Un regalo especial.

X__X parezco zombi hoy pero... no importa 

No les podía dejar sin un fic siquiera

Así que les traigo uno cortito

Puede  que a lo largo del día haga otros dos

Puede que no
Así que al menos tendrán este

Cada día odio mas el 14 de Febrero ¬¬

Y no, no es por que mi esposo ( mi gato)no me regale nada

No, que va, que va

Si no es por que tengo que hacer cositos a mano ¬¬

Pero bueno, menos mal que no tengo amigos físicos y no regalo nada :DDD

MUAHAHAHHAHAHAHAHAH 

XDD

En fin! Allá va! 

                                                                                              

Un Regalo Especial.

La campana que anunciaba la última clase estaba sonando, todos preparaban sus cosas para irse, menos un joven que se veía realmente deprimido. Desparramado en la mesa de su pupitre, mirando a la ventana que tenía a lado con la vista perdida. Su mejor amigo, quien se sentaba delante suyo, estaba preocupado por él. Desde que había empezado el día no se veía muy animado y le parecía raro, ya que a pesar de que era el día de San Valentín, no se le veía ánimo alguno.

-¿Qué te ocurre Kento? Hoy te ves muy apagado ¿Estás enfermo? - pregunto jovialmente mientras terminaba de guardar sus cosas, viendo como el resto de alumnos se había marchado.

-Sí, más o menos es eso - soltó un largo suspiro, incorporándose un poco para ver a su amigo. - Fuuma, ¿cuántos dulces has recibido hoy?- preguntó desanimado.

-Pues... como cinco, mira - del bolsillo del pantalón de su uniforme saco lo mencionado, eran distintas paletas todas en forma de corazón, cada una con diferente envoltura y decoración.- ¿Y tú?- Nakajima de hundió más en su asiento, juntando su pulgar e índice, formando un circulo.- ¿Cero?- preguntó con voz baja, a lo que el otro simplemente asintió pesadamente. -¿Pero cómo? Tu eres alguien muy guapo - al escuchar lo que dijo el mismo se cubre la boca con un ligero tinte rojo sobre su rostro.

-¿Guapo yo? - dejo salir una risa burlona.- Déjate de bromas Fuuma - murmura aún algo deprimido.

-Pero tú eres guapo Kento, no sé como nadie se ha dignado a regalarte dulces, seguramente porque les da vergüenza- alzó su dedo índice mientras intentó animar a su mejor amigo.

-No trates de animarme, los dos sabemos que no soy nada popular.- 

-Pero Kento, tú le gustas a muchas personas.-

-¿Ah sí? dime una. - Se sentó correctamente en su asiento mirando a Kikuchi.

-Pues... - dirigió su mirada al piso.

-¿Lo ves? por lo menos tú tienes cinco para elegir- suspiró completamente desanimado.

-Pero no yo quiero a ninguna de ellas.-

-¿Por qué no? parecen lindas además de que...- no pudo seguir hablando ya que Kikuchi le había interrumpido.

-¡Porque tú me gustas!- gritó exaltado a la vez que avergonzado y apenado.

- Esa no es razón para que... ¿eh? - lo miró sin entender.

-Lo que oíste - musitó de forma apenas audible, pensando que había hecho terriblemente mal. Confesarse a su mejor amigo en una situación así, sabía que sería completamente rechazado.

-No bromees, si yo te gustara me hubieras regalado aunque sea una paleta - bromeó pero al instante Kikuchi le ofreció las paletas que le habían dado a él. - ¿Es enserio?- preguntó algo preocupado Nakajima.

-Piensa lo que quieras - dejó las paletas sobre el pupitre del otro, mientras su rostro se coloreaba suavemente de rojo.

-Gracias - tomó las paletas con ambas manos, sonriendo ligeramente de forma tímida, sintiendo como sus mejillas se acaloraban ante el acto de su mejor amigo.

-Vámonos a casa- dicho esto, Fuuma se puso de pie aún avergonzado por lo ocurrido.

-Sí- contesto más animadamente Kento, pues aunque la situación era un tanto rara, realmente se había recuperado por completo. No sabía si era por lo que acababa de confesarle Kikuchi o por los dulces, pero de cualquier forma, todo era gracias a él. Ambos avanzaban lentamente por los pasillos y escaleras del edificio, hasta llegar a la entrada principal, yendo cada uno a su respectivo lugar para cambiar sus zapatos de la escuela por los normales. Estaban uno al lado del otro.

-Oye, Kento... ¿Qué tal si tu y yo salimos?- preguntó con dificultad.

-¿No estamos saliendo ya? - dijo bromeando.

-No seas... bobo, Kento - saco sus zapatos y los dejo en el suelo para colocárselos.

- Vamos a tomarnos esto con calma Kikuchi Fuuma - rió al decirlo mientras abría la pequeña puerta de donde estaba sus zapatos, dejando salir prácticamente un río de paletas chocolates y cartas que habían metido por la pequeña abertura.

-¿Cómo voy a tomarlo con calma si tengo tanta competencia? - Kikuchi cruzo sus brazos sobre su pecho enfadado al ver el número de cosas que había recibido su amigo.

-¿Celoso?- Nakajima arqueo una ceja para después reír a carcajadas- No tienes que preocuparte por cuantos van detrás mío, hasta ahora, tu eres mi favorito - le guiño un ojo, haciendo que su acompañante se sonrojara.

-¿Quieres venir a mi casa a comer todos los dulces que te han dado? - preguntó.

-Claro, pero no intentes sobrepasarte conmigo - dijo en broma.

-Ya veremos, ya veremos- Fuuma sonrío de una manera que a Kento no le pareció muy confiable, pero de cierta manera le agradaba la idea de que pudiera pasar algo. Y así se encaminaron juntos a la casa de Kikuchi.

FIN