Estaba tan concentrado
en su trabajo del ácido desoxirribonucleico, que se había quedado dormido sobre
sus cuadernos y libros, hasta que el molesto timbre empezaba a sonar y se
despertó por la insistencia, sin darse cuenta de que en su mejilla se había
quedado impresa la palabra "ribosa". Limpio la saliva que se había
escurrido de su boca antes de abrir la puerta.
- En que puedo
ayudarle- dijo somnoliento.
-Seguro que estabas
dormido ¿O no, Yuri? - el menor al tan solo escuchar la voz de quien estaba
delante de su puerta, despertó totalmente y se echó a sus brazos de un salto.
-Claro que no mi Ryo,
solo estaba visitándote en mis sueños - dijo con total alegría mientras se
aferraba al cuello del otro con sus brazos.
-Pero yo te vine a
visitar en persona, creo que eso vale más.-
-Se supone que nos
veríamos antes ¿A dónde fuiste?- hizo un puchero mientras sus pies apenas
tocaban el suelo con la punta de sus dedos.
-Es un secreto -
susurró antes de entrar a la casa del menor y cerrar la puerta tras de sí
mientras lo besaba intensamente.
De un momento a otro
ambos se encontraban sobre la cama, Chinen debajo de Yamada mientras este le besaba el cuello con voracidad, al tiempo
que sus manos quitaban rápidamente la playera que llevaba puesta, bajando su
boca hasta uno de sus pezones, chupándolo y mordiéndolo repetidas veces,
mientras el menor echaba su cabeza hacia atrás, suspirando por cada toque que
le brindaba su pareja, deslizando sus manos hasta una del mayor, obligándole a
acariciar su miembro que exigía atención.
Ryosuke, rápidamente
bajo los pantalones del pelinegro junto con su ropa interior, lanzándolos hacia
algún lugar del suelo, acomodándose entre las piernas del otro para empezar a
lamer el pene del otro con delicia, metiéndolo poco a poco dentro de su boca,
al tiempo que el menor acariciaba su propio pecho, mirando de reojo lo que el
otro hacía, liberando jadeos desesperados, moviendo ligeramente su cadera en
busca de más placer, terminando con sus manos aferrándose a los cabellos ajenos
para que no se alejara tanto de su pene.
El mayor alcanzaba a
escuchar algunos de los murmullos de dejaba salir el otro entre sus jadeos,
mientras le acariciaba los cabellos con suavidad. Con prisa, busco algo en su
bolsillo, sacando un pequeño tubo de color negro, con la escritura de
"Love potion" en letras rosas, dejándolo a un lado mientras se
quitaba los pantalones y camisa, dejando ver su bien formado cuerpo, junto con
su erecto miembro, al cual coloco un poco de lo que contenía el pequeño tubo
que momentos antes había sacado de su bolsillo, expandiéndolo por todo lo largo
de él, mientras separaba las piernas del pelinegro antes de rozar la punta de
su pene contra la entrada del menor, entrando poco a poco hasta quedar
finalmente dentro, volviendo a salir con lentitud, cerrando sus ojos y
respirando lentamente, mientras el menor se deleitaba de lo placentero que era
tenerle dentro, moviendo sus caderas para que Yamada entrara y saliera más
rápidamente de su cuerpo.
En un solo movimiento
el menor había quedado encima del otro, sentado sobre él mientras le seguía
penetrando, gimiendo descontroladamente, apoyándose en el pecho del otro para
poder subir y bajar con rapidez, arqueando su espalda al sentirle cada vez más
adentro. Mientras Ryosuke murmuraba entre pequeños gemidos lo bien que se
sentía, siendo callado por un beso que fue iniciado por Chinen, quien no paraba
de moverse encima de él con placenteros gemidos ahogados dentro de la boca del
otro.
Volvieron a la posición
que tenían antes, mientras Yamada se apoyaba en la cama, penetrando con fuerza
al otro mientras besaba lo besaba, entremezclando sus lenguas y con ello sus
salivas en un ritmo agitado al igual que desesperado. Uniendo sus cuerpos una y
otra vez, ahogando sus gemidos sobre la boca del otro, al tiempo que el menor
se masturbaba con una de sus manos, sintiendo que en cualquier momento se
correría al sentir como Yamada casi le destrozaba el cuerpo con tan solo entrar,
siendo las oleadas de placer en su cuerpo cada vez más frecuentes e intensas.
Cada vez que chocaban
sus cuerpos un sonido húmedo se hacía presente, aumentando la excitación de
ambos, quienes sudaban, gemían y gritaban. Sin poder evitarlo ni retrasarlo
más, el menor acabo eyaculando sobre su abdomen, respirando agitadamente sin
que Yamada se detuviera ni un poco. Embistiendo cada vez con más violencia a
Chinen, quien se retorcía de placer bajo el cuerpo del mayor, hasta que salió
apresuradamente de su interior para venirse sobre el miembro del otro,
apretando con su manos su miembro, yendo de arriba a abajo unas cuantas veces
antes de caer rendido a su lado.
Yuri se acurruco
suavemente entre los brazos del otro, mientras cerraba sus ojos intentando controlar
su respiración y el ritmo al que latía su corazón ante tal situación, sintiendo
como el pecho del mayor subía y bajaba con rapidez. Ambos se quedaron abrazados
durante unos instantes hasta que el menor cayó en cuenta que debía comer algo.
-Ryo, ¿Quieres comer
algo conmigo, aquí en mi casa? – Preguntaba mientras se sentaba en la cama
todavía mirando al mayor, quien le miraba atentamente antes de que le
sonriera.-
-Por supuesto, comeré
contigo, solamente iré al servicio para arreglarme un poco y enseguida regreso
¿Está bien?-
-Claro, yo te esperaré,
así me das algo de tiempo para alistarme un poco también.- Susurró antes de
besar su mejilla y al momento de separarse del más alto, alistarse lo más
rápido posible y borrar lo que aún tenía marcado en su rostro por haberse
quedado dormido encima de su libro de texto, para así poder husmear un poco en
el celular que Yamada había dejado sobre su cama y de ese modo a su vuelta no
parecer descortés ante su novio. Conforme leía algunos de los mensajes de texto
que el más alto tenía en su celular, su tonta sonrisa se iba borrando poco a
poco hasta desaparecer por completo antes de la aparición de su novio.
-Comeremos fuera ¿te
parece?-
-Umm… sí, claro, por
cierto ¿Qué hay con Nakajima? Hace tiempo que no sé de él, ya sabes, desde que
nosotros estamos juntos, no he sabido nada de él.-
-Tienes razón, él se ha
distanciado un poco de todos, pero no sé la razón. Yo he mantenido comunicación
con él, pero solo la necesaria, no es que ahora seamos los mejores amigos ni
nada por el estilo.-
-Deberías ver si te
puedes poner en contacto con él para así reunirnos los tres y poder comer
juntos, ya sabes, como en los viejos tiempos.-
-Tienes razón, no por
nada antes nos llamaban los tres mosqueteros, siempre juntos, siempre
defendiéndonos entre los tres.-
-Entonces vayamos en
camino mientras consigues ponerte en contacto con Nakajima, así adelantamos
camino y de paso vamos escogiendo un buen menú para los tres.-
En camino hacía el
lugar en dónde los dejaran comer a los tres, Yamada intentaba ponerse en
contacto con el más alto de los tres, mientras el menor se mantenía callado,
pensando en lo que haría cuando viese al que quizá un tiempo fue de sus mejores
amigos, pero desde que pudo ver en los mensajes de su novio, cosa que realmente
no estuvo del todo bien, no confiaba igual en él, pues ahora tenía más que la
duda, sino la certeza, de que quien fuera su amigo, ahora no era más que el
amante de su novio, y estaba casi seguro que desde más tiempo que él llevaba
una relación con él.
Al estar en el
establecimiento, el menor recibió de su novio la noticia de que Nakajima había
aceptado la invitación y le había dicho que iba de camino hacía el lugar que se
había elegido, que no era más que un lugar de comida rápida, sin embargo Chinen
era quien estaba inquieto, jugando un poco con su propio aperitivo, pues no
tenía demasiado apetito y estaba demasiado inquieto por las ideas que rondaban
su mente como para intentar comer, y si lo hacía dudaba que su estómago
aceptara este alimento de buena gana y lo más seguro sería que tendría que
correr al cuarto de baño para vomitar de lo mal que le haría.
-¿Te vas a comer eso,
Yuri?- escuchó que le cuestionaba su glotón amigo ya que sin siquiera esperar
una respuesta de su parte, ya se encontraba picoteando la hamburguesa que se
suponía iba a comer.
-Claro, puedes comerlo
si quieres.- La comida que había sido servida para él, fue inmediatamente
retirada por las rápidas manos del mayor, quién comenzó a devorar la comida que
tenía entre sus manos, la cual aún estaba tibia.
-¿Ya se han sentado tan
tranquilos a comer sin que yo esté con ustedes? Eso no se hace a los amigos.-
Era Nakajima, quién recién había entrado y visto que el más bajo y veía a sus
dos amigos con total decepción e indignación mientras fruncía su entrecejo
haciendo denotar aún más el enojo que sentía antes de poner en su expresión un
puchero al estar decepcionado del par frente a él, quienes lo habían
traicionado.
Continuará...
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