1 ene 2012

Jarabe/Detalles

Bien! ahora vengo con mis regalitos de navidad! 
( ¬¬ la navidad ya paso hace mucho)
Shush! mas vale tarde que nunca!
Ademas ya les habia dicho que si no acababa hoy seria hasta año nuevo ^^
demo... umm.. lo importante es que llegaron no? ...
.. y bien para no extenderme mas y como me duele la garganta vamos al grano
Aqui tienen tematica navideña ( los empece en navidad, asi que no quise cambiar la tematica)
bueno.. en que estaba?....
Ah si! este es el regalo para mi hijita Vane ^^
que me pidio dos la desgraciada xD
Pero como sabe que la quiero y no se lo iba a negar...
Aqui pondre los dos juntos ne? 
Disfrutenlos ^^


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Jarabe.



-¿De verdad está bien que te quedes aquí hasta tarde?- preguntó Yamada a su amigo pelinegro.

-Claro que sí, mis padres han ido a entregar regalos casa por casa a todos sus conocidos.-Contestó sonriente.- Por cierto aquí está el tuyo de parte de mi madre.- Le entregó una gran caja con un listón encima- y el mío- le facilitó una pequeña caja decorada con simpleza.

-¿A qué hora vendrán por ti?- después de tomar sus presentes los dejo a su lado, sobre el sillón.

-¿Tanto apuro tienes porque me vaya? - rió suavemente.

-Ya sabes que no es por eso- desvió la mirada.

-Pues no tengo la menor idea- tomó el mando del televisor que se encontraba frente a ellos y comenzó a pasar algunos canales, todos ellos tenían una temática navideña.

-Yuri ¿Por qué siempre los regalos que me manda tu madre son mejores que los tuyos, que eres mi mejor amigo?-preguntó molesto.

-Porque mi madre tiene más dinero, además mis regalos son más especiales por el amor que pongo en ellos- se acercó a Ryosuke propinándole un suave beso en los labios para después seguir cambiando de canal.

-Ryosuke, Yuri, saldremos por unas horas, pórtense bien y no vayan a salir.- anunció la madre de Yamada.

-¡Bien!- respondió su sucesor mientras seguía mirando el televisión junto a Chinen.

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Habían pasado ya algunas horas cuando la madre de Ryosuke les llamó para avisar que no les esperaran despiertos, y que seguramente llegarían bastante tarde si no era que al día siguiente.

-¿Podemos comer algo ya?- el pelinegro se encontraba impaciente.

-Bien, comeremos algo- suspiró resignado mientras se dirigía a la cocina con Chinen tras de él-¿Qué quieres comer?-

-Dulces, dulces- canturreaba con una sonrisa plasmada en su rostro.

-¿Dulces?-

-Sí, sí, sí-Decía enérgicamente-Tus padres siempre compran bastones de caramelo ¿No? Y a mí me encantan.-

-Lo siento, solo queda uno y es el mío- le mostró aquel bastón de unos quince centímetros de largo.

-Que sea mi regalo- sonrió mientras trataba de tomar el caramelo.

-No, es mío.-

-¡Ryo!-Hizo un puchero.

-Bien, te lo daré bajo algunas condiciones.- Sonrió maliciosamente.

-¿Qué tipo de condiciones?- alzó una de sus ceja.

-¿Alguna vez has probado los bastones de caramelo con jarabe de chocolate?- el pelinegro negó suavemente con su cabeza- Vamos a la sala- dijo llevándose con el aquel caramelo y una taza.

Estando en la sala Yamada sumergió parte del bastón en la taza que contenía el jarabe de chocolate al sacarlo se seco al instante, dejando una capa gruesa, Yuri intento tomarlo, mas el otro movió rápidamente su mano impidiéndoselo.

-¿Qué haces?-

-Ya te lo había dicho, bajo mis condiciones- puso el bastón frente a la cara del pelinegro.- Hazlo así, yo lo sostendré.- sonrió- No lo muerdas.

-¿Sabes que esto se oye y se verá pervertido?- preguntó divertido mientras el otro solamente sonreía. - Eres un depravado.

A pesar de sus palabras comenzó a lamer lentamente la cubierta de chocolate, entretanto veía directamente a los ojos del otro; pasó su lengua desde poco más arriba de la mano de su amigo hasta terminar el caramelo, sus labios recorrían la punta mientras se derretía el chocolate ante el calor que estos despedían, dejando sus labios llenos de aquel jarabe, los cuales repasó lentamente con su lengua para quitarlo. Introdujo en su boca todo lo que pudo del dulce quitando así completamente el jarabe, el mayor saco el dulce de su boca.

-Acuéstate sobre el piso.- Ordenó, su invitado solo se limitó a seguir su petición y se recostó.

-Quiero más Ryo-chan- dijo en un tono sensualmente infantil.

-Tranquilo, tendrás todo lo que desees.- Se sentó sobre el regazo de Chinen.- Continúa- restregó el dulce contra la cara del pelinegro, dejando un rastro rojo casi imperceptible del caramelo que se derretía contra su piel.

Siguieron así un tiempo, Yuri lamía, chupaba y metía en su boca aquel caramelo, hasta que acabo con la mitad. Yamada le había ordenado que se quitara la ropa y así lo hizo, le empezaba a encantar aquel jueguito.

-Lámelo bien, entre mas saliva dejes, mejor será.- Dicho esto Chinen comenzó a lamer lentamente, dejando grandes cantidades de saliva en cada lengüetada, llegando a gotear hasta la mano del mayor. -Suficiente- separó aquella golosina y la introdujo lentamente en el ano del menor.

-Mnn...Duele- se quejó Yuri.

-Tranquilo, lo haré despacio.- Lo metió hasta el fondo y después de que su compañero se acostumbrara lo sacó lentamente y volvió a meterlo, así varias veces, muy lentamente, hasta que pudo moverse fácilmente a causa del caramelo derretido dentro.

-Ryo- gimió Chinen.

Yamada se dio cuenta después de unos minutos que el caramelo se había fundido casi completamente en el interior de Yuri, bajó hasta donde salía la parte curvada del bastón y lo empezó a morder hasta donde pudo.

-¿Quieres mas jarabe?- preguntó el mayor mientras relamia las orillas de sus labios.

-Sí por favor-

-Siéntate- dijo mientras se desnudaba, acercó la taza que aun tenía el jarabe dentro, y se puso de pie delante se su invitado, quien estaba a la altura del erecto miembro del mayor- ábrela- ordenó mientras tocaba la boca del pelinegro, una vez abierta empezó a verter el jarabe en su boca .-No lo tragues ni lo tires- mandó mientras vaciaba por completo la taza, cuando estuvo vacía metió su pene dentro de su boca sintiendo el tibio calor que emanaba de aquella cavidad. Debido al jarabe que actuaba como lubricante dentro de la boca de Chinen, podía moverse con una gran facilidad, embestía fuertemente en su boca, provocando que parte del jarabe escapara de su boca.-Ya puedes tragar- se arrodilló frente al pelinegro- ahora yo tendré que limpiarte a ti- retiraba los restos de aquella comida azucarada con su lengua, primero empezó por los labios, paso por sus mejillas y un poco mas por su cuello.

Lo empujó ligeramente haciéndolo caer al suelo, tomo sus piernas y puso las rodillas del menor sobre sus hombros y lamió sus glúteos, para luego introducir su lengua dentro del ano de este, saboreando la esencia de la golosina que había dejado dentro de él.

-¡Para, Ryosuke! ...¡Ya no aguanto! -gemía mientras se retorcía- ¡Métemela de una buena vez!- rogaba Chinen.

-Yuri, ahora eres tú el que suena como un pervertido- lamió su pierna izquierda y se posicionó entre ellas, dejándolas a los lados de sus caderas dispuesto a entrar- ¿De verdad quieres que siga?-

-Que pesado eres- pronunció mientras cruzaba sus piernas alrededor del cuerpo de Yamada empujando su pelvis obligándole a entrar.

-Yuri se ve tan sexy rogando por sexo- sonrió con altanería.

-No digas ese tipo de cosas- desvió la mirada avergonzado- solo continúa.-

-No sabes lo bien que se siente aquí dentro- susurró mientras comenzaba un vaivén lento.-Tan apretado.-

-Ryo, ve más rápido.-

-Te has puesto duro aquí- toco los pezones del pelinegro.- Déjame disfrutarte, estas tan sexy ahora mismo, deseoso porque te parta en dos.- Empujó fuertemente dentro causando en el otro un pequeño grito de placer.

-Eso se siente genial, más de eso por favor- tomó a Yamada por los hombros y lo jalo hacia él para besarlo.- Por favor hazme venir rápido, esto empieza a doler.- Dijo mientras apuntaba a su miembro.

-Lo lamento mucho- besó su mejilla,- tendrá que seguir doliendo- sonrió aparentemente inocente, embestía más fuerte en él entretanto lamia sus pezones.

-De verdad ya no aguanto más- alzó sus caderas apunto de eyacular.

-No, no, no. - Ronroneó mientras ponía su dedo índice en la abertura de la punta del glande de Yuri, seguía penetrándolo duramente aun.- Te correrás hasta que yo me corra ¿De acuerdo?-

-Q-que cruel- gimió tomando la mano libre de Yamada y la acerco a su boca, con su lengua comenzó a humedecer sus dedos lentamente.

-Eres tan adorable intentando estos trucos sucios.- frotó su dedo sobre la punta del miembro del pelinegro- estas tan sensible- el menor tenia pequeños espasmos causados por el placer , le miraba lleno de deseo y suplica, jadeaba con su rostro sonrojado que hacia juego con sus ojos llorosos.

-Por favor Ryo, ¿Puedo?-

Yamada se rindió ante tal suplica y retirando su dedo empezó a masturbarlo mientras embestía ferozmente su cuerpo arrancándole gritos placenteros al menor, quien se aferraba a su espalda sintiendo como el mayor entraba en él como un poseso. Ambos estaban en su límite.

-Me... me vengo, no puedo aguantar mucho más-gimió Chinen mientras se corría en la mano de Ryosuke que a su vez se corría en su interior. Los dos intentando recuperar el aliento se encontraban recostados sobre el piso viendo fijamente el techo.- Ryo... ¿Seguro que ya no tienes más de esos bastones de caramelo?-

-Mmm...No, ese era el ultimo.- Giro su cabeza a un lado para ver a Chinen.

-Que lastima, estaban muy buenos- suspiró para luego acurrucarse al cuerpo de Yamada.

-Podemos ir a comprar más si quieres.-Paso su mano por la cabeza del pelinegro acercándola a su pecho.

-No, estoy muy cansado. Quizá mañana.-

-Yuri... Feliz navidad.-

-Feliz navidad- sonrió.

FIN


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Detalles.



-Ahh, otro horrible día de mi existencia.- Suspiré viendo mi aliento a causa del frío que hacía.

Ocho de la noche, como siempre estoy solo, en una de las bancas de algún parque que encontré mientras caminaba sin rumbo. Mis manos están heladas.

-¡Oh, querido! Me has hecho la mujer más feliz del mundo- gritaba una escandalosa chica a lo que parece ser su novio. Hoy es navidad, por lo tanto el parque está lleno de familias asquerosamente felices y parejas fastidiosas.

Algo vibra en el bolsillo de mi pantalón. Mi celular. Seguramente será algún idiota tratando de animar mi día y me invitara a su casa a su grandiosa cena de navidad porque me tiene lastima.

-Diga- respondo sin ánimos.

-¡Dai-chan! Hasta que me contestas.- No me equivocaba del todo, era un idiota. El estúpido por el cual mi ex novio me dejo, Yuri Chinen, ese maldito enano- ¿Donde estas?-

-Por ahí-

-No te hagas el gracioso, Ryosuke está muy preocupado por ti.- Típico, el solo me llama cuando Ryosuke lo molesta pronunciando mi nombre.

-¿Me llamaste para limpiar tu conciencia?-

-Daiki, no seas así, sabes que si lo tuyo con Ryosuke acabo fue enteramente por culpa tuya. Aunque me siento muy mal por eso.- Que hipócrita.

-Lo que digas, pero ¿Te importaría dejar de llamarme? Tengo mejores cosas que hacer.-

-¿Como qué? ¿Saltarás de un puente acaso?- lo más seguro es que Yamada se alejo de su lado por unos instantes, solo así se atreve hablarme como le da la gana, le encanta guardar las apariencias.- No dejes de invitarme si te decides a saltar, estaré en primera fila apoyándote.-

-Muchas gracias Yu-chan- digo con el mismo tono empalagoso que usa conmigo.- Sé que siempre puedo contar contigo, ahora como premio te daré un consejo: púdrete en el infierno y deja de llamarme.- corto la llamada sin más, pero a los poco segundos vuelve a sonar, solamente lo apago, ya no tengo más fuerzas para discutir.

Mi mirada se pierde entre el cielo infinito, esta gris, nublado... se ve tan triste... es precioso.

-Disculpa- mi hermoso paisaje fue interrumpido por un chico con un cabello ondulado de un color negro profundo, quien me mira fijamente con sus ojos castaños.- ¿Podrías decirme qué hora es?- debo admitir que es un chico hermoso a mi parecer, quisiera tomarle una fotografía, aun me sigue mirando, no entiendo lo que dice.

-¿Qué?- debo desviar mi mente de su cuerpo y concentrarme en escucharlo.

-La hora por favor- me sonrió, intento ocultar mi probablemente sonrojado rostro, miro mi muñeca encontrando mi reloj.

-Ocho treinta-

-Muchas gracias ¿Te molesta si me siento a lado?- no le respondo, no sé qué decirle. -Te prometo que no te molestare, me iré pronto, no arruinare tu cita- me sonría de nueva cuenta.

-Como quieras- desvió la mirada, ¿Cómo puede pensar que tengo una cita? Quizá porque estoy aquí solo en el parque. Solamente un enamorado soportaría el frio que hace, yo ni siquiera siento las manos. No supe el momento en el cual se sentó junto a mí, lo miro de reojo, viene vestido muy elegantemente, aunque con un abrigo bastante grueso, aun así tiene las manos azules del frio, quisiera tomarlas entre las mías y calentarlas con mi aliento, pero no lo hare. No lo conozco. Alejo la mirada de él para no hacer alguna tontería.

Inevitablemente vuelvo a mirarlo, lleva una caja alargada con un moño encima. Un regalo. Seguramente es para la persona a la que espera. Que envidia.

Ya son las nueve, está  muy oscuro, el parque apenas está iluminado por algunas de las farolas que se encuentran distanciadas una de la otra. El aun sigue aquí, creo que está algo desesperado porque la persona a la que espera sigue sin aparecer, seguramente no tardara mucho, es un chico apuesto, no creo que nadie se atreviera a hacerlo esperar.

Las diez, todavía permanece a mi lado, cada cierto tiempo me pregunta la hora.

Once, ahora solo suspira. Recarga sus manos en la banca al igual que yo, esta tan fría, quizá sea porque yo tengo una ropa muy delgada. Sin darme cuenta nuestras manos rozaron suavemente, la suya es muy cálida.

-Estás helado- me dijo algo... ¿Preocupado?

-No pasa nada- pero mi cuerpo me traiciona y empiezo a toser incontrolablemente.

-¿Te encuentras bien?- acercó su mano a mi rostro tocando mi frente, después tocó mi mano.- Creo que tienes fiebre- se levantó de la banca- deberías irte de aquí pronto, o enfermaras mas- se alejaba de mi.

-No te vayas- pronuncio débilmente, pero es inútil, se ha marchado... ¿Cómo puedo aferrarme a la compañía de un extraño del cual no sé ni su nombre? Soy patético. Mi garganta arde, casi no puedo moverme, estoy entumecido por el frio y siento como mi propio aliento quema. Creo que realmente estoy enfermo y tan solo.

Puede que lo mejor sea que muera aquí congelado. Seguramente mis ojos están llenos de lágrimas, ya que no puedo ver claramente.

-Toma- oigo una voz mientras siento algo tibio en mi mejilla, intento aclarar mi vista, dándome cuenta de que era el chico que anteriormente se había ido, quien me ponía un vaso de café exprés pegado a mi cara.- Ya que nos plantaron a los dos ¿Por qué no la pasamos bien juntos? Además estás muy mal, si sigues aquí afuera te dará pulmonía, por cierto mi nombre es Kei ¿Cuál es tu nombre?-

-Daiki- intento ser lo más claro que mi tos me deja.

-¿Daiki?- asiento solamente- es un lindo nombre- me toma de la mano para poner el vaso con café en ella- podemos ir a mi casa, está muy cerca de aquí, al menos para que te calientes un poco ¿Te parece?-

Miro hacia arriba, los arboles se mueven suavemente por el viento. Comienza a nevar.

-¿Qué miras?- escucho que pregunta Kei- Oh, un muérdago- pronuncia alegremente- supongo que tendré que besarte- volteo a verle rápidamente, asustado, sorprendido, emocionado. Con su mano tomó mi mejilla suavemente y posó sus labios sobre los míos, ligeramente, pero el beso fue interrumpido por mi estúpida tos.- Mejor vámonos, no quiero que mueras aquí, Daiki. -sonrió mientras tomaba mi mano y me ayudaba a levantarme de aquella banca, después comenzamos a caminar-¡Estas helado! Debiste salir más abrigado.- Se quito el grueso abrigo que traía encima y lo puso sobre mis hombros- Tomate ese café pronto, o te congelaras- me dijo mientras me abrazaba a medida que avanzábamos.

Quizá este no haya sido otro horrible día de mi existencia, quizá sea otra oportunidad para poder ser feliz...

Sin notarlo comencé a sonreír, algo que hace mucho tiempo que no hacía.

-Te ves lindo así, es la primera vez que te veo sonreír en las cinco horas que llevamos de conocernos.- río un poco mientras me abrazaba más fuerte.

Quizá... él ha venido a salvarme... solo, quizá.

FIN





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Tadaaa!!! que tal? pesimo? xDDD yo lo se!
Pero igual espero que lo pudieran disfrutar.

Feliz año nuevo ^^

2 comentarios:

  1. Leí solo el de Inoodai pero saddasads
    es bonito saber como con todo lo malo del día de ambos
    pueden crean una conexión inmediata~
    Aish saddsadas ;3; me gustó mucho~

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  2. y eso que solo leiste el inoodai?.. bueno no importa xDD me alegra mucho que te haya gustado ^^

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