8 jul 2019

Labios. Capítulo 05


Su vista era borrosa, sus propios ojos se negaban a fijar bien su vista en lo que tenía al frente, no obstante, veía lo suficientemente bien como para no estrellarse contra otra persona o poner incómodo a alguna persona mientras cruzaba las calles, lo que más incomodaba al menor era que sus lágrimas no paraban. A pesar que hacía algunas horas que había ocurrido ese incidente, su corazón no dejaba de recordarle a cada momento el terrible suceso, el estar consciente de que la persona que amaba con tanto ímpetu le estaba traicionando de esa manera, lo peor es que creía que quizá desde un comienzo era así.
Sin siquiera haberse percatado, la noche ya había caído y para empeorar las cosas ni siquiera sabía dónde estaba, si bien, se ubicaba dentro de una plaza poco transitada, desconocía a ciencia cierta su ubicación exacta. De repente, sin ser su intención y quizá en un momento en el cual parpadeó, chocó contra alguien. “Perdone” se escuchó de ambas partes del choque. 

-¿Yuri? – Pronunció la voz de la persona con la cual había chocado y el nombrado ladeó su cabeza al serle familiar aquella voz, antes de con su mano empuñada, frotar suavemente por encima de sus parpados sus ojos y así esclarecer un poco su vista al tiempo que retiraba unas pocas de sus lágrimas, para así visualizar lo mejor posible a quién tenía frente a sí mismo, visualizando su persona durante algunos instantes para reconocerlo del todo, terminando por volver a acumular en sus ojos un rio incesante de lágrimas al tiempo  que se lanzaba a los brazos de la persona con quien justo ese día había pasado parte de su mañana, además de ser tanto amigo y confidente, así como ahora mismo era su paño de lágrimas.

-¡Kei, Kei! – Gimoteaba incesantemente el menor mientras se aferraba a las ropas ajenas mientras de sus ojos salían incesantes lágrimas que acompañaban a sus sollozos, mientras era abrazado con fuerza por Inoo quien de un momento a otro lo encaminaba sutilmente para ambos salir de entre el pasar de las personas y de esa manera acabar ambos dentro de un bar, pagando el mayor de ellos mientras el menor aún lloraba a moco tendido, si bien sabía que él mismo que estaba exagerando un poco su llanto, no podía evitarlo al cruzarle a cada momento por su mente lo que había vivido anteriormente, el saber que había sido tan constantemente engañado por su pareja con uno de quienes creía su amigo, ser violado por ese amigo al que creía fiel a la amistad que tenían. Todo lo que había pasado hacía solamente unas horas lo tenía devastado, y si bien, quizá no era Inoo quien pudiera solucionar el dolor que ahora tenía dentro, al menos podría intentar sacar algo de él de dentro de su cuerpo, más al estar dentro de un bar se tranquilizó un poco, seguía derramando sus lágrimas, sí, pero de forma silenciosa al tiempo que seguía cabizbajo al otro hasta estar ambos sentados en una mesa para dos personas.

-¿Ya estás más tranquilo como para hablarme de lo que realmente te ha pasado ahí fuera?- Cuestionaba al menor quien solamente asintió varias veces con su cabeza antes de tomar aire prolongadamente.

-Creo que intentaré contar cómo sucedieron las cosas, pero por lo pronto debo escribir un mensaje rápido a Ryosuke, quiero dejar algo claro entre los dos, ¿me permites un momento por favor? –

-Claro, no te preocupes por mí, pediré algo para que podamos comer ambos, así no bebemos con el estómago vacío. –

Chinen solo asintió escuetamente antes de sacar su celular de entre sus ropas  para así comenzar a escribir un mensaje de texto para Yamada, esclareciendo en este que por su parte daba por terminada la relación amorosa que hasta entonces llevaba con él, puesto que sabía que tenía una aventura con Nakajima, que había sido del todo comprobada por él mismo por lo sucedido aquél día con los dos, además de haber visto como su amado novio no se preocupaba por que su cuerpo fuera penetrado por alguien más con tanta violencia, ni el hecho de que lo hayan obligado a hacer una felación tan brutal, en la que casi pudo morir al tener su boca llena del semen ajeno al igual que era propiciado a vomitar por tanto roce contra la perilla de su garganta. A pesar de haber sido golpeado, humillado y violado, no se defendió entonces, sí, lo admitía, pero fue más que nada por el terror que sentía en ese momento, un terror que aún ahora sentía vivaz dentro de su cuerpo. Justo después de enviar el mensaje a su actual expareja, rápidamente ofreció su móvil al mayor teniendo lágrimas en los ojos y con su pulso temblando suavemente.

-Tenlo tú, Kei, yo ahora no puedo tenerlo, de hacerlo, me reprocharía a mí mismo y volvería a rogarle que olvidara todo lo que ya le he escrito.-

-Pero Yuri, ¿qué fue lo que sucedió con Yamada? – cuestionaba al tiempo que tomaba el celular ajeno entre sus manos sin quitarle un segundo la vista de encima a su acompañante.

-Verás… - comenzaba a hablar estando ya más calmado.- Ryosuke… me lo encontré cuando ya había desistido de una cita perfecta, tuvimos sexo, después él se dio una ducha en mi vivienda...Salimos a comer algo, no sin antes, mientras él se limpiaba en mi baño, tuve la oportunidad de revisar sin su permiso su celular, ya que le clave de acceso es convenientemente mi fecha de cumpleaños,- un suave suspiro  salió de su boca.-Mientras revisaba su celular rápidamente, además de ver que la mayoría de los mensajes que tenía eran en dónde mantenía una conversación conmigo, alcancé a notar unos mensajes que tenía con Nakajima- Dijo esto último siseando cada sílaba al realmente despreciar a esas alturas aquél nombre.- Con él tenía conversaciones… indebidas a mi ver, “¿Te verás con Chinen hoy? Ya te extraño, vuelve conmigo pronto por favor, sabes que sin ti me siento morir”, “Termina con él pronto, no puedo soportar tanto, dejemos nuestro plan, no vale la pena si es que es él la causa de que no te pueda ver”, “Estoy acumulando muchísima saliva con tan solo pensar en la laaaaarga macana que cargas contigo. Veámonos en cuanto puedas.” Y ese tipo de cosas…-Inoo asintió suavemente solo para darle a entender que le estaba prestando atención, sin embargo  sus ojos estaban abiertos desmesuradamente ante sus sorpresa por lo que le estaba siendo comunicado por el menor, más que eso, le aterraba el tono tan neutro que usaba para decirle cómo le había destrozado el corazón la persona que más amaba hasta el momento, sin mencionar que el más bajo aún tenía sus ojos llorosos y de vez en vez dejaba escapar una lágrima.-Fuimos a comer solo nosotros dos, pero quería confirmar si de verdad me engañaba de esa manera tan baja, convenciendo a Ryosuke que invitase a Nakajima. – Inhaló hondo antes de seguir narrando lo sucedido.- Él se comió mi hamburguesa en cuanto terminó la suya, como si yo no pudiera tener hambre, la tenía, pero realmente sentía nauseas, sin contar que mi estómago no se sentía nada bien debido a lo que había descubierto y por lo tanto sabía que si comía tan pronto como Ryosuke, vomitaría al no poder digerirlo adecuadamente debido a mi incómodo estómago. Llegó Nakajima a nuestra pequeña reunión e hizo que el glotón de mi entonces novio, pagará una ensalada para mí, supongo que vio mi poca disposición y a sabiendas que él no me dejó ni siquiera probar mi propia hamburguesa. Después de que comimos, salimos del establecimiento para hablar sobre mis sospechas, pero no sé cómo, accedía a ir con ellos hasta la casa de Nakajima, a quien por cierto, mi infiel novio, le llamaba de cariño “Yuti” – dijo esto último con rabia concentrada en solo pronunciar aquella palabra.- En fin, fuimos a su casa y de un momento a otro…- dejó su cabeza gacha hasta que el mayor tocó suavemente su hombro.

-No tienes porqué entrar en detalles, no te preocupes, solo dime qué te tiene tan afectado.-

-Gracias – lo miró un par de segundos antes de seguir con su relato.- Ryosuke penetraba a Nakajima y él lo hizo conmigo de forma totalmente violenta, nunca dije que no, pero no fue porque me gustara, no, fue por el horror y pánico que me causaba todo aquello, ya me había golpeado, pero después de que Yuti, terminó dentro mío, volví a ser cogido por mi tan amado y fiel novio, lo cual, admito que se sentía muy bien, el muy desvergonzado de mi novio, dejó que su querido Yuti me forzara para que se la chupara mientras también él me penetraba a sus anchas,  iba tan… - hizo una pausa pues no sabía si usar esas palabras.- No debió atreverse a tal cosa mientras permitía que me hicieran eso, dejando que penetrara a sus anchas mi boca, terminé vomitando y por ello fui nuevamente golpeado por él…Escapé finalmente y caminé sin rumbo, por suerte, me encontré contigo. –

-Vamos a brindar por la suerte que has tenido al salir bien librado de esa “pequeña” cita y que nos hayamos encontrado ¿te gustaría? – Ante su cuestión solo recibió un ligero asentimiento por parte de su interlocutor, siendo esta la señal que esperaba el mayor para pedir la orden al camarero.

Al pasar un par de horas, ambos chicos estaban bebidos y el bar abarrotado de clientes, sin embargo a pesar de ya haber estado bebiendo alcohol, ninguno de los dos estaba del todo fuera de su propia consciencia, pues estaban del todo presentes en lo que ellos mismos hacían, estaban un poco más animados de lo normal, sí, pero no estaban al alcoholizados como para perderse en la alegría y de pronto caer en el llanto o siquiera el hecho de vomitar, no estaban a ese extremo, pero sabían que debían controlar bien su ingesta de alcohol, ya que si bien su cuerpo estaba algo acostumbrado a realmente beber mucho, no tenían una edad adecuada como para perderse en el alcohol, o siquiera en una situación que ameritara esto.

-Kei… ¿te importaría si me dejas pasar  por tu casa antes de tener que ir a la mía? No me siento demasiado bien, si sigo aquí puede que me quiera perder en lo bien que se siente el beber alcohol como para mitigar mi dolor o al menos olvidar lo que hoy me ha pasado…-

-Claro, mi casa es tu casa, Yuri, además, tiene que salir un poco de alcohol de tu cuerpo, así que quizá ir conmigo será tu mejor opción.-

-Gracias por tu amabilidad, intentaré no causar problemas.-

-Para mí jamás has sido ni serás un problema.- Mencionó a media voz antes de que ambos saliesen del establecimiento para encaminarse hacia la casa del mayor.

Al apenas salir, fue cuando el menor se dio cuenta por sí mismo que realmente sí había tomado demasiado, al menos para lo desacostumbrado que estaba con las bebidas embriagantes, iba tambaleando su cuerpo para intentar mantener un poco el equilibrio hasta terminar  un tanto recargado en el brazo ajeno.

-Creo que realmente ha sido mucho para mí, al menos para mantenerme del todo erguido – murmuraba a media voz antes de comenzar a reír al ver que no tenía opción ni siquiera de cerrar sus ojos para que el mundo parara, puesto que sentía cómo todo a su alrededor daba vueltas, por lo que decidió parar su andar para así tratar de acostumbrarse a el movimiento que sentía en su cuerpo a pesar de que realmente no se estaba moviendo, cosa que era un poco de mentira, ya que Inoo fue quien lo llevaba en trazos ahora para que no surgieran percances de camino a dónde descansarían después de la pequeña fiesta que tuvieron. – Kei, lamento si en algún momento vuelvo a devolver lo que hemos ingerido hace un momento, pero verdaderamente estoy mareado además de que siento como todo se mueve.- Murmuraba estando ya del todo abrazado al cuello del mayor, dándose cuenta de que este era quien cargaba entre sus brazos su peso, por lo que intentó alejarlo para no mancharlo a la hora de vomitar, pues realmente él mismo se sentía de lo peor  al ser ayudado así por el mayor y además casi mancharle su ropa con el vaciado de su propio estómago, dejando a su antiguo dueño por ser su contenedor y anfitrión, quedara en un estado deplorable al sentirse del todo incómodo además de avergonzado por lo que acababa de acontecer.

-No te aflijas, Yuri, sé que no fue intencional, además, no ha sido nada grave, tranquilo y déjeme llevarte hasta mi casa para que puedas descansar y limpiarte un poco. – Murmuraba suavemente al darse cuenta que su amigo se había quedado dormido mientras aún lo tenía en sus brazos, pudiendo así mirarlo con más detenimiento y fijarse más detenidamente en la imagen que tenía delante de sus ojos, la persona a quien tanto amaba estaba con una suave sonrisa mientras permanecía quieto y dentro del mundo de los sueños, más sin embargo notó algo que no lo dejaba del todo apacible, tan tierna y anhelada imagen que no se contuvo en acariciar la mejilla del menor con una de sus manos mientras se detenía un instante, pero al hacerlo notó detalles que había pasado por alto anteriormente.

Los labios del menor estaban  algo resecos al igual que agrietados debido a la fricción que había ejercido contra ellos intentando deshacerse del aroma a su propio vómito, acabando por herir levemente los cerezos que cubrían su boca hasta tal punto de hacerlos sangrar un poco, mientras que en su rostro se  notaba con una de sus mejillas un poco más hinchada que su gemela, mientras sus ojos estaban enrojecidos a causa del llanto, por lo que su nariz estaba en el mismo estado de rojez. Un suspiro salió de los labios del mayor, pues se sentía inútil al no haber podido proteger al menor, a quien tomó más firmemente contra su cuerpo para así acelerar su paso para llegar a su casa y pasar directo a su propia habitación para dejar descansar en su cama, ya que no quería que su cuerpo se cansara por estar en la misma posición, además de que sabía que necesitaba el descanso, más que nada porque ya había vomitado y quería vigilar que todo siquiera bien, por el bien de ambos.

-Ryo… - se escuchaba tal murmullo de los labios de quien reposaba sobre la cama aún dormido con una ligera sombra de las lágrimas que volvían a caer de sus ojos. Su acompañarte se puso de pie y se quedó inmóvil al costado de su cama para así poder observaba al menor mientras meditaba sobre si era prudente o no hacer algo en lo cual pensaba y al contemplar lo que podría suceder y al estar del todo decidido además de convencido, se recostó junto en la cama junto con su invitado para así limpiar las lágrimas de este modo las lágrimas que escapaban de los ojos ajenos, haciendo esto con suma delicadeza, usando para esto un pañuelo  que guardaba en uno de los bolsillos de la camisa que portaba, para así hacerlo de la mera más higiénica que fuera posible. Al terminar su tarea que quedó observándole mientras se acomodaba a su lado, para si suerte y la de Chinen, Inoo tenía la posibilidad de tener una cama de tan amplio tamaño como aquella, en dónde ambos cabían cómodamente los dos sin problema.

-Ahora, aquí y desde aquí hasta el final de lo nuestro, será que te cuide… Yuri.- Con suavidad se acercaba cuidadosamente al otro sin moverse demasiado para así no perturbar el sueño ajeno. Una vez lo suficientemente cerca del otro, simplemente para observarle mejor al igual que sentirse más seguro él mismo por tener la oportunidad esta vez de realmente poder estar cerca si el otro lo necesitaba. Sin siquiera tener consciencia de lo que hacía, llevó la cercanía a tal punto que sentía el aliento ajeno contra su propio rostro, lo que hizo que sus mejillas se tiñeran de carmesí
antes de armarse de valor y con rapidez al igual que torpeza, unir sus labios a los ajenos, que si bien fueron milésimas de segundo lo que duró aquella unión antes de separarse, el mayor lo sintió como una eternidad por ser para él algo mucho mejor que el paraíso, más ideal de lo que había soñado, idílico y delicioso de lo que habría podido cruzar por su mente, a pesar de la condición de los labios ajenos e incluso propios, ese contacto entre sus labios había sido de lo mejor que hubiese probado en mucho tiempo y por ello, cuidaría ahora más que nunca de aquella perfecta que era para él.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reclamos