16 oct 2015

Una Luna Para Un Lobo Sin Voz.

Esto está basado en mi Rolplaying.
En fin, unas pequeñas aclaraciones:
Mi personaje de So en el rol es... es más OC que otra cosa, pero su cuerpo es el mesmo
En fin, el mío es un tanto violento, no muy reservado en cuanto a ciertas cosas.
                                                                                                                    



Una Luna Para Un Lobo Sin Voz.




Las cosas malas que hacemos son mucho más reconocidas que las buenas, más recordadas, más un ejemplo a seguir para quienes desean poder. Es más valorado ser alguien malo que alguien que intenta ser bueno con los demás,  que alguien que   intenta dar lo mejor de sí mismo, alguien que quiere demostrarle a sus seres queridos, cuánto se preocupa.

Yo estoy consciente de que soy del tipo de personas que la gente no comprende ni le agrada, quizá por ser poco afectivo la mayoría de las veces, por ser agresivo, por a veces atacarles directamente, hasta incluso hacer cosas con ellos en contra de su voluntad. No es que realmente quiera ser de esa forma con ellos, sino que he adoptado ese hábito para saber quien quiere lastimarme para divertirse, o quien de verdad quiere acercarse a mí por su propia decisión. Pero hay algo que de verdad me inquieta, hay una persona, una persona con la que entablé una plática poco amena, como siempre lo hago, pero después de conocerlo cierto tiempo, hubo algo en él que me encantó, al igual que los lobos son encantados por la luna, él  acabó por  fascinarme, por acabar con la poca razón que me quedaba. Si bien los lobos no están exactamente atraídos por la luna, yo si lo estoy por él, lo cual es del todo injusto, masoquista, sin sentido.

Se supone que yo estoy cometiendo infidelidad por medio del pensamiento, ya que estoy casado con una chica que desde hace tiempo conozco y sí, la amo, pero el amor no desaparece solo porque te guste otra persona, eso además de que  casi no hablamos entre nosotros, casi no podemos comunicar nuestras ideas, nuestros sueños, nada. ¿Por qué digo que el amor no desaparece por algo tan simple? Fácil, uno puede amar a sus  padres y demás parientes, y no por eso te es imposible amar a alguien más, es un ejemplo de lo que quiero transmitir, está bien que te sientas atraído por otra persona, lo que está mal es engañar a alguna de ellas solo por diversión, o compartir de ti mismo cosas que solo debías compartir con la otra persona, o darle más facilidad en ciertas cosas a una que a otra, o preferir, eso es lo que creo que está mal. Ciertamente yo prefiero en ciertas cosas a una que a otra persona, no se puede hablar de sentimientos con alguien a quien no conoces y no sabes para que pueda usarlo en tu contra, así como no puedes ayudar solo a la persona con quien decidiste compartir tu vida.

Ya no controlo mis sentimientos.

Tengo extraños deseos con él, quisiera abrazarlo, tomar su mano y desde hace tanto, tanto tiempo que desearía besarlo. Dudo que él sienta algo parecido por mí, después de todo, solo somos amigos, y supongo que él me considera solo como un conocido, la verdad no lo sé.

No debes hacer algo de lo que te arrepientas.

A diario tengo algunos pensamientos fatalistas, después de todo no puedo cambiar ni lo que yo siento, ni lo que él siente por mí. Eventualmente todo eso  pasará  y dejaré de sentir esta  atracción, aunque hay veces en que lo dudo, porque con él no tengo ganas de cambiarle o tengo deseos de hacer cosas que  me gusten a mí y no le gusten al él, ni quiero que me declare amor eterno, solo quiero estar con él…Aunque si lo del amor eterno fuera verdad, no es que me molestara en gran medida, no digo que yo le vaya a corresponder, no creo sentir amor por él, solo hay ciertas cosas que me gustaría compartir a su lado, pero eso no es amor ¿Verdad?

Si tocara con mi mano la suya, seguro él no correspondería aquellas suaves caricias que le daría con mis dedos a los suyos, pero yo estaría deleitándome con aquella piel que se ve tan apetecible, no importando si es suave o si no lo es, lo que quiero es tocar su piel, solo con su mano me conformaría. ¿A quién engaño? Me gustaría tocar más, tocar su rostro, sus hombros y… ¡Argh! ¿En qué demonios estoy pensando? Esto debe ser solo una cuasi-necesidad, que no es más que algo que uno creo necesitar debido a la situación que ahora se me presenta, es solo algo efímero que pasará de un momento a otro, en cuando cambie de situación él ya no me atraerá y podré seguir  como siempre, aunque para que pase a segundo plano  esta terrible necesidad necesito complacer la falta de afecto que tengo… pero lo quiero de él, no de ella…

Es tan frustrante saber que no pasará nada entre los dos, después de todo: ni yo lo quiero tanto y él no me quiere nada a mí, así que… Aunque pensándolo mejor, quizá empiece a sentir algo más al ser yo quien está cambiando, ya que he tenido pensamientos nada gratos sobre él, porque la verdad… he llegado incluso a tener ciertas fantasías ciertamente morbosas, o al menos lo son para mí, cosa que no está nada bien porque eso solo suele pasar solo con las personas a quien amo, pero ahora todo es distinto, ¿Acaso me estoy haciendo más “humano”? Si la respuesta es afirmativa, tener los sentimientos de un humano normal es desesperante, seguro es por vivir tanto tiempo encerrado en cuatro paredes, estoy harto de eso, prefiero volver a mi casa y visitarlos cada que pueda, pero no me gusta estar encerrado. Odio estar encerrado.

Pero  volviendo al tema principal, Reia, ese estúpido que causa este tipo de sentimientos en mí, cosa que me es horrible por hacerme sentir como los otros, no es sano para mí, porque yo no entiendo y no sé controlar estos sentimientos, un ejemplo de esto es el hecho  de desear a alguien que no me pertenece, que no está interesado en mí, que es mi amigo, que está ocupado, que no está nada interesado en mí, ni como amigo, confidente, o amante. Quizá no se interese porque lo insulto y ofendo, pero no puede ser de otra manera. Si me tomo mucha confianza con él, tanto cariño, entonces seguro  será el fin para mí, siempre que me confío, que me encariño de más, acabo herido y no quiero porque lo veré como a una mala persona, y estoy casi seguro de que él no lo es para nada, al menos exceptuando el  hecho de lo que me está haciendo a mí y mi perfecto control que tenía sobre mis sentimientos, ahora no sé si pueda hacer algo bien. No lo sé.

Pero últimamente he pensado en algo, en algo que definitivamente no puedo ni podré consentir:

Él y yo  estamos en mi antigua casa, en el comedor, y sin poder resistirlo, acabo por unir nuestros labios cerrando mis ojos, cosa que realmente no acostumbro a hacer, así que termino por tomarlo por los hombros suavemente, para así poderlo acercar a mí y que no se me fuera de las manos, porque incluso en ese momento temo por que se vaya sin dejar que lo bese una sola vez, desde hace tanto tiempo que he querido besarlo, que no dejaré que me lo impida ni por un solo instante. Termino por bajar mis manos hasta su cintura, sé que aún me está mirando, estoy sintiendo su mirada, pero no me importa, si puedo ser afortunado por tener esos hermosos ojos sobre mí, nada podría interesarme más a mi persona, pues en ese instante estoy besando sus labios, los cuales son tan suaves, es la primera vez que beso a alguien con quien no tengo, ni quiero,  esperanza de que me corresponda, pero realmente estoy disfrutando de eso, y sin poder esperarlo, él acaba por corresponder lo que estoy haciendo, de  forma tan … Angelical, lentamente, con timidez, casi con miedo, pero no puedo evitar sentir como me derretía de lo bien que me sentía al saber que era correspondido de ese modo.
                A paso lento lo llevaba  a aquella habitación que estaba hecha especialmente para los invitados, una de las pocas en las que había techo en el primer piso. Con Reia seguía mis pasos entro con él en esa habitación, parando un momento una vez dentro para poder cerrar la puerta con mi pie. Él es mayor que yo, lo sé, pero tiene algo que me incita a cazarlo, como si yo fuera un lobo muerto de hombre detrás de una presa que lleva persiguiendo por mucho  tiempo, una que ahora tenía acorralada, que saboreaba con tan solo poder tenerlo entre sus garras, justo como yo lo hacía al tenerlo entre mis brazos. Extrañamente tengo deseos de querer hacerle más ¿Acaso estoy enfermo?  Quizá sí, quizá debo morderlo, y comerlo de un solo bocado. Sin poder ni querer esperar más, termino por acorralarle hasta el inicio de la base de la cama; si bien, muchas veces prefería dormir en futón aunque realmente no es que duerma mucho en algo así, prefiero árboles, pero muchos prefieren la cama, por eso la tengo en esta habitación; donde estoy tentado a separarme un poco de sus labios para verlo, pero es algo que no puedo hacer, ya que él cae a la cama y al tener cierto vértigo, lo más seguro es que era porque no sabía lo que había debajo, se agarra de mí y termino cayendo con él, quedando sobre su cuerpo, su apetitoso cuerpo. Al estar sobre él, no puedo evitar sonreír, abandonando sus labios un momento solo para verlo con más detenimiento, y sin más, de forma que incluso a mí mismo me sorprende, meto una de mis manos bajo su ropa, tocando  su piel para explorarla con suavidad. Estando tan perdido en la tersa piel que mis dedos tocaban, no me doy cuenta de cómo me mira, en una mezcla de confusión, miedo y sorpresa, pero al llegar mi mano a su pecho, siento como se tensa del todo, es en ese momento en el que me decido a mirarlo, sonriéndole mientras saco mi mano de aquel cómodo lugar en el que estaba.
                He notado que a pesar de no parecer disfrutar del todo lo que hago, él no se ha esforzado por querer apartarse de mí, ni de detenerme, ya que  no estoy ejerciendo ninguna fuerza sobre su cuerpo, pero aún así no ha intentado nada, lo que es para mí luz verde  para seguir. Con más confianza comienzo a quitarle la ropa, solamente por querer ver más de ese cuerpo que despierta en mí un deseo que ni siquiera conocía. Finalmente tengo la totalidad de su cuerpo desnudo, debo admitir que era más de lo que esperaba  pues realmente se ve apetecible por lo que  empiezo a quitar mi propia ropa con prisa, alcanzando a ver como su rostro comenzaba a sonrosarse, no sé si por su propia desnudez, o  el hecho de que yo me estoy quedando en la misma condición. Terminando de quitar mi propia ropa, la arrojo al suelo. ¿Para qué me he quitado la ropa? Me  pregunto un momento antes de bajar mi cuerpo hasta el de Reia, solo para rozar mi piel con la suya, lo cual es algo electrizante,  embriagador incluso.
                El simple roce que han hecho nuestros pechos, me ha sacado totalmente de juicio, pues ahora estoy totalmente excitado, cosa totalmente rara en mi persona, pues yo no suelo hacer este tipo de cosas, pero hay algo en él, en su cuerpo, en su mirada, en su personalidad, que hacen que me cautive  en cuerpo y mente. Estoy perdido.
No sé cómo fue que me armé de valor para hacer lo que ahora hago, besar su cuello, el cual es realmente delicioso, si solo empiezo y su sabor me atrapa del todo, entonces quiero saber si bajando más sigue siendo igualmente exquisito. De un momento a otro  estoy lamiendo uno de los costados de Reia, es demasiado sabroso, como para perder la oportunidad que creo solamente  ahora obtendré, pues sigue sin luchar, al contrario, creo escuchar pequeños sonidos de su parte, a mi parecer son por el deleite que le causo pero ahora no lo sé, ni me importa en realidad, por el momento solo me importa mi propio placer, aunque si también se lo brindo, no creo que hubiera mayor problema si se lo doy, es mejor para los dos. Ya he pasado mis labios y lengua por todo el cuerpo de la persona que me provoca esta vehemente ansia, y no puedo evitar el hecho de quedarme quieto antes de pasar ligeramente mi lengua por el glande del mayor, que debo admitir que fue algo delicioso, pero en ese momento tenía urgencia por algo más, así que me acerqué nuevamente hasta sus labios para besarlos con suavidad, y para mi sorpresa, este beso es correspondido con mayor seguridad.  Con una de mis manos  comienzo a masturbar el miembro del otro, solo para que se relajara, pero aún con esto, no dejo de besarlo pues mi extrañeza, pues me encanta hacerlo al menos me gusta con él. Seguramente me encanta tanto estar cerca de él, por la simple razón de que lleva tanto tiempo siendo el objeto de mi lívido.
Hace ya tiempo que he empezado a rozar mi miembro contra la entrada de Reia, no es que sea para lubricarle o algo parecido, sino para que se excitara, para que estuviera ansioso por lo que dentro de nada pasaría, y así no me fuera difícil entrar y de paso él sintiera algo de placer, aunque sea  una ínfima parte de lo que yo  sentiría. No puedo lograr el aguantar más  y termino por adentrar poco a poco mi pene dentro de su cuerpo, y él  gimoteaba por el seguro dolor que le causaba al no haberle preparado debidamente, pero eso no me importa de momento, al menos no mucho, ya que aunque  gozo del todo la forma en como apretaba mi falo dentro de su cuerpo, pero aún así me preocupo por él y al entrar del todo me quedo quieto para que se acostumbrara.
Al sentir que él se había acostumbrado, le sonreí sin  darme cuenta, pero no de una manera amable, al contrario, del todo  indecente, por lo cual  se sonrojó y me dijo algo que no alcancé a entender por el enorme deseo que tenía por comenzar a arremeter en contra de su interior, lo cual hice apenas pude en un arrebato incontrolable de lujuria y él comenzaba a quejarse por él dolor.  Sin tener corazón para aguantar verlo así, comienzo a  ir más despacio en mi vaivén para que así no sufriera tanto, al tiempo que entrelazo sus manos con las mías y así dejar que  enterrara sus uñas en mi piel, al tiempo que lo miraba atentamente, para después besarlo con suavidad, comenzando a sentir como se relajaba. Siento como está rompiendo pedazos de mi piel con sus uñas, pero no me importa, eso no es nada a comparación del placer que comienzo a sentir al estar en su interior, a pesar de que el ritmo del vaivén sea demasiado lento para mi gusto que me está dando en este momento, tanto que no puedo negar que se siente divinamente. Separo una de mis manos de la suya tomando una de sus piernas para así llevarla, haciendo lo mismo con su otra pierna, quedando sus  corvas sobre mis hombros, mientras aún tengo una de mis manos entrelazada con la suya, al tiempo que la que ahora tengo libre la dejo sobre la cama para poder apoyarme en ese lugar y  mantener el equilibrio  mientras mantengo esa posición, ya que así consigo que él se relaje aún más, haciendo que me fuera más fácil ir y venir en su interior, provocando ya un mínimo dolor en sus entrañas, para intentar que él estuviera más cómodo y no le doliera tanto cuando entraba a su interior.
He llegado a aumentar el ritmo del vaivén dentro del cuerpo de Reia, pero ahora que lo pienso, jamás le he llamado por su hombre, y aún ahora no pienso hacerlo, la razón es que… Bueno, eso realmente no importa en este momento, ya que creo que él comienza a disfrutar lo que le hago a su cuerpo ¿Por qué lo creo? Fácil, comienza a gemir de un modo que no denota ningún tipo de dolor, quizá esta vez lo esté haciendo de gozo. Ahora llevo un ritmo medio, y debo admitir que es alucinante todo esto, se siente de maravilla entrar y salir de su cuerpo, aún más viendo esos gestos que hace, no es porque me importe mucho su placer en realidad yo  me deleito con esas expresiones que tiene,  siempre ha sido  una fijación mía, ver las expresiones de las personas, ya que estas son  más honestas de lo que podrían llegar a ser sus palabras. Después de un rato he alterado el ritmo de mis envestidas  de suaves a unas ligeramente más violentas y frenéticas, sintiendo como el sudor comenzaba a caer sobre el cuerpo de él, hace un buen rato ya que estoy sudando, pero no tanto como para que comenzara a abandonar mi cuerpo para caer en el ajeno. Mi respiración comienza a ser anormal a la común, ya que  me cuesta un poco de trabajo respirar por el esfuerzo y ritmo que mantengo en este momento, mientras mi mano comenzaba a dejar fluir la sangre de los cortes de mi piel, ignoro del todo eso para seguir  golpeando el interior del tercero. Han pasado un rato desde que empecé mis frenéticas embestidas, estoy a punto de segregar todo mi semen, pero no quiero hacerlo antes que él, así que solo me mantengo entrando y saliendo rápidamente de un solo punto, donde estoy seguro que está su próstata, al tiempo que con mi mano lo masturbo  para que pueda llegar a correrse, y sin desear que la oportunidad se pasara, vuelvo a besarlo, esta vez introduciendo mi lengua  dentro de su boca, dando un ligero masaje placentero en ella para que así pudiera dejarse ir, y así me diera la oportunidad de verlo correrse. Se cumple lo que quería, ver como él se corría, pero no me detengo a ver ni su expresión ni lo que había regado sobre su vientre, al contrario, tengo la urgencia de entrar a él con fuerza para poder correrme, pongo mis manos en las caderas del otro para poder entrar con más constancia y dureza en su interior, haciendo que mi garganta dejara escapar algunos tenues gemidos, y sin pretender  frenarme más, termino por  correrme en su interior, cerrando mis ojos para recuperar un poco de mi aliento antes de salir de su interior.
Al salir noto algo raro, aquella goma elástica que se suponía debería estar alrededor de mi pene no está, lo que significa que no me puse preservativo, cosa extraña ya que usualmente me da asco tocar directamente el interior de las personas… Sin más me tiro a su lado y miro que estaba exhausto, mi mirada se pasea por todo su cuerpo hasta llegar a su vientre, donde aún tiene un poco de su semen, y no puedo evitar el pensar que  ahora se ve como un muñequito de pastel cubierto por betún, una risa se escapa de mis labios y lo abrazo con suavidad, a pesar de que  está todo bañado en sudor huele delicioso, maldito Reia provocador. Él se pone de costado para abrazarme de vuelta y no puedo evitar alcanzar a ver como algo de mi propia esencia salía del interior de su cuerpo… Parece que el pastel tenía betún en su interior al igual que el muñequito que lo adornaba, pienso divertido antes de caer dormido a su lado, espero al despertar no se haya ido, pero estoy seguro de que así será ¿por qué se quedaría? Nadie se quedaría conmigo estando en su sano juicio…

Así es como se hacen presentes algunas de las fantasías que tengo con él, yo sé que jamás se cumplirán, ni mucho menos me corresponderá un beso, es seguro que yo podría besarlo, pero… No quiero perder la poca amistad que hay entre nosotros por un beso, no quiero… o simplemente no tengo el valor de arriesgarme, siempre que lo hago lo pierdo todo ¿Valdrá la pena un último riesgo?


FIN




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reclamos