmó lo suficiente para no gemir en modo exagerado, intentó calmar igualmente
a su pareja, pues aunque le encartaba escuchar
su voz que hacía vibrar su boca en su totalidad realmente no deseaba que
los descubrieran aún menos que escucharan esa hermosa voz del menor, en
pleno goce, sin siquiera terminar lo que
hacía con él, acabando por acariciar sus cabellos mientras le hablaba con voz
calmada.-Baja la voz Shori, no queremos que nos descubran ni creo que quieras
que me vean así de excitado.
Al decirle eso el menor bajó su tono de voz,
comenzando a jugar con su lengua sobre el glande del mayor, quien simplemente disfrutaba del todo lo que el menor hacía,
hasta el punto en el que Nakajima hizo su
cabeza hacía tras para así sentir con mayor fidelidad los movimientos que Sato
efectuaba llevándolo a correrse en el momento en el que volvió su cabeza a su
posición normal y con su mirada buscó la mirada del menor, y al encontrarse fue
que el mayor tuvo que culminar dentro de la cavidad ajena, cosa de Sato recibió
gustoso pues estaba ansioso por recordar aquél sabor tan característico a la
vez que penetrante, simplemente lo amaba.
Tiempo después de que ambos se arreglaran un
poco volvieron al lugar dónde los arreglarían antes de salir
a escena en televisión, ambos se alistaron al igual que los otros
integrantes der la agrupación, y quienes estaban a cargo de su presentación
regresaron poco después de que los otros dos recién ingresados volvieron para
así ser alistados al igual que Kikuchi para salir a hacer su trabajo mientras
Matsushima y Schmich cuchicheaban entre
ellos sobre lo que creían que había ocasionado la llegada tarde de parte de los
tres mayores.
-Pienso que en verdad Kikuchi intentó inmiscuirse
entre el amorío que tienen Nakajima y Sato, fue entonces cuando Kento decidió defender su territorio y así luchar
por el amor de Shori, quien también estaba dispuesto a seguir fiel con su
pareja, pero Fuma, como ya sabemos es un necio y seguro anduvo tratando de mil
formas de convencerlos. Harto ya de la intromisión de Kikuchi estoy seguro que
fue cuando Shori salió del camerino de
Kento ya enfadado y recordó que aún debía cumplir obligaciones en su trabajo
pese a ser su cumpleaños.- Fue So quien le explicaba detalladamente como
ocurrieron los hechos según él suponía.
-Eso y que no lo dejó dormir, aún no se le
quitan las ojeras- complementó Schmich mientras la maquillista intentaba ocultar
lo señalado por el alemán, y a pesar de que le costaba encontrar un tono de
corrector que funcionara bien tanto para ocultar las zonas oscuras bajo sus
ojos y que además quedara aún acorde de
manera natural con el resto de maquillaje. Todo eso también le causaba algo de
dificultad al personal de vestuario pues
necesitaban coordinar los colores, además de que bebían escoger un tipo
de cuello para que no arruinara el peinado que ya estaban terminando, cuando el
líder de la agrupación ya estaba del todo listo al igual que Kikuchi, el único
que quedaba para acabar era Shori.
Fue cuando ya todos estuvieron listos para
salir a escena en la pantalla que Sato se armó de valor para poder comunicar su
sentir con el líder de la agrupación en uno de esos cortes publicitarios en voz
baja se acercó al mayor para comenzar a susurrarle suavemente:” que sexy te ves
Kenty, buen trabajo de parte de la chica de vestuario, no sé si te deje salir
de esta manera para una emisión
televisiva, sería mejor que te llevara lejos solo para mí” añadía con cierto
toque coqueto en sus palabras, a tal punto que fue silenciado por su pareja.
-Calla vamos a salir pronto, además de seguir
así querré tener acción contigo y prometiste que no lo harías en el trabajo.
Así que compostura, mejor vamos a filmar de una vez para que puedas dormir adecuadamente
y no solamente se cubran tus ojeras con maquillaje, sabes que me desagrada que
cargues tanto sobre tu rostro no deja apreciar el hermoso rostro que realmente
posees- hablaba en voz baja para que ninguno escuchara, aunque estaba seguro de
que sus compañeros eran demasiado curiosos para dejar pasar a dos compañeros
hablaran entre ellos y no enterarse del asunto.
En cuanto pasaron a sus respectivos puestos y
se preparaban para salir al aire, y para suerte de la imagen central del grupo,
el acomodo le favoreció al quedar a lado de su pareja y no pudo evitar comenzar
a sonreír de forma discreta, antes de comenzar a susurrar suavemente al oído de
Kento:-prepárate para dar un buen regalo por mi cumpleaños y como compensación por
haber hecho que me quedara con las ganas de hacer cosas sucias contigo dentro
del edificio de la compañía – al sacar a flote la lujuria que le provocaba el
mayor con solo estar cerca de él, usando un tono más sensual en palabras clave
para así tratar provocar a su pareja como venganza a lo que supuestamente de lo
que supuestamente le había hecho pasar a él.
Si bien
el menor era la imagen de la agrupación, estuvo a punto de discrepar en lo que
le había pedido el líder con anterioridad, pero únicamente se encogió en
hombros de forma ligera antes de seguir con una actitud tranquila, ya que no
quería hacer alguna escena vergonzosa de la cual se arrepintiera después. Era
mejor trabajar normalmente y después esperar a que Nakajima lo recompensara con
algo que pagase su buen comportamiento y así se calmase la ira que se resistía
por sí mismo, ya que estaba seguro que vería frutos de su esfuerzo al contener
su ira, por lo cual se comportaba como si nada hubiese ocurrido
-Mañana Shori, mañana. Ahora por favor
compórtate y haz tu trabajo tan bien como siempre.-
Nakajima miraba expectante a Sato, pues sabía
que al color rojo del grupo le excitaba demasiado el simple hecho de quedarse
con las ganas que él mismo le aseguraba
le traía contrariedades inmensas y
estaba seguro que no se controlaría bien, e incluso se portaría inadecuadamente
a propósito para castigarle, o mínimo estaría inquieto durante la grabación,
pero para su sorpresa el menor se estaba portando mucho mejor de lo esperado y
aún mejor que antes de entrar al estudio, ya que fuera de este era un torbellino
lleno de ganas de sexo y ahora era otro totalmente diferente al Shori que
estaba seguro que conocía. En ese punto incluso le pasaba por la mente la idea
de que le podría estar siendo infiel con el director de escena, pero estaba
seguro de la fidelidad de él y con lo
mucho que confiaba en él, por lo que decidió de manera firme hacer de lado
sus paranoias y seguir normalmente con
su trabajo.
FIN.
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Tres años de espera, pero aquí está, lo siento, felicidades Shori. Espero no haber cometido demasiados errores
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