30 nov 2022

Historias de un taxi.

Se metía el sol en la ciudad de Tokio y un taxista, de nombre Satoshi Ohno apenas e iba a iniciar su jornada de trabajo. El antes mencionado era un hombre humilde, si bien había estudiado hasta la universidad, el trabajo era muy escaso en la capital y no tenía la posibilidad de ir a vivir a otro lado del país, pues tenía que ayudar financieramente a sus padres, por lo que decidió quedarse a trabajar al menos de conductor de un taxi, pues a pesar de que era un trabajo duro por todo el tiempo que debía pasar sentado a pesar de todo eso y de las largas jornadas, era un trabajo honesto.

 

Sus clientes normalmente eran de los más comunes, pues solo le daban direcciones un poco alejadas y todo transcurría normal, en el camino cruzaban un par de palabras hasta llegar a su destino final, en donde les indicaba el costo y pagaban. Pocas veces le había pasado, pero ciertamente hubo algunas personas que o bien no querían pagar o lo habían intentado atracar, pero aún a sus 41 años, 42 antes de terminar el año, mantenía una muy buena condición física, por lo que se pudo defender de los ladrones y pudo pedir el dinero que se le debía sin llegar necesariamente a la violencia. Salvo por un cliente, que pedía habitualmente su servicio. 

 

Realmente se podía decir que amaba su trabajo, después de todo podía conocer a muchas personas, sin mencionar que en ocasiones le proporcionaban un incentivo dado su buen servicio. 

 

Se orilló a la acera pues alguien le solicitaba la parada, más lo dudó un poco antes de orillarse hasta su cliente debido a que era demasiado temprano para esté cliente en especial, ya que por lo regular era si bien quien le dejaba propinas más jugosas, solía llamarlo a altas horas de la noche.

 

-Ohno-san, Ohno-san- llamaba casi con desesperación al conductor de quien conocía su nombre ya que lo facilitaba a todos sus clientes y él era alguien que usaba sus servicios frecuentemente

 

-Chinen-san, hoy me ha solicitado muy temprano-comentaba con alegría viendo que junto al menor había algunas maletas.-Me adelantaré para ir metiendo sus maletas al auto- dijo anteriormente para así proceder a meter parte de las maletas del menor ya que no podía con todas de un solo viaje.

 

-Ohno-san, esa muy amable al ayudarme con mi equipaje, muchas gracias.- Sonrió amablemente mientras llevaba él mismo la última maleta que hacía falta para así ayudar al conductor del taxi que había pedido.

 

-Descuide Chinen-san, es parte de mi trabajo ayudar a los pasajeros con sus cosas para subir al auto y no se molesten en subirlas ellos mismos.- Sonreía amablemente.- Irás como mi copiloto, ¿no es así Chinen-kun?- Preguntaba al tiempo que abría la puerta del copiloto.-Vamos, sube.-Ofrecía amablemente a su cliente.

 

Chinen estaba por entrar delante cuando recordó algo así que con algo de duda al principio entro en el auto para así subir en el asiento del copiloto, una vez dentro del automóvil fue que se quedó poco tiempo embelesado con el conductor del taxi que decidió  tomar, al estar dentro y haber cerrado la puerta que le correspondía fue que el mayor hablo, cuestionando al menor el lugar a dónde lo llevaría.

 

-¿Y a dónde vamos Chinen-kun?-preguntaba amablemente a su cliente de ese momento, mirándole directamente esperando la respuesta.-

 

-Ahh, por lo pronto solamente quiero alejarme de casa, por favor-

 

flash back

 

~Hace tres años~


 Se encontraba un más joven Chinen destrozado y su  rostro bañado en lágrimas debido a una ruptura amorosa pero se encontraba  sentado a la orilla de la acera al estar esperando un servicio de taxi que había pedido a través de Internet, al llegar este automóvil que tendría la función de taxi, Yuri limpió un poco sus lágrimas antes de acercarse al automóvil dónde Ohno le abría la puerta de los pasajeros al quitar los seguros, con lo que pudo entrar fácilmente  en el asiento trasero detrás del  asiento de detrás del copiloto.

 

La realidad era que Ohno se sentía ciertamente un poco incómodo al alcanzar a escuchar como su cliente  sorbía sus propios mocos al igual que sollozaba cada cierto tiempo, no pudo evitar hablar para intentar distraer a su cliente de lo que le causaba tanta tristeza.

 

- Buenas noches...Entonces al lugar a donde se me indicó que era su destino final supongo que es su  hogar, y disculpe mi intromisión, mi nombre es Ohno Satoshi, por si desea tenerme en cuenta para que pueda anotarlo por si elige volver a solicitar mis servicios nuevamente, disculpe si soy muy atrevido pero me encantaría saber su nombre para así tratarle con más formalidad.- Hablaba de la manera más amable que le era posible, alegrándose al ver que en esos instantes en los cuales lo escuchaba  sus sollozos eran menos.

 

-Mi nombre es Chinen Yuri, un gusto conocerle señor Ohno.- Dijo casi tartamudeando, pero siendo bastante comprensible a pesar de todo, ya que no quería causar  lastima ni mucho menos hacía su persona de parte del chofer de aquel auto aún menos porque ni siquiera se conocían más allá de sus nombres.

 

-Comprendo Chinen-san pero aún tengo una duda, alcancé a escuchar como usted moqueaba y sollozaba un poco, sé que no debí prestar tanta atención, pero usted es mi cliente y por lo tanto me preocupa-Explicaba al menor antes de hacerle una cuestión que le daba bastante preocupación- ¿ ya se encuentra mejor, Chinen-san?

 

Se había sonrojado un poco por la vergüenza que él mismo se había hecho pasar frente a un desconocido al haber llevado consigo mismo toda su escena de drama por una según su punto de vista "estúpida" ruptura amorosa, la cual se había jurado a sí mismo ya había superado, pese a que había llorado e incluso había maldecido a quién había salido con él tres meses para después terminarlo con una estupidez derivada de sus celos ocasionados por que su pareja coqueteaba con un sinnúmero de chicas a pesar de que salía con él. Al estar ya más tranquilo se dignó a hablar -Sí, todo está bien, gracias por preocuparse y lamento si he sido una molestia- se disculpaba sinceramente ya que él mismo sabía muy bien que había hecho una escena innecesaria y eso lo avergonzaba.

 

-Descuide, no ha sido una molestia realmente, ha sido un placer ayudarle, no se preocupe por eso.-Aclaró sus anteriores palabras al menor para que no se creara ningún mal entendido. 

 

Yuri se dio cuenta de que en ese instante había olvidado completamente la tristeza que tenía antes debido a Ohno, ya que él realmente conseguía calmarlo tan solo con su presencia cerca a sí mismo, lo que había notado después de un poco del trayecto desde que subió al taxi.

 

~Fin de flashback~

 

-Como diga  pero al menos dígame algún lugar al que te gustaría ir para así acercarnos a ese rumbo mientras piensa a  donde lo llevo-habló lo más calmado posible ya que en realidad el que el menor no tuviera claro  a donde ir antes de tomar sus servicios lo exasperaba un poco.

 

-Creo que lo mejor sería ir al hotel donde tengo hecha ya una reservación para esta noche, lo había olvidado pero ya que el pago fue anticipado es mejor que me dirija hacia allá ¿no es así?-intentaba poner en orden sus ideas.

 

~Flash back~

Ohno llegó a estacionarse cerca de alguien, ya que le habían pedido expresamente para que fuera a ese lugar a recogerle, y por lo visto era su cliente habitual Chinen, lo suponía porque en la aplicación señalaba el número telefónico que había solicitado su servicio.

 

-¿Ya se le hizo habito pedir mi servicio Chinen-san? -Cuestionaba divertido el conductor del taxi.

 

-Muy divertido, Ohno-san pero no, otra cosa es que su servicio es bueno y además es muy amable, así que para mí es confiable, solamente es por eso...-aclaró antes de poder subir  en la parte de los asientos para pasajeros justo detrás del asiento del copiloto donde con el rabillo del ojo miraba al conductor, llegando a sonrosarse ligeramente al notar el perfil del otro ya que su vista seguía atento al frente al estar atento por donde conducía mientras seguía el camino rumbo a la dirección que Chinen le había pedido le llevase anteriormente para de ese modo no tener ningún accidente ni infligir ninguna regla vial.

 

Chinen ciertamente notaba demasiado favorablemente a Ohno ya que al trasmitirle tanta calma que realmente sentía esas tonterías y mitos que se rumoreaban entre las mujeres "mariposas en el estómago" según había entendido, pero según su instinto y conocer como el hombre varonil que él mismo era, no era otra cosa que nervios al estar cerca de alguien que era tan asombroso que además se preocupaba por él. El color de su rostro paso de un rosa a un rojo intenso al notar como él lo miraba por el retrovisor porque al sentir su mirada instintivamente volteo a ver al espejo y sus miradas se encontraron por unos insignificantes y rápidos segundos, pero fueron los suficientes para darse valor y comenzando a jugar con los dedos de sus manos para comenzar a hablar:

 

-Ohno-san, creo que usted sabe que es un hombre muy bien parecido, es decir guapo de hombre a  otro hombre y...-se comenzaba a sentir nervioso al suponer que estaba siendo ignorado por no recibir respuesta alguna.

 

-Ejem, muchas gracias Chinen-san, lo aprecio mucho de su parte, no es algo que suela escuchar de las personas, mucho menos si estas toman mi servicio. Gracias de verdad-contestaba un tanto apenado ya que no esperaba aquel dialogo de parte de uno de sus clientes y mucho menos del que más lo solicitaba, por lo que pensó que debía ser amable de la misma forma que él lo había sido con su persona y, sin pensarlo demasiado regresó el cumplido- lo mismo puedo decir de usted Chinen-san, usted también es guapo.- Contestó con un tono de voz neutral para que no fuese malinterpretado de ninguna forma.

 

Yuri estaba realmente conmocionado al escuchar esa respuesta tan de repente, por lo que  mordía ligeramente su labio inferior  al estar tan nervioso, incluso más que antes. Pero decidido tomó aire hondamente para lograr calmarse y de ese modo poder hablar con un tono de voz calmado, ajeno a la emoción que hace unos instantes parecía irradiar de su cuerpo. -Ohno-san lo que yo quiero decirle es tan simple como...Le quiero Ohno-san, sé que solamente somos cliente y proveedor o en este caso conductor, pero realmente lo siento como lo que es, más que un amor por un simple capricho, en realidad lo amo intensa y puramente, si gusta puede dejar de hablarme de usted, solamente acépteme por favor.-Se inclinó tanto como pudo al estarle pidiendo algo que sabía que pudiera incomodarle al otro, incluso juntó sus manos como si estuviera haciendo una plegaría.

 

De un momento a otro el auto paró del todo al ya haber llegado ambos a su destino final, lo que hizo que Chinen volviera de su mundo de ensueño, que se había formado mientras se le declaraba al mayor a la realidad en la cual se hallaba inmóvil al notar que Ohno no le había contestado aun solamente emitía un aura de inconformidad y desagrado, finalmente el mayor dejo que la puerta del taxi se abriera por sí misma para después decirle amablemente a su cliente:

 

-Sal por favor y no te lo tomes a mal, pero eres  demasiado intenso últimamente has pedido demasiado mi servicio y es un poco incómodo. Te pido que intentes no hacerlo más, sí pagas muy bien pero sabes que no es bien visto que aceptemos dinero extra de la tarifa solicitada, por lo que entiendo que por eso pidas mi taxi especialmente para tramos cortos como si fuera una especie de compensación o lo vieras como una forma de dejar propina sin que sea mal visto, claro que está bien visto el acto de tu bondad hacía mí pero debes cuidar tu dinero así que intenta que esto no sea tan seguido, de cualquier manera puedes bajarte ya para que hagas tus cosas.

 

~fin de flashback~

 

-Sí me parece mejor que vayamos para allá antes de que pierdas tu reservación,- comentaba Ohno mientras su pasajero buscaba la dirección exacta del lugar para así darla al conductor del taxi.-

 

-Claro, aunque realmente no me apura realmente perder la reservación solamente quería verle antes de asistir a una cita que fue arreglada por mis supuestos amigos.- Se sinceró respecto al motivo de su asistencia a ese lugar.

 

-Así que irás por eso, me alegra que puedas ver otras opciones y convivas con más personas y no solamente te centres en mí- sonreía al pensar que de ese modo Chinen ya no le perseguiría tanto.

 

- Sí, será grandioso ¿no es así Ohno-san?-preguntaba con un tono ciertamente despectivo a pesar de estar  triste ya que veía que su sola presencia molestaba al mayor a pesar que él tanto lo apreciaba e incluso le amaba parecía ser una molestia total para él a pesar de sus múltiples pedidos de su servicio y sus cortos trayectos que le dejaban bastante dinero que le rendía para mucho más que quizá con otros pasajeros, aun así era rechazado de esa manera que no disimulaba par nada su desprecio hacia él y eso realmente le dolía.

 

La mirada del menor se mantenía en el retrovisor, mirando a través de él al mayor, observando su perfil el cual en ese momento admiraba, y hasta lo soñaba despierto al estar ansioso de volver a verlo. 

 

En verdad estaba muy contento por volver a verlo, y a esas alturas estaba casi seguro que sería la última vez que lo vería, ya que había decidido por sí mismo a alejarse de él. A pesar de lo mucho que le gustara y con la cita que le habían arreglado sus amigos era la excusa perfecta para dejarlo de lado definitivamente. Sabía que podría dejarlo en base a voluntad, pero se conocía y por lo tanto, estaba cien por ciento seguro de que le sería totalmente imposible y volvería, a  acosarle de nuevo pidiendo sus servicios con más frecuencia y por supuesto más constancia, pues no quería perderse de absolutamente nada en lo absoluto de forma que le fuera posible, ya que no pensaba de ningún modo investigar sobre su vida privada, ya que sabía que tan cosa lo volvería totalmente loco. Si bien ahora trataba de disfrutar el viaje y la brisa que hacía dentro del auto debido al aire acondicionado del mismo, cosa  que le hacía llegar un poco del aroma  corporal del mayor, quien conducía con total calma, hasta que una melodía se hizo presente al parecer desde uno de sus bolsillos del saco que portaba, el mayor decidió que ignoraría completamente el sonido de su celular, ya que traía un cliente consigo a un cliente y más importante, estaba conduciendo, tendría que tomar la llamada en altavoz y era algo que no haría al ser signo de falta de respeto al estar atendiendo a un cliente en ese justo comento, más al ser tan insistente esa dichosa llamada, decidió hacerlo en una parada frente a un semáforo en rojo.

 

-Ohno al habla, tengo un cliente ahora, así que dese prisa con la razón de su llamada.-Contestaba con la clara intención de no durar demasiado en esa llamada y estaba un tanto  enfadado por lo que su paciencia estaba casi terminada y no pensaba desperdiciar la poca que aún le quedaba en atender una llamada.

 

-Uy, perdona si te estoy interrumpiendo, para las pocas veces que últimamente hemos hablado- contestaba la otra persona en la llamada que no era otra persona que  Nakajima Kento, persona con la que nuestro conductor hace algún tiempo tuvo cierta relación cercana con él; Era un chico bastante joven a diferencia de sí mismo, al menos eso era lo que carcomía la mente de Chinen y se sentía cada vez peor, aún más al escuchar la corta risa de parte de Ohno junto  con el tono de voz que empleaba al contestar cada cierto tiempo.

 

-No pasa nada, pero ahora estoy realmente ocupado al estar conduciendo además de, que como dije antes estoy con un cliente y el que esté hablando contigo ahora debe de verse de muy mala educación, así que date prisa y di si me necesitas en realidad para algo- a pesar de usar palabras que se podrían usar para regañar al otro el tono de su voz era alegre, por volver a hablar con un viejo amigo.

 

- Entonces así lo dejamos nos hablamos después Sa-chan.-Fue lo último que se escuchó entes de que la llamada antes de una suave y corta risa de parte del mayor quien negaba suavemente con su cabeza al no creer que de verdad fuese Nakajima

 

Por su parte Yuri tan solo se dedicó a escuchar atentamente cada palabra y al escuchar lo último dicho en esa conversación fue cuando notó lo realmente enojado y celoso que estaba pero respiro  profundamente para calmarse un poco y así pasar su cuerpo al asiento destinado para los pasajeros, haciéndolo con cuidado para que Ohno no le llamara la atención, además que cuidó especialmente que no hubiera algún vehículo cerca. Al llegar a los asientos de atrás fue cuando buscaba entre sus maletas antes subidas por el conductor algo en especial, sobresaltándose un poco cuándo el mayor comenzó a hablar después de carraspear para aclararse la garganta.

 

-Chinen, me disculpo por haber atendido una llamada personal en su presencia, no volverá a ocurrir, lamento las molestias.- Cortó para no revelar información que nunca le fue pedida.

 

El menor solo se limitó a negar con  su cabeza y contestarle e viva voz para no dar la impresión de que menospreciaba la intención del mayor 'no se preocupe no pasa nada'  se limitó a decir, y continuó con lo que hacía; había sacado, después de rebuscar un poco más con un cuchillo que se veía debido al brillo que se reflejaba en la parte afilada del cuchillo que estaba bastante filoso y por lo tanto peligroso, mientras su dueño lo tomaba e inclinaba el cuchillo con gracia haciendo movimientos rápidos antes de ponerse de rodillas sobre uno de los asientos de la parte de atrás del  asiento del conductor, alzando el cuchillo para que el asiento que tenía delante de él no entorpeciera sus actos, los cuales realizó al cortar parte de la orilla del cuello del mayor, quien, entre sorprendido y ciertamente asustado logró tomar el antebrazo de su cliente para intentar detenerlo, sin descuidar del todo el volante ya que el auto aún estaba encendido y si se descuidaba un poco podría ocasionar un accidente grave, pero se pensaba orillar lo más pronto posible para evitar algún percance y poder defenderse de lo que Chinen le intentó hacer, que si bien  logró su cometido, solo le había abierto la apenas una capa superficial, la cual dolía aún y le preocupaba bastante el constante sangrado que ya había manchado sus ropas, pero debido a el color oscuro de la mayoría de la ropa exceptuando su camisa y corbata que denotaban la sangre que había abandonado su cuerpo.

El menor al sentirse irritado buscó de manera que se le veía totalmente fúrico buscando desesperado algo que juraba que había empacado para aquél día; al encontrar el cable  metálico, el cuál enredó un extremo de aquél largo y suficientemente grueso para dar toda la vuelta  a sus dedos  unidos de una de sus manos, manteniendo esa forma con su pulgar mientras con la otra tomaba el otro extremo para  lanzar el otro extremo del cable lo suficientemente fuerte como para que pasara al otro extremo  y  tomarlo rápidamente con su otra mano, pero antes de finalizar lo que tenía planeado  y lo que ya había comenzado, escucho la voz del mayor, quien hablaba  con un tono tranquilo, a pesar de que se le notaba en las pequeñas pausas que realizaba cada tanto, al igual que el tono de su voz  fluctuaba entre la tranquilidad y lo que identificaba como suplica, casi desesperación; fue que quiso dejar en paz al mayor, y de esa forma simplemente alejarse de él para dejarlo continuar con su vida normalmente, pero sabía que después de lo que hizo hacía poco lo denunciaría con la policía y seguro le pondría como mínimo una orden de alejamiento a juzgar por el comportamiento que había estado teniendo  en los últimos meses, y no era que se arrepintiera realmente de lo que había hecho, para nada, pero recordaba exactamente cada segundo de la pasada conversación telefónica que Ohno había tenido, y recordaba incluso lo dicho por la otra persona, puesto que, al estar tan en silencio que incluso llegó a parar su propia respiración solamente para escuchar lo que le decía aquél chico por esa llamada telefónica, y en la forma que le contestaba estaba seguro, de una forma ciertamente melosa y estaba; teniendo que admitirlo, pese a lo mucho que le pesara a sí mismo porque realmente le parecía una tontería; celoso en extremo, además  de que  recordaba con exactitud el tono tan delicado y atento de Ohno, y con ello estaba seguro, completamente que en ningún momento con él, había usado esa amabilidad, que parecía tan natural durante su llamada.

 

Al recordar cómo se había sentido hace tan solo algunos segundos, que no pudo resistir más y tan solo después de echarle una mirada rápida a través del retrovisor, se decidió a  proceder con su plan, y así conteniendo su respiración, volvía a tomar  cada extremo de aquél cable para poder de una vez y sin poder mirar atrás, halar ambos lados de aquel alambre tan inofensivo que en sus manos podría convertirse en algo mortal, al menos en la posición aunado con en el que ese momento se encontraba, del todo furioso y decepcionado, del todo decepcionado al saber a esas alturas que jamás  tendría oportunidad alguna de ser un poco, un mínimo de cercano respecto a Ohno-kun, cosa que lo hacía sentir impotente en todos los sentidos posibles,  que si bien era verdad, pero por mucho  que lo entristeciera y provocara decepción sobre sí mismo, quería ser más cercano a él, era inevitable en esos momentos después de esos pocos acontecimientos, pero realmente deseaba  su cercanía con mucho fervor.

 

Estaba enteramente seguro de que no tenía suficiente fuerza para degollar al mayor con el cable que traía consigo, y era lo que en ese momento quería, matar al mayor pues pensaba que solamente así podría estar cerca de Ohno, puesto que después de haber sido advertido de que dejara de pedir su servicio vía aplicación, además de que recientemente lo había intentado acuchillar. Definitivamente no lo dejaría acercarse en cuanto pasara este shock inicial, pero él mismo todavía lo quería tener cerca , por lo que estaba totalmente decidido a terminar con la vida de aquella persona a la que, anteriormente le había confesado su atracción, a pesar de lo mucho que lo quería sentía esa necesidad de estar lo más cerca de él, tanto como le fuera posible, y para eso había pensado en su mente entre varias probabilidades, sin embargo se decidió por darle muerte ya que consideraba que únicamente de esa forma era la única en la que realmente estaría cerca de él, al menos tanto como deseaba, pero estaba seguro de que no quería hacer sufrir demasiado al mayor, por lo que tomando el arma blanca que se encontraba con más filo para así fuera lo más indoloro posible el hecho de terminar por acuchillarle justo el uno de sus costados, provocando un fuerte pero claro alarido, el cuál expresaba el dolor que sentía a pesar de que el menor había intentado ahorrarle ese sufrimiento lo más posible.

 

Al momento en que comenzó a fluir la sangre por la herida, fue que el mayor usó la fuerza que ciertamente tenía, para erradicar cualquier movimiento del menor tratando así de impedir  que algún movimiento ajeno agravara su sangrado, lo sabía, había sido tonto de su parte el no haber hecho caso a su instinto básico con Chinen, pero cuando le conoció le parecía totalmente vulnerable, incapaz de lo que ahora hacía y estaba altamente arrepentido de no haber denunciado al menor  cuando todo le pareció muy raro en cuanto a su comportamiento, pero quiso pensar que exageraba y solamente creer que él era el paranoico y en realidad todo estaba bien.

 

Oh, que error había cometido y ahora era totalmente claro para él que no se debió confiar de tal manera, después de todo, ‘nada es lo que aparenta’ y ‘demasiado bueno para ser verdad’ eran las cosas que había ignorado y si no intentaba hacer algo para salvar su propia vida, ni siquiera podría existir un momento para lamentarse, por lo que  juntando toda su gallardía y así fue que logró desarmar del todo al menor, pero no contaba con la mente tan retorcida del pequeño pasajero que había tenido durante todo aquél día, que en con agilidad con la que tomó otro cuchillo y sin alguna mesura comenzó a apuñalar de forma desenfrenada todas las partes blandas que le eran posibles del cuerpo del mayor, aprovechando su cuerpo para pasar con facilidad a la parte frontal del auto y así tener más libertad a la hora de hacer cortes más profundos pero rápidos, antes de detenerse de forma abrupta al sentir como  su propia ropa era mojada por un líquido que era tibia a su sentir, más al notar lo que era al dirigir su mirada hacía la parte baja de su cuerpo, se dio cuenta que era realmente sangre del mayor.

 

Su primera impresión, no fue otra que de susto por unas fracciones de segundo, antes de volver en sí y tomar de nueva cuenta el cuchillo, el cual había dejado aun atravesando parte del cuerpo ajeno antes de sacarlo del lugar donde había estado clavado, siendo dejado en ese lugar solo para calmar un poco su respiración agitada debido a su pasado desenfreno al acuchillar a Ohno, pero tras sacar finalmente  el cuchillo no pudo evitar mirar el rostro del mayor, el cual estaba del todo tranquila, como si jamás hubiese sido así de acuchillado de esa forma, por lo que se armó de valor y de forma osada comenzó a usar la sangre que había quedado impregnada en la hoja del cuchillo para con el mismo  llenar los labios del mayor con la misma sangre que antes le había sacado de su cuerpo. Al estar ya la sangre de su conductor sobre los labios del mismo, entrecerró los ojos antes de  besar los labios, terminando por lamer sus propios labios llenos de la sangra ajena, para después lamer con dedicación de  eliminar todo rastro de aquél liquido de los labios ajenos antes de lamer el dorso de la hoja del cuchillo degustando nuevamente la sangre ajena.

 

Al terminar de probar un poco de su crimen y después de haber calmado su mente un poco, empezó a descuartizar el cuerpo del mayor, pues si bien sabía que tarde o temprano descubrirían su cuerpo, quería que al menos tardaran un poco, no le emocionaba para nada la idea de ir a la cárcel, pero ya no había vuelta atrás, por mucho que lo deseara, ya lo había asesinado y culpaba a esa estúpida llamada a la que  fue la que puso los clavos en el ataúd.

 

-De verdad lo lamento Satoshi.-Pronunció mientras terminaba de robar todo lo que lo hiciera fácilmente identificable antes de marcharse por su propio pie del lugar sin importarle que estuviera cubierto de sangre, aprovechando sus maletas donde traía en un principio los cuchillos y todo lo que necesitaba para matar al mayor, metió partes del cuerpo de Ohno para así irlos esparciendo por donde pasara de camino a su residencia, tomando un camino diferente para poder tener todas las partes en diferente lugar, se sentía como un agricultor, esparciendo las semillas para su próximo cultivo, justo como ahora estaba esparciendo las partes del cuerpo del mayor.

 

 


FIN.

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