Jardín.

Yeiii! miren quien volvio tan rapido!! Mee~~

Ahora vengo por el fic que le dije que te haria Danniyme 

Si, se que tarde en hacerlo D: 

Pero es que no le encontraba buena trama... 

Aunque igual esta no es demasiado buena xD

Pero igual espero que te guste un poco TnT

Ahora si, a darle!

                                                                             

Jardín.

Un día común y corriente, en clase de botánica, el profesor explicaba a los alumnos sobre una flor que había visto durante su juventud.

-Como su nombre indica, se dice que si uno consigue tener esa flor, recibe mil besos suaves.-

-Yo quiero una- dijo uno de los chicos de la clase con un toque de burla en su voz muy bien disimulado.

- El problema es que casi nadie puede tener una adecuadamente.-

- ¿Por qué?-

-Porque solo se pueden cultivar desde el corazón.-

-Pero todos tenemos uno.-

- Pues hay un secreto para cultivarla bien- hubo un silencio.- Con caricias, sonrisas y miradas florecerá adecuadamente el día que así lo quieran - el timbre que anunciaba la finalización de las clases por aquel sábado, había sonado. Todos los alumnos rápidamente se despidieron de su profesor para guardar sus cosas y salir del aula para disfrutar su único día a la semana libre.

-Keito- llamo emocionado Yuto Nakajima a su amigo quien se sentaba junto a él - ¿Lo intentamos? -

- ¿Qué cosa? - murmuro cansado Okamoto terminando de guardar sus cosas.

- Lo de la flor, cultivar y eso - sonríe.

- Bromeas ¿No?- lo miro con una sonrisa burlona que poco a poco fue desapareciendo al ver que hablaba enserio.

- Claro que no, mira, hoy tu casa está sola ¿No? Para cultivar se necesita concentración - sonríe.

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De alguna manera Yuto convenció a Keito de que intentaran "cultivar" y aunque le seguía pareciendo algo ilógico, llegaron a la casa y hasta la habitación de Okamoto.

-Quítate la ropa - sonrió Nakajima.

-¿Qué? ¿Para qué?- se sonroso.

- Pues dijo el profesor que las caricias, sonrisas y miradas eran lo esencial, y para eso necesito que estés sin ropa, quítatela- empezó a quitarse sus prendas hasta quedar en ropa interior. Okamoto no tuvo más que seguirle el juego, en realidad no es que creyera lo que le dijo, pero desde hacía bastante tiempo que ambos se gustaban, y lo sabían, pero jamás se habían dicho ni hecho nada. Así que estaba bien si podía ver de esa manera a Nakajima, y si tenía que desnudarse para eso, no importaba quitando también su ropa dejándose solamente la ropa interior.- Siéntate conmigo.-

- Está bien- hizo lo que le dijo Yuto sentándose junto a él sobre su propia cama. Nakajima lo acerco a él. - ¿Funcionara?-

-Claro que si, tú confía en mi.- Cerro sus ojos acercándose al rostro de Okamoto hasta rozar sus labios y después se separaron para reír.

-Esto es una tontería Yuto.-

-¿Y qué?- volvió a besarlo dando varios besos sobre los labios de Keito, suaves y cortos, Nakajima acaricio con su lengua los labios del otro, quien saco su lengua jugando con la ajena, separándose nuevamente para reír. -¿Y?-

-Sigue siendo una tontería- murmuro sonrojado, pero el más alto volvió a atacar sus labios con su lengua, jugando nuevamente, haciendo el juego cada vez más pasional. Okamoto se puso bastante nervioso cuando el otro puso su mano sobre su miembro, por encima de la ropa interior, y comenzó a frotarlo. Intentando calmar sus nervios imito a Nakajima, haciendo lo mismo con su entrepierna.

Unos minutos después se encontraban ambos encima de la cama, Keito tapaba su entrepierna con sus manos, un tanto avergonzado por estar tan excitado por unos cuantos besos, pero considerando el tiempo que había estado esperando, era comprensible. Yuto se encontraba encima del otro, besándolo sin miramientos, bajando un poco su boca hasta su cuello, siguiendo por su pecho hasta llegar a uno de sus pezones, besándolo con suavidad, mientas Okamoto, muerto de la vergüenza, con una de sus manos se aferraba a la espalda del más alto, quien quito su mano de su entrepierna para acariciarla rítmicamente.

Nakajima bajo más, hasta toparse con el bulto que se formaba en la ropa interior del otro, paso su lengua suavemente por él, para después meter su mano debajo de la única prenda que portada, por la parte donde salía su pierna derecha, sacando rápidamente su miembro, empezando a lamerlo y chuparlo. Metiéndolo el pene del otro varias veces a su boca mientras lo succionaba, Keito mantenía sus ojos cerrados, apretando con sus manos las sabanas que había debajo de él, respirando algo entrecortado.

-¿Se siente bien? -pregunto a media voz Yuto, mirando a Okamoto directamente quien solo asintió con su cabeza.- ¿Sientes como va floreciendo?- otro pequeño movimiento de cabeza de parte del otro en modo afirmativo.

De un momento a otro, el más alto se encontraba de pie sobre la cama, mientras Keito chupaba su miembro a un ritmo marcado por la mano de Yuto, quien unos instantes después lo detuvo, indicándole que volviera a recostarse sobre la cama, esta vez boca abajo mientras el mismo mandaba su ropa interior al suelo, siendo el otro el único que portaba ropa. Okamoto simplemente lo hizo, bastante nervioso por no saber lo que había Nakajima. El susodicho se coloco sobre la espalda del otro, y con su lengua hizo un camino húmedo desde su nuca hasta la parte baja de su espalda, mientras rozaba suavemente su entrepierna con uno de los muslos de Okamoto.

Nakajima había mandado al diablo la única prenda que había entre los dos, siguiendo el camino con su lengua hasta los glúteos de Keito, lamiéndolos y besándolos, para luego lamer la entrada del de debajo repetidamente, separando las nalgas del otro para poder hacerlo mejor. Okamoto no podía hacer nada más que gemir muy por lo bajo mientras se aferraba a la cama, encendiendo mas su rostro.

El más alto le dio la vuelta suavemente a su compañero y acomodándose entre sus piernas comenzó a penetrarlo con mucha suavidad y lentitud. Keito, siendo esta su primera vez, era comprensible que se encontrara sufriendo de esa manera ante la intromisión de Yuto, sintiendo un tremendo dolor cuando ni siquiera llevaba la mitad dentro, así que decidió embestirlo con suavidad solo con lo que había entrado hasta el momento. Okamoto no podía aguantar muy bien, así que decidió tomar más control sobre el asunto y empujo con suavidad a Nakajima, haciendo que se quedara de rodillas sobre el colchón y mientras el más alto lo tomaba por la cintura y besaba su cuello, Okamoto se movía de arriba a abajo, metiendo con suavidad un poco más del pene del otro. Yuto tomo el mentón del más bajo, haciendo que lo mirara para empezar a besarlo mientras el ritmo que llevaba Keito aumentaba, mas aun sentía dolor y recargo su barbilla sobre el hombro del más alto apretando fuertemente sus ojos, soltando débiles gemidos de dolor.

Nakajima se recostó por completo sobre la cama, aun sin salir del otro, dejándolo sobre él, quien empezaba a disfrutar de la sensación del pene del más alto salir y entrar de su cuerpo, aunque aun no podía estar todo dentro. Gemía con intensidad mientas veía directamente a quien estaba abajo de él, quien empezó a masturbarle con su mano, haciendo que Okamoto echara su cabeza hacia atrás dejándose llevar por el placer, auto-penetrándose mientras recargaba su peso sobre sus manos, recargadas en las piernas de Yuto.

Keito alejo las manos de Nakajima para seguir el mismo masturbándose, mientras el más alto movía sus caderas para ayudarle a sentir mayor placer. Okamoto detuvo sus movimientos unos segundos mientras llegaba al éxtasis, llegando a correrse sobre el abdomen de el más alto, formando una muy desfigurada flor, a lo que Nakajima sonrió.

-Ya ha florecido- murmuro Yuto mientras el otro intentaba recuperar la respiración, lo jalo hacia él para besarlo y después ponerlo debajo de él, volteándolo poco a poco para que quedara en cuatro, volviendo entrar en Okamoto, pero al ver que aun así no podía entrar del todo hizo que Keito pegara por completo su pecho a la cama, pudiendo así meter por completo su pene, tan adentro como le era posible, provocando que el otro gritara con dolor entremezclado con el más puro placer.

Se sentía tan increíblemente bien estar siendo tan apretado por las cálidas y palpitantes paredes del interior de Keito, que en tan solo unas embestidas tuvo que salir rápidamente para eyacular sobre los glúteos de su compañero, esforzándose para que quedara como una flor, lográndolo lo mejor que pudo.

- ¿Esto es a lo que se llama cultivar? - pregunto Okamoto.

-Cultivar desde el corazón.-

FIN