A las orillas de la pasión.

Aqui el segundo Fic para mi hijita! 

Pronto publicare el otro -w-

                                                                   

A las orillas de la pasión. 

-¿Qué tal si tu y yo salimos en las vacaciones?- pregunto sin cuidado alguno un chico de alborotados cabellos castaños.

-¿Salir? ¿Solos? Claro, es una buena idea- sonrió ampliamente su pelinegro compañero, un tanto más bajo que el.

-Nos vemos hasta entonces, yo te llamaré.-

-Está bien, nos vemos- sonrió un poco más.

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Al quitarse sus zapatos en el recibidor, corrió tan rápido como sus pies daban para entrar a su habitación.

-Llegó la hora- debajo de su escritorio saco un cofre con un candado, el cual se abría con la llave que colgaba en su cuello en una cadena de plata donde portaba una cruz.- Yuri Chinen, por fin podrás hacer uso de eso. - Abrió rápidamente el cobre y saco su contenido: una caja de condones sabor fresa, marca "Big Johnny".

Hacía poco más de dos meses que Yuri había empezado a salir con un chico de su clase, Yamada Ryosuke. Ese chico tan lindo que le había robado por completo su corazón, era amable, divertido, guapo y atlético, todo lo que podía pedir. Pero en todo el tiempo que habían salido, ni siquiera se habían besado una sola vez. Apenas se habían tomado de las manos unas cuantas veces y se besaban las mejillas, junto con algunos abrazos.

-Pero no puede ser tan rápido ¿verdad? ... aunque...- recordó las exactas palabras de su amado "¿Qué tal si tu y yo salimos en las vacaciones?”..."tú y yo”..."tú y yo"...-su rostro se sonrojó estrujando un poco la caja- ¿Que más se podría significar eso?- Una sonrisa tonta se hizo presente en su rostro.- Este verano...tendré esa tan esperada primera vez con mi Ryosuke...- Un chillido agudo salió de su boca emocionado hasta que vino algo a su mente.

///////Chinen Fantasía/////////////

El castaño tenia sobre su cuerpo un kimono de tonalidades cálidas, sentado sobre el suelo, con una de sus piernas totalmente pegada al suelo mientras la otra estaba contra su pecho, totalmente descubierta, su espalda un tanto encorvada, una de sus manos se recargaba en su rodilla y sobre su mano su mejilla. Una sonrisa seductora adornaba su rostro.

- Dime Yuri ¿Qué quieres que te haga? - dijo con voz sensual subiendo un poco mas sus prendas para enseñar mas sus piernas y un poco de su ingle.

////////////Fin de la fantasía///////////////////

Sin darse cuenta un poco de sangre empezó a salir de su nariz, limpiándola se dio cuenta de algo.

-¿Por qué en mi fantasía llevaba ropa de chica?- después de unos segundos de meditarlo, volvió a el tema principal.- ¿Cuántos se supone que debería llevar? ¿Estaría bien si solo llevo la caja completa? ¿Y qué tal si piensa que quiero que los use todos? ... Aunque no estaría nada mal y seguro que estaría bien... Pero y ¿si se siente forzado?-

Después de meditarlo por exhaustivos minutos dentro de su mochila solo metió siete

-Con eso bastara.- Sonrió  poniendo uno más dentro por si acaso.

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Habían llegado por fin a su destino y era de verdad un lugar hermoso.

-Yuri, mira qué bonito jardín - Yamada toco suavemente una de las flores que crecía cerca.

///////////////Chinen Fantasía///////////

Su visión era desde debajo del castaño, quien se encontraba totalmente desnudo, con su cuerpo sudado, las gotas de deslizaban por su rostro, mientras una sonrisa picara se asomaba en el.

-Eres tan hermoso Yuri- dijo con voz ronca.

/////////////Fin de la fantasía///////////

-¡No digas esas cosas! - golpeo con fuerza el hombro del otro, haciéndolo perder casi completamente el equilibrio- ¡¡Eres un pervertido!!- Se sonrojó mientras miraba a otro lado.- La relajación es la clave ¿No?-

-C-claro...- Lo miro sin entender.

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Llegaron a la habitación en la que se hospedarían, Chinen rápidamente recorrió toda la estancia hundido totalmente en sus fantasías que tenían como protagonista al castaño.

-El mar está justo aquí al frente ¿Quieres ir?- el rostro del menor se ilumino por completo.

-¿El mar? Claro, vamos, vamos- dijo alegremente.

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Yuri había salido por fin a la playa, su traje de baño era lo más normal, sin tomar en cuenta que era como para un niño de diez años y él tenia diecinueve, ni que el color era de un blanco algo trasparente y aun no había tocado el agua, lo que ocasionaría que se trasparentara aun mas.

-Perfecto- pensaba el pelinegro- me tomo una eternidad hacer que este bañador me entrara y hacer lucir mi piel tan suave y uniforme. De esta manera, no podrá resistirse a mis encantos por mucho tiempo- apenas y podía caminar sin que el traje de baño bajara por su trasero. -Perdona por hacerte esperar.- Dijo mientras sonreía ampliamente, hasta que su vista se poso en Yamada.

Su amado traía un bañador sencillo, algo holgado, que le llegaba a la mitad del muslo y empezaba seis dedos debajo de su ombligo dejando expuesto su bien formado abdomen y su fuerte espalda.

-He perdido...- Murmuro el pelinegro para sí mismo sonrojándose de nueva cuenta mientras miraba había otro lado para contener la hemorragia que quería escurrir por su nariz.

-Ven, Yuri.- Habló el mayor.

-Espérame- giro sobre sus tobillos y corrió tanta como pudo, pero debido a su descuido resbalo con la arena de la orilla y cuando estaba por caer su amado lo atrapo en sus brazos. El pelinegro lo único que podía ver del cuerpo del otro  eran sus fuertes brazos y su acogedor pecho. -"Voy a estar en estos brazos esta noche"- Pensaba  mientras el color carmesí volvió a su rostro.

///////Chinen Fantasía///////

Yamada se encontraba al costado de la cama donde Chinen reposaba completamente desnudo solo con una sabana translucida intentando cubrir su cuerpo, mientras el mayor besana una de sus manos mirándole directamente a los ojos.

//////////////Fin de la fantasía/////

-¿Yuri?-

-¿Eh?- volvió en si en cuanto pudo y nervioso le dio un bloqueador solar- ¿Me podrías ayudar a ponerme esto en la espalda? - algo más tranquilo se acostó cobre una toalla que había puesto antes sobre la arena, quedando bocabajo. A los pocos segundos empezó a sentir algo húmedo por toda su espalda. Era una lengua. El menor tapo suavemente su boca intentando no gemir ni retorcerse. -"Por fin estamos progresando... pero este es un lugar demasiado publico."- Miro por encima de su hombro- Ahora no podemos...- Susurró hasta que miró bien sobre su espalda, dobnde estaba un perro con un collar rojo, lamiendo con insistencia su espalda-... ¡KYAAA!-

-¿Qué haces Yuri? Justamente estaba preguntando por ti.- Se acerco al menor y le quito al perro de encima.

- ¡¿Tú, donde estabas?!-

-Ven, nos invitaron a jugar.- Tomo su mano y lo jalo hasta quedar a uno de los lados de una red de voleibol de playa.

-Pero yo no...- Le entregaron una pelota estampada con una sandia, la pelota era bastante suave, era obvio que no jugarían en serio.

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Llevaban un rato jugando, Chinen estaba más que harto de jugar contra un montón de chicas, intentando zafarse del asunto, cuando le tocaba tirar, apunto a propósito a la pierna de una de ellas, y como era de esperarse de un chico como él, dio justo en el blanco.

-¡Yuri!- El único que pudo notar que lo había hecho a costa era Yamada.- Te has pasado. - Se acercó rápidamente a la chica- ¿Te encuentras bien?-

-No creo que pueda caminar así...-

-Aguanta, te cargaré- tomó a la chica en sus brazos y cuando la levanto del suelo el pelinegro se la arrebato.

-¡Fue mi culpa, yo te llevare!- corrió tan rápido que volvió a caer, esta vez sobre el agua, con todo y la chica.

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-Idiota  ¿Cómo fuiste tan impulsivo?- Yamada estaba curando las heridas de Chinen, se había rapado las rodillas, algunas cortadas en sus manos, brazos y en su cara por las conchas que había en la arena debajo del agua a la que había caído.

-Es tu culpa por hablar con esas fastidiosas.-

-Ya te dije que no volverá a pasar.- Pasó el algodón con alcohol sobre una de las heridas de su rostro, ocasionando que hiciera una pequeña mueca.- Lo siento, ¿Duele?- Se acercó al rostro del otro acomodando su cabello.

-N-no- Volvía a su mundo de fantasías mientras Ryosuke guardaba las cosas del botiquín.

-Creo que ya es hora de un baño.-

-¡¿Un baño?!- Volteó a verlo rápidamente, pensando en lo bien que se veía siempre que tomaba un baño, su cabello parecía mas negro, sus labios se volvían ligeramente rojos y su piel se volvía mas blanca y suave que nunca.- Claro, vamos.- Dijo animado, pensando que de esa manera su amado no se podría resistir.

- Hay unas aguas termales cerca, vayamos ahí.-

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Estaban fuera de las aguas termales, cada quien con sus respectivas cosas.

-¡Que no! yo no quiero entrar ahí- dijo un niño de unos cinco años.

-Pero no puedes ir solo.-Contestó quien parecía ser su madre.

-¿Qué sucede? - Preguntó Yamada.

-Oh, pues solamente no quiere bañarse conmigo.-

-Si me lo permite yo puedo llevarlo.- Se puso en cuclillas para estar a la altura del niño.- ¿Te parece bien?-

-Sip.- Sonrió ampliamente el chiquillo tomando la mano de Yamada.

-¡ESO NO ES JUSTO!- gritó furioso Yuri, al darse cuenta de lo que había gritado se tapo la boca mientras se sonrojaba por la vergüenza.

-¿Eh?- preguntaron al unísono tanto Ryosuke como el niño.

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-Lo sentimos, estamos muy llenos así que solo pueden entrar dos.- Dijo el encargado.

-Vaya, que mal - suspiro Chinen.

-Lo siento, pero le he prometido a la madre de este niño que no tardaríamos, me meteré con él y  después entras tu ¿Si?-

-Está bien.– Suspiró.- Yo esperaré.-

Después de unos minutos que su amado y aquel niño habían entrado a las aguas termales, el encargado se acerco al chico restante.

-Disculpe, al parecer las aguas termales que tenemos junto se han desocupado por completo hace unos momentos.-

-¿Eh?... Está bien, gracias.- Suspiro nuevamente.

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Chinen había entrado a las aguas termales que estaban completamente solas, una pared de madera separaba ambos lugares.

-Ryosuke ¿Estas ahí?-

-Sí.- Contestó una voz familiar.

-Al final estas estaban libres.-

-Vaya, pues al menos ya no tendrás que esperar.-

-Sí.-Un nuevo suspiro salió de su boca.- "Es una lástima que no nos tocara juntos."-

-Ohh, tu piel es muy suave.- Se oía al otro lado quien parecía ser el niño de antes.

-¿Enserio?- Respondió quien parecía ser Ryosuke.

-¡La tuya es muy grande!- Gritó emocionado aquel niño, lo que hizo que Chinen se sonrojara.- ¿Puedes hacerla más grande? -

-Claro, mira.- Hubo un silencio por parte de Yamada.

-Oh, en realidad se agrandó.- La nariz de Yuri empezaba a sangrar nuevamente.

-"Que niño tan descarado"-Pensaba el pelinegro teniendo una imagen gráfica en su mente sobre lo que pasaba con ellos dos. Del otro lado Ryosuke se encontraba metiendo su toalla en el agua, haciendo que se hinchara y por consecuente se agrandara, mientras el niño veía la toalla con mucho interés.

Al fin habían salido de su baño, a los pocos minutos Yamada dejo al niño con su madre y regreso para encontrarse con Chinen, quien al verlo no pudo hacer más que mirar hacia otro lado, no podría aguantar mirarlo. Tenía un cuello perfecto, los ojos más brillosos que nunca, su clavícula al descubierto, sin contar que sus mejillas estaban ligeramente rosas. No lo podía resistir.

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De nuevo estaban en la habitación con un futón cada uno, preparados frente a la televisión. El mayor se encontraba cambiando los canales mientras se mantenía recostado dejando muy a la vista sus piernas y parte de su ingle. Chinen estaba acurrucado en una esquina mirando perdidamente a la tele mientras su nerviosismo crecía.

-Vamos a dormir- comento su amado mientras apagaba la tele.

-S-sí... solo iré al baño antes.- Se levantó bruscamente y se encerró en el baño. - Estoy asustado. - Murmuró para sí mismo y tomando aire para tranquilizarse volvió a salir, encontrándose con la mirada del más alto. Con pasos muy cortos se acerco a él y se sentó frente a él, sintió como el otro se acercaba y por instinto cerró los ojos, el mayor se recargó en su hombro abrazándose mutuamente, después de unos minutos de abrazarlo con fuerza soltó un poco su abrazo, haciendo que Yamada resbalara de sus brazos y cayera sobre el futón. -¿Eh?- teniendo un horrible presentimiento aplaudió varias veces, después rasguño un espejo, para darse cuenta de que estaba totalmente dormido.- Mejor, yo también estoy muy cansado.-

Entrada la noche el menor no podía dormir, ni siquiera cerrar los ojos, se sentía estúpido por haberse esforzado y preocupado tanto para nada, sus ojos se nublaron, para su sorpresa se encontraba llorando. Odiaba llorar, pero ¿Qué podía hacer? Se encontraba totalmente triste y frustrado por lo ocurrido, ¿Acaso no le gustaba? ¿Acaso no era atractivo para él?

-¿Yuri?- Había despertado por los sollozos.

-¡Oh! Creo que he atrapado un resfriado, voy a limpiar mi nariz.- Corrió a lo que daban sus piernas, llegando hasta la playa, sentándose a la orilla, haciendo que sus piernas se mojaran con el mar. -Ryosuke estúpido.- Se recostó por completo en la arena, viendo el firmamento.

-¿Se supone que aquí hay pañuelos? - Preguntó Yamada que recién llegaba exhausto por la carrera.

-Sí.- Contestó secamente y aunque se reprimió lo que pudo una lagrima rodó por su mejilla. Más que llorar, odiaba que lo vieran hacerlo. Se levanto bruscamente y empezó a caminar rápidamente por la orilla para evitar que viera su rostro. El mayor tomo su mano, caminando junto a él.

-¿Qué sucede?-

-Nada, de cualquier manera podemos hacerlo a cualquier hora en cualquier lugar.- Al darse cuenta de lo que había dicho su rostro enrojeció y miro al mar.

-Entonces hagámoslo Yuri.- Por la impresión el mencionado casi cae al agua.- Puede que este exhausto ahora, pero estoy muy feliz. Es algo vergonzoso decirlo pero... estuve pensando en eso todo el día, todas las posibilidades y lo que haría si me rechazabas, estuve pensando tanto en eso que me canse demasiado y me quede dormido.-

-Estúpido.- Se acercó al mayor y por primera vez, lo beso en los labios, cerrando con suavidad sus ojos, sintiendo los ajenos sobre los suyos, siento tan cálidos y suaves. En poco tiempo el beso se fue intensificando, involucrando sus lenguas y la mezcla de salivas. Chinen se apartó con suavidad.- ¿Lo haremos aquí?-

- Hm. - Asintió con su cabeza.- ¿Acaso no dijiste que podría ser en cualquier lugar a cualquier hora?-

- Sí así lo quieres.- Dicho esto el menor saco entre sus ropas todos los preservativos que había traído. Ambos rieron un poco ante las circunstancias para que después Yamada rodeara su cintura con sus manos, fundiendo nuevamente sus labios en un ardiente beso, el menor lo contestó sin demora, volviéndolo aún más fogoso mordiendo los labios del mayor, ocasionando que lo llevara rápidamente a recostarse sobre la orilla de la playa, sin importar si sus prendas se mojaban.

En un parpadeo sus ropas fueron a dar a la orilla del mar, y sin que se dieran cuenta el mar se llevo su ropa hacia algún lugar incierto. Rozaban de firma incesante sus cuerpos mientras se besaban, ahogando los gemidos en la boca del otro. Sus miembros estaban bastante hinchados por rozarse tanto entre ellos, sin querer esperar más Chinen separo sus piernas, y sin premeditarlo, Yamada había entrado en su cuerpo, haciendo que ambos gimieran placenteramente.

El mayor se acomodo dentro del pelinegro como podía, mientras suaves oleadas golpeaban sus cuerpos ardientes en el más puro placer y deseo. Mientras embestía suavemente, sus labios devoraban el cuello del pelinegro, lamiéndolo y besándolo con ansias, entretanto una de sus manos lo masturbaba de arriba a abajo para que se relajara y pudiera entrar más profundo. Yuri se encontraba gimiendo, retorciéndose bajo el mayor mientras sus manos se hundían en la arena por la necesidad de aferrarse a algo, sintiendo como entre sus uñas se colaba la arena, junto con un poco dentro de su ano, haciendo la fricción algo incomoda, pero igualmente placentera. Esa maldita arena se le estaba metiendo por todos lados, pero la verdad es que ahora poco le importaba, estaba completamente derretido en el placer, moviendo sus caderas tan rápido como la arena le dejaba para sentir al otro más dentro suyo.

Los movimientos de ambos se volvían más rápidos a cada momento, mientras la marea subía ligeramente, mojando más sus ya empapados cuerpos. Gemían de placer, convirtiéndose en gritos de vez en cuando, sin importarles una pizca si los descubrían o no.

-Ryo...Ahhh... ¡Ryo! La tienes enorme... Ahhh- decía entre gemidos el menor.

-Y tu eres tan apretado.- Sonrió con lujuria penetrándole más duro mientras los preservativos aun en su empaque salían a flote al otro lado de la playa.

FIN.