27 mar 2012

Elixir.Capitulo Cinco.

De nuevo vengo a dejarles un capitulo mas de 
"Elixir."
Si, ya se que es cansino tener tantos 
Tantos y tantos  capitulos
Pero este es el penultimo
Por fin x.x
Bueno, espero que lo disfruten ^^



                                                                                                               

Capitulo Cinco. Barra. 








Déjalo ya...Tu y yo no tenemos ya nada de qué hablar...Déjalo, simplemente esto se acabo.- Corto la llamada, era un chico alto, con facciones finas, un cabello de un tono castaño claro y unos ojos de un profundo color chocolate, se encontraba sentado a la barra del bar bebiendo de un vaso un liquido casi transparente con un ligero tono amarillo, llevaba un buen rato en aquel sitio.

-¿Una pelea de enamorados Yuya?- se acerco un chico ligeramente bajo de estatura de cabello negro y con un uniforme de mesero. -¿Daiki te propuso usar juguetes mientras lo hacían?- rio fuertemente.

-¡Cállate!- le miro severamente unos segundos para volver su mirada al vaso.

-Que genio.- Suspiro para luego sentarse a lado de Takaki. - Dime, ¿Qué pasa?-

-No pasa nada, Yuri.- Miro al lado contrario de quien le hablaba y tomo otro trago a su bebida.

-¿Acaso no me tienes confianza?- El castaño le ignoro y siguió bebiendo- ya estoy harto.- Le arrebato aquel vaso y escupió dentro.- Ya que no tienes nada que te distraiga, cuéntame.-

-Gracias Yuri.- Sonrió.- En realidad necesitaba contárselo a alguien. Veras, el y yo nos hemos peleado y creo que lo nuestro se ha acabado definitivamente- suspiro.

- Y ¿Por que pelearon esta vez?-

-Pues ninguno de los dos quería seguir, simplemente se acabo el amor entre nosotros.-

-Pero si ya no lo amas ¿Por qué estas tan triste?-

-¿Triste? Claro que no.- Sonrió huecamente al menor.

-Deja de mentirme, te conozco.- Agarro el rostro del castaño y se acerco a este- ¿Qué es eso que tienes en los ojos?-

-¿Uh?- un ligero tono rosa pálido cubrió su rostro a causa de la cercanía de Chinen.

-Es tristeza, son lágrimas, ¿De verdad ya no amas a Daiki? ¿De verdad quieres que su relación termine?-

-Sí, pero creo que lo que me afecta es que lo nuestro era algo único, es triste que algo tan bonito ternara de la nada.-

-Anímate- golpeo su hombro mientras le devolvía la bebida a su amigo.

-¿Crees que tomare esto?- Miraba fijamente el vaso en el que anteriormente había escupido el pelinegro.

-¿Por qué no?- se acerco al oído del mayor- mi saliva sabe deliciosa.- Y se marcho para atender a unos clientes.

-Idiota.- Vio el vaso a contra luz viendo la diferencia de los líquidos. La saliva de Chinen flotaba por encima- Barman, sírvame otro- alejo el vaso de él con asco.

Paso otras horas en aquel lugar, bebiendo de la misma segunda bebida que había pedido antes, poco después de que comenzó a beber de ella le había asqueado el sabor, pero el resto de las bebidas eran muy caras para el dinero que le quedaba, apenas y le alcanzaría para estar de regreso a su departamento. El bar estaba casi desierto, de no ser por algunos empleados y un par de clientes.

-¿Sigues aquí?- Yuri se sentó nuevamente a lado de Yuya.

-Supongo que si.- Dio un pequeño trago a su bebida.

-¿Te quedaras a esperarme?-

-¿Por qué no?-

-Bien- sonrió.- Oye...Yuya...Si ya has terminado con Daiki, ¿Por qué no intentas conmigo?- le guiño el ojo con coquetería.

-No bromees conmigo.- Una sonrisa ladeada adorno su rostro.

-No bromeo- dijo seriamente.- Desde antes de que salieras con Daiki ya te había dicho que me gustabas.- Con su dedo índice recorrió la pierna del castaño  una y otra vez.

-Pensé que bromeabas también entonces.- Se comenzaba a poner nervioso.

-Pues ya ves que no...¿Entonces?- se acerco más a su rostro.- ¿Qué me dices?-

-No lo sé, necesito tiempo para pensarlo- Chinen se alejo de él.

-Bien, tienes hasta que termine mi turno, tengo que atender a esos dos.- Señalo a dos chicos; uno de ellos le gritaba a una señora, mientras el otro intentaba impedirlo jalando su brazo. Al ver que los dos le había hecho una seña para que se acercara con pesadez camino hacia ellos. Cuando se llego a ellos cambio su aire de fastidio por uno de completa amabilidad. -Dígame.- Se dirigía a quien le había llamado mientras de reojo veía como, penosamente, su compañero estaba algo más que ebrio y no podría ni mantenerse sentado.

-¿Me podrías traer la cuenta?-

-Claro- el otro chico estaba ya en el suelo y por mera cortesía pregunto:-¿El se encuentra bien?- y lo señalo.

-Sí, solo está un poco cansado.- Pero Chinen no le había creído, aunque como tenía prisa para  que ese par se fueran lo paso de largo.

-Bien- y se fue a que le hicieran la nota- ¿Podría hacerla rápido, jefe?- tenía una expresión aburrida en su rostro mientras su superior hacia cuentas.

-¿Tienes prisa?- le miro unos segundos en lo que contestaba.

-Tengo prisa en que ellos se vayan, son los últimos clientes.-

-Entonces ¿Por qué no cierras por mí?- le ofreció la nota.

-¿Por qué no?... ¿Me puedo quedar un rato después de que cierre?- sonrió.

-Claro, pero todo lo que falte te lo descontare de tu sueldo.- Una vez que el pelinegro tomo la nota se retiro.

Después de algunos minutos aquel bar estaba completamente cerrado.

-Entonces, Yuya ¿Ya lo has pensado?- tomo el montón de Takaki obligándole a mirarlo mientras acercaba su rostro al contrario. -¿Lo has pensado?-

-No tengo nada que pensar- se zafo del agarre y miro hacia otro lado.

-¿Eso es un sí?- susurro para después lamer el lóbulo del castaño.

-¡¿Qué haces?!-

-No seas tan necio- ronroneo el pelinegro- solo probemos una vez, si no te gusta lo dejamos.-

-Pero...- su rostro tomo un tono rojizo.- ¿Como se supone que lo probaremos?-

-Ya lo veras después- sonrió.- ¿Quieres tomar algo más?-

-No gracias, ya no traigo dinero- suspiro pesadamente.

-Yo invito.- Salto la barra para buscar una botella en especial.- Aquí esta- sonrió mientras servía el contenido en un vaso de cristal para ofrecérselo a Takaki.

-¿Está bien que me invites?- dudaba tomar el vaso que le ofrecían.

-Claro, es mi sueldo, yo sabré como lo uso.- Tomo la mano del mayor y puso en ella el vaso.-Quiero que me digas si te gusta- sonrió plácidamente.

-De acuerdo, pero luego no reclames el dinero.-Dio un trago a la bebida.-Sabe bien- dijo entusiasmado mientras de un solo trago tomaba el resto del liquido.- ¿Me das más?-

-Claro.- Le sirvió mas licor mientras recargaba su codo en la barra y sobre su mano su mentón, observando cómo se lo bebía.- ¿Quieres más?- pregunto seductoramente.

-Si, por favor.- Le dio el vaso para que le sirviese, pero el más bajo lo dejo a un lado, se quito los zapatos junto con sus calcetines subiendo encima de la barra. -¿Qué haces Yuri?-

-Ya lo veras- comenzó a quitarse lentamente el chaleco negro que traia encima, después el cinturón negro que se quitaba jugando eróticamente con él, se sentó sobre la barra y empezó a desabrochar los botones de la camisa blanca de manga larga que portaba, dejando al descubierto su blanco pecho. Cuando se la quito por completo la dejo de lado, sobre la barra.

-Yuri ¿Que pretendes?- Yuya observaba cada centímetro de la piel que su compañero había dejado descubierta ante sus ojos.

-Probar Yuya, probar.-Quito sus pantalones junto con la ropa interior y tomo la botella de la que anteriormente le servía a Takaki, y acostándose sobre la barra, dejando su abdomen justo frente al castaño, vertió el licor sobre sus hombros, a lo largo de su pecho, llenando su ombligo de aquel liquido tan frio, después vacio el resto del contenido sobre una de sus piernas. El alcohol se expandía sobre la barra, comenzando a mojar el cabello del pelinegro y goteaba un poco al suelo. -Dime, Yuya ¿Quieres probar?- pregunto insinuante, dejo la botella lejos de él, para después con el liquido que seguía en la barra empapar sus manos y así mojar su pierna que aun seguía seca. Takaki no contesto, pero, sin saber en qué momento había pasado, se subió a la barra, bajo su cuerpo quedando su cara delante del vientre de Chinen. Metió la lengua en su ombligo, saboreando el sabor al licor que se había quedado impregnado en el. -¿Esto es un sí, Yuya?- soltó un pequeño gemido cuando el mencionado comenzó a lamer sus piernas, retirando el liquido que escurría.- ¿Yuya?-

El castaño beso suavemente los labios del pelinegro. Con sus dedos tomo un poco del líquido derramado sobre la barra para después humedecer los labios del pelinegro y paso su lengua sobre ellos, luego la introdujo dentro de su boca. Antes de separarse completamente mordió delicadamente su labio inferior y susurro a su oído:

-Si.-

FIN.                                   Capitulo Bonus.

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