24 jul 2019

Volando bajo.


La oscuridad reinaba por completo la habitación, puesto que ya era la hora que se disponía para dormir, más sin embargo, el dueño de esta, seguía del todo despierto mientras miraba la completa obscuridad que lo rodeaba. Ya había intentado simplemente cerrar sus ojos y respirar acompasadamente para, de ese modo relajarse y caer dormido, pero ciertamente le resultaba imposible debido a que sus pensamientos, estaban demasiado activos esa noche. Hasta que una idea que pensó haber superado hora antes, regresó a su mente.  ‘Por qué se me haría más sencillo dormir a mí que al resto de las personas. No dudo que haya otras personas en este mundo que también tengan problemas para dormir, pero ¿qué tendría yo de especial en esta vida como para creerme especial, tanto, como para que yo pueda dormir antes que ellos? Nada, yo no tengo nada especial.’ Cruzaba por sus pensamientos mientras intentaba mantener su mente en blanco, aunque ya sudaba bastante debido a darle vueltas constantes a todos sus pensamientos que sin su permiso, cruzaban entre por su cabeza.

Un sobresalto ligero se apoderó de sus hombros al escuchar el fuerte sonido entre tanto silencio que producía su reloj de tocador, pues ya era la hora que tenía programada para salir de la cama y así alistarse para salir a un mundo que le fascinaba al igual que le paralizaba por la incertidumbre. Al ya haberse recuperado del sobresalto que había pasado, se sentó solamente para apagar el despertador y así  dirigirse al cuarto de baño para poder lavar su rostro al igual que sus dientes, tan pronto terminó, regresó a su habitación para así  poder cambiar su ropa a una más adecuada para salir, aunque aún faltaba tiempo para  empezar su intento para salir, pues siempre que podía, trataba de evitar el hecho de salir, pero aquél día le era imposible reusarse a salir de casa, ya que sabía lo que pasaría con él apenas pusiera un pie cerca de la salida de su hogar.

Su respiración se había acelerado al cruzar el umbral de la puerta principal de su casa para así cerrar sus ojos y salir directamente, con un bolso al hombro, el cual contenía algunas cosas básicas que solía usar siempre que salía. Al poner un pie fuera de su morada, a pesar de sentirse ansioso, terminando por cerrar sus ojos por un momento antes de tomar con sus manos la asa de la bolsa que llevaba con él con fuerza para así salir corriendo repentinamente y así no se entretuviera él mismo para intentar sacar excusas y razones para realmente no salir de casa.

Mientras más se acercaba al edificio al que se suponía debía llegar. Al estar dentro de él simplemente caminó hasta el ascensor para así ir al piso que correspondía, después de todo le había tocado ir totalmente solo, por lo que sin tener intensión de hacerlo, comenzó a recordar algo que había escuchado alguna vez decir a su mejor amigo dentro del trabajo:

Sou-chan siempre fue, es y será mi más importante luz.” Era parte de lo que solía decir de él hace tan solo unos años, aunque a día de hoy sentía que quizá esas palabras eran las que él mismo diría acerca de él. Llegó hasta la mitad del recorrido que debía atravesar en el ascensor, su mente seguía procesando parte de esas palabras que le habían expresado, esas mismas que le traían calma. “Al igual que  un edificio se colapsa si no hay pilares, yo puedo seguir adelante gracias a que Sou-chan  está aquí.” Aunque a esas alturas, sentía como si realmente se sentía de ese modo, un edificio en medio del colapso. “Gracias por siempre apoyarme. Haré todo lo posible por ser como un pilar para ti.” Se sentía en esos momentos como un maldito mentiroso y farsante al realmente saber cómo terminaba tanto las palabras que fueron inspiradas a él aquél día, como el término de su recorrido que había hecho el elevador, ya que sus puertas eran abiertas y dejaba ver parte del pasillo que debía cruzar para llegar a su destino.  Ya sabes, tengo ese sentimiento de que vamos a caminar siempre juntos, uno a lado del otro por siempre.”

Sin dar más vueltas al asunto sobre lo que hacía cerca de tres años, pensaba esa persona sobre él, entró a la habitación a la cual se suponía debía llegar y al hacerlo un horror aún mayor que el que experimentó al tener que salir de su vivienda, tuvo que sentir, haciéndolo por solo mirar a las personas que esperaban su turno, sentadas sobre sillas en la sala de espera del consultorio para sus respectivas consultas.

Por otro lado, un chico alemán acababa de dormir una pequeña siesta sobre uno de los asientos del tren rápido que solía tomar para ir a su respectivo trabajo, en el trayecto no pudo evitar que una imagen  cruzara su mente y no era ni más ni menos que la idea de que un amigo suyo, el cual le había compartido hace tiempo que no se sentía de la mejor mera en esos días, que sentía como si no estuviera dando todo de sí mismo, que en ocasiones realmente se sentía mal como para trabajar dando todo de sí, que tenía miedo sin razón aparente, la angustia ya formaba parte de su vida. Un sinfín de cosas que realmente le preocupaban al ser su mejor amigo de quien se trataba.

Matsushima Sou era el nombre de aquél amigo tan querido, que hacía algún tiempo había pedido un tiempo fuera del trabajo, lo sabía bien ya que ambos trabajaban en el mismo ámbito y más que eso, codo con codo, se veían cada día, hasta que simplemente no pudo soportar más su situación y dimitió temporalmente de su trabajo, cosa que le entristeció profundamente, aunque tiempo después se alivió al darse cuenta que de ese modo podría intentar descansar un poco y con ello trataría de mejorar su situación. Le había comentado que iría con un psicólogo para así intentar descubrir si había algo que desencadenara los ataques de pánico, o si simplemente debía aprender a  convivir con eso sin tener que medicarse, sino con ayuda de ejercicios, meditación y lo que le dijera quien atendía su caso.

Llegó a su destinó y bajó del tren para poder seguir a pie la ruta hasta llegar a dónde aquél día le tocaba trabajar, sin embargo y a pesar de la multitud de gente que había derredor, los empleados e incluso personas que estaban dentro del círculo social más cercano a él, sentía que faltaba algo, alguien. Aún si había pasado tiempo en el cual llegó de cierta forma a normalizar la ausencia de un integrante, realmente aún no lo aceptaba del todo, era cierto que a veces se comunicaban, con frecuencia no personalmente, pero lo hacían, estaban al tanto del otro, pero sentía ese vacío en su entorno.

"Marius, quédate para siempre justo como eres ahora.” Esas fueron las palabras que alguna vez Matsushima usó para referirse a él. “Lo que tienes actualmente es realmente encantador, y creo que es genial.” Agregó también, era algo que actualmente le hacía sentir un poco de ánimo, pues con esas palabras que había dicho hace tiempo, con esas simples palabras, simplemente al recordarlas, le animó y le hizo  reaccionar con lo que estaba haciendo en aquellos momentos, volviendo así a un estado de ánimo más normal en sí mismo con una suave sonrisa en su rostro, continuando con su trabajo de forma más activa e intentando dar lo mejor de sí mismo, para mantener lo que tanto apreciaba él, de sí mismo.

Por fin había terminado su día laboral por ese día, si bien, realmente ahora solo debía ocuparse aún de sus estudios, aunque ese era un descanso para sí mismo, ya que  su labor diaria era en demasía extenuante, el estudiar para su propia carreara le daba un momento de normalidad a su vida de por si ya complicada, algo de humanidad, ya que por momentos esta le era arrebatada por sus jefes dentro de su trabajo, era más relajante el ser una persona normal, sin tener que llamar la atención de todos por tanto tiempo. Se alegraba de que en dónde estudiaba todos lo consideraban como lo que era, un estudiante más, una persona común y sencilla.

Sintió una vibración que provenía desde uno de los bolsillos de su chaqueta, se disculpó con los compañeros, antes de salir silenciosamente de clase para revisar el motivo de la vibración de su celular. Estando ya fuera de su aula, revisaba su móvil y la razón por la cual hubiese vibrado, cuando pudo ver la razón de esto, sus labios se curvaron ligeramente formando una suave sonrisa al notar, que la razón había sido un mensaje de texto de nadie más que la persona en quien había estado pensando tanto, Matsushima. “Buen día, Mari. ¿Ha sido un día duro durante el trabajo? Espero que haya ido bien, a estas horas debes estar en  clases, espero no haber sido inoportuno en cuando a mandar esté mensaje. He vuelto de mi cita con el doctor, todo ha ido bien, dice que es cuestión de tiempo para que mejore” Era lo que decía en el texto, sin embargo le hizo hacer una ligera mueca entre disgusto y enfado, ya que no se creía del todo que todo estuviese tan bien, de cualquier manera dejó sin responder el mensaje, si él podía decirle mentiras y omitirle cosas tan importantes, él se limitaría a no contestar y así seguir con su día normal.

Al regresar terminando sus estudios a casa, recordó lo que hacía mucho tiempo, Matsushima había dicho sobre él: “No importa cuántos años pasen si Marius está siempre a mi lado, estoy seguro de que siempre podré dar lo mejor de mí.” Era lo que decía, aunque ahora que había tenido tiempo para madurar un poco más, y debido a la ausencia de este amigo tan querido dentro de su vida, pensaba que quizá solamente había dicho eso para quedar bien, o que era una simple mentira del momento.

Llegada la noche, fue Marius quién sintió parte de su corazón reclamarle por los anteriores pensamientos que había tenido sobre su tan apreciado amigo quién estaba ausente en su vida, y así recobró algo de alegría luego de haberse sumido en la cólera momentánea, para después recapacitar bien sus pensamientos, haciendo que se le escapara una pequeña sonrisa antes de poder recostarse en su cama.

Por eso cuando quieras y  des lo mejor de ti, o cuando sientas que simplemente te vas a quedar quieto, yo te apoyo en todo lo que hagas, así que no te preocupes." Aún con la sonrisa en el rostro y sus ojos cerrados, se disponía a dormir para el día siguiente, no sin antes contestar al mensaje que antes solo había dado lectura. Ha sido un buen día en el trabajo, cansado, pero nada fuera de lo normal. Espero que realmente te haya ayudado ir con el doctor, todo irá bien, cuentas conmigo. Te estaré esperando hasta que volvamos a vernos, te espero.” Fue lo que mandó ante sintiendo finalmente algo de arrepentimiento, pero ya no había vuelta atrás, después de todo el texto ya había sido enviado, finalmente lo que le había mandado, no era ninguna mentira. Lo esperaría el tiempo que fuera necesario hasta poder abrazarlo nuevamente.

Sé que regresarás, a tu tiempo pero regresarás estoy seguro.” Fueron sus pensamientos, los últimos antes de caer rendido ante el sueño.

Fin.







                           

Ya sé, ya sé, corto y malo, además de que no yaoi hay xDDD ni modo, tengo otros por hacer, espero que lo hayan disfrutado... bueno a quienes hayan leído xDDD



Ya me voy.

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