30 nov 2022

Historias de un taxi.

Se metía el sol en la ciudad de Tokio y un taxista, de nombre Satoshi Ohno apenas e iba a iniciar su jornada de trabajo. El antes mencionado era un hombre humilde, si bien había estudiado hasta la universidad, el trabajo era muy escaso en la capital y no tenía la posibilidad de ir a vivir a otro lado del país, pues tenía que ayudar financieramente a sus padres, por lo que decidió quedarse a trabajar al menos de conductor de un taxi, pues a pesar de que era un trabajo duro por todo el tiempo que debía pasar sentado a pesar de todo eso y de las largas jornadas, era un trabajo honesto.

 

Sus clientes normalmente eran de los más comunes, pues solo le daban direcciones un poco alejadas y todo transcurría normal, en el camino cruzaban un par de palabras hasta llegar a su destino final, en donde les indicaba el costo y pagaban. Pocas veces le había pasado, pero ciertamente hubo algunas personas que o bien no querían pagar o lo habían intentado atracar, pero aún a sus 41 años, 42 antes de terminar el año, mantenía una muy buena condición física, por lo que se pudo defender de los ladrones y pudo pedir el dinero que se le debía sin llegar necesariamente a la violencia. Salvo por un cliente, que pedía habitualmente su servicio. 

 

Realmente se podía decir que amaba su trabajo, después de todo podía conocer a muchas personas, sin mencionar que en ocasiones le proporcionaban un incentivo dado su buen servicio. 

 

Se orilló a la acera pues alguien le solicitaba la parada, más lo dudó un poco antes de orillarse hasta su cliente debido a que era demasiado temprano para esté cliente en especial, ya que por lo regular era si bien quien le dejaba propinas más jugosas, solía llamarlo a altas horas de la noche.

 

-Ohno-san, Ohno-san- llamaba casi con desesperación al conductor de quien conocía su nombre ya que lo facilitaba a todos sus clientes y él era alguien que usaba sus servicios frecuentemente

 

-Chinen-san, hoy me ha solicitado muy temprano-comentaba con alegría viendo que junto al menor había algunas maletas.-Me adelantaré para ir metiendo sus maletas al auto- dijo anteriormente para así proceder a meter parte de las maletas del menor ya que no podía con todas de un solo viaje.

 

-Ohno-san, esa muy amable al ayudarme con mi equipaje, muchas gracias.- Sonrió amablemente mientras llevaba él mismo la última maleta que hacía falta para así ayudar al conductor del taxi que había pedido.

 

-Descuide Chinen-san, es parte de mi trabajo ayudar a los pasajeros con sus cosas para subir al auto y no se molesten en subirlas ellos mismos.- Sonreía amablemente.- Irás como mi copiloto, ¿no es así Chinen-kun?- Preguntaba al tiempo que abría la puerta del copiloto.-Vamos, sube.-Ofrecía amablemente a su cliente.

 

Chinen estaba por entrar delante cuando recordó algo así que con algo de duda al principio entro en el auto para así subir en el asiento del copiloto, una vez dentro del automóvil fue que se quedó poco tiempo embelesado con el conductor del taxi que decidió  tomar, al estar dentro y haber cerrado la puerta que le correspondía fue que el mayor hablo, cuestionando al menor el lugar a dónde lo llevaría.

 

-¿Y a dónde vamos Chinen-kun?-preguntaba amablemente a su cliente de ese momento, mirándole directamente esperando la respuesta.-

 

-Ahh, por lo pronto solamente quiero alejarme de casa, por favor-

 

flash back

 

~Hace tres años~


 Se encontraba un más joven Chinen destrozado y su  rostro bañado en lágrimas debido a una ruptura amorosa pero se encontraba  sentado a la orilla de la acera al estar esperando un servicio de taxi que había pedido a través de Internet, al llegar este automóvil que tendría la función de taxi, Yuri limpió un poco sus lágrimas antes de acercarse al automóvil dónde Ohno le abría la puerta de los pasajeros al quitar los seguros, con lo que pudo entrar fácilmente  en el asiento trasero detrás del  asiento de detrás del copiloto.

 

La realidad era que Ohno se sentía ciertamente un poco incómodo al alcanzar a escuchar como su cliente  sorbía sus propios mocos al igual que sollozaba cada cierto tiempo, no pudo evitar hablar para intentar distraer a su cliente de lo que le causaba tanta tristeza.

 

- Buenas noches...Entonces al lugar a donde se me indicó que era su destino final supongo que es su  hogar, y disculpe mi intromisión, mi nombre es Ohno Satoshi, por si desea tenerme en cuenta para que pueda anotarlo por si elige volver a solicitar mis servicios nuevamente, disculpe si soy muy atrevido pero me encantaría saber su nombre para así tratarle con más formalidad.- Hablaba de la manera más amable que le era posible, alegrándose al ver que en esos instantes en los cuales lo escuchaba  sus sollozos eran menos.

 

-Mi nombre es Chinen Yuri, un gusto conocerle señor Ohno.- Dijo casi tartamudeando, pero siendo bastante comprensible a pesar de todo, ya que no quería causar  lastima ni mucho menos hacía su persona de parte del chofer de aquel auto aún menos porque ni siquiera se conocían más allá de sus nombres.

 

-Comprendo Chinen-san pero aún tengo una duda, alcancé a escuchar como usted moqueaba y sollozaba un poco, sé que no debí prestar tanta atención, pero usted es mi cliente y por lo tanto me preocupa-Explicaba al menor antes de hacerle una cuestión que le daba bastante preocupación- ¿ ya se encuentra mejor, Chinen-san?

 

Se había sonrojado un poco por la vergüenza que él mismo se había hecho pasar frente a un desconocido al haber llevado consigo mismo toda su escena de drama por una según su punto de vista "estúpida" ruptura amorosa, la cual se había jurado a sí mismo ya había superado, pese a que había llorado e incluso había maldecido a quién había salido con él tres meses para después terminarlo con una estupidez derivada de sus celos ocasionados por que su pareja coqueteaba con un sinnúmero de chicas a pesar de que salía con él. Al estar ya más tranquilo se dignó a hablar -Sí, todo está bien, gracias por preocuparse y lamento si he sido una molestia- se disculpaba sinceramente ya que él mismo sabía muy bien que había hecho una escena innecesaria y eso lo avergonzaba.

 

-Descuide, no ha sido una molestia realmente, ha sido un placer ayudarle, no se preocupe por eso.-Aclaró sus anteriores palabras al menor para que no se creara ningún mal entendido. 

 

Yuri se dio cuenta de que en ese instante había olvidado completamente la tristeza que tenía antes debido a Ohno, ya que él realmente conseguía calmarlo tan solo con su presencia cerca a sí mismo, lo que había notado después de un poco del trayecto desde que subió al taxi.

 

~Fin de flashback~

 

-Como diga  pero al menos dígame algún lugar al que te gustaría ir para así acercarnos a ese rumbo mientras piensa a  donde lo llevo-habló lo más calmado posible ya que en realidad el que el menor no tuviera claro  a donde ir antes de tomar sus servicios lo exasperaba un poco.

 

-Creo que lo mejor sería ir al hotel donde tengo hecha ya una reservación para esta noche, lo había olvidado pero ya que el pago fue anticipado es mejor que me dirija hacia allá ¿no es así?-intentaba poner en orden sus ideas.

 

~Flash back~

Ohno llegó a estacionarse cerca de alguien, ya que le habían pedido expresamente para que fuera a ese lugar a recogerle, y por lo visto era su cliente habitual Chinen, lo suponía porque en la aplicación señalaba el número telefónico que había solicitado su servicio.

 

-¿Ya se le hizo habito pedir mi servicio Chinen-san? -Cuestionaba divertido el conductor del taxi.

 

-Muy divertido, Ohno-san pero no, otra cosa es que su servicio es bueno y además es muy amable, así que para mí es confiable, solamente es por eso...-aclaró antes de poder subir  en la parte de los asientos para pasajeros justo detrás del asiento del copiloto donde con el rabillo del ojo miraba al conductor, llegando a sonrosarse ligeramente al notar el perfil del otro ya que su vista seguía atento al frente al estar atento por donde conducía mientras seguía el camino rumbo a la dirección que Chinen le había pedido le llevase anteriormente para de ese modo no tener ningún accidente ni infligir ninguna regla vial.

 

Chinen ciertamente notaba demasiado favorablemente a Ohno ya que al trasmitirle tanta calma que realmente sentía esas tonterías y mitos que se rumoreaban entre las mujeres "mariposas en el estómago" según había entendido, pero según su instinto y conocer como el hombre varonil que él mismo era, no era otra cosa que nervios al estar cerca de alguien que era tan asombroso que además se preocupaba por él. El color de su rostro paso de un rosa a un rojo intenso al notar como él lo miraba por el retrovisor porque al sentir su mirada instintivamente volteo a ver al espejo y sus miradas se encontraron por unos insignificantes y rápidos segundos, pero fueron los suficientes para darse valor y comenzando a jugar con los dedos de sus manos para comenzar a hablar:

 

-Ohno-san, creo que usted sabe que es un hombre muy bien parecido, es decir guapo de hombre a  otro hombre y...-se comenzaba a sentir nervioso al suponer que estaba siendo ignorado por no recibir respuesta alguna.

 

-Ejem, muchas gracias Chinen-san, lo aprecio mucho de su parte, no es algo que suela escuchar de las personas, mucho menos si estas toman mi servicio. Gracias de verdad-contestaba un tanto apenado ya que no esperaba aquel dialogo de parte de uno de sus clientes y mucho menos del que más lo solicitaba, por lo que pensó que debía ser amable de la misma forma que él lo había sido con su persona y, sin pensarlo demasiado regresó el cumplido- lo mismo puedo decir de usted Chinen-san, usted también es guapo.- Contestó con un tono de voz neutral para que no fuese malinterpretado de ninguna forma.

 

Yuri estaba realmente conmocionado al escuchar esa respuesta tan de repente, por lo que  mordía ligeramente su labio inferior  al estar tan nervioso, incluso más que antes. Pero decidido tomó aire hondamente para lograr calmarse y de ese modo poder hablar con un tono de voz calmado, ajeno a la emoción que hace unos instantes parecía irradiar de su cuerpo. -Ohno-san lo que yo quiero decirle es tan simple como...Le quiero Ohno-san, sé que solamente somos cliente y proveedor o en este caso conductor, pero realmente lo siento como lo que es, más que un amor por un simple capricho, en realidad lo amo intensa y puramente, si gusta puede dejar de hablarme de usted, solamente acépteme por favor.-Se inclinó tanto como pudo al estarle pidiendo algo que sabía que pudiera incomodarle al otro, incluso juntó sus manos como si estuviera haciendo una plegaría.

 

De un momento a otro el auto paró del todo al ya haber llegado ambos a su destino final, lo que hizo que Chinen volviera de su mundo de ensueño, que se había formado mientras se le declaraba al mayor a la realidad en la cual se hallaba inmóvil al notar que Ohno no le había contestado aun solamente emitía un aura de inconformidad y desagrado, finalmente el mayor dejo que la puerta del taxi se abriera por sí misma para después decirle amablemente a su cliente:

 

-Sal por favor y no te lo tomes a mal, pero eres  demasiado intenso últimamente has pedido demasiado mi servicio y es un poco incómodo. Te pido que intentes no hacerlo más, sí pagas muy bien pero sabes que no es bien visto que aceptemos dinero extra de la tarifa solicitada, por lo que entiendo que por eso pidas mi taxi especialmente para tramos cortos como si fuera una especie de compensación o lo vieras como una forma de dejar propina sin que sea mal visto, claro que está bien visto el acto de tu bondad hacía mí pero debes cuidar tu dinero así que intenta que esto no sea tan seguido, de cualquier manera puedes bajarte ya para que hagas tus cosas.

 

~fin de flashback~

 

-Sí me parece mejor que vayamos para allá antes de que pierdas tu reservación,- comentaba Ohno mientras su pasajero buscaba la dirección exacta del lugar para así darla al conductor del taxi.-

 

-Claro, aunque realmente no me apura realmente perder la reservación solamente quería verle antes de asistir a una cita que fue arreglada por mis supuestos amigos.- Se sinceró respecto al motivo de su asistencia a ese lugar.

 

-Así que irás por eso, me alegra que puedas ver otras opciones y convivas con más personas y no solamente te centres en mí- sonreía al pensar que de ese modo Chinen ya no le perseguiría tanto.

 

- Sí, será grandioso ¿no es así Ohno-san?-preguntaba con un tono ciertamente despectivo a pesar de estar  triste ya que veía que su sola presencia molestaba al mayor a pesar que él tanto lo apreciaba e incluso le amaba parecía ser una molestia total para él a pesar de sus múltiples pedidos de su servicio y sus cortos trayectos que le dejaban bastante dinero que le rendía para mucho más que quizá con otros pasajeros, aun así era rechazado de esa manera que no disimulaba par nada su desprecio hacia él y eso realmente le dolía.

 

La mirada del menor se mantenía en el retrovisor, mirando a través de él al mayor, observando su perfil el cual en ese momento admiraba, y hasta lo soñaba despierto al estar ansioso de volver a verlo. 

 

En verdad estaba muy contento por volver a verlo, y a esas alturas estaba casi seguro que sería la última vez que lo vería, ya que había decidido por sí mismo a alejarse de él. A pesar de lo mucho que le gustara y con la cita que le habían arreglado sus amigos era la excusa perfecta para dejarlo de lado definitivamente. Sabía que podría dejarlo en base a voluntad, pero se conocía y por lo tanto, estaba cien por ciento seguro de que le sería totalmente imposible y volvería, a  acosarle de nuevo pidiendo sus servicios con más frecuencia y por supuesto más constancia, pues no quería perderse de absolutamente nada en lo absoluto de forma que le fuera posible, ya que no pensaba de ningún modo investigar sobre su vida privada, ya que sabía que tan cosa lo volvería totalmente loco. Si bien ahora trataba de disfrutar el viaje y la brisa que hacía dentro del auto debido al aire acondicionado del mismo, cosa  que le hacía llegar un poco del aroma  corporal del mayor, quien conducía con total calma, hasta que una melodía se hizo presente al parecer desde uno de sus bolsillos del saco que portaba, el mayor decidió que ignoraría completamente el sonido de su celular, ya que traía un cliente consigo a un cliente y más importante, estaba conduciendo, tendría que tomar la llamada en altavoz y era algo que no haría al ser signo de falta de respeto al estar atendiendo a un cliente en ese justo comento, más al ser tan insistente esa dichosa llamada, decidió hacerlo en una parada frente a un semáforo en rojo.

 

-Ohno al habla, tengo un cliente ahora, así que dese prisa con la razón de su llamada.-Contestaba con la clara intención de no durar demasiado en esa llamada y estaba un tanto  enfadado por lo que su paciencia estaba casi terminada y no pensaba desperdiciar la poca que aún le quedaba en atender una llamada.

 

-Uy, perdona si te estoy interrumpiendo, para las pocas veces que últimamente hemos hablado- contestaba la otra persona en la llamada que no era otra persona que  Nakajima Kento, persona con la que nuestro conductor hace algún tiempo tuvo cierta relación cercana con él; Era un chico bastante joven a diferencia de sí mismo, al menos eso era lo que carcomía la mente de Chinen y se sentía cada vez peor, aún más al escuchar la corta risa de parte de Ohno junto  con el tono de voz que empleaba al contestar cada cierto tiempo.

 

-No pasa nada, pero ahora estoy realmente ocupado al estar conduciendo además de, que como dije antes estoy con un cliente y el que esté hablando contigo ahora debe de verse de muy mala educación, así que date prisa y di si me necesitas en realidad para algo- a pesar de usar palabras que se podrían usar para regañar al otro el tono de su voz era alegre, por volver a hablar con un viejo amigo.

 

- Entonces así lo dejamos nos hablamos después Sa-chan.-Fue lo último que se escuchó entes de que la llamada antes de una suave y corta risa de parte del mayor quien negaba suavemente con su cabeza al no creer que de verdad fuese Nakajima

 

Por su parte Yuri tan solo se dedicó a escuchar atentamente cada palabra y al escuchar lo último dicho en esa conversación fue cuando notó lo realmente enojado y celoso que estaba pero respiro  profundamente para calmarse un poco y así pasar su cuerpo al asiento destinado para los pasajeros, haciéndolo con cuidado para que Ohno no le llamara la atención, además que cuidó especialmente que no hubiera algún vehículo cerca. Al llegar a los asientos de atrás fue cuando buscaba entre sus maletas antes subidas por el conductor algo en especial, sobresaltándose un poco cuándo el mayor comenzó a hablar después de carraspear para aclararse la garganta.

 

-Chinen, me disculpo por haber atendido una llamada personal en su presencia, no volverá a ocurrir, lamento las molestias.- Cortó para no revelar información que nunca le fue pedida.

 

El menor solo se limitó a negar con  su cabeza y contestarle e viva voz para no dar la impresión de que menospreciaba la intención del mayor 'no se preocupe no pasa nada'  se limitó a decir, y continuó con lo que hacía; había sacado, después de rebuscar un poco más con un cuchillo que se veía debido al brillo que se reflejaba en la parte afilada del cuchillo que estaba bastante filoso y por lo tanto peligroso, mientras su dueño lo tomaba e inclinaba el cuchillo con gracia haciendo movimientos rápidos antes de ponerse de rodillas sobre uno de los asientos de la parte de atrás del  asiento del conductor, alzando el cuchillo para que el asiento que tenía delante de él no entorpeciera sus actos, los cuales realizó al cortar parte de la orilla del cuello del mayor, quien, entre sorprendido y ciertamente asustado logró tomar el antebrazo de su cliente para intentar detenerlo, sin descuidar del todo el volante ya que el auto aún estaba encendido y si se descuidaba un poco podría ocasionar un accidente grave, pero se pensaba orillar lo más pronto posible para evitar algún percance y poder defenderse de lo que Chinen le intentó hacer, que si bien  logró su cometido, solo le había abierto la apenas una capa superficial, la cual dolía aún y le preocupaba bastante el constante sangrado que ya había manchado sus ropas, pero debido a el color oscuro de la mayoría de la ropa exceptuando su camisa y corbata que denotaban la sangre que había abandonado su cuerpo.

El menor al sentirse irritado buscó de manera que se le veía totalmente fúrico buscando desesperado algo que juraba que había empacado para aquél día; al encontrar el cable  metálico, el cuál enredó un extremo de aquél largo y suficientemente grueso para dar toda la vuelta  a sus dedos  unidos de una de sus manos, manteniendo esa forma con su pulgar mientras con la otra tomaba el otro extremo para  lanzar el otro extremo del cable lo suficientemente fuerte como para que pasara al otro extremo  y  tomarlo rápidamente con su otra mano, pero antes de finalizar lo que tenía planeado  y lo que ya había comenzado, escucho la voz del mayor, quien hablaba  con un tono tranquilo, a pesar de que se le notaba en las pequeñas pausas que realizaba cada tanto, al igual que el tono de su voz  fluctuaba entre la tranquilidad y lo que identificaba como suplica, casi desesperación; fue que quiso dejar en paz al mayor, y de esa forma simplemente alejarse de él para dejarlo continuar con su vida normalmente, pero sabía que después de lo que hizo hacía poco lo denunciaría con la policía y seguro le pondría como mínimo una orden de alejamiento a juzgar por el comportamiento que había estado teniendo  en los últimos meses, y no era que se arrepintiera realmente de lo que había hecho, para nada, pero recordaba exactamente cada segundo de la pasada conversación telefónica que Ohno había tenido, y recordaba incluso lo dicho por la otra persona, puesto que, al estar tan en silencio que incluso llegó a parar su propia respiración solamente para escuchar lo que le decía aquél chico por esa llamada telefónica, y en la forma que le contestaba estaba seguro, de una forma ciertamente melosa y estaba; teniendo que admitirlo, pese a lo mucho que le pesara a sí mismo porque realmente le parecía una tontería; celoso en extremo, además  de que  recordaba con exactitud el tono tan delicado y atento de Ohno, y con ello estaba seguro, completamente que en ningún momento con él, había usado esa amabilidad, que parecía tan natural durante su llamada.

 

Al recordar cómo se había sentido hace tan solo algunos segundos, que no pudo resistir más y tan solo después de echarle una mirada rápida a través del retrovisor, se decidió a  proceder con su plan, y así conteniendo su respiración, volvía a tomar  cada extremo de aquél cable para poder de una vez y sin poder mirar atrás, halar ambos lados de aquel alambre tan inofensivo que en sus manos podría convertirse en algo mortal, al menos en la posición aunado con en el que ese momento se encontraba, del todo furioso y decepcionado, del todo decepcionado al saber a esas alturas que jamás  tendría oportunidad alguna de ser un poco, un mínimo de cercano respecto a Ohno-kun, cosa que lo hacía sentir impotente en todos los sentidos posibles,  que si bien era verdad, pero por mucho  que lo entristeciera y provocara decepción sobre sí mismo, quería ser más cercano a él, era inevitable en esos momentos después de esos pocos acontecimientos, pero realmente deseaba  su cercanía con mucho fervor.

 

Estaba enteramente seguro de que no tenía suficiente fuerza para degollar al mayor con el cable que traía consigo, y era lo que en ese momento quería, matar al mayor pues pensaba que solamente así podría estar cerca de Ohno, puesto que después de haber sido advertido de que dejara de pedir su servicio vía aplicación, además de que recientemente lo había intentado acuchillar. Definitivamente no lo dejaría acercarse en cuanto pasara este shock inicial, pero él mismo todavía lo quería tener cerca , por lo que estaba totalmente decidido a terminar con la vida de aquella persona a la que, anteriormente le había confesado su atracción, a pesar de lo mucho que lo quería sentía esa necesidad de estar lo más cerca de él, tanto como le fuera posible, y para eso había pensado en su mente entre varias probabilidades, sin embargo se decidió por darle muerte ya que consideraba que únicamente de esa forma era la única en la que realmente estaría cerca de él, al menos tanto como deseaba, pero estaba seguro de que no quería hacer sufrir demasiado al mayor, por lo que tomando el arma blanca que se encontraba con más filo para así fuera lo más indoloro posible el hecho de terminar por acuchillarle justo el uno de sus costados, provocando un fuerte pero claro alarido, el cuál expresaba el dolor que sentía a pesar de que el menor había intentado ahorrarle ese sufrimiento lo más posible.

 

Al momento en que comenzó a fluir la sangre por la herida, fue que el mayor usó la fuerza que ciertamente tenía, para erradicar cualquier movimiento del menor tratando así de impedir  que algún movimiento ajeno agravara su sangrado, lo sabía, había sido tonto de su parte el no haber hecho caso a su instinto básico con Chinen, pero cuando le conoció le parecía totalmente vulnerable, incapaz de lo que ahora hacía y estaba altamente arrepentido de no haber denunciado al menor  cuando todo le pareció muy raro en cuanto a su comportamiento, pero quiso pensar que exageraba y solamente creer que él era el paranoico y en realidad todo estaba bien.

 

Oh, que error había cometido y ahora era totalmente claro para él que no se debió confiar de tal manera, después de todo, ‘nada es lo que aparenta’ y ‘demasiado bueno para ser verdad’ eran las cosas que había ignorado y si no intentaba hacer algo para salvar su propia vida, ni siquiera podría existir un momento para lamentarse, por lo que  juntando toda su gallardía y así fue que logró desarmar del todo al menor, pero no contaba con la mente tan retorcida del pequeño pasajero que había tenido durante todo aquél día, que en con agilidad con la que tomó otro cuchillo y sin alguna mesura comenzó a apuñalar de forma desenfrenada todas las partes blandas que le eran posibles del cuerpo del mayor, aprovechando su cuerpo para pasar con facilidad a la parte frontal del auto y así tener más libertad a la hora de hacer cortes más profundos pero rápidos, antes de detenerse de forma abrupta al sentir como  su propia ropa era mojada por un líquido que era tibia a su sentir, más al notar lo que era al dirigir su mirada hacía la parte baja de su cuerpo, se dio cuenta que era realmente sangre del mayor.

 

Su primera impresión, no fue otra que de susto por unas fracciones de segundo, antes de volver en sí y tomar de nueva cuenta el cuchillo, el cual había dejado aun atravesando parte del cuerpo ajeno antes de sacarlo del lugar donde había estado clavado, siendo dejado en ese lugar solo para calmar un poco su respiración agitada debido a su pasado desenfreno al acuchillar a Ohno, pero tras sacar finalmente  el cuchillo no pudo evitar mirar el rostro del mayor, el cual estaba del todo tranquila, como si jamás hubiese sido así de acuchillado de esa forma, por lo que se armó de valor y de forma osada comenzó a usar la sangre que había quedado impregnada en la hoja del cuchillo para con el mismo  llenar los labios del mayor con la misma sangre que antes le había sacado de su cuerpo. Al estar ya la sangre de su conductor sobre los labios del mismo, entrecerró los ojos antes de  besar los labios, terminando por lamer sus propios labios llenos de la sangra ajena, para después lamer con dedicación de  eliminar todo rastro de aquél liquido de los labios ajenos antes de lamer el dorso de la hoja del cuchillo degustando nuevamente la sangre ajena.

 

Al terminar de probar un poco de su crimen y después de haber calmado su mente un poco, empezó a descuartizar el cuerpo del mayor, pues si bien sabía que tarde o temprano descubrirían su cuerpo, quería que al menos tardaran un poco, no le emocionaba para nada la idea de ir a la cárcel, pero ya no había vuelta atrás, por mucho que lo deseara, ya lo había asesinado y culpaba a esa estúpida llamada a la que  fue la que puso los clavos en el ataúd.

 

-De verdad lo lamento Satoshi.-Pronunció mientras terminaba de robar todo lo que lo hiciera fácilmente identificable antes de marcharse por su propio pie del lugar sin importarle que estuviera cubierto de sangre, aprovechando sus maletas donde traía en un principio los cuchillos y todo lo que necesitaba para matar al mayor, metió partes del cuerpo de Ohno para así irlos esparciendo por donde pasara de camino a su residencia, tomando un camino diferente para poder tener todas las partes en diferente lugar, se sentía como un agricultor, esparciendo las semillas para su próximo cultivo, justo como ahora estaba esparciendo las partes del cuerpo del mayor.

 

 


FIN.

26 nov 2022

Escape.

Ohno Satoshi apenas salía de una junta de la empresa para la que laburaba, como parte de una agrupación donde bailaba, cantaba, actuaba entre otras labores más, era su última junta, ya que pronto iba a pedir el permiso para poder dejar su trabajo dentro de la agrupación y solo seguir con la compañía únicamente como actor.

 

Lo único que realmente le pesaba a esas alturas era dejar a sus fans pero estaba seguro le comprenderían, ya que a su edad no era ni tan normal, ni tan fácil seguir como hasta el momento como miembro y líder de la agrupación. Aunque era verdad que también extrañaría a sus amigos y compañeros de agrupación; fueron tantos años y tantas cosas que aprendieron juntos que le era difícil.  

 

Pero debía admitir que en los últimos años una persona en especial había estado eclipsando del todo sus pensamientos y a pesar, le dolía el admitir que era menor que él. Antes de decir adiós a la empresa, quería arreglar unas cuantas cosas con esa persona, por lo que lo citó vía un corto mensaje de texto, solicitando que se encontrara con él, sabía muy bien que él era de su agrado, ya que desde hace mucho tiempo era consciente de que era él su mayor motivación para entrar en su misma compañía, e incluso había sido apoyo como bailarín en la parte de detrás de su grupo y por ello también sabía cuánto lo admiraba justamente a él.

 

Al momento de sentir que todo encajaba fue que comenzó a hacerse más cercano a él, y estaba seguro que pronto sería decidida su última fecha en la cual podría entrar dentro de las oficinas previo a graduarse, al menos con tanta normalidad como hasta ahora y por eso sabía que debía moverse rápidamente, si es que realmente deseaba aclarar las cosas con Chinen, pues debía admitir que el menor hacía un trabajo bastante bueno en cuanto a la actuación se trataba, y era un poco más visible que él mismo. Y era cierto que se sentía algo atraído por él, y no lo decía por su trabajo, ni mucho menos la actitud que tomaba cuando se encontraban frente a frente, no tenía nada que ver, pero debía admitir  que lo que más lo hipnotizaba de su persona era esa juventud, que si bien no permanecía del todo intacta era notable, realmente  lo era para él, además, en una ocasión había conseguido rozar ligeramente su piel, y era verdad lo que sus compañeros, varios de sus superiores, maquillistas e incluso ahora él lo había comprobado que tenía una piel bastante suave, con esto recientemente descubierto fue que decidió avanzar un poco más, con absoluto sigilo de no causar una atención exagerada sobre sí mismo, ni de parte del público o de sus superiores, así  como definitivamente no quería  crear desconfianza  en Chinen, a pesar de que sabía que difícilmente pasaría tal cosa ya que sabía el tipo de persona que era junto con que anteriormente había estado ganando su confianza y él mismo juraba que nunca pensó en tener una amistad tan cercana entre ellos.

 

Fue entonces que lo decidido, después de estar completamente seguro de su insistencia permanente hacía  él y la idea de ir juntos, solamente los dos por salir a beber algo, sin que necesariamente fuese parte del trabajo, que lo invitó de manera cordial a ese encuentro tan anhelado por su parte en un bar, que el mismo conocía y por lo tanto sabía que era seguro para visitar por dos celebridades como lo eran ellos, sabiendo que servían bebidas buenas y  no adulteradas que pudieran provocarle algún mal  a alguno de los dos.

 

-De verdad no puedo creer que hayamos creado en este corto tiempo lazos de amistad tan profundos, al punto en el que verdaderamente me permites ver su estado inconveniente de embriaguez, y además me des la oportunidad de poder beber a su lado. Muchas gracias.- Soltaba con la mayor claridad posible Chinen, a pesar del nerviosismo que se notaba sentía y eso mismo le hacía dudar de sus acciones, aunque pareciera ser como ese lugar y su presencia le hicieran estabilizar un poco sus alteradas emociones para de ese modo comportarse un poco más de recato.

 

-Es natural que esto haya terminado de este modo, después de todo pasamos mucho tiempo dentro de la compañía, además de que hemos tenido muchísimos trabajos y eventos conjuntos. Me alegro que este tipo de amistad se haya dado y mucho más con usted Chinen-san - Respondió mientras  antes de pedir las bebidas para ambos al tiempo que sintió la mirada fija sobre él, de parte de la persona sobre la que ya había trazado planes que  ya había comenzado a maquinar con absoluto sigilo. Llegadas las bebidas fue cuando ambos comenzaron a beber cada uno de su respectivo vaso, si bien a ambos les había gustado por igual el sabor y los efectos relajantes del licor que estaban bebiendo, era Ohno quién hacía pausas más prolongadas entre sorbo y sorbo, mientras era  el menor quién ya casi había terminado con la suya.

 

Cuando ambos terminaron su respectiva bebida, fue que el mayor quien expresamente  comenzó a evaluar la condición del menor, pues estaba a cargo de su bienestar, por lo que al haber examinado antes su  condición general, y con esto darse cuenta que se había emocionado de sobre manera a tal punto que olvido tener control sobre cuánto bebía y el menor acabó en completo estado inconveniente, si bien  este no se notaba de primera mano, realmente necesitaba a toda costa evitar que lo miraran demasiadas personas, ya que se notaba demasiado estaba subiendo demasiado su volumen de voz sin necesidad, sin contar su marcha ligeramente inestable en cuanto le sugirió que ambos fueran a un lugar más apartado, donde ambos pudieran desintoxicar un poco sus cuerpos para así poder volver a la normalidad Yuri aceptaba feliz la propuesta de Ohno pues era alguien muy apreciado él dentro de su vida y por lo tanto, estaba seguro de que nada malo le pasaría, por lo que gustosamente fue con él fuera del bar en el que habían estado bebiendo anteriormente, para así ir  a recomendación de Satoshi a cierto hotel, ya que era no tan caro así como bastante privado dado el trabajo de ambos.

 

-¿Seguro que estaremos bien en este lugar?- cuestionaba el menor con cierto temor, tanto por no agradar más al otro así como de ser el motivo de escándalos sí alguien inadecuado los miraba entrar a ese lugar juntos, como  el hecho de que realmente el mayor haya estado en ese lugar.

 

-Tranquilo, solo vamos a estar dentro un momento, después de que ambos nos repongamos saldremos y cada uno a sus propios asuntos y nadie tendría razones para decir nada acerca de alguno de nosotros.

 

-Está bien, creo en usted…Ohno-san.

 

Con algo de duda, así como algo de indecisión de parte del menor, ambos acabaron por entrar dentro del hotel, una vez dentro recibieron la indicación de ir prontamente a su habitación asignada, ya que al ser una época dónde las habitaciones estaban muy solicitadas, tanto así que el abandonar solo por un par de horas la habitación, daba la oportunidad de ser robada a pesar de la vigilancia más extrema de parte de los dueños del hotel de habían dado ocasiones en las cuales esto había ocurrido, si bien les era devuelto el dinero a quienes sufrieron de ese tipo de incidentes, no podían asegurar al ciento por ciento que se les resguardara el lugar en su habitación, era cierto que esto era muy mal visto pero siempre podían acudir a alguno de sus competidores, a pesar de su precio mucho más alto, pero no solían hacer nada más para poder resguardar sus reservas. Sin más  ambos entraron y fueron hasta su habitación, la número seis mil dos, si bien Chinen aún caminaba algo tambaleante por su embriagues ambos lograron llegar en tiempo y forma a la habitación.

 

-Ohno-san, ¿crees que podamos pasar aquí hasta tarde? No quisiera que algún conocido cercano me viera en estas condiciones tan temprano y aún menos siendo acompañado por mi propio ejemplo de lo que quiero ser más adelante.

 

-Muchas gracias, pero para nada soy algo de eso tan maravilloso que dices  de mí, aún me falta mucho por mejorar.- Dijo totalmente seguro de sí mismo, comenzando a sentir más atracción por el menor, a quien había empezado a caminar tan cerca del menor, que pudo percibir el olor natural de su cuerpo mezclado con el licor que anteriormente había ingerido.- Chinen-kun te propongo una relación más cercana entre los dos- dijo casi en un susurro, antes de que ambos se rindieran totalmente a los anhelos que sentían y eran más  vividos y fuertes al poder sentir el calor del cuerpo de su acompañante.

 

Chinen fue quien se atrevió a realmente romper la distancia entre ambos al comenzar a rozar la entrepierna del mayor pues realmente deseaba a ese hombre desde hacía muchos años, al notar como su acompañante no repudiaba en lo absoluto su toque ni su cercanía, da un paso más arriesgado al punto en el que tomó algo de impulso para poder prenderse de su cuello y así poder besar con delicadeza sus labios, lo cual Satoshi simplemente respondió de forma cálida al pasar su brazo detrás de la cintura ajena, rodeándolo del todo para quedar ambos unidos en un abrazo en medio del beso que el más bajo había comenzado, quien terminó por bajar sus manos de alrededor de su cuello hasta llegar a quedar sobre su pecho. Satoshi fue quién comenzó a  desprenderse de su propia ropa al sentir su cuerpo bastante acalorado, al punto de hacerse notorio al estar comenzando a sudar a tal grado que comenzaba a ser molesto por tener que apretar un poco la forma en que cerraba sus ojos para impedir así que su propio sudor entrase en contacto con sus ojos; con cuidado y rapidez utilizó  una de sus manos para así limpiar el tan estorboso sudor que tenía en su rostro, y al hacerlo pudo relajar su rostro, aprovechando para así  separarse un poco del más bajo y poder  quitarse sin problema alguno la mayoría de su ropa quedando solamente en ropa interior.

 

En cuanto se percató que la persona a la que admiraba se había quedado en paños menores, se sonrojo por completo al ver a quién más, realmente deseaba, y de esa forma, comenzó a imitarle al sentir acalorado su cuerpo, así como no deseaba mostrar de ninguna manera el que estuviera en presencia del otro aun con su ropa tal cual llegaron al edificio y se mostrara ante sus ojos como falta de respeto, quedando él también solamente vistiendo sus calzoncillos junto con sus calcetines, los cuales termino por finalmente quitando ya que le eran incomodos en aquella situación, en la cual  tenía la oportunidad única en la vida en la que podía hacer avances en su  relación interpersonal con su senpai, y más ahora que nunca ya que se rumoreaba que se graduaría pronto, cosa que sabía que sufriría llegado el día y por eso mismo quería seguir con todo eso, no quería arrepentirse el día en que ya no lo viera más tan seguido como hasta ahora, sí, puede que el alcohol provocara que se arriesgara demasiado por no pensar claramente las cosas, pero era justo en ese momento en el cual se estaba atreviendo a lo que desde hacía tanto tiempo deseaba, fuera culpa de estar borracho o no, arrepentimiento de su parte no existía.

 

De un momento a otro ambos quedaron en su totalidad desnudos y comenzaron  a tocarse mutuamente, para Yuri se sentía de lo más placentero, además de que a lado del mayor sentía que sus toques eran como el tacto superior al mejor terciopelo, pues bajo sus dedos se sentía como  pequeñas dosis de droga, la cual  le producía un bienestar inmediato, confianza absoluta, sin contar el que realmente sentía una absoluta confianza a su lado a tal grado que, sentía que podía contarle cualquier cosa sin temor a la burla o el repudio de su parte, por lo que comenzó a evocar sus recuerdos más hermosos de su pasado en la compañía e incluso antes de entrar a esta, justo cuando le conoció, y con ello se juró a sí mismo no detenerse hasta poder ser alguien cercano a él.

 

Mientras Ohno escuchaba  lo que Chinen tenía que decirle decidió por sí mismo, a sabiendas que el menor lo seguiría sin dudarlo mucho, a comenzar a frotar sus cuerpos directamente uno contra el otro y fue de esa manera tan natural que pudo fácilmente conseguir que ambos se excitaran a tal punto que sus miembros se irguieran del todo, y con ello ambos disfrutaban más cada roce, llegando incluso a  dejar fluir continuamente rastros de líquido pre-eyaculatorio, haciendo esto que sus penes empezaran a exigir por más atención si lo que se quería era evitar salir del lugar sin llamar la atención de la gente a su alrededor, o simplemente a  reducir el tiempo de incomodidad  por estar en esas condiciones.

 

-¿Me permite seguir con esto hasta el final, Chinen-san?- era Ohno quién tomó la iniciativa de querer seguir eso que ya habían empezado y deseaba terminar lo más pronto posible, después de todo ‘El tiempo es oro’ y el mismo  lo pregonaba con toda persona a la que podía, por lo que no le costó mucho hacer la cuestión, pues deseaba salir lo antes posible para poder continuar y por fin dejar libre todo su deseo carnal que tenía conteniendo desde hace tiempo por quien fue alguna vez su aprendiz  y así poder penetrarle a penas y aceptara.

 

-Claro, ¿por qué no? Adelante por favor, muéstreme cómo se pueden complacer un par de hombres adultos, que sabrá bien que yo no soy un santo, pero no tengo idea de cómo nosotros dos podamos completamente satisfechos en este tipo de encuentro que propone.

 

El mayor ciertamente esperaba esas palabras de parte del otro, más al escucharlas directamente de él y además tenerlo tan cerca, no dudó ni un poco en comenzar a tocar  de forma precisa y algo traviesa el cuerpo ajeno con el único fin de excitarle lo suficiente para que le dejara entrar al primera estocada sin oponerse de ningún modo, pues quería que estuviera tan necesitado como él lo estaba ahora.

 

Al momento en que ambos se unieron físicamente, tan solo en la penetración del cuerpo del menor fue que este, gimió tan provocativamente que Satoshi no dudó en salir un poco de su interior, solo para volver a entrar con más ímpetu y  gozo, pues solamente con él estaba sintiendo algo tan excitante a tal punto que quería devolver el favor, comenzando así a  masturbarle antes de alcanzar con una de sus manos el pantalón de alguno y así quitar el cinturón de la prenda para poder fácilmente ponerlo alrededor del cuello del más bajo, quien alterado intentaba zafarse de la situación al medir el peligro  que corría, sin embargo al sentir como su acompañante comenzaba a besar su nuca al tiempo que murmuraba suavemente fue que calmó tanto su cuerpo como mente.

 

-Tranquilo, Yuri, esto solo es para aumentar nuestro placer, te lo prometo, no te pasará nada malo.- Usaba un tono que trataba de calmarlo sin dejar de penetrarlo, ni de llevar el ritmo constante de entrar y salir de su cuerpo. Hasta llegar al punto en que Chinen arqueaba su espalda al intentar que de esa forma le fuera imposible tener el pene del más alto fuera de sí por tanto tiempo.

 

Fue entonces que entre gemidos de ambos y  el sonido húmedo que tenían sus cuerpos  al estar tan excitados que sus propias secreciones estaban dando pie a ese sonido tan obsceno que hacía que ambos estuvieran al borde de eyacular, por lo que el mayor optó por usar el cinturón que tenía alrededor del cuello ajeno como si buera una cadena de castigo en el cuello de un perro al apretarlo tan solo un poco, llegando a producir un ligero ahogo en el cuerpo ajeno, cosa que  provocó que el más bajo temblara antes de que le encontrara gusto a ese pequeño juego que al mayor parecía encantarle, ya que cada vez que le ocasionaba una ligera arcada y esto se reflejaba en los músculos de su  cuerpo podía sentir como el falo del otro se engrosaba  en su interior, acto que disfrutaba de sobremanera, pues tanto al salir como entrar nuevamente le ocasionaba un fuerte y constante deseo de sentir más de ese exorbitante placer y por ende le provocaba a  él mismo ir más rápidamente para así adentrar y sacar con cada vez más frenesí el miembro ajeno de su cuerpo, hasta que el mayor apretó con fuerza y sin dar oportunidad de un afloje de aquél cinturón  que rodeaba el cuello del menor, quien sentía como su interior era llenado por el semen de Ohno y golpeaba con fuerza su próstata, provocando que él también se corriera  de súbito provocando que todo su cuerpo se aflojara al tener ese éxtasis tan inmerso que lo obligó a dejarse caer, de no ser porque aún  tenía el cinto al cuello hubiera caído irremediablemente al  suelo.

 

Si bien el más joven no había caído al suelo gracias al mayor, había otro problema y era que al estar tanto tiempo  con su cuello apretado firmemente con el cinturón que  su muerte fue inevitable, sin embargo el otro solo sonrío suavemente, después de todo ese era su plan inicial, estaba tan harto como asustado de él y no iba a permitir de ningún modo que un chiquillo como lo era Chinen causara en él ese tipo de emociones. Sí admitía aún que sí sentía un deseo sexual por él, el cual terminó por desahogar y eliminar completamente y para siempre, así como era cierto que sabía que había cometido un crimen y que lo meterían a la cárcel, entre un sin número de consecuencias más, pero la verdad era que no se arrepentía pues ahora es cuando realmente se sentía en paz.

 

Tranquilamente salió del hotel, una vez se había vestido, arreglado y limpiado, dejado su semen dentro del cuerpo del menor, pues estaba seguro que tendrían cámaras en algún lado además de que le encantaba la idea de que el cuerpo ahora inerte del menor tuviera todo su semen dentro de su cavidad como un recuerdo del último encuentro personal  que tuvieron.

 

 

Fin.


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Espero guste feliz cumpleaños a Ohno por cierto.

31 oct 2022

Novedad.

 Como he notado que hay problemas para encontrar el blog y saber si actualizo o no, me han hecho el favor de hacerme una cuenta en Wattpad, pondré la dirección tanto aquí en la entrada ya que olvidé como se pone donde están el resto de redes xD.

Por su atención, gracias.


Wattpad

Vamos, Marius.

-Vamos Marius, tienes que ponerte esto o no te dejarán entrar.- Insistió Matsushima.

-¿Pero por qué tú no vas disfrazado? - Preguntó desconfiado el más alto, aunque joven.

-Claro que iré disfrazado, pero quiero que antes tú te disfraces, Mari.- Contestó intentando calmarlo, lo que pareció funcionar pues el menor comenzaba a ponerse la ropa que el otro le había dado, siendo esto una túnica de color blanco con mangas largas, que en los puños de esta tenía pequeños detalles en color plata, mientras bajaba por su cuerpo hasta llegar a la mitad de sus muslos, notándose su pantalón que era de un color rosa muy claro.- Está mal Marius, dije que te quitaras la ropa de abajo, o el disfraz no se verá como uno y solo te verás ridículo.- Afirmó Matsushima quien veía de arriba a abajo al menor.

- Pero Sou-chan... me dará frío si dejo tanta piel expuesta...- Dijo apenado  al tiempo que se quitaba con vergüenza la ropa que tenía debajo del disfraz que le había dado Sou, aunque aún no estaba seguro de lo que era.- ¿Así está bien? -Preguntó el más alto al ya verse listo puesto que, no tenía nada excepto su ropa interior debajo de la túnica.

-Sí, justo así debe de ser. Usa esto debajo -  Matsushima le ofrecía al otro un pantalón corto de color blanco para que lo usara por encima de su ropa interior.-

-Pero...-

-Anda, mientras terminas iré a llamar a tu hermana para decirle que estarás conmigo y que no se preocupe, cuando termines te acabaré de poner todo el disfraz así que toma tu tiempo.- Apresuró a decir el mayor mientras salía de la habitación propia para poder ir a llamar por teléfono.

El europeo sostenía aún la prenda entre sus manos y suspiró al pensar que haría demasiado bulto con su ropa interior la cual aquél día se había puesto de algodón, un algodón demasiado grueso, por lo que sería incómodo tener algo más ajustado encima, por lo que  terminó por quitarse la ropa interior para solamente usar aquella prenda que le había dado el otro, que era ajustada pero cómoda, lo único que le incomodaba es que era muy revelador por la falta de tela, por lo que se notaba casi con detalle todos sus genitales.- ¿Qué más da?  Nadie verá debajo de mis ropas.- Se dijo a sí mismo  antes de salir del lugar del todo listo dejando su ropa interior junto con el resto de su ropa doblada sobre la cama de Sou, pues en esa habitación había estado cambiándose.

Al haber salido el alemán de la habitación de la persona que le había dado el supuesto disfraz, aunque él mismo no veía la ropa que llevaba encima como algo propio de un disfraz, hasta que visualizó al otro quién le sonrió al ver que finalmente había salido de la habitación del todo vestido.

-Me alegra ver que te ha quedado bien, aunque un poco corto, pero lucirás estupendo.- Aseguraba mientras traía con él una bolsa en dónde tenía el resto de complementos para completar aquél disfraz.

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-Creo que ellos tardarán demasiado, seguro Marius es lo que los retrasa, se suele distraer mucho de forma sencilla, pareciera que acaba de llegar como un turista.- Alegaba intentando encontrar una razón para la tardanza de los menores.

-Tranquilo, Fuma, ya llegarán.- Le intentaba tranquilizar el mayor presente, Kento.

-Sí, tiene razón, Fuma, ahí vienen los dos - señalaba a lo lejos como se acercaban Sou y Marius, estando este último un tanto sonrojado, puesto que era muy vistoso el traje de ángel que tenía puesto debido a las enormes alas blancas sobre su espalda.

-Vamos Mari, date prisa, que ya sabes que a esos sujetos no les gusta esperarnos mucho, además, tú tienes las piernas más largas por lo que debes poder ir más rápido ¿no?

-Sou-chan, deja de apresurarme, sé que los demás son impacientes con nosotros pero...con estas ropas me siento casi desnudo.- Confesó con vergüenza mientras estiraba con sus manos la túnica que portaba para así intentar cubrir un poco más su piernas.La transparencia, a falta de tela de su ropa, sin mencionar que empezaba a tener frío, al no estar acostumbrado a traer tan poca ropa en otoño en ese país hacía más corriente, sobre todo por el lugar en el que los habían citado los mayores, simplemente intentaba cubrir un poco más de su propia piel, si bien estaba acostumbrado al frío por su natal Alemania, eso no le quitaba la pena que sentía por portar esa ropa tan vistosa, que tanto se pegaba a su piel, el saber él mismo que no llevaba puesta su ropa interior, lo que le avergonzaba aún más, dejando su rostro del todo sonrojado, causando que el viento frío sobre su rostro fuera aún más frío, causando que su cuerpo temblara suavemente a consecuencia del cambio de temperatura.

-Vamos Mari, no creo que seas tan vergonzoso, además te ves muy bien, seguro a los demás les encantará la forma en la que viniste vestido, te lo puedo asegurar.- Sonrió animosamente antes de darle un suave golpe en la parte baja de la espalda ajena, para así darle algo de ánimos al menor, al igual que ayudarle a apresurar sus pasos para llegar donde sus otros tres amigos aguardaban por ellos.

- ¡Apúrate Marius, vienes como anciano!- Le gritó al mencionado antes de cruzarse de brazos fingiendo enfado.

-No le grites así, seguro ahora incluso alentarás mi llegada.- Un suspiro salió de la boca del mayor de los presentes, quien solamente negaba con su cabeza al ver que efectivamente ocurría lo predicho.

-Mejor concentra ese mal humor en observar bien los detalles del vestuario que trae puesto.- Propuso Sato mientras sonreía mirando justo lo que había dicho al tiempo que alzaba una de sus manos para saludar desde lejos al Alemán y su acompañante.

-Tienes razón... Matsushima escogió muy bien el vestuario para nuestro ángel europeo, ¿O me equivoco, Kento?- Cuestionaba con algo de burla entremezclado con malicia en su voz.

-No, tienes razón, ha escogido un vestuario excelente para él, - sin poder darse cuenta siquiera de que lo hizo, relamió sus labios mientras observaba detenidamente a quien esperaba junto con los otros dos.- Se ve muy bien como para que tarde tanto- masculló para sí mismo.

Al estar lo suficientemente cerca de las personas que esperaban a los menores, Sou se separó un poco del más alto para así ir detrás del alemán e ir empujando con ambas manos al otro, con la idea de que no hubiera manera de que se echase para atrás, pues realmente aún veía inseguro al menor.

-Vamos Mari, ya estamos aquí, nos han visto llegar, estoy seguro.

-Pero Sou-chan, no es justo.- Dijo haciendo un puchero mientras miraba a los compañeros que los esperaban, para después luego mirar de reojo al antes mencionado con bastante recelo en su mirada, pues podía notar inmediatamente que se habían puesto de acuerdo para hacerlo a él mismo más notorio, ya que los otros cuatro iban vestidos como demonios según podía entender, además de que él era el único en desacorde con los demás, era el más vistoso, tanto por el color, el claro de su piel y lo corto, además de lo casi atrevido que llegaban a lucir sus ropas.

-No veo  la razón por la cual reprochas tanto, después de todo, tú eres un ángel puro entre todos nosotros. - Dijo tratando de consolar y calmar al europeo, usando un tono suave en su voz.

-Es bastante sospechoso en realidad, pero te voy a creer esta vez, después de todo eres mi mejor amigo y por lo tanto, estoy seguro que no me mentirías en algo así.

-Claro que no, Marius, yo jamás haría algo para dañarte o algo así, tranquilo. - Ambos llegaros frente a las personas que les esperaban.- Henos aquí, Fuma, te dije que conseguiría el disfraz perfecto para él.- Vociferaba para dar por hecho que realmente había vencido al mayor en su propio juego, tanto a él, como a los otros dos restantes.

-Realmente te ves bien, Marius.- Declaró Nakajima quién miraba discretamente todo el cuerpo del menor con mucho detalle.

-Gracias Kento.- Contestó mientras se ruborizaba y su vista era mantenida baja antes de dar suaves palmadas a sus mejillas intentando así desaparecer la acumulación de sangre en sus mejillas.

-Tienes razón, Matsushima, me he equivocado, sabes elegir algunas veces ciertas cosas.- Murmuró Kikuchi en un tono casi vencido al perder ante lo que habían estado peleando desde hacía algunas semanas, dejando como una decisión definitiva lo que se vería aquel día.

-Te debes sentir MUY mal, mi querido Fuma- se burlaba Sou con una sonrisa en su rostro.

-Ya muchachos,  tranquilícense, sé que todos estamos muy impactados para bien con el trabajo que ha hecho Matsushima con el disfraz de Marius, pero no quiero que algo así arruine nuestra noche, así que tranquilidad ¿quieren? -Fue Shori quien intentaba mantener algo de orden, imponiendo la serenidad ante los demás, tienes simplemente asintieron con sus cabezas.

-¿A dónde vamos a ir a partir de aquí? - Preguntaba el alemán quien aún intentaba cubrir algo de la parte su cuerpo, mientras intentaba apurar a los demás para ir a un lugar que ni siquiera sabía su ubicación, solamente quería alejar la atención que los mayores parecían centrar en su cuerpo.

-Oh, no te lo dijimos. Tienes razón, debemos darnos prisa.- Dijo Nakajima, como si estuviese apurado por algo.

-Pero ¿a dónde iremos? - Insistía el alemán, ya que la curiosidad lo carcomía.

-Vamos a un karaoke, Mari, realmente estoy emocionado por  ir a un lugar así, nunca he ido con tanta gente y ni siquiera solamente yo ¿tú has ido antes? - Le era imposible guardar dentro de sí toda esa emoción que sentía por tan solo ir a ese lugar.

-Comprendo, no tampoco he ido a uno, al menos no con personas fuera de mi propia familia, seguro será divertido ir todos juntos, así podré cantar las canciones de mis películas favoritas.- Emocionado seguía a Kento quién los guiaba a todos al lugar.

-¿Qué tipo de canciones quieres cantar?-preguntaba Shori al alemán mientras lo seguía para ir tras mayor del grupo.

-Las de mis películas infantiles favoritas. Sé que ya no estoy en edad para que me gusten tanto ese tipo de cosas, pero la verdad es que además de que me encantan aún, es que recordar estas y el momento en que las vi en su momento me traen recuerdos preciosos.-Contaba tranquilamente con una sonrisa en su rostro, una que hacía juego con los enternecidos de Matsushima y Sato.

-Es aquí.- Anuncio el mayor de los cinco mientras les abría la puerta del establecimiento de karaoke al que les había dicho antes que los llevaría.

-Entonces entremos todos.- Decía animado Kikuchi mientras alentaba a los menores a pasar dentro del edificio en dónde celebrarían la aquella festividad, Halloween, comúnmente llamada por Marius como noche de brujas por el simple hecho de que lo hacía ver, casi, más inocente de lo que realmente era.

Al estar ya todos dentro del establecimiento, fue el europeo quién más animado recorría el lugar entero al ser quién más emoción tenía, mientras el resto seguían con sus miradas el contorno del trasero de su joven amigo.

-¿Quieres ser quien comience con una canción, Marius?- Cuestionaba Sato al menor, quién solamente asintió con bastante entusiasmo antes de poder acercarse a tomar el micrófono que estaba más a la mano, más titubeó ligeramente antes de mirar a sus compañeros.

-¿Está bien que lo haga y que esté tan solo aquí? - Les miraba mientras se encontraba observando  con severidad, exigiendo respuestas, pues sus amigos estaban acostumbrados a jugarle bromas, desde las más inocentes hasta las más pesadas y vergonzosas. Dudaba realmente de todo aquello y mantenía muchas sospechas.

-Por favor, Mari, no seas tan desconfiado de tus amigos.- Era Fuma quién hablaba mientras estaba de brazos cruzados y con su ceño ligeramente fruncido.- Deberías confiar un poco más en nosotros, después de todo somos quienes acompañarán a nuestro lindo ángel por dulces.

-Verdad, no tenemos nada malo planeado, te lo aseguro, o es que acaso... ¿ No confías en mí? - Matsushima intentaba apaciguar al más alto, quién le sonrió de forma cálida al tiempo que asentía suavemente al estar convencido de las palabras que escuchaba.

-Confío en ti, en mis amigos, así que con su permiso...- Tomó en micrófono que tenía entre sus manos con más confianza para así poder elegir una canción que supiera y se le diera bien.

-Es grato tener al menos por hoy el karaoke reservado únicamente para nosotros, así que puedes cantar lo que gustes Marius.- Recalcó Shori al ser quien puso el dinero para reservar todo el lugar por aquél día.

Marius asentía emocionado antes de comenzar a cantar mientras el resto lo miraba al tiempo que le coreaban, sin embargo Fuma fue quién rompió la armonía de aquella ocasión en la que todo el grupo de amigos se había reunido para pasar un buen rato, sacando del menor de ellos un sobresalto que le había hecho emitir un jadeo al haber sido su trasero nalgueado de forma tan abrupta por Kikuchi, quien reía ante lo gracioso que le parecía la situación, aún más el haber podido sentir tan a detalle la forma de sus glúteos, además de un poco de su textura por ser tan fina la tela que intentaba ocultar su piel, cosa que no conseguía con mucha efectividad, dado que esta era tanto de delgada  que permitía notar con todo detalle la figura del menor, quién a pesar de aún intentar esconder su cuerpo a toda costa, Fuma se las había arreglado para ver su cuerpo a todo detalle, además que le regocijaba el hecho de haber causado que el rostro del menos se encendiera, al nota que su voz jadeante se había escuchado con claridad al haber dado justo en el micrófono que aún sostenía mientras de fondo, se escuchaba la tenue instrumental de la canción que aún sonaba sin que ya nadie se ocupara de ponerle voz, salvo los ocasionales coros que se podían apreciar apenas audibles.

-¡FUMA! - chillaba Marius aún sonrojado por la vergüenza que sentía por lo anteriormente acontecido, usando una de sus manos para así intentar disimular así como ocultar lo más posible la piel de su trasero al igual que lo que se podía notar de sus genitales.

-¿Qué? Tú tienes la culpa Marius, después de todo, nadie te manda a contonear tanto tus caderas para darnos a notar, lo bien que se ve tu trasero en ese disfraz que llevas, sí creo que Matsushima ha hecho un buen trabajo en elegir tu disfraz, pero no está bien que tú nos tientes de esa manera apenas y comenzar la noche.- En su rostro se veía un ligero gesto de enfado mientras estaba con sus brazos cruzados sobre su pecho.

-Pues lo siento, pero se supone que estoy entre mis amigos y por lo tanto puedo comportarme con más naturalidad, sin contar que la canción me encanta y por lo tanto me incita a moverme de cierta manera.- Contestó defendiendo su punto de vista poniendo un semblante malhumorado en su rostro, dejando seguir la canción hasta que esta terminó.

De un momento a otro, entre jugueteos, bromas y varios comentarios subidos de tono, terminaron por excitar al menor, aunque sus amigos se defendían tanto a ellos como a su hombría, y con ello su heterosexualidad, con que todo había sido un accidente por estar tonteando demasiado.

-Parece que necesitas algo de atención aquí debajo,- murmuraba Kikuchi mientras con una mano rozaba suavemente el bulto que sobresalía  de su ropa, la cual perecía quedarle más justa y pasaba su lengua por el lóbulo de la oreja del europeo.

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Shori y Sou veían como Yo era el centro de atención pues Kikuchi se encontraba penetrándolo mientras Kento se encontraba masturbando su pene causando que los gemidos entremezclados con el leve gimoteo del menor fuera más frecuente y por lo tanto más sonoro entre los oyentes que se encontraban al alrededor de un Marius ya completamente desnudo que se dejaba penetrar sin poner ningún pero.

 

-No es justo, Marius es el único que está disfrutando.-Reclamaba un encaprichado Matsushima mientras miraba a un gozoso, al menos a su vista, Schmich. 

 

Sato se paró a un lado del menor de los presentes para tomar una de sus manos mientras él mismo se ocupaba de quitarse la ropa para así dejar expuesta su creciente erección la cual era envuelta por la mano del menor, ya que Shori lo había inducido a tomarla.

 

-Vamos Marius, sé que puedes masturbarme mientras te están dando placer allá abajo.- Sin más el menor comenzó a usar su mano para estimular al otro subiendo y bajando su mano por el falo del mayor mientras  sentía como se corría por tercera vez, a pesar de que aún le incomodaba un poco como había sido penetrado sin prepararlo antes pues aún dolía a pesar del esfuerzo de Nakajima por distraerlo de ese dolor con placer al estarle masturbando.

 

-Vaya, ahora tú también Shori, el único que hace mal quinteto soy yo porque todos ustedes están recibiendo placer de una u otra forma mientras yo solamente estoy para mirar.-Decía con cierto enfado al no tener más que placer, si acaso, visual al ver a los otros tres disfrutar de Yo mientras escuchaba este último gemir continuamente  al tenerlos a todos a su disposición como ángel que era.

 

Nakajima disfrutaba totalmente de estar estimulando al menor mientras estaba siendo penetrado por otro, ya que de esa forma tenía cierto control en la frecuencia e intensidad con la que gemía y sus piernas se tensaban y relajaban a su lado mientras él mismo esperaba ansioso a que nuevamente Schmich se volviera a correr sobre su mano para volver a lamer el néctar que dejaría sobre su piel.

 

Mientras seguía el menor con su trabajo manual con Sato, Sou se decidió a tomar el mismo  el camino que él quería poniéndose de pie para así ir desarreglando un poco su ropa ya que tenía en mente realizar lo que quería y estaba seguro que no lo detendrían.

 

Más pronto que tarde, Marius tenía su mano derecha aún ocupada con el miembro de Sato, su ano siendo llenado por Kikuchi quién ahora se encontraba embistiéndolo frenéticamente  

 

Los gemidos de Marius fueron acallados de repente debido a que en su boca fue puesta la verga de Sou, quien recibió un golpe en la pierna de parte de Nakajima que aún utilizaba su mano para darle placer al menor pero ahora lo que conseguía sacar de él eran menos placenteros para sí mismo ya que sus gemidos eran ahogados por la presencia del otro por acaparar su boca, mas prontamente un gemido reprimido se hizo presente cuando Kikuchi terminó dentro del menor quien seguía ocupado con el miembro ajeno en su boca.

 

-Vamos Marius, no aflojes el ritmo.- Exigía molesto quién tenía la mano del menor ocupada para que le estuviera masturbando, la cual se frenó al sentir algo caliente que era esparcido dentro suyo.

-Hazte a un lado Kikuchi, ya tuviste tu tiempo ahora dejan algo al resto.- Decía Kento quien tenía sobre su mano algo del semen del menor, el cual comenzó a lamer gustoso hasta dejar del todo limpia su mano en lo que el antes mencionado salía del todo del interior de Schmich, a lo que el menor gimió suavemente.

 

Que rico fue el pensamiento que pasó por la mente de Marius antes de reclamarse a sí mismo tal pensamiento tan lascivo por el simple hacho de que el mayor haya salido de su interior y dejado dentro de sí su semen, que no sentía tan a flor de piel dentro pero sabía  que si Fuma se había corrido dentro de él fue porque le gustó practicamente violarlo, ya que nunca aceptó que le hiciera tal cosa. 

 

Sentía tanto miedo del abuso de sus amigos que  se resignó a lo que ellos estaban haciendo con su persona y siguió masturbando con su mano a Sato mientras dejaba a Sou seguir en su boca, pero a sabiendas que apenas eyacular ellos se retirarían de mancillar su cuerpo y lo dejaran en paz por un momento, por lo que comenzó a estimular el glande de Matsushima con su lengua, endureciendo esta para que así en otro pudiera sentir mejor forma el pasar de su lengua por los rincones de la cabeza de su pene.

 

Pasado cierto tiempo, fue quién ocupaba su boca quien se vino primero  que terminó dentro de su cavidad, aunque el alemán no pudo recibirlo todo dentro por lo que dejó salir lo que no podía almacenar dentro de sí dejando que escurriera así hasta su pecho, el cual está igual de mojado y cálido que la parte inferior de su rostro por el semen que se escurría aún de su boca, cosa que no le distrajo de seguir masturbando a Shori, quien detuvo su mano para apartarla de su miembro, para así ponerse él mismo de pie frente al menor para así seguir masturbándose mientras lo miraba y rozaba la punta de su pene con la piel expuesta del menor, dejando sobre esta un rastro del pre-semen que estaba brotando en abundancia para después poner su mano sobre la mejilla del menor y así poder acomodar su rostro antes de acabar eyaculando sobre este acabando por llenar, con su semen parte del cabello del menor junto con parte de su rostro que antes estaba un poco más limpia y tanto Sato como Matsushima se separaron del menor para dejar libre paso al mayor de todos los presentes y que terminara lo que vino a hacer.

 

Nakajima era el único que faltaba por estrenar el cuerpo del menor, después de todo él había sido el que propuso el plan y el resto lo acepto porque al igual que él mismo les excitaba el europeo y él no solamente tenía ganas de tener sexo con él, sino que cada uno de sus amigos lo hicieran y todo lo que habían hecho con él era algo que el propio Kento fantaseaba.

 

Las manos del europeo fueron suavemente haladas por el nipones para ayudarle a ponerse de pie, acción que le hizo pensar que con eso estaba terminado el abuso sobre su cuerpo y sería Kento el único que desistiría de querer eyacular sobre o dentro de él pero estaba del todo equivocado. Estando ambos de pie el mayor de ellos tomo al menor por la nuca para obligar a que no se alejara cuando le intentaba besar lo cual logro sin importar que antes su boca estuviera llena de semen proveniente de Matsushima.

 

Al ya haber calentado el ambiente, el mayor no dudo ni un poco en comenzar a rozar su pene contra el trasero que tanto amaba y con el que tanto fantaseaba propiedad del alemán, quien sin darse cuenta volvía a estar completamente con el miembro totalmente erguido a causa de una excitación inconsciente, que lo indujo a mover sus caderas para que de esa manera el miembro ajeno entre sus glúteos, ya que con ello sabía que lo excitaba aún más a él como a sí mismo ya que realmente sentía que en algún momento eyacularía con tan solo tener el miembro ajeno rozando constantemente contra su trasero, más al tiempo de penetrar sus adentros pudo notar como el mayor se adentraba con lentitud y fácilmente ya que su interior se encontraba cubierto con el semen de Kikuchi quien anteriormente se había venido dentro de él, lo que causaba que fuera un auxiliar en cuanto a ayudar a humectar su interior para evitar el roce con sus paredes internas y así ayudar a resbalar el miembro de Nakajima junto con algo de sangre que había sacado Fuma al ir primero sin prepararlo previamente así como moverse tan bruscamente dentro de él.

 

Al estar Kento tan entusiasmado dentro del menor, que hacía que al entrar y salir tan rápidamente que dejaba escuchar como los jugos del menor chapoteaban entre sus paredes interiores y el falo del mayor. Los tres restantes se encontraban mirando atentamente ya que aún no  podían salir del lugar ya que habían pagado por un par de horas y si alguno de los tres salía, entrarían a limpiar y así  disponer las cosas para las siguientes personas que ocuparían el servicio, por lo tanto tendrían que quedarse hasta que  Kento terminara con lo que había comenzado, por lo que solamente veían como ambos tenían sexo y el sonido que emitía el interior del menor, cosa que hacía que los tres se excitaran aún más y continuaban masturbándose así mismos siendo únicamente Matsushima y Sato quienes cambiaban sus posiciones al estar masturbando uno al otro gozando de sentir como manos ajenas tocaban su sexo mientras tenían el audio perfecto para engrandecer sus libidos y así seguir disfrutando de los gemidos emitidos por la dulce voz del europeo.

 

-Vamos Marius, haz que Kento se corra como loco y haz que quienes no pudieron entrar en ti así como yo y Kento se puedan correr una vez más con tan solo escuchar tu voz y mirar lo duro que estas.- Incitaba Kikuchi al menor, animandole

 

Nakajima se mordía los labios al percatarse que verdaderamente, Schmich tenía una erección evidente a pesar de tenerlo a él mismo penetrándolo tan vigorosamente, intentando siempre  estimular la próstata del menor quien aún no paraba de gemir al ritmo que el mayor lo penetraba, siendo estos cada vez más y más agudos ya que su garganta  estaba demasiado forzada al estar un buen rato gimiendo sin parar, la verdad era que no podía más y a pesar de estar en contra de su voluntad, estaba dispuesto a terminar lo que sin ser su intención ni siquiera estaba en sus planes y que ni siquiera él mismo por voluntad propia había comenzado pero ahora iba a terminarlo.

 

-Vamos Marius, aprieta más ese trasero tuyo, ese trasero por el que nosotros cuatro babeamos  y tienes tan bien trabajado.- De nuevo Fuma trataba de elevar el ánimo del europeo, no sin terminar por darle una nalgada  bien dada la cual creo un sonoro efecto bastante alto.

 

-¡Ahh!-emitía primero como una queja pero terminó en convertirse en un gemido el cual sería un preludio a que el menor eyaculara llenando parte de su vientre.

 

-¿Ya vez como realmente eres un pervertido? Solamente hizo falta que te diera un solo golpe en uno de tus glúteos y  te acabaste por venir sin que Nakajima hiciera mayor cambio- decía Kikuchi en tono de burla, pues realmente le divertía aquello, aprovechando el desconcierto del menor para tomar algo de su semen entre sus dedos de su diestra, la cual facilito a los otros dos para que probaran algo de la semilla del menor, que aunque no se lo habían pedido, se notaba que ardían en deseo por probar algo del menor con quien tanto fantaseaban, llevando a uno de ellos Sato a cambiar su diestra de estar masturbando a Matsushima a agarrar la muñeca del mayor para que no la alejara y así seguir degustando la semilla de Schmich quien ahora gemía débilmente, siento un  poco más enérgica al sentir como su interior era llenado por el semen del mayor.

 

Al estar los cuatro satisfechos fue momento de marcharse no sin antes vestirse tal y como habían llegado, Shori al estarse vistiendo no pudo evitar sentir nuevamente dentro de su boca el sabor del semen del menor  y con esto verse en la necesidad de relamer sus propios labios antes de seguir al resto y al salir los cinco acordaron ir a cenas alguna cosa antes de volver cada uno a casa.