17 jun 2019

Labios. Capítulo 02


Estaba tan concentrado en su trabajo del ácido desoxirribonucleico, que se había quedado dormido sobre sus cuadernos y libros, hasta que el molesto timbre empezaba a sonar y se despertó por la insistencia, sin darse cuenta de que en su mejilla se había quedado impresa la palabra "ribosa". Limpio la saliva que se había escurrido de su boca antes de abrir la puerta.
- En que puedo ayudarle- dijo somnoliento.

-Seguro que estabas dormido ¿O no, Yuri? - el menor al tan solo escuchar la voz de quien estaba delante de su puerta, despertó totalmente y se echó a sus brazos de un salto.

-Claro que no mi Ryo, solo estaba visitándote en mis sueños - dijo con total alegría mientras se aferraba al cuello del otro con sus brazos.

-Pero yo te vine a visitar en persona, creo que eso vale más.-

-Se supone que nos veríamos antes ¿A dónde fuiste?- hizo un puchero mientras sus pies apenas tocaban el suelo con la punta de sus dedos.

-Es un secreto - susurró antes de entrar a la casa del menor y cerrar la puerta tras de sí mientras lo besaba intensamente.

De un momento a otro ambos se encontraban sobre la cama, Chinen debajo de Yamada mientras este  le besaba el cuello con voracidad, al tiempo que sus manos quitaban rápidamente la playera que llevaba puesta, bajando su boca hasta uno de sus pezones, chupándolo y mordiéndolo repetidas veces, mientras el menor echaba su cabeza hacia atrás, suspirando por cada toque que le brindaba su pareja, deslizando sus manos hasta una del mayor, obligándole a acariciar su miembro que exigía atención.

Ryosuke, rápidamente bajo los pantalones del pelinegro junto con su ropa interior, lanzándolos hacia algún lugar del suelo, acomodándose entre las piernas del otro para empezar a lamer el pene del otro con delicia, metiéndolo poco a poco dentro de su boca, al tiempo que el menor acariciaba su propio pecho, mirando de reojo lo que el otro hacía, liberando jadeos desesperados, moviendo ligeramente su cadera en busca de más placer, terminando con sus manos aferrándose a los cabellos ajenos para que no se alejara tanto de su pene.

El mayor alcanzaba a escuchar algunos de los murmullos de dejaba salir el otro entre sus jadeos, mientras le acariciaba los cabellos con suavidad. Con prisa, busco algo en su bolsillo, sacando un pequeño tubo de color negro, con la escritura de "Love potion" en letras rosas, dejándolo a un lado mientras se quitaba los pantalones y camisa, dejando ver su bien formado cuerpo, junto con su erecto miembro, al cual coloco un poco de lo que contenía el pequeño tubo que momentos antes había sacado de su bolsillo, expandiéndolo por todo lo largo de él, mientras separaba las piernas del pelinegro antes de rozar la punta de su pene contra la entrada del menor, entrando poco a poco hasta quedar finalmente dentro, volviendo a salir con lentitud, cerrando sus ojos y respirando lentamente, mientras el menor se deleitaba de lo placentero que era tenerle dentro, moviendo sus caderas para que Yamada entrara y saliera más rápidamente de su cuerpo.

En un solo movimiento el menor había quedado encima del otro, sentado sobre él mientras le seguía penetrando, gimiendo descontroladamente, apoyándose en el pecho del otro para poder subir y bajar con rapidez, arqueando su espalda al sentirle cada vez más adentro. Mientras Ryosuke murmuraba entre pequeños gemidos lo bien que se sentía, siendo callado por un beso que fue iniciado por Chinen, quien no paraba de moverse encima de él con placenteros gemidos ahogados dentro de la boca del otro.

Volvieron a la posición que tenían antes, mientras Yamada se apoyaba en la cama, penetrando con fuerza al otro mientras besaba lo besaba, entremezclando sus lenguas y con ello sus salivas en un ritmo agitado al igual que desesperado. Uniendo sus cuerpos una y otra vez, ahogando sus gemidos sobre la boca del otro, al tiempo que el menor se masturbaba con una de sus manos, sintiendo que en cualquier momento se correría al sentir como Yamada casi le destrozaba el cuerpo con tan solo entrar, siendo las oleadas de placer en su cuerpo cada vez más frecuentes e intensas.

Cada vez que chocaban sus cuerpos un sonido húmedo se hacía presente, aumentando la excitación de ambos, quienes sudaban, gemían y gritaban. Sin poder evitarlo ni retrasarlo más, el menor acabo eyaculando sobre su abdomen, respirando agitadamente sin que Yamada se detuviera ni un poco. Embistiendo cada vez con más violencia a Chinen, quien se retorcía de placer bajo el cuerpo del mayor, hasta que salió apresuradamente de su interior para venirse sobre el miembro del otro, apretando con su manos su miembro, yendo de arriba a abajo unas cuantas veces antes de caer rendido a su lado.

Yuri se acurruco suavemente entre los brazos del otro, mientras cerraba sus ojos intentando controlar su respiración y el ritmo al que latía su corazón ante tal situación, sintiendo como el pecho del mayor subía y bajaba con rapidez. Ambos se quedaron abrazados durante unos instantes hasta que el menor cayó en cuenta que debía comer algo.

-Ryo, ¿Quieres comer algo conmigo, aquí en mi casa? – Preguntaba mientras se sentaba en la cama todavía mirando al mayor, quien le miraba atentamente antes de que le sonriera.-

-Por supuesto, comeré contigo, solamente iré al servicio para arreglarme un poco y enseguida regreso ¿Está bien?-

-Claro, yo te esperaré, así me das algo de tiempo para alistarme un poco también.- Susurró antes de besar su mejilla y al momento de separarse del más alto, alistarse lo más rápido posible y borrar lo que aún tenía marcado en su rostro por haberse quedado dormido encima de su libro de texto, para así poder husmear un poco en el celular que Yamada había dejado sobre su cama y de ese modo a su vuelta no parecer descortés ante su novio. Conforme leía algunos de los mensajes de texto que el más alto tenía en su celular, su tonta sonrisa se iba borrando poco a poco hasta desaparecer por completo antes de la aparición de su novio.

-Comeremos fuera ¿te parece?-

-Umm… sí, claro, por cierto ¿Qué hay con Nakajima? Hace tiempo que no sé de él, ya sabes, desde que nosotros estamos juntos, no he sabido nada de él.-

-Tienes razón, él se ha distanciado un poco de todos, pero no sé la razón. Yo he mantenido comunicación con él, pero solo la necesaria, no es que ahora seamos los mejores amigos ni nada por el estilo.-

-Deberías ver si te puedes poner en contacto con él para así reunirnos los tres y poder comer juntos, ya sabes, como en los viejos tiempos.-

-Tienes razón, no por nada antes nos llamaban los tres mosqueteros, siempre juntos, siempre defendiéndonos entre los tres.-

-Entonces vayamos en camino mientras consigues ponerte en contacto con Nakajima, así adelantamos camino y de paso vamos escogiendo un buen menú para los tres.-

En camino hacía el lugar en dónde los dejaran comer a los tres, Yamada intentaba ponerse en contacto con el más alto de los tres, mientras el menor se mantenía callado, pensando en lo que haría cuando viese al que quizá un tiempo fue de sus mejores amigos, pero desde que pudo ver en los mensajes de su novio, cosa que realmente no estuvo del todo bien, no confiaba igual en él, pues ahora tenía más que la duda, sino la certeza, de que quien fuera su amigo, ahora no era más que el amante de su novio, y estaba casi seguro que desde más tiempo que él llevaba una relación con él.

Al estar en el establecimiento, el menor recibió de su novio la noticia de que Nakajima había aceptado la invitación y le había dicho que iba de camino hacía el lugar que se había elegido, que no era más que un lugar de comida rápida, sin embargo Chinen era quien estaba inquieto, jugando un poco con su propio aperitivo, pues no tenía demasiado apetito y estaba demasiado inquieto por las ideas que rondaban su mente como para intentar comer, y si lo hacía dudaba que su estómago aceptara este alimento de buena gana y lo más seguro sería que tendría que correr al cuarto de baño para vomitar de lo mal que le haría.

-¿Te vas a comer eso, Yuri?- escuchó que le cuestionaba su glotón amigo ya que sin siquiera esperar una respuesta de su parte, ya se encontraba picoteando la hamburguesa que se suponía iba a comer.

-Claro, puedes comerlo si quieres.- La comida que había sido servida para él, fue inmediatamente retirada por las rápidas manos del mayor, quién comenzó a devorar la comida que tenía entre sus manos, la cual aún estaba tibia.

-¿Ya se han sentado tan tranquilos a comer sin que yo esté con ustedes? Eso no se hace a los amigos.- Era Nakajima, quién recién había entrado y visto que el más bajo y veía a sus dos amigos con total decepción e indignación mientras fruncía su entrecejo haciendo denotar aún más el enojo que sentía antes de poner en su expresión un puchero al estar decepcionado del par frente a él, quienes lo habían traicionado. 













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