Retratos de una
fiesta.
Ya han pasado algunos
minutos desde que la hora de clases había terminado, o al menos eso creo. Me
encuentro solo en casa debido a que enfermé repentinamente, lo peor de esto
es que me he enfermado justamente el día de mi cumpleaños, es verdaderamente
terrible, quería asistir a clases para ver a mi pareja después de clases, con
la cual llevo cerca de seis meses, pero no hemos pasado a más de unos cuantos
besos. Seguramente hoy tendría algo para mí. Es una verdadera pena que no haya
podido ir.
Un pesado suspiro escapa de mis labios mientras miro por la ventana que está justo al lado de mi
cama, en la cual me encuentro debido a que acabo de despertar después de la
fiebre que me ha durado casi todo el día. Creo que este es el peor cumpleaños
que he pasado. El ruido de alguien llamando al timbre
me distrae de mis pensamientos sobre cómo he pasado el día. Con pereza me
levanto de la cama, aunque seguramente no es nadie importarte ya que todos mis
familiares tienen la llave. Al llegar al recibidor abro la puerta algo lento ya que aún estoy
mareado por haberme levantado tan repentinamente.
-Marius, me alegro
que ya te encuentres mejor.- Escucho que me dice Sou, mi pareja, y al momento le
sonrío y me lanzo a sus brazos para abrazarlo, realmente lo había extrañado
mucho. -Se ve que ya estas mejor.- Lo escucho reír con suavidad mientras me
abraza a su cuerpo.
-Claro que me siento
mejor, nunca pensé que vendrías a visitarme solamente porque me encuentro
enfermo.- Le sonrío emocionado al verlo frente a mí con su uniforme, seguramente vino
apenas acabar sus clases.
-¿Y cómo no iba a
venir? Si me preocupo mucho por mi novio. - Me recorre un ligero escalofrío al
escuchar la última palabra que pronuncia, ya que aún me pone nervioso la forma en que
me llama como "su novio". - Entonces, ¿cómo te encuentras? - Sin que
me dé cuenta coloca su mano sobre mi
frente, puedo sentir su suave piel sobre la mía, aunque estaba fría.
-Bien, solo un poco
cansado.-Le susurro sin dejar de abrazarlo.
-Creo que tienes
fiebre.- Me dice alarmado, aunque no comprendo muy bien porque, yo me siento bien.-
Es mejor que te recuestes.-
-Pero me encuentro
bien, enserio.- Le sonrío pero él cierra la puerta y con sus manos me guía
lentamente en busca de mi habitación. Realmente me siento nervioso de tenerlo tan
cerca de mí, tener sus manos sobre mi cuerpo, estar a solas con él.
-Estas ardiendo en fiebre, obviamente no estás bien.- En un abrir y cerrar de ojos Sou me trajo a mi habitación y ahora me encuentro recostado con las mantas al nivel de mi nariz.
-Estas ardiendo en fiebre, obviamente no estás bien.- En un abrir y cerrar de ojos Sou me trajo a mi habitación y ahora me encuentro recostado con las mantas al nivel de mi nariz.
-Estás exagerando.- Le
digo como puedo, pues me ha arropado de tal forma que no puedo moverme.
-Nunca exagero con nada y mucho menos con este tipo de cosas.- Se encuentra arrodillado a mi lado con sus antebrazos
recargados en mi cama.
-Pero te molestaste
en venir hasta mi casa a visitarme, hagamos algo juntos. - Me doy vuelta quedando
de costado para mirarlo directamente.
-¿Qué propones hacer?
- Me mira fijamente y siento como mis mejillas comienzan a sonrojarse, teniendo
el reflejo de querer cubrirlas, pero las mantas están demasiado apretadas como para
poder mover mis brazos, por lo que es una suerte tenerlas casi del todo cubiertas con las frazadas.
-Cuéntame que ha
pasado en tus clases.- Le sonrío con algo de timidez al notar que tengo su
mirada completamente sobre mí.
-¿Mis clases? Pues no
ha pasado nada novedoso. En la última clase casi me quedo dormido, pero me ha salvado el hecho de que una paloma comenzó a ulular junto a la ventana, de lo contrario hubiera
roncado en medio de la clase y seguro me hubieran reñido y castigado, y así no
hubiera podido venir a ver a mi Marius.- Me sonríe mientras con su dedo índice toca mi
mejilla. Yo solamente intento desviar mi mirada, pues no puedo soportar la de Sou sabiendo que se apuró todo el día por verme, y aún menos tocándome de
forma tan descuidada sin ser conocedor de que el roce de su piel contra la mía me
produce sensaciones demasiado agradables.
-No hacía falta que
vinieras, podíamos vernos después, además te puedes contagiar. - Le murmuro mientras miro hacia otro lado.
-Acaso, ¿No quieres
que esté aquí? - Volteo a verlo rápidamente al notar cierto tono de tristeza en sus
palabras. Y no me equivoco, tiene la cabeza gacha y sus brazos ligeramente
colgando. - No sabía que te molestaba que viniera mientras estabas enfermo.- Dice
en un tono que me parte en corazón e intento liberarme de las mantas.- Lamento
haber venido, la próxima vez preguntaré antes de venir.- Al ver que se pone de
pie para irse, logro liberar mi cuerpo de las mantas para incorporarme sobre la cama y
bajar, abrazando a mi Sou por la espalda. Me aferro a su cuerpo, no quiero que
se vaya, quiero que se quede aquí conmigo. Sin saber cómo, unas pequeñas lágrimas
comienzan a mojar su ropa.- ¿Mari? - Al escucharle decir mi nombre lo abrazo
con más fuerza.
-No te vayas por
favor - sollozo sin darme cuenta.- No me molesta que estés aquí... solamente
que cuando te tengo cerca me siento muy nervioso, y tengo un extraño deseo de
estar más cerca de ti.- Un nuevo sollozo sale de mi boca.- No me odies... - Digo en
forma de murmullo mientras voy perdiendo las fuerzas, comenzando a sentirme
mareado.
-¡Marius!- Escucho como
me grita, pero tengo la vista nublada y me duele la parte de atrás de mi
cabeza. Estoy casi seguro de que estuve a punto de sufrir un desmayo, pues Sou me mira muy preocupado y al fondo creo que veo el techo, probablemente estoy
sobre el suelo. Siento como me toma entre sus brazos, este sería el momento más
feliz de mi vida si no fuera porque está bastante inquieto. Me lleva hasta mi
cama y aún me mira angustiado, yo le sonrío, pero parece que eso no le
reconforta para nada. Al ver que aún no está calmado, paso mis brazos alrededor
de su cuello para atraerlo cerca de mí, y cuando estoy suficientemente cerca de su
rostro, cierro mis ojos para dejar un suave beso sobre sus labios, apenas rozando estos.
-Te quedarás, ¿verdad?
- Lo miro, pero noto que mi visión se torna borrosa y algo cae de mis ojos,
probablemente son lágrimas, pero no sé porque brotan ya que no lo harán tranquilizarse, sino alterarse más, y es algo que no quiero.
-Claro que me
quedaré, tienes fiebre y si estas solo puede ser peligroso...- lo callo volviéndolo
a besar, no quiero oír otra cosa de él preocupándose por mí. No quiero afectar su tranquilidad. Puedo apreciar como se tensa un poco al besarlo de repente, pero
no me importa, cierro mis ojos para poder sentir mejor los labios de Sou. Lo
jalo un poco más cerca mi cuerpo, quiero sentirlo más. Noto cómo él se
sube a la cama sin dejar de unir nuestros labios, ya no siento su mirada, así
que probablemente haya cerrado sus ojos también.
Con mis dedos recorro
la nuca de Sou, tiene una piel realmente suave, quiero sentirá aún más y más,
así que bajo mis manos, tocando sus ropas. Recuerdo que trae aún su uniforme,
eso es una ventaja, ya que será más fácil deshacerse de su ropa. Con sigilo,
comienzo a desabrochar lentamente los botones de la camisa, él se tensa, seguro
se dio cuenta de lo que estoy haciendo, pero no pienso detenerme ahora, es algo
que realmente necesito. Necesito sentirlo.
Por fin me deshago de
esa estorbosa camisa y al tirarla al suelo pongo mis manos sobre su pecho. Es tan
cálido. Abro mis ojos para mirarlo, y como era de esperarse me mira con total
asombro. Hace rato que nuestros labios ya no están juntos pero... aún quiero
más. No me basta con todo sentir un poco de su piel. Mis manos se pasean por su
espalda sin descanso alguno mientras lo miro directamente a la cara una sonrisa
pícara se asoma por mis labios, es comprensible que él se sonrojara, seguro que
nunca me había visto de la forma en que estoy ahora. Ni yo mismo me había
sentido jamás como ahora, pero tengo esta extraña necesidad de tenerlo cerca,
algo que no puedo controlar.
Ambos acabamos
totalmente sobre la cama, yo debajo de él mientras paso mis manos por toda su
piel expuesta, se encuentra besándome, de una forma más descuidada de
costumbre, mientras sus manos descansan a cada costado de mi cabeza. Sin saber
el motivo del porque lo hago, saco mi lengua para lamer los sus labios. Saben
delicioso. Es la primera vez que pruebo algo tan sabroso. Enredo mi pierna izquierda en su cadera, queriéndolo todavía más cerca de mí.
El también ha sacado
su lengua para juntarla con la mía, y siento como una corriente eléctrica
recorre mi cuerpo ante el simple roce entre nuestras lenguas. Entre más intenso
se hace el jugueteo entre nuestras lenguas, mis manos se ponen más inquietas, y
sin soportar mucho más este juego que mantenemos, me separo un
poco de su boca para poder tomar el aire que mis pulmones tanto reclaman. Lo miro
mientras jadeamos y nos sonreímos. Sus hábiles manos me desprenden rápidamente
de mi pijama, dejándome vulnerable solamente haciéndome quedar en ropa interior. Busco el
borde de sus pantalones, y al encontrarlos rápidamente los desabrocho sin
demora.
Me devora con la
mirada, haciéndome enrojecer y sentirme nervioso, pero yo acabo de quitarle sus
pantalones, así que estamos en la misma situación, no puedo evitar mirarlo de
arriba abajo, su piel es hermosa y a medida que bajo mi mirada se hace más
deseable. Mis ojos se encuentran con su ropa íntima, alcanzo a ver un bulto
sobresaliendo en su ropa interior negra, ¡quiero quitársela ya!
Toma mi rostro entre
sus manos antes de besarme de nuevo, siento como me arrebata el aliento por la
forma tan dulce en que une nuestros labios. Poco a poco se desvía empezando a
besar mis mejillas, bajando hasta mi cuello. Besa y lame mi piel sin cesar, de
mis labios salen pequeños gemidos. Realmente cada acción que él hace se siente magníficamente
bien. No sé cómo puede hacer que todo mi cuerpo lo desee tanto como ahora. Junta
por completo nuestros cuerpos y puedo sentir el bulto que se formaba en su entrepierna contara la mía. Esta duro y
cálido, igual que yo. Sin poder evitarlo ni un poco. Comienzo a moverme un poco
para poder rozar nuestros cuerpos. Es la sensación más increíble que he vivido
hasta ahora. Aferro mis manos a sus cabellos, pues si no me aferro a algo
siento que no podré soportarlo.
Lentamente baja hasta
mi pecho, besándolo con suavidad, me causa pequeñas contracciones en todo mi
cuerpo, haciéndome estremecer y suspirar más de una vez. Sigue su camino
lentamente hasta mi vientre, lamiendo alrededor de mi ombligo, haciendo que me
sobresalte un poco. Mi ropa interior empieza a estorbarle, la quita rápidamente,
dejándome totalmente desnudo. Intento cubrirme con mis manos, pero So las toma para besarlas y retirarlas del lugar. Mira directamente mi entrepierna, y
yo no puedo evitar desviar la mirada por vergüenza. Arqueo mi espalda al
sentir como pasa su lengua por la punta de mi ya muy despierto miembro.
Jadeando deseo que lo haga de nuevo, pero en lugar de eso se quita lentamente
su ropa interior. Miro atentamente la piel que tanto deseo.
Él se acerca a mí,
besando por última vez mis labios, mirándome mientras se coloca entre mis
piernas, alzando una de ellas sobre su hombro. Me tensó notoriamente al saber
lo que vendría pronto. Humedece un par de sus dedos dentro de su boca, para
luego frotarlos contra mi entrada. Siento un estremecimiento recorrer mi
espalda ante el tacto, pero cierro sus ojos para distraerme de lo que haría a
continuación.
Mete sus dedos
lentamente dentro de mi ano. Intento relajarme lo más que puedo para que
pudiera entrar fácilmente, pero es bastante difícil, ya que duele, aún más
cuando separa sus dedos dentro de mí. Un gruñido de dolor escapa de mis labios,
y siento de nueva cuenta como me mira preocupado. Abro mis ojos y le sonrío.
-Estoy bien...
continúa - le murmuro para que se calmara, y parece que hace efecto, pues
siento sus dedos más dentro de mí, moviéndolos más suavemente. Después de un
par de minutos me acostumbro a la sensación, y sin darme cuenta comienzo a
mover mis caderas lentamente, quiero sentirlo aún más. No puedo evitar sentir
este deseo.
Siento como saca sus
dedos y le miro con reproche pero no me dura mucho, pues mi espalda se arquea
un poco al sentir como la cálida y ligeramente húmeda punta del pene de So me
comienza a rozar, introduciéndose poco a poco en mi interior.
Es realmente
doloroso, pero me gusta la forma en que llena mi interior, aunque duele
mucho creo que este es el dolor que todos reciben al ser amados. Abrazo por los
hombros a So, es un dolor que estoy dispuesto a soportar, pero no solo. Me
rodea con uno de sus brazos y apoya su frente sobre mi hombro. Entierro
lentamente mis uñas en su espalda, sigue siendo doloroso, bastante doloroso.
Unos minutos han
pasado y me he acostumbrado a que este dentro de mí, ya no duele casi nada,
aunque siento como mi interior palpita intensamente. Me aferro al cuerpo de So,
noto su aroma rodeándome mientras sale un poco de mi cuerpo antes de volver a
entrar suavemente. Lo estrecho contra mi cuerpo mientras jadeo suavemente sobre
su piel. Comienza a ir y venir dentro de mi cuerpo cada vez más rápido, mi
cuerpo poco a poco se va haciendo más sensible al cuerpo que se encuentra
encima de mí, nuestras pieles se rozan en varios lugares, y cada que se
unen es algo bastante placentero. La forma en la que entra y sale de mí es
fascinante, cada segundo me es más difícil contener los gemidos que desean salir
desde mi garganta, y noto que a él también le es difícil, ya que puedo sentir
su aliento cerca de mi mejilla, y alcanzo a escuchar los gemidos que intenta
reprimir, algo que me excita de sobre manera.
Nuestros cuerpos cada
vez se amoldan mejor al otro, parte de su vientre se roza contra mi miembro, haciéndolo
más sensible a cada tacto con su piel. Los gemidos salen de mi boca dejándome
sin aliento. So golpea con fuerza las paredes de mi interior, siéndole cada vez
más fácil moverse, tomando impulso mientras se aferra a mis caderas con sus
manos, pegando nuestras pieles por completo, haciendo un contraste hermoso.
Mis dedos se enredan
en sus cabellos, y en cuestión de momentos su esencia llena mi interior, de
forma cálida, mientras yo hago lo mismo entre nuestros cuerpos, dejándolos húmedos.
Mi cuerpo se contrae y se dilata, parte de mis cabellos se pegan a mi frente
por el sudor, lo mismo pasa con So, a quien miro mientras tomo su rostro entre
mis manos para que nos miremos directamente, le sonrío mientras noto como sale
lentamente de mi interior, dejando solo su semen dentro de mí.
Unimos nuestros
labios lentamente al tiempo que cerramos los ojos, abrazándonos suavemente
completamente agotados. Se recuesta a mi lado mientras yo lo miro con una sonrisa.
-So - le llamo
suavemente mientras me acurruco a su cuerpo. Él simplemente me mira con sus
ojos entrecerrados, se nota que está a punto de quedarse dormido. - ¿Dónde está
mi regalo de cumpleaños? - río disimuladamente al ver como abre sus ojos enormemente.
-Lo siento, creo que
lo olvide en mi escritorio - me abraza contra su pecho.
-Puedes traérmelo
mañana, quizá pueda volver temprano a casa y vernos un rato antes de que
lleguen mis padres - aparto los cabellos de su frente, disfrutando el ligero
aroma de el sudor que cubre la totalidad de su cuerpo.
- Sería buena idea -
ríe conmigo mientras cierra sus ojos. - Feliz cumpleaños - me susurra
suavemente antes de comenzar a caer en un profundo sueño.
-¿Marius? ¿Tienes visitas?
- escuchamos ambos la voz de mi madre y nos sobresaltamos, nos vestimos y
arreglamos a toda prisa, lo antes posible para que no nos descubra. - ¿Marius,
porque no me contestas? - entra mi madre y yo estoy en mi cama, casi
completamente cubierto por las mantas, mientras So se encuentra sentado en el
suelo disimulando.
-Lo siento, no te
escuche - le sonrío mientras se acerca a tocar mi frente.
-Estas sudando, cielo
- me observa preocupada para luego sonreír- seguro que ya te sientes mejor.-
-Claro - río
nerviosamente. Pero siento como el semen de So baja por mi muslo interior, dejando brotar
un gemido sin querer.
-¿Pasa algo? - me
mira intensamente.
-N-no es que...
pienso que ahora que tengo trece, no podré faltar tanto a clase- le sonrío lo
mejor que puedo.
-Es verdad, ya eres
todo un hombre - acaricia mi cabeza- voy a traerles algo de comer.-
-Gracias - murmura So
mientras nos mira a ambos con algo de nerviosismo y temor. Mi madre finalmente
sale y ambos suspiramos aliviados para luego mirarnos con complicidad y reír.
-Linda fiesta de
cumpleaños la que me has dado So - bajo de la cama para ir junto a él y
besarlo.
-Y es solo el
principio de muchas- murmura sobre mis labios.
Hoy es un gran cumpleaños,
el mejor de muchos.
FIN.
owo Holiii!
XDD de nuevo vine
Diran " D: el fin del mundo!"
Pero nah!
es solo que el otro ficsu me parecio corto y no sé, simplon xD
Así que les traigo uno!
De lo mesmo, Mari-mari
XDD espero haya agradado :3
Coshos!!! Estos dos niños hacen que me vuelva mas pervert!! Como los amo!! <3
ResponderBorrarEl comentario de tu otro fic en anonimo tambiensoy yo xD
Emily desu ^^
XDDD pero son unos cositos hermoshos D: XDDD WTF? .. owo yo también los adoro, los voy a secuestar para mi :DDDDD!!!!... xDD lo voy notando, pronto sere una experta en ... en que?... ah si! en identificar anons xDD
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