26 dic 2015

De nadie más.

De Nadie Más. 





Estaban los miembros del grupo Sexy Zone en una sala de descanso,  el grupo iba desde niños de once años hasta jóvenes de diecisiete años, corría el año del dos mil once y apenas era un grupo el cual apenas iban a sacar de debut, así que por el momento tenían  el día un poco más libre  de lo que tendrían en breve.

Nakajima y Sato estaban platicando mientras estaban sentados a la mesa, si bien, Shori era joven, pero  tenía una mente curiosa, así que el mayor quería conocerlo un poco más. El más joven del grupo, Yo, estaba siendo molestado por Kikuchi, quien se reía de su forma de hablar o de intentar aprender el japones, ya que él era originario de Alemania, si bien su madre era japonesa, apenas el menor sabía lo más básico del idioma japones, lo cual hacía que Fuuma pudiera molestarlo fácilmente. Matsushima, en cambio estaba viendo como los dos discutían, pero él, siendo el más cercano a la edad de Marius, Lo trataba un tanto mejor que el resto del grupo, y por lo menor mucho mejor de lo que Kikuchi lo trataba.

Sou  estaba explicándole a Marius algunas palabras o formas que usaba  el más alto de ellos tres, para intentar molestarlo y Matsushima de lo explicaba de forma pausada y sencilla para  que le pudiera entender.

Si bien, Kikuchi molestaba a Marius, pero no porque lo odiara o que no lo soportara, todo lo contrario, le atraía ese alemán de sobre manera lo cual le provocaba a molestarlo, para ver esa expresiones que hacía siempre que lo molestaba, aunque muchas veces solo agradecía en su idioma natal y no decía nada más, y era algo que le molestaba pues quería formar en él cierto carácter.

Tanto Shori como Kento  habían salido de la habitación para ir a comer, dejando a Matsushima, Kikuchi y Marius juntos en la sala de estar, estando en el sillón.

- Ya déjalo Fuuma, él no te ha hecho nada.-

-Pero Matsushima, tú algunas veces lo molestas conmigo, así que no tienes derecho a opinar.- Se defendía Kikuchi.

-Pues sí pero... yo no me paso tanto como tú.- Dijo Sou, quien admitía que sí lo había molestado, pero era solo para  enseñarle cosas o al menos eso quería creer.

Marius se había enfadado al recordar como justamente el día anterior ambos se habían juntado para molestarlo. Haciendo que Matsushima fuera por  algo para comer, para así hacer que Marius se calmara un poco y al menos no estuviera enojado con él.

Cuando Sou regresó de aquel encargado que se mando él mismo, pudo conseguir aquel flan tan afamado y tan gustado por el alemán,le había costado muchísimo, pero lo consiguió, pero se quedó sin habla al ver lo que pasaba en aquella sala. Aún no habían regresado ni el capitán del grupo ni  la imagen del mismo, estando los dos aún fuera en el comedor, pero dentro de la estancia seguían sus otros dos compañeros, Fuuma sobre el sillón y Marius sobre las piernas del mayor mientras cerraba sus ojos al tiempo que se estaban besando,  y Yo tenía sus manos al rededor del cuello del mayor mientras  abría su boca para dejar entrar la lengua ajena a su cavidad.
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Matsushima había despertado, era una suerte que todo hubiera sido un sueño, haber soñado con ese tipo de cosas y en el tiempo de hacía cuatro años, le había asustado aún más en el ambiente de hace cuatro años. Él no podría permitir eso, que besaran a SU Marius, era verdad que le gustaba, quizá incluso estaba enamorado de él, se levanto para ir rápido al trabajo y así cuidar que  nadie le ganara a Schmich.

Sou había llegado al lugar que aquel día se había quedado como el lugar donde hablarían  de la agenda que tendrían esa semana. Al apenas entrar al edificio observó algo que no le agrado mucho, Kikuchi hablando con su preciado niño.

-Por eso te digo que es necesario que, de momento, estemos juntos unos años, por decir algo.- Dijo Marius, pero Matsushima le había escuchado al ser lo único  a lo que podía prestarle algo de atención es ese tipo de  circunstancias.

-Vaya, no sabía que ya eran pareja.- Dijo Sou al acercarse a ellos dos.

-¿Juntos? - Pregunto Kikuchi ladeando su cabeza.

-No le digas nada a nadie, Sou-chan.- Se había colgado del brazo de Fuuma con toda calma. -Aún no estamos preparados para lo que podría pasar...- Dijo el menor de los tres aún abrazando el brazo de Fuma.

-¿Es enserio? - Ladeó su cabeza.

-Claro que no, Matsushima.- Fuuma zafó sus brazo de entre los brazos de Marius.--Él solo quiere molestarme, pero no es que tengamos nada.-

-Espero no digan esas cosas fuera de aquí, sería muy mal interpretado y saben que la prensa no quiere explicaciones y solo lo dirá al mudo.- Comentó Kento, quien recién llegaba.- Fuuma, me dijeron que quieren hablar primero con nosotros, sabes que somos los primeros del grupo que comienzan el fan service con Shori, así que vamos, nos dirán como será para la entrevista que tenemos en una semana.- Tomó el hombro de quien era un año menor que él, para así llevarlo con él dentro, dejando solos a los menores del grupo.

-Así que... no se pudo hacer lo de ser novio de Fuuma, ¿Verdad Mari? - Le sonrió Sou al mencionado que había seguido con la vista a los otros dos al irse, pero al ser mencionado su nombre, volteó a ver al mayor presente.

-Parece que hoy no tuve la suerte.- Rió suavemente mientras cubría la vista directa de sus labios con su mano izquierda. - Por cierto, ahora que vives en Tokio ¿Duermes mejor?- Preguntó Marius interesado en su pregunta.- Debes cansarte menos ¿No? -

Matsushima lo miró un momento, pudiendo apreciar el color en sus ojos.- Sí, duermo un poco más y ya no es tan cansado ir y venir a diario.- Sonrió mientras el portador de ojos de color grisáceo  suspiró aliviado.

-Menos mal, Sou-chan.- Mientras hablan con los demás ¿te gustaría ir a tomar algo de café conmigo? -

-Claro, hace mucho frío estos días, así que sería bueno para calentarme.- Al decir esta frase, notó que en Marius salió una suave risa.- ¿Qué? - Lo miró interrogante.

-No, no es nada, pero  según Fuuma-kun siempre estás muy caliente, siempre pensando en cosas pervertidas.- Dijo antes de reír un poco más.- Hentai.- Rió con ganas.

-¿Q-qué? - se había sonrojado al notar como Kikuchi había inventado esas cosas sobre él, es decir, él pensaba en esas cosas (después de todo era un adolescente) pero no era todo el tiempo. - Él tampoco es un santo.- Siseó.

Ambos habían  llegado a la cafetería entre risas, tomando ambos un café, uno expreso de moca y otro de vainilla, mientras platicaban sobre cosas pervertidas que decían o hacían los  miembros del grupo, incluyéndolos. Después determinar con el café, los dos habían ido a hablar con sus superiores para que les dijeran lo que tenían que hacer esa semana. Al terminar de anotar lo que debían hacer, cada uno iba de salida hacía su respectiva casa, aunque Marius detuvo un momento a Matsushima mientras los demás se separaban para ir a su hogar.

-Sou-chan, tú has ido a mi casa y yo no he ido a donde vives ahora ¿Puedo ir? - Preguntó con ojos de borrego a medio morir.

-Pero si hoy es nuestro día libre.-

-Por eso te lo estoy pidiendo.- Sonrió.

-Pero ¿No deberías mejor descansar?-

-Descansaré en tu casa, así que llévame.- Lo tomó del brazo para que no escapara.

-Pero es que.- Lo miraba casi dándole una negativa.

-Por favor.- Lo miraba con sus ojos grisáceos llenos de súplica, cosa a la que el mayor no pudo resistirse y  suspiró.- Está bien, solo por ahora, después podrás ir cuanto todo el grupo tengamos vacaciones ¿Está bien?.-El alemán asintió más que feliz. Ambos tomaron un autobús y después de cierto tiempo llegaron a donde estaba la parada más cercana de la casa actual del mayor. Fueron a pie el resto del camino, mientras platicaban sobre cosas extrañas que a veces Marius sacaba frecuentemente. Al haber llegado a su destino, Matsushima abrió la puerta para poder dejarle ver a Yo.-

-Pasa primero, Mari.- Le ofreció el mayor mientras le invitaba a pasar al extenderle una de sus manos hacía la puerta.-

-Gracias, Sou-chan. Con permiso.- Sonrió y paso con cuidado, y el mayor pasó  tras él para después cerrar su puerta tras él.

-Iré a avisara mi hermana que estás aquí.- Dicho esto, Sou comenzó a buscar a su hermana, quien se había mudado desde Shuzuoka hasta Tokio para vivir los dos allá.

Marius había dejado sus cosas sobre un sofá y se había sentado tranquilo  mientras miraba a su alrededor para ver la casa, mejor dicho departamento de los hermanos Matsushima, y en la mesa que era usada como esquinero estaba una pequeña nota debajo de un pisa papeles en forma de un capibara,  lo tomó, era tan suave parecía de peluche por una cubierta que tenía de terciopelo, y leyó la nota, donde la otra residente del lugar, le explicaba que había salido para ir a visitar a su padre y  decirle como iban las cosas, ya que le pareció mejor ir que solamente llamar por teléfono.

-Perfecto.- Susurró  en voz baja Julius antes de dejar las cosas en su lugar e ir sigilosamente a la puerta de entrada con la única intensión de cerrarla con el pasador, para luego ir a buscar a su compañero de trabajo. - Sou-chan.- Llamó suavemente mientras lo buscaba por  cada habitación.

-¿Umh? - Al escuchar la voz del menor salió de su propia habitación  para ver donde estaba, pero  un abrazo por la espalda lo asustó, era obvio que era Marius, que que su hermana no era tan alta.- ¿Qué haces, Mari? - Preguntó mientras con sus manos  tocaba los brazos del menor. Era una sensación tan placentera, debía admitirlo, pero no  debía pensarlo tanto en ese momento ya que su hermana llegaría los vería.

-Abrazando a Sou-chan.- Sonrió y besó su mejilla, lo cual hizo estremecer al mas bajo.

-Pero mi hermana pensará mal si nos ve así.-

-Tu hermana no nos verá, Sou-chan, ella salió.- Lo suelta para decirle todo lo que había hecho y lo lleva a la sala para enseñarle la nota. - Ella no vendrá, así que estate tranquilo.-

- Me hubiera esperado.- Suspira y  deja la nota en su lugar.- Y ¿qué quieres hacer en mi casa, Marius?-

- Vayamos a tu habitación, la quiero conocer.- Sonríe.-Después de todo tú conoces casi toda mi casa.-

-De acuerdo, pero no hay mucho que ver.- Llevó a Marius dentro de su cuarto para ver que podrían hacer los dos juntos.

Habían pasado un par de horas en que ambos habían estado hablando y jugando, hasta que el silencio se rompió del todo.

-¿Sabes Sou-chan? si saliera con algún chico del grupo... Serías tú, Sou-chan.- Susurró mientras miraba las cosas del cuarto del menor para tener algo de que hablar.

Matsushima lo alcanzó a escuchar y  se sonroso ligeramente, para después  acercarse a Marius. Eso había querido decir que no salía con Kikuchi ¿No era así? Pensando en esto, se armó de valor para hablarle.

-Me gustas, Marius. Me gustas mucho- susurró antes de acercarse a él y así abrazarlo por el cuello. El menor se había sonrojado del todo y miraba al más bajo antes de abrazarlo.

-Siento lo mismo, Sou-chan... - Cuchicheo antes de que el residente de la casa lo jalara con cuidado para sentarse los dos en la cama y no estar  de la misma altura o cercana.

El de piel oscura  miraba al de piel nívea antes de besar  sus labios con suavidad, el cual fue correspondido por el más alto antes de  que el beso fuera cortado  con suavidad, el mayor comenzó a besar su mejilla, y haciendo una linea hasta llegar a su mentón en donde fue bajando hasta uno de los costados de su cuello. Él no planeaba que pasara algo por el estilo, pero debía aprovechar ahora que podría, no sabía cuando habría otra oportunidad. Matsushima besaba su cuello con suavidad y poco a poco dejaba un rastro de su saliva sobre el cuerpo de Marius, llegando hasta la orilla  de su piel expuesta y al notar que después seguía su ropa, suspiró y se alejó un poco solo para besar sus mejillas, mientras sus manos se dedicaban a quitarle la ropa.

Julius no puso alguna resistencia al comenzar a serle quitada toda la ropa,  quedando por completo a merced del mayor, lo cual condujo a Matsushima a saciar su vista con el delicioso manjar que tenía frente a sus ojos y sin preguntar siquiera,  besaba su pecho de forma lenta y sin apartar sus ojos ni un momento de los grisáceos.  El menor tenía su rostro completamente sonrojado cuando comenzó a sentir la succión sobre su pecho, en especial en esa parte eréctil del mismo, aquella parte tan sensible en ese momento, pues debía admitir que le encantaba lo que su compañero le hacía en aquel instante.

-¿Te gusta, Mari? - Preguntó suavemente Sou.

-M-hhm... - Asentía el interrogado con suma vergüenza mientras intentaba cerrar sus piernas para que el otro no notara la tiesura de su aparato reproductor, más Matsushima lo había notado desde hacía ya un tiempo, pero no dijo nada y solamente lo dejaba pasar de momento.

Había dejado bastante rojos los pezones del menor, la razón es que había estado jugando con ellos, succionando, apretando, besando y mordiéndolos, dejando al menor sin un control sobre su respiración, la que ya era muy agitada y poco frecuente la entrada de oxígeno a sus pulmones.

-Me alegra. Espero que te guste aún más.- Susurró el mayor antes de bajar hasta el ombligo del menor, lamiendo todo su perfecto vientre, que si bien no era el adecuando para un chico atlético, estaba perfecto para el alemán, ya que si tenía actitudes de mujer, estaba bien que tuviera un vientre un tanto parecido al de una.

El japones se relamió los labios  mirando de reojo el miembro del menor, quien intentaba ocultarlo con sus manos, cosa que de nada le servía, pues realmente era  muy notorio, lo cual despertaba en el mayor unas emociones que ni él conocía. Marius dejó salir una ligera queja al sentir como apartaban suavemente sus manos de sobre su miembro. Realmente estaba avergonzado, muy avergonzado, aún más siendo el único que no traía nada de ropa cubriéndole. Se había sentado sobre la cama y se estaba orillando para cubrir su cuerpo, pues se sentía que estaba perdiendo su dignidad por la forma en que le miraba su compañero, por como lo trataba. Era humillante, sentía que lo estaba degradando y sin poder evitarlo, cubrió sus ojos con sus manos, no quería llorar, mucho menos cuando la persona que le gustaba estaba frente a él.

-Ya basta... N-no.- Hablaba entre ligeros sollozos a lo que el mayor abrazó con suavidad.

-Lo siento, Mari... Si no quieres... no lo haré.- Susurró antes de  alejarse de su cuerpo, pero no pudo alejarse mucho Yo lo estaba  tomando de la ropa y no lo dejaba separarse mucho. Sou miró a los ojos al menor y este lo miraba con sus ojos cristalizados y  con un ligero reproche impreso en ellos, el cual el otro no entendió hasta que  notó  que Yo  miraba su propio cuerpo desnudo y después repasaba el de su acompañante, que aún estaba del todo arreglado.- ¿Te molesta acaso, que yo siga vestido y tú no? - Al notar el asentimiento por parte de la cabeza del menor, sonrió con algo de diversión y comenzó a quitarse él mismo su propia ropa, provocando que el menor se  cubriera su rostro, ya que sintió como su rostro pasaba de un rojo encendido, a un rojo oscuro, debido a que incluso en ese instante, sentía mucha más vergüenza. Cuando finalmente Matsushima estuvo del todo desnudo, gateó hasta Marius para terminar sobre él y así poder cerrar sus ojos antes de besar los labios ajenos.

-Sou-chan.- Jadeó el menor cuando sus labios se separaron.- ¿Q-qué vas a hacerme?-

-Nada, que no te guste - sonrió y  volvió a besar su cuello, para después comenzar a  recorrer su cuerpo con una de sus manos, haciéndolo lentamente para calmar al menor, el cual  miraba de reojo que el mayor también  tenía una erección, y una nada, nada disimulada. Yo cerró sus ojos mientras una de sus  manos se paseaba por la espalda del mayor haciendo que este  tensara un poco, para después ejercer una ligera tensión sobre el europeo,  mientras aún lo besaba para así profundizar un poco  el beso llegando a adentrar su lengua en la boca ajena, haciendo que el otro jadeara antes de que el menor  se decidiera y baja su mano hasta el falo de su acompañante, tomándolo suavemente entre sus dedos para disfrutar dela textura.

De un momento a otro, Matsushima estaba entre las piernas de Julius, frotando su miembro  contra le entrada del menor, quien  disfrutaba de aquel roce tan placentero.

- Mmmnnhhh... Sou-chan.- Gemía contra los labios ajenos  antes de  sentir como  sus piernas eran elevadas  hasta los llegar a dar contra su propio pecho, doblándolas para que fuera más cómodo.

-Relájate, verás como todo irá bien, Mari. Yo no te lastimaría.  - Susurra antes de aprovechar el líquido pre-seminal que empapaba su glande como lubricante para así entrar lentamente al recto del menor, quien chilló por el dolor que sentía. - Tranquilo, Marius, todo pasará.-  Besó sus labios al mencionado mientras entraba del todo en su interior, provocando un quejido de dolor.

Cuando por fin, el alemán pudo acostumbrarse a la intromisión y comenzar a disfrutar el modo en el que se movía en su interior. Schmich abrazó sus propias piernas para acercarlas más contra su pecho y así dejarle más espacio  para que Matsushima entrara más en su interior, el problema  era que los glúteos del más alto eran muy abultados como para dejarle ir más dentro, por lo que el nipones con una de sus manos separó los glúteos del menor  para así poder entrar aún más adentro, notando que de esa manera funcionaba mejor, el más joven tomó  con sus manos sus propios glúteos para separarlos lo más posible.

-Más, Sou-chan.... Ahhh, dame más.- Suplicaba ahogado en placer, haciendo que el vaivén en su interior se intensificara, provocando  que en su cuerpo se intensificara el calor junto con los espasmos sobre su cuerpo, hasta el punto que, aún sin tocarse a sí mismo, acabó por correrse directamente sobre su propio vientre llenando un poco parte de su propio pecho, el cual terminó a ser  humedecido por segunda vez por la lengua de Matsushima, quien lamía el pecho del otro limpiándolo de su semen que si bien no tenía un sabor dulce, era peculiar, y a decir verdad, le gustaba. El mayor terminó por  no aguantar más su propia excitación y  sin querer aguantar más, salió del interior del más alto para poder terminar sobre su propio lecho, mas  Julius  puso una mano en el lugar para tomar un poco de la esencia del oriental.

El japones limpiaba el sudor de su frente, sentándose para ver al otro, más lo que vio, le asombró, Marius lamiendo el semen que antes había dejado sobre su cuerpo.- ¿Q-qué haces... Mari? - preguntó casi sin aliento.

-¿Umh? .... No iba a dejar que me adelantaras, Sou-chan.- dijo aún lamiendo su propia mano.- No ibas a ser el único que probara algo que no es suyo.- Dijo en un tono un tanto provocativo.

-Pero al menos sé que te gusto igual que yo gusto de ti, Mari.- Susurró antes de besar suavemente sus labios, haciendo que el menor se sonrojara tanto por el beso, como por lo que había dicho.

-Cállate...-

-Me gustas tanto que podría decir que.. no sé... te amo.- Confesó el mayor mientras miraba  como a quien se le había confesado se ponía del todo colorado y  se cubría el rostro, efecto contrario que ocurrió en Matsushima, quien palideció al escuchar a su hermana  gritando desde afuera y reclamando la razón del porque había puesto el seguro a la puerta, lo que ocasionó que mirara un momento de forma severa a Julius quien solo  se estaba vistiendo, al igual que le imitó  el otro, pero Marius fue más rápido y fue a toda prisa a ir a abrir la puerta de entrada y se disculpó con la mayor, inventándole la primera excusa que se le vino en mente, la cual fue confirmada por Sou, quien al vestirse  había ido al encuentro de su hermana.

-Espero que no estén diciendo mentiras.- Dijo ella.- De cualquier forma, ¿Por qué no te quedas a dormir aquí? - Preguntó al menor de los tres.- Ya es noche y puedes llamar a tu casa para avisar que te quedarás aquí por que se hizo tarde.- Le guiñó un ojo.

-C-claro... Muchas gracias.- Schmich hizo una reverencia en agradecimiento antes de ir a hacer lo que le habían sugerido.

Marius se quedó a dormir en la habitación de su compañero de trabajo, ya que el departamento era pequeño y de alguna manera, ellos aún no se querían separar, cosa que fue aceptada por la mayor de los Matsushima.

-Oye, Sou-chan ¿Estás despierto? - preguntó suavemente la voz del menor de la habitación.

-No Mari, sigo consciente.- Dijo somnoliento.- ¿Qué ocurre? -

-Desde ahora, estamos saliendo ¿verdad? - preguntó con algo de temor.

-...No Marius, no estamos saliendo.- Dijo más despierto y se dio media vuelta para verlo de frente y así tomar sus manos entre las suyas.- Pero quiero preguntarte algo ¿Saldrías conmigo, Mari? - Recibió un asentimiento rápido de la cabeza alemana, quien al instante zafó sus manos para abrazar al mayor.

-Cla-claro que sí... salgamos juntos, Sou-chan.- Dijo emocionado mientras sonreía.

-Ahora sí, estamos saliendo.- Susurró antes de besar sus mejillas con delicadeza.

No pasó mucho tiempo para que ambos quedaran dormidos, abrazados el uno al otro, después de todo era lo que una pareja hacía ¿no es así?







FIN

                                                                               























Es un mini fic y no, no, y no, no habrá continuación :3 
Por cierto, esto en parte lo soñé :DDD
Espero lo disfruten :3

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