12 jul 2012

¿Cuál es tu nombre?

Ya se que tarde -w- pero es que... ya saben xDD
Cosas!
En fiiiin! 
Hoy les traigo un fic para mi hijita
Que hoy es su cumpleñooos!
Ya es una señorita T-T
El otro lo subire luego y despues les hago el otro que falta -w-



                                                                                  


¿Cuál es tu nombre?




 Shori dormía en la oscuridad de la noche, dentro de su silenciosa habitación. Despertó a medias sobre las dos de la madrugada. La razón por la cual había despertado eran los ruidos sobre su cuarto. Gritos... algunos golpes...insultos...un portazo y el sonido de alguien que bajaba la escalera...después nada.

Cuando por fin amanecía Shori ya se había levantado, no había podido dormir nuevamente. El vivía en un edificio departamental, el en primer piso. Cada noche despertaba por la misma razón. Siempre, por encima de la misma hora, se escuchaban los mismos ruidos, un hombre y una mujer discutían, al parecer el hombre le pegaba a su mujer y después salía enfadado, y la mujer al quedarse sola gritaba, a quien parecía ser su hijo.

Tendió su cama lo mejor que pudo a pesar de la modorra que se traia encima. Hacía tiempo que no dormía tranquilamente. Intento solucionar las cosas, diciéndole a sus padres lo que sucedía por las noches, pero simplemente no le creyeron, y al ser solo un adolescente, seguramente nadie lo haría si se trataba de denunciar violencia domestica.

Había visto varias veces a los dos, al hombre y la mujer que diario discutían por la madrugada. ¿Por qué? Lo sabía casi siempre, pues toda la construcción era muy delgada y podía oír perfectamente como siempre el tema de la disputa cambiaba. Si no era por dinero, era por supuestos engaños, sobre su hijo, incluso iban a temas tan ridículos como el color de las paredes.

Pero a quien nunca había visto era a su hijo.

-¿Como será?- se preguntaba a sí mismo en voz baja mientras desayunaba en la soledad de su cocina. La razón era que sus padres seguían dormidos, el tenía que estar despertó desde bastante temprano para asistir a clases especiales a la escuela a la que asistía.- Creo que no lo he escuchado siquiera- divagaba con tranquilidad.



Cuando regresaba de sus clases, alrededor de las seis de la tarde, empezó a llover como no recordaba haber visto antes. El cielo se iluminaba a todo su esplendor, para después retumbar en sus oídos los terribles truenos que se hacían presentes. El agua no parecía querer ceder y que por el contrario, la tormenta se desataría aun mas. Intentaba llegar al interior del departamento donde vivía, dando pasos muy forzados debido al viento que le impedía avanzar. Fue entonces cuando lo diviso.

Un chico de piel bastante blanca, no sabía si por genética o porque el frio hacia palidecer su tez, justo encima de donde era su destino, fuera de la puerta, abrazándose a sí mismo, quizá intentando darse calor. Sin tomar en cuenta alguna consecuencia, avanzo lo mas rápido que la tormenta le permitía para subir las escaleras y encontrarse con el otro.

-¡Disculpa! - dijo algo agitado por el esfuerzo- ¿Te encuentras bien?-

-Sí, creo que estoy bien - dijo tan bajo que apenas y pudo ser escuchado por el otro a pesar de la lluvia.

-¿Por qué estas afuera?-

-Acabo de llegar así que...-

-¿Quieres venir a mi casa para tomar algo? -

-Me tengo que ir, así que será después- su voz se confundió con la lluvia y sin dirigirse alguna palabra más bajo las escaleras y se marcho bajo la lluvia sin ningún rumbo aparente.

-¿Que no dijo que acababa de llegar? - suspiro largamente, sintiendo el frio recorrer sus huesos, no tuvo más elección que volver a su hogar a intentar calentarse.


Durante la madrugada estuvo pensando todo el tiempo en el chico que acababa de conocer, no había dormido ni un poco por recordar a ese chico con tanto detalle, que incluso le asustaba. Tenía una linda piel, aunque ahora que lo pensaba tenía algunas marcas rojas y bastantes moretones de diferente tamaño y tiempo a juzgar por el color.

Pero lo que había quedado  fijo en su mente, era esa suave voz que apenas y pudo entender por lo bajo que era su tono. No sabía bien porque, pero necesitaba verlo en aquel mismo instante.

-Parezco una boba chica enamorada- al escucharse a si mismo oír esas palabras, abrió sus ojos de par en par. - ¿Enamorado?- con una de sus manos tapo sus ojos y embozo una sonrisa- Es una tontería.- Sus pensamientos fueron interrumpidos repentinamente por el mismo escándalo que siempre lo despertaba. Esta vez, intento escuchar lo más que podía. No por que estuviera interesado sobre que discutían, para nada. Sus intenciones eran diferentes, quería escucharlo a él.


-Shori, hijo, te ves horrible.-Era domingo, estaba toda su familia reunida desayunando-  ¿No has dormido bien? - preguntó su madre.

-No, hace unos días que no he dormido bien-

-No me vayas a salir de nuevo con esas peleas en el apartamento de arriba- advirtió su padre.

-Claro que no, es porque tengo exámenes cerca y estoy nervioso.-

-Por supuesto - la conversación había muerto.

-Tengo que salir, regreso después - dijo Shori antes de cruzar la puerta. Había escuchado la mayoría de la pelea de anoche y estaba seguro que habían golpeado al chico del apartamento de arriba.

 Su madre tenía que pasar una circular sobre el edificio, y era la excusa perfecta para visitarlo. Al estar frente a su puerta su nerviosismo creció, pero decidido toco su puerta que después de largos minutos se abrió.

-¿Si?- como lo esperaba, aquel chico le había abierto la puerta.

-Hola, vine a entregar la circular de este mes - sonrió despreocupado extendiéndole una tabla de madera con una hoja puesta en ella.

-Ah... Gracias- tomo la tabla, lo que hizo notar al otro que en una de sus manos tenía varios moretones.

-Mi nombre es Shori ¿Cual es el tuyo?-

-Marius- contesto suavemente sin mirar directamente a su visitante.

-¿No te he visto antes? -

-Sí, creo que me has visto antes...Ayer.-

-Vivo debajo de ti me parece. ¿Cuántos años tienes?-

-Doce-

-Vaya, yo dentro de poco cumpliré dieciséis.-

-...- el silencio se hizo presente unos minutos- creo que... regresare adentro. Gracias- y cerró la puerta.


Durante la noche, nuevamente Shori no pudo dormir. Estaba pensando seriamente en la posibilidad de haberse enamorado de su vecino de arriba.

-Marius...- murmuraba a veces sin darse cuenta.

Nuevamente volvían las peleas, esta vez fue por justamente la circular que había llevado. Solo escuchaba fragmentos de la conversación.

-“¿Eres idiota?... ¿Qué van a pensar los vecinos si descubren que estabas solo?... No le vuelvas a abrir la puerta a nadie”.-

Después mas golpes. En esta ocasión se oían un leve llanto, sonaba como la voz de Marius.


Temprano por la mañana su madre mando a Shori a recoger la circular. Una buena ocasión para hablar con Marius.

Apenas llego y toco la puerta, cuando la voz que tanto anhelaba escuchar se escucho con un melodioso:

-Ya voy- Impaciente Shori miró fijamente  la puerta, queriendo mirar al otro apenas se asomara por la puerta. -¿si?-

-Hola, Marius. Vengo a recoger la circular de ayer - y sonrió calmado al verlo.

-Ah... si. Espera aquí, voy por ella- emparejo la puerta y se oían sus pasos apresurados. Al cabo de unos minutos regreso con su respiración agitada. - Toma- la entrego en manos del mayor y una pequeña sonrisa se hizo presente.

-Gracias- contesto con una gran alegría mientras tomaba la tabla.- Por cierto, perdona lo de ayer.-

-¿Ayer?-

-Sí, escuche a tus padres discutir sobre la circular.-

-¿Escuchaste? - cerro totalmente la puerta tras de sí para que su madre, quien se encontraba dentro viendo televisión, no escuchara.

-Sí, siento mucho lo ocurrido.-

-Escucha...Shori, si por la noche oyes alguna pelea o algún ruido, solo te pido que no me preguntes que fue eso.- Dijo algo cortante para volver adentro y cerrar la puerta con seguro.


Después de varios días, Shori había conseguido entablar un tipo de amistad con Marius. Aunque solo platicaban cuando estaba alguno de sus padres y afuera del departamento no importaba, el mayor apreciaba muchísimo esas pláticas.

Había conseguido que el de piel pálida riera algunas veces e incluso que platicara de vez en cuando sobre sus padres.

-Creo que es porque soy un poco torpe.-

-No eres torpe Marius, al contrario.-

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-Por eso intento no hablar demasiado alto, si lo hago ellos solo me pegan hasta que lloro- murmuro triste el menor.

-Entonces deberías ir con la policía ¿no crees?-

-¿Quien le va a creer a un niño que sus padres le pegan, cuando se portan tan bien con todos los demás? Tú eres el único que sabe de esto.-

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Uno de esos días, como siempre, Shori fue a visitar a su vecino de arriba.

-Mari ¿Estas en casa? - toco el timbre de nuevo hasta que por fin se abrió la puerta solo un poco.

-Tienes que irte, mis padres no están en casa.-

-Bien, me iré, solo quería darte esto - le extendió una paleta de cereza con una envoltura metálica.

-¿Para mí?- estiro su mano para tomar la paleta, y en cuanto lo hizo, el mayor abrió un poco más la puerta, fijándose en su rostro.

-¿Que te sucedió?-

-Nada.- Cubrió su ojo con su mano, el cual se encontraba bastante morado a hinchado, apenas lo podía abrir.

-Mari, dime ¿qué paso?- toco la mano del menor retirándola suavemente.

- No me preguntes como paso, ni como estoy- oculto nuevamente su ojo.

-Pero me interesas-

-De cualquier modo no es asunto tuyo - cerró la puerta.

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-Perdóname por ser tan malo ayer-

-Te perdono, pero a cambio de que pidas permiso para salir a tomar algo conmigo-

-No creo que me dejen- murmuro triste.

-Entonces yo pediré permiso.-

-No creo que sea una buena idea.-

-Lo intentare aun así.-

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Al día siguiente ambos consiguieron salir juntos por un helado a la esquina, no era demasiado lejos pero al menos el menor podría salir de su casa.

-Así que te gusta el color rosa, pero no creo que fuera como para pedir el helado de chicle- una pequeña risa escapo de sus labios ocasionando que Marius lo viera mal unos segundos para después reír con él.

-No es solo por el color, sabe muy rico. Prueba- le ofreció una cucharada de su helado, la cual el mayor comió con gusto mientras sonreía.

-Nunca pensé que supiera bien- con su propia cuchara tomo una buena porción del helado de chicle del otro y la metió a su boca.

-¡Oye! - en venganza tomo una gran cucharada del helado de chocolate y la comió.

Después de unas risas más entre ellos y algunas palabras más, por alguna extraña razón, Shori se inclino para besar al menor, logrando su cometido uniendo suavemente sus labios.

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Habían pasado algunas semanas, sin saber exactamente como había pasado, ambos llevaban un tipo de relación amorosa, de vez en cuando salían, otras veces platicaban fuera de la puerta del menor. Fuera como fuera siempre se despedían con un beso en los labios, ya fuera corto, para que sus padres no los vieran, o prolongado, las pocas veces que salían a comer algo.

-Entonces, así quedamos Mari. - lo beso fugazmente para después tomar sus manos- el lunes por la noche nos vamos.

-Claro Shori, pero ¿seguro que quieres hacerlo?-

- Seguro, como nunca en mi vida-

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Esa noche Shori estuvo dando vueltas en su cama, no podía dormir. No estaba seguro, si Marius estaba con el porqué solo necesitaba afecto de cualquier persona, o porque en realidad lo amaba como él lo hacía desde el momento en que lo vio.

Un ruido ensordecedor aturdió sus pensamientos. Venia del piso de arriba, y después sonó un ruido similar al anterior unos segundos después. En menos de un minuto ya se encontraba saliendo de la puerta de su casa, subiendo a la de Marius. No era que hubiera escuchado ese sonido en repetidas ocasiones, pero estaba completamente seguro de lo que era. Disparos.

En cuanto abrió la puerta de golpe busco con la mirada a la persona objeto de su amor. Y lo encontró, tirado contra la pared de una de las esquinas con la mirada gacha con un arma entre sus manos.

Era más que obvio  lo que acababa de ocurrir juzgando por el aspecto del menor y la sangre sobre las paredes y suelo.

-Marius- miro al otro con un poco de sorpresa y asombro, se arrodillo frente a él y le quito el arma, dejándola sobre el suelo.- ¿Qué hiciste?-

-...- un silencio tan profundo se hizo presente que el sonido de la sangre que emanaba de los cuerpos sobre el piso, era completamente nítido.

-Está bien Mari, está bien - lo tomo entre sus brazos, haciendo que el menor hundiera su rostro en el pecho del mayor.

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Aun no amanecía, aun así ambos enamorados se encontraban al pie del edificio donde vivían. Shori tomo suavemente la mano de Marius y juntos caminaron lentamente hacia un camino sin un rumbo fijo.

FIN.

4 comentarios:

  1. asdsdasdasdsa! No sabía que también te gustaba Sexy Zone! *-*
    y te debo decir que dentro de Sexy Zone mi OTP es el Shorius! :3
    qué comes que adivinas siempre cuales son las parejas que quiero?
    Me encantó sin duda alguna el fic, pobre de Marius, me confundí un poco, es que no sé si Marius mató a sus padres o qué? (perdoname, mi ser tonta! n.n)
    una pregunta... Va a haber continuación verdad? dime que sí!!! D:
    por fas!!! D:

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  2. OwO pues si me gusta! Aunque no me pueda conseguir mucho material ^^Uuu! owo mira nomas! pura suerte tuviste xDD pero como fue peticion pues en realidad no adivine! XDD.. owo enserio te gusto? .. esa era la idea la confusion, pero si, los mato ^^! y como lo hice rapido era obvio que seria confuso, y si lo hacia en mas capitulos pues nunca terminaria XDD.. Pero no, no lo voy a continuar D: ese es el final, ya lo dejo a tu imaginacion lo siguiente, ne? ^^

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  3. iduhwisuhiudf */////* me encantó dios >///////< aunque lloré T^T es que sn tan... *muere* y pobre Marius... como se atreven a pegarle?!!!!! pero ahí estaba Shori tan lindo *^^^^^^*

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  4. Ana-chaan~ por fin te contesto xDDD owo me alegro que te gustara xDD y no se por que llorar, ni que estuviera bien escrito xDD pero gracias, y se veria bonito golpeado, pero con amor, maquillaje tu sabes xDDD Ves? Shori ya te gusta un poco mas! XD

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