Fruto.

¡ADVERTENCIA. ADVERTENCIA. ADVERTENCIA.!

ADVERTENCIA PARA SIEMPRE

Pues la advertencia es que este fic contiene un poquillo de

relaciones CHICOxCHICA 

SI SEÑORES D: EL HORROR!

Pero espero que lo puedan aguantar, porque yo apenas pude xD

Pero todo sea para un buen YAOI al final owo!

Ya saben que el 99.99% de mis fics

Estan hechos en un universo paralelo

Así que disfrutenlo!

                                                               

Fruto.

Era ya tarde para recoger a su pequeño hijo Marius de la escuela, contaba con nueve años, los suficientes para regresar solo a casa, pero su madre tenia una razón especial para ir por él. Apenas y acababa de quitarse los tubos del cabello, los cuales acabaron moldeado suaves ondas, con su maquillaje terminado, no quedaba mas que ir con su marido para avisarle que era hora de irse. Harumi llegaba al comedor, dejando ver su esbelta figura, que aunque tenia un hijo ya mayor, poco se notaba que estaba cerca de los treinta años.

-Takeshi, cariño, es hora de irnos- dijo jovialmente.

-Sí- dicho esto se levanto de la mesa y al verla sonrió.- No pareces una mujer de casi treinta años. Estas hermosa de verdad Harumi.-

-Gracias- besó suavemente la mejilla de su esposo, mientras se encaminaban a la puerta de la casa, deteniéndose un poco para ponerse los zapatos.

Después de alrededor de cuarenta minutos, llegaron a la escuela elemental, Harumi caminando por delante como solía hacerlo, dejando un poco mas atrás a su esposo. Su pequeño hijo casi siempre quedaba a cargo de sus profesores, pues normalmente era el ultimo en irse ya que vivían a las afueras de la ciudad y tardaban en llegar por él.

-Ya llego tu madre- dijo el joven profesor del niño, quien se encontraba en un columpio, mas al oír lo dicho por su acompañante, subió la mirada y corrió hacia su madre, abrazándola al apenas alcanzarla.

-¿Has estado haciéndole caso a tu profesor Nakajima? - pregunto la madre quien se había puesto en cuclillas para abrazar a su pequeño, quien no le respondió y solo se pego al pecho de su madre.- No importa lo grande que se haga, siempre sera un niño mimado- rió suavemente ante la acción de su hijo.

-Eso esta bien. ¿No, Marius? - pregunto al más joven presente mientras colocaba una de sus manos sobre el brazo del mencionado. - Si yo tuviera una madre tan hermosa seguro que también querría que me mimaran.-

Un ligero sonroso se apodero del rostro de Harumi, y detrás de ella su esposo los miraba.

-Hola.- Mascullo él.

-¡Oh! Tu debes ser su... ¿Marido? - preguntó alarmado el joven profesor.

- Lo siento, no los he presentado, él es mi esposo Takeshi- se separo con cuidado a su hijo, quien miraba algo enfadado a Nakajima.

-Es un placer conocerle, yo soy el profesor de Marius, Nakajima Kento - hizo una reverencia rápida.

-He oído hablar mucho de ti en casa, debes ser un profesor muy popular.-

-¿Eh? No, no creo que sea popular- una risa nerviosa escapaba por sus labios, sintiendo como empezaba a sudar frío.

-Cuida de Marius ¿Sí, cariño? - guío al pequeño con su mano hacia con su padre.

- ¿Mamá no vendrá a casa? - la miraba con temor mientras se aferraba a su mano.

-Tú... llegaras tarde...¿verdad?- pregunto Takeshi a su mujer.

-¿Tú que crees?- Harumi giro su vista hacia el joven profesor.

-¿E-eh?... ¡¡L-la llevare a casa temprano!! - grito aun nervioso de tener al esposo de la mujer con la coqueteaba frente a él.

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Dentro de un motel de lujo, en el tercer piso, sobre una cama matrimonial, Harumi reía hasta que su estomago empezaba a doler.

-La llevare a casa temprano - decía entre risas- ¡que divertido!- aun reía mientras se quitaba los tacones, dejando su bolsa sobre el suelo, mientras Kento estaba en una orilla de la cama sentado.

-No fue divertido, no recuerdo que me dijeras algo sobre que tu esposo iba a ir.- Encorvo un poco su espalda afligido.- ¿Que pensara de mi? -

- No se veía enfadado, es ese tipo de persona - se sentó detrás del menor pegando sus pechos a su espada.

-Pero es que... -

-¿Eso significa que quieres parar? - se dejo caer sobre la cama, moviendo un poco sus piernas, haciendo que el vestido que portaba, subiera hasta la mitad de sus muslos.

-¿Eh? - la miro y sin poder resistirse, se echo encima de ella, acurrucándose en sus pechos. - Sabes que no puedo resistirme a tu belleza Harumi.-

-¡Ya sé! puedo ser tu madre unos años mayor que tú- con cuidado deslizo los tirantes de su vestido por sus hombros, dejando caer parte de su vestido para dejar al descubierto sus pechos pues no portaba algún sostén, el menor empezó a succionar suavemente uno de sus pezones, lamiendo luego con lentitud, empezando a morder y besar, subiendo poco a poco por sus pechos, mientras la madre de su pequeño alumno, gemía y suspiraba, completamente tendida sobre la cama, enredando sus manos en el cabello del más joven.

Nakajima llego hasta la boca ajena, dejando un beso sobre sus labios que se volvió más apasionado a medida que pasaban los segundos, llegando a entremezclar sus salivas y lenguas.

-Tus pechos saben muy bien Harumi- jadeaba entrecortadamente.

-Que niño mas malo - bajo una de sus manos hasta encontrarse con el duro bulto que se formaba en los pantalones del menor- Eres tan malcriado, ya estas tan...-

-Es que quiero meterla ya mismo.- Desabrocho rápidamente sus pantalones, pero la mayor lo detuvo poco antes de que los bajara.

-No tan rápido tigre- se hincó en el suelo, frente al menor y sacó con cuidado el miembro del otro, empezando a lamerlo con voracidad.

-Nunca pensé que...siendo profesor... tendría a una mamá tan guapa chupandomela.- La miraba con detenimiento, mientras sacaba un celular de la bolsa de la mayor, empezando a tomar fotos de la joven madre mientras mantenía el pene del menor en su boca, lamiéndolo por todos lados, succionando solo la punta. Comenzó a grabar cuando empezó a introducirlo todo en su boca, dejando a un lado el celular al sentir que no podría soportar mucho si seguía mirando, aunque no había parado la grabación, poca importancia le dio.

-Esta bien, correte, haré que se te levante las veces que haga falta. - Lamía de nueva cuenta la punta, notando que un poco de liquido pre-seminal acababa de salir.

-¡Ahhh! Harumi- dejo caer su peso contra la cama, abriendo sus piernas involuntariamente- ¡M-me corro! ¡Oh Dios! ¡Ahh!- su rostro paso a un rojo oscuro, mientras la madre de su alumno tomaba gustosa el semen que corría por su boca. Recupero su aliento con dificultad- Ha-Harumi, eso ha sido demasiado- se incorporo un poco sobre sus codos.

- ¿Enserio? - desabrochaba los botones de su vestido, abriéndolo lentamente, para después dejarlo caer, jugando un poco con el elástico de sus bragas- mira- bajo poco a poco su ropa interior, dejando ver que sus vellos estaban completamente ausentes, a causa seguramente de una navaja. El menor al tan solo ver la escena, no pudo evitar que su respiración se volviera alterar, y con ello su excitación volviera a su punto mas alto.- ¿Ves? Ya estas de nuevo arriba.-

Ambos habían quitado completamente su ropa. La joven madre sostenía sus piernas para dejar expuestos sus genitales, que el menor lamia con gusto, sacándole algunos gemidos, apretando un poco más sus piernas.

-Eres como una niña pequeña aquí abajo, Harumi, es difícil creer que hayas tenido un hijo. -Con sus dedos juntaba los labios mayores mientras observaba detenidamente.

-Tienes una forma rara de halagar - jaló suavemente a su amante para besarlo, mientras este se acomodaba, empezando a entrar en su interior.

-Ahh... se siente muy bien ahí abajo también...y estas muy apretada.- Se separo un poco de su cuerpo para asirse bien de sus piernas e iniciar un rápido y profundo vaivén. - Quiero contarle a tu marido... que su esposa es así de bella cuando gime ...¿No tienes que llamarle? -

-Nooo... Esta bien así.. - abrazo por cuello a Nakajima para tenerlo mas cerca de su cuerpo, dejando salir varios gemidos junto a su oído, mientras el menor pensaba en lo adorable que era la mujer con quien estaba. De pronto, entre la lluvia de gemidos entre los dos, sonó el celular de Harumi, parando la grabación que llevaba haciendo desde hacia un rato. El menor tomo el teléfono para mirar quien llamaba.

-Es tu marido - sonrió- si no estas callada te va a oír- coloco la bocina en su oído y contestó.

-¿Mami? ¿Aun no vienes a casa? - preguntó una voz infantil, Kento rápidamente reconoció la voz de su joven estudiante, turbando totalmente su mente.- ¿Tú y el profesor Kento aun tienen mucho de que hablar? - al escuchar su propio nombre en la voz del menor y justo en esa situación, su estomago dio un vuelco. Rápidamente le dio el celular a la madre. - ¿Están hablando de mi? -

-¡¿M-Marius?!- el joven profesor salio rápidamente del interior de la mujer, sentándose en la orilla de la cama aún con su mente turbada. - Lo siento Marius, mami va a tardar un poco más...¿Esta papi ahí?... ¿Aún esta bañándose?...- rió muy ligeramente- ¿Así que lo dejaste ahí solo? Bueno, tu papi si que se toma su tiempo... ¿Papi te ha hecho una tortilla de arroz?¿Estaba buena?... Bueno me alegro.- Entre la platica que tenían madre e hijo, por alguna razón, Nakajima volvió a excitarse al oír hablar a la jovial madre con su hijo, y volviendo a subir a la cama, entro nuevamente en el cuerpo de la mujer sobre ella, quien dejo salir un gemido sin previo aviso, y tapando la bocina fijo su vista al profesor. - ¡Espera! Ahora no - susurro para que su hijo no escuchara.

-¿Mami? ¿Que ocurre?- la voz del pequeño llego hasta los oídos de Kento, quien se aferraba con sus manos a la cadera de Harumi, embistiendo en su interior, pegando al mismo tiempo su oreja al celular para poder oír mas claramente.- ¿Mami?... ¿Mami?-

- Voy a llegar tarde... esta noche... ¿Esta bien? - intentaba sonar lo más normal posible, pero su voz temblaba, hasta el punto en que ya no pudo hablar más.

-Pensé que no te preocuparías por tu marido- susurro y tomo el teléfono de la mano de Harumi, pegándolo a su oído, tratando de permanecer callado.

-Mami... ¿Te duele la barriga?... Mamiii...- de pronto la voz del pequeño se oía lejana.

-No es momento para llamar a mami, Marius - otra voz lejana se dejaba oír, la de su padre, haciendo que el profesor dejara el teléfono de lado, intentando concentrarse en la mujer que poseía, pero por alguna razón solamente los recuerdos de su alumno se hacían presentes, aumentando extrañamente su excitación y desenfreno.

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Al día siguiente en la escuela elemental donde estudiaba el pequeño de Harumi, habían hecho una llamada la misma Harumi para avisar que llegarían un poco mas tarde por su hijo, ya que se les había pinchado la llanta en el camino.

Desde hacia un rato que su profesor lo buscaba para avisarle sobre sus padres, entro al salón donde le daba clases.

-¿Marius? ¿Estas aquí? - miró por los suelos para ver si estaba en el piso sentado, pero no se esperaba lo que encontraría momentos después: su joven alumno sostenía en una de sus manos lo que podría jurar era el celular de su madre, el mismo con el que el día anterior le había tomado fotos y video mientras mantenían relaciones, pero no era eso lo que le sorprendida, estaba muy lejos de eso, pues el pequeño estaba masturbándose mientras miraba el celular, a sus escasos nueve años estaba con su espalda contra la pared, con sus pantalones y ropa interior por sus tobillos, mientras con su mano libre estimulaba su miembro erecto. - ¿No es demasiado precoz para eso? - murmuro en sus adentros, mas cuando observo que en la imagen del celular, estaba pausada una imagen donde él mismo salia con una cara lasciva. Seguramente, cuando estaba grabando había olvidado parar la grabación y accidentalmente su rostro se enfoco.

- Umh... Profesor Kento - arqueó su espalda involuntariamente, cerrando sus ojos con fuerza al tiempo que se corría sobre su mano, jadeando por el placer que recorría su pequeño cuerpo. El mencionado por los labios del menor, dejo salir un suspiro al escuchar su nombre de esa manera de su alumno. El pequeño Marius alcanzo a escuchar ese suspiro, y aterrado volteo en dirección a su profesor, haciéndole palidecer. - E-esto no es... - sin que su mente pudiera resistir mas, se desmayo. Sin mas remedio su profesor lo llevo a la enfermería, no sin antes acomodar sus ropas con algo de vergüenza.

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-Tenemos que hablar de lo que pasó en el salón de clases hace un momento- le dijo a su alumno cuando despertó, quien lo veía con pánico.- ¿Podrías decirme que hacías exactamente hace rato?-

-No es lo que parecía, yo no.... - su profesor acarició su cabeza para tranquilizarlo.

-Descuida, no te regañare, pero ¿Donde aprendiste a hacer eso?- preguntó con suavidad.

-Pues... ayer cuando mi mami y tú fueron para hablar, regrese a casa con papá y después de que cenamos y nos bañamos yo extrañaba mucho a mi mami y entonces la llame pero mi papá me quito el teléfono diciéndome que no debía llamarla, yo me fui a mi habitación para dormir, pero me dio mucha sed, así que fui a la cocina pero oí un ruido en el pasillo, así que fui a ver y mi papá estaba haciendo eso mientras tenia el teléfono pegado a su oreja y hacía ruidos, pero parecía que lo disfrutaba, subí a mi cuarto y yo mismo lo intente, se sentía bien, pero solamente podía pensar en el profesor Kento, y salió algo blanco de ahí - señala sus pantalones.

-Con que así paso - se lamentaba de lo descuidado que era el padre de su alumno- ¿De donde sacaste eso? - señala el celular que antes le había encontrado en sus manos.

-Pues mami lo olvido sobre la mesa así que lo tome y entonces encontré al Profesor Kento - dijo en voz baja con su rostro bastante sonrojado.- ¿Se lo dirá?-

-No se lo diré si... hacemos un trato - aunque no lo quería admitir, ciertamente sentía cierta atracción hacia su alumno de tan solo nueve años, no sabía la razón, pero le parecía atractivo. Se preguntaba si salia con la madre de su pequeño alumno solo porque se parecían.

-¿Trato? ¿Qué quiere decir?-

-Relajare, no va a hacer nada malo - con su mano comenzó a bajar lentamente los pantalones del menor.

-¿Q-Qué hace? - con sus manos intentó parar a Nakajima.

-Relajate- con facilidad acaba de quitar sus pantalones, tocando suavemente el miembro del menor sobre su ropa interior, quien dejo salir un gemido de forma suave, cerrando sus piernas de forma instintiva.

-Ahh..¡no, no! - su ropa interior era bajada lentamente sin que pudiera hacer nada, su rostro se enrojecía y sus lagrimas comenzaban a salir.

-¿Por qué no?-

-E-es...raro-

-No te preocupes por eso - con su mano frotaba el pene de Yo, haciendo más presión sobre la punta y la base- no estas haciendo nada malo - metió su dedo medio a su boca para así humedecerlo y después adentrarlo en el ano del menor, quien jadeaba por el dolor.

-Detengase- murmuro Marius mientras Nakajima frotaba vigorosamente el miembro de su alumno, quien no podía parar de gemir, arqueando su cuerpo ya que la sensación era totalmente diferente de cuando lo hacía el mismo que cuando lo hacia su profesor. El mayor rozaba constantemente la punta del pene de su joven alumno mientras adentraba más su dedo medio en el cuerpo de Marius, el cual contraía sus músculos por las raras pero a la vez placenteras sensaciones que recorrían su cuerpo. Kento sacó su dedo y dejo de lado el miembro del más joven, ayudándole a posicionar su cuerpo en cuatro, dejando parte de su pecho sobre la cama de la enfermería, mientras su profesor lamía y masajeaba sus glúteos de forma firme, pasando poco a poco hasta su ano, contorneando con su lengua.

Yo, no podía dejar de emitir sonidos temblorosos, aunque había intentado cubrir su boca para que pararan de salir, había sido inútil. Las sensaciones que causaba su profesor en él eran simplemente maravillosas, algo que jamas había probado antes, haciendo que su cuerpo se llenara de calor, y deseara continuar, aunque no sabía lo que vendría después. El más joven encorvo su espalda al sentir la húmeda lengua de su profesor dentro de su ano, jadeando casi sin aliento, tomando entre sus manos las sabanas de la cama de la enfermería, apretándolas con fuerza. Pudo ver de reojo como el mayor desabrochaba sus pantalones mientras seguía jugueteando con su lengua dentro de su cuerpo.

Kento saco su lengua y se relamió los labios ante el delicioso sabor que tenía el interior de su pequeño alumno. Bajó sus propios pantalones junto son su ropa interior, quitándoselos por completo, para luego subir a la cama junto con Marius, posicionándose tras el y comenzando a frotar vigorosamente la punta de su pene contra la entrada del más bajo, al tiempo que sus manos se deshacían hábilmente del resto de las ropas del otro.

En poco tiempo ambos se encontraban en total desnudez. Nakajima apretaba suavemente los pezones del más joven entre sus dedos, mientras adentraba poco a poco la punta de su miembro dentro del cuerpo de Yo, quien daba pequeños gemidos de dolor mezclados con placer. Kento sin poder soportar mucho la forma en que las paredes internas del menor apretaban su miembro, lo tomó con una de sus manos por la cadera y arremetió en su interior con fuerza, provocando que su pequeño amante gritara de dolor mientras las lagrimas recorrían sus mejillas .

-Va a sentirse bien antes de que te des cuenta.- Dijo su profesor mientras se adentraba más en Marius- Estas tan apretado, aún incluso mejor que tu madre - dijo en tono obsceno mientras salía un poco de su interior y volvía a entrar. Marius se aferraba con más fuerza a las sabanas, sin comprender del todo lo que estaba pasando. - Ahora mismo mi pene esta muy dentro de ti.-

-¿D-dentro? Mngh...- decía no muy consciente el pequeño quien intentaba mantenerse apoyado sobre sus rodillas.

-Seguramente estarás pensando cosas sucias ¿no es verdad? Eres un niño tan malo, Marius - comenzaba a salir y entrar del mencionado con algo de dificultad debido al poco espacio que había.

- ¿S-soy...Ahhh... malo? - murmuraba entre gemidos.

-Sí, haciendo este tipo de cosas a tan corta edad, y sobre todo con tu profesor que solo trata de llevarte por el buen camino, eres tan sucio. - Decía excitándose cada vez más, sintiendo como su miembro creía todavía más en el interior del menor. - Alguien tan sucio como tu debería ser castigado - se relamía los labios constantemente al verse a si mismo con el cuerpo de su alumno debajo del suyo.

-¿Cas-castigado? - dice entrecortado sin estar muy consciente de su alrededor-

-Sí, castigado - coloco sus dedos índice y medio junto con su pulgar sobre el miembro de Yo, frotándolo vigorosamente, haciendo que el menor se arqueara e intentara parar sus manos.

-¡Mhmn! ¡No! ¡ Vas a hacerme daño! - gemía sin control alguno, y aunque intentaba detenerlo por el intenso movimiento sobre su miembro, debía admitir que se sentía maravilloso.

-Seguro que ahora mismo te sientes en el paraíso, Marius- rió con burla, sintiendo como el pene de su alumno reaccionaba entre sus dedos, poniéndose bastante duro al tiempo que crecía y comenzaba a humedecerse.

Los movimientos del mayor sobre el cuerpo del otro se volvían más fluidos, ya que comenzaba a relajarse y su interior era mucho más accesible, tocaba bien muchos puntos de las paredes del menor, quien intentaba parar las lagrimas que recorrían por sus mejillas, que no eran más por el impresionante placer que recibía, tan nuevo pero a la vez tan deseado. Nakajima no podía dejar de gemir ante lo apretado que se sentía su pene, completamente envuelto y tan caliente.

Al cabo de unos minutos ambos se habían acostumbrado a la placentera sensación, al grado que sus gemidos habían disminuido. Kento decidió que era hora de que aumentar el ritmo de las cosas. Tomó firmemente las caderas del menor para arremeter contra el cuerpo de Marius, haciéndole gritar placenteramente. Gemidos, chillidos y jadeos habían inundado toda la habitación, sus cuerpos sudaban y chocaban el uno contra el otro, haciendo son idos húmedos entre ellos al tiempo que sus músculos se contraían por el placer.

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Después de ese incontenible deseo, lujuria y desenfreno por parte de ambos, se habían calmado y vestido para salir a esperar a la madre del menor, quien al poco tiempo llego junto con su esposo, quien no le podía sostener la mirada a Nakajima.

-Buenas tardes profesor Nakajima.- Saludo la madre de su joven alumno quien, a diferencia de la costumbre, no fue corriendo a los brazos de su madre, sino que no se quería despegar de su profesor.

-Buenas tardes, Harumi - le sonrió.

-¿ Mi pequeño se ha portado bien? -

-Más que bien, espero que nos queden más años en esta escuela, así la pasaremos muy bien ¿ Verdad Marius? - miro al pequeño que asentía ligeramente mientras abrazaba una de las piernas de su profesor.- Anda, ve con tu madre, ya nos veremos mañana en clase ¿ Esta bien? -

- Esta bien - murmura el pequeño mientras va hasta su madre con algo de pesar.

-Por cierto Harumi - se acerco Kento a la madre de su alumno.- Marius traía esto, menos mal que lo he visto antes de que viera algo inapropiado - le entrego el celular.

-Muchas gracias profesor Nakajima. Ya se lo compensaré mañana- le sonrío con coquetería al otro quien le sonrío de la misma manera. Al poco tiempo la familia se alejaba y Marius volteo a ver a su profesor unos segundos, para luego sonrojarse al ver como le guiñaba el ojo. Le jurado que lo que había pasado sería un secreto y su profesor le había dicho, que aunque siguiera saliendo con su madre, siempre estaría pensando en él.

FIN