20 ene 2016

Acuerdo entre corazón y mente.







Con que quejumbroso, egoísta, lo deprimo, me cree totalmente egocéntrico, según él no me preocupo por nadie más que por mí mismo… ¿Qué más necesito para darme cuenta que solamente le hago daño? Pero ser así tiene su razón de ser, nada es así solo porque sí… Pero después de todo, yo creo poder comprenderlo un poco…”

Pensaba un chico de dieciocho años, quien estaba cabizbajo, siendo sus pensamientos interrumpidos por otros más fuertes, los cuales le sugerían buscar a su mejor amigo, a quien le había hecho sentir diferente, quien le había hecho sufrir, que buscara a Shori…

“Déjalo ¿Para qué voy a sufrir? Lo voy a ver, no podré mirarlo directamente a los ojos porque querré abrazarlo y jamás soltarlo, ahora que sé que podría terminar con él, querré ser quien tome el lugar de quien lo ha dejado, querré aprovecharme de la situación para poder ser quien le da amor, voy a querer darle lo que no puedo, consuelo. ¿Cómo sé que es amor y no obsesión? ¿Qué pasa si solo me estoy fijando más de la cuenta solo porque me llamó la atención, porque sentí que por fin te estaba haciendo caso al regañarme, al decirme todas mis faltas? ¿Seguiré experimentando a ver si puedo ver más y más expresiones en su rostro? ¿No le estoy haciendo más daño? “

Se preguntaba mientras sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos, pero aún no salían de ellos para tocar su piel. Estaba sobre su cama, con sus rodillas contra su pecho, mientras abrazaba sus piernas con su espalda encorvada para abrazar más sus piernas, dejando su mejilla sobre sus rodillas, mientras mantenía sus ojos entreabiertos mirando hacia la nada.

“Pero después de todo es verdad todo lo que dijo. Si lo deprimo, seguro es porque yo estoy deprimido y no puedo evitar hacer algo así a alguien más porque no quiero estar solo. Si parece que no me preocupo por nadie es porque no quiero que hieran a alguien que amo por tratar de herirme a mí, así que hago lo posible por no demostrar a quien aprecio. Si soy egoísta y quejumbroso, es por el simple hecho de que debo verme fuerte para que no intenten nada en mi contra, porque yo no puedo luchar tanto todo el tiempo… En especial me quejaba con él porque yo quería que supiera cómo me sentía, quería que alguien se preocupara por mí, pero ni así consigo que alguien lo haga. ¿Qué por qué hice todo esto sin explicarle? Fácil, siempre debo estar a la defensiva o intentarán herirme, además que si muestro solo mi lado bueno, muchos me querrían, si enseño lo malo primero, solo me querrán quien en realidad quiera aceptarme del todo, y Shori quiso hacerlo, así que yo lo debo aceptar a él ¿No es así?”

Cerró sus ojos un momento e inevitablemente, comenzó a dejar salir sus lágrimas mientras recordaba lo sucedido en aquél día.

“Él se dijo a sí mismo cruel, pero él no sabe que yo ya he experimentado mucha crueldad para que eso me pareciera malo… en aquél momento no pude ser capaz de verlo directamente a los ojos, todo porque sentía miedo de provocar más daño en él, de que ya no me quisiera ver más… pero cuando lo miré, él comenzó a llorar, sentí que mi corazón se partía, lo hubiera querido abrazar, pero no pude, por ese estúpido temor a que me odiara de por vida, cosa que no me gustaría en lo absoluto, así que solo le di algo para que limpiara sus lágrimas.”

Mientras pensaba en ello exhalaba lentamente, mientras sus lágrimas iban cayendo sobre sus ropas.

“No me gustaría dejar de ser su amigo, incluso, eso me gusta aún más que el hecho de ser su pareja, ya que con esta terminará tarde o temprano por diferencias entre nosotros, las cuales incluso ahora tenemos… quisiera ser su amigo por el resto de mi vida, así aún si él deja de querer ser mi amigo, si yo dejo de serlo, él seguirá siendo el mío, aún si ya no lo puedo ver o acercarme, yo… Yo siempre lo amaré desde la distancia… Después de todo ¿Qué tiene tan grandioso el amor correspondido? Ese amor es tan fácil de sobrellevar, el amor no correspondido es difícil, imposible incluso, pero no importa ya que siempre me han encantado las cosas complicadas, imposibles. Debe ser por eso que me gusta tanto…”

Un suave suspiro se escapó de entre sus labios.

“Da igual a quien elija, mientas sea feliz, yo intentaré animar esa felicidad, después de todo, el amor es así…Así de…”

-Cruel.- Susurró Matsushima antes de cerrar con fuerza sus puños para poder esconder un poco su rostro contra sus piernas, y así comenzar a derramar sus sentimientos que se habían concentrado en sus ojos.- ¡Estúpido amor! – Dijo entre sollozos.

Después de unas horas terminó de derramar el mar que se había creado por sus ojos por culpa de sus sentimientos que no eran permitidos, se levantó de su cama y se dirigió a una de las paredes para golpearla con fuerza, entonces sonrió con una mezcla de melancolía, orgullo y añoro. Por fin se había decidido por algo, amarlo, pero no luchar de más, ya no querría llegar a algo más profundo, solo sería su amigo, no quería nada más… ya que tanto sus sentimientos como sus pensamientos llegaron a una decisión sobre el amor que le profesaban:




¡SUFICIENTE!





Ya no podría más, su corazón estaba hecho pedazos desde hace años, su mente se estaba volviendo más y más difusa conforme pasaba el tiempo a lado de alguien a quien amaba….Ya no podía… Sí quería seguir con él, ya no podría seguir haciendo crecer el amor, pero tampoco intentar detenerlo.

-Decidido, ya basta de todo eso…- Se impuso Sou mientras sonreía, más sin embargo, para su desgracia, terminó derramando lágrimas, lo que le hizo que de sus cuerdas vocales retoñase un fuerte grito de dolor y desesperación mientras sus lágrimas aún salían incesantes de sus ojos, pues después de todo, había algo en él que no lo quería dejar ir. –Me voy a esforzar… ¡ME VOY A ESFORZAR PARA DEJAR DE AMARTE, SHORI! – Gritó con su voz entrecortada por su lamento junto con el desgarramiento de su garganta ante el alarido tan fuerte antes.- Lo haré…- Susurró derrotado, dejándose caer de rodillas en el suelo, mientras con sus manos arañaba la pared, como si buscara un consuelo, algo o alguien que lo ayudara, algo que jamás encontró.





























FIN
Cuarta parte

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reclamos