Hambre.

owo ya vine! 

traje un mini-ficsu

esta mal corregido pero como me duelen los ojos xD

disfrutenlo~ 

                                                                                                                                    

Hambre.

Su vida se había vuelto demasiado estresante últimamente. Entre el estudio, los exámenes, el mantenerse en contacto con sus amigos, atender a sus mascotas y los trabajos de medio tiempo que tenía algunas veces entre semana, lo tenía demasiado agotado. En aquellos momentos lo único que quería hacer era descansar.

De camino a casa pasó por un centro comercial, no es que quisiera comprar algo en especial, solamente quería distraerse un poco. Dejo salir un largo suspiro ya que no tenía suficiente energía para retenerlo dentro de su cuerpo. Era medio día, había podido salir temprano de estudiar, pensaba pasear un poco y después irse a casa a descansar.

-Disculpe joven- una chica que pasaba muy apenas de los dieciséis se le acerco.- Se le nota muy cansado, ¿Qué le parece si le ofrecemos nuestro paquete especial? - sonrío jovialmente mientras lo tomaba del brazo. Vestía con un atuendo de "maid" junto con unas orejas de gato en su cabeza, a juego con una cola que salía del vestido y un cascabel bastante vistoso en su cuello. Su cabello negro era muy largo y agarrado en dos coletas que recaían sobre su pecho.

-¿Servicio? - preguntó con su voz ligeramente apagada.

-Sí, es un servicio de masaje con aromaterapia, seguramente podremos quitarle todo ese cansancio.- Colocó sus manos sobre los hombros del chico para hacerle un poco de masaje. -¿Qué dice?  Estamos dando el servicio a la mitad de precio a los nuevos clientes.-

-No estoy seguro de que esas cosas funcionen- intentó zafar su brazo, pero le era imposible.

- Vamos joven, seguro no se arrepentirá- sonrío.

No supo realmente el momento en que había aceptado, pero sin más remedio fue llevado a los cuartos donde daban aquellos famosos masajes. Al entrar a ese cuarto vio que era bastante sencillo, había una especie de cama en el centro y a lado unos estantes con toallas, batas, aceites y varías velas de colores junto con incienso. Pudo observar un pequeño letrero que ponía "vestuario". Deduciendo lo más lógico y notando que quien le atendería aún no llegaba, tomo una de las toallas y fue a cambiarse, dejándose solo la ropa interior y la toalla encima, recostándose boca abajo en la cama, la cual contaba con un cojín con un agujero en medio, donde podía acomodar su cabeza cómodamente.

Escuchó como la puerta se abría y unos pasos se acercaban hasta quedarse a su lado, moviendo algunas cosas que no alcanzo a identificar por el sonido.

-¿Prefiere que le dé el masaje con aceite con esencia de menta o hierba buena?- al reconocer esa voz volteo su cabeza y miro a su compañero de clase.

-¿Yuri? ¿Qué haces aquí? - lo miro un tanto decepcionado por el hecho de que esperaba a una mujer.

-Oh, Ryosuke, menos mal que me toco alguien guapo, si vieras a la de gente que he atendido aquí - hizo una mueca denotando asco.

-No me digas que tú eres quien me dará el masaje.-

-Pues sí, necesito un trabajo de medio tiempo para pagar algunas cosas de mis estudios.-

-Espero que sepas como hacerlo.-

-¿Pero quién me crees Yamada Ryosuke? Obviamente sé cómo hacerlo, y ya que eres tú mi cliente, no creo que te moleste si me pongo más cómodo, hace mucho calor para tener esto encima. - El mayor se dio cuenta de que su compañero de clase portaba una camisa de manga larga a juego con un chaleco fino, parecía un camarero. 

-¿Y que gano yo con eso? - alzó una ceja mientras lo miraba.

-No te cobrare los aceites que te pondré. - Comenzó a quitarse  la ropa de espaldas al mayor para acabar solamente con la ropa interior y la camisa.- Mucho mejor.-

- ¿Además cobran eso? Vaya estafa. Espero que con ese cuerpo flacucho sepas dar un bien masaje- se volvió a reacomodar a lo que Chinen se subía a la cama frente a él para acomodarse y aplicar aceite en sus manos, poniéndolo sobre la  espalda descubierta de Yamada, pero al no alcanzar del todo, se dio la confianza para poner sus piernas a cada lado de la cabeza del otro.- ¿Cómodo? -

-Calla y disfruta - se puso de pie con cuidado sobre la cama para avanzar hasta si situarse al costado del mayor, sentándose sobre la parte baja de su espalda. Colocando un poco más de aceite en sus manos, comenzó a pasarlas por los muslos de Yamada.

- Es difícil disfrutar si te tengo montado encima de mí.-

-¿No te dije que guardaras silencio? Es difícil concentrarme si estas quejándote todo el rato.- Se dio la vuelta sobre la espalda del mayor.- Extiende tus brazos.- El otro obedeció mientras cerraba sus ojos resignándose, comenzando a sentir como sus músculos comenzaban a relajarse debido al ligero aroma a flores que se percibía junto con el masaje que recibía. Pero había algo que lo incomodaba y era el hecho de sentir el peso del menor sobre su cuerpo, no porque pesara mucho o mucho menos, había un problema mayor.- Date la vuelta- pidió Chinen mientras se volvía a levantar con sus manos llenas del aceite que acababa de utilizar para el masaje.

-No me está pareciendo un masaje reconfortante con tantos cambios de posiciones.-  Volvió a posicionarse correctamente mientras miraba a Yuri, quien estaba de pie justo encima suyo.

-Si dejaras de quejarte, sabrías lo relajante que es, así que silencio.-  Con cuidado coloco sus rodillas sobre el colchón para masajear su pecho con más fuerza al ser una zona algo difícil de trabajar. Yamada tenía sus ojos abiertos, mirando directamente a Chinen, quien tenía una expresión sería mientras seguía con su trabajo, pero sus manos no llegaban correctamente al abdomen del mayor, así que alzo sus caderas para no rozar contra la cara de Ryosuke al colocar sus piernas a los lados de su cabeza.

La mirada de Yamada fue obstruida por la ropa interior negra del menor. El más alto no pudo resistirse a sus impulsos y deseos, así que comenzó a acariciar lentamente la parte de atrás de los muslos del menor, quien se sobresalto ligeramente ante el tacto, llevando una de sus manos a las ajenas para intentar detenerlas. Pero fue en vano. Aunque no quisiera admitirlo, su compañero era más fuerte que él, por lo que no pudo hacer mucho en su contra.

Yuri comenzó a sonrojarse ligeramente sin que lo notara, pues estaba aún concentrado en retirar las manos del otro de sus muslos, pero avanzaban poco a poco hacia su trasero, en donde lo empujaron suavemente para que se colocara del todo encima de su cara. Chinen se levanto rápidamente y fingiendo que nada ocurría, avanzo hasta sentarse sobre el abdomen del mayor, siguiendo con el masaje en silencio, haciéndolo por las piernas. Pero sin poder pasarlo por alto, fijo momentáneamente su mirada en el bulto que había en la toalla que usaba el más alto. Estaba más que seguro que era una erección por parte de Yamada, pero decidió ignorarlo, aunque el mayor se lo ponía difícil.

Sin poder poner mucha resistencia más dejo que Ryosuke hiciera lo que quisiera, siempre y cuando no se pasara del límite. Por lo cual ahora se encontraba acariciando y apretando los glúteos del menor, mientras este le ignoraba tanto como le era posible. Con tanto toqueteo por parte del otro, Chinen tuvo que apoyarse en la toalla que portaba su cliente, acabando por retirarla del otro, dejando ver que la ropa interior del más alto era de una tela bastante traslucida, provocando que su rostro se enrojeciera un poco más.

Quizá eran las velas que le estaban haciendo perder la cabeza, pero sin saber exactamente la razón, Chinen se sentó muy lentamente sobre el miembro de Yamada, quedando frente a frente. Intentando distraer su mente del calor y dureza que podía sentir de la erección de su cliente. Le era realmente excitante sentir lo duro que se encontraba el miembro del mayor contra su ropa interior mientras sus manos recorrían su cuerpo.

Se daba cuenta de que Ryosuke lo miraba con completo deseo, y casi podría asegurar que hace tiempo que lo miraba de la misma manera porque le tenía cierto afecto, pero ninguno de los dos se lo decía al otro. Prefiriendo las acciones  que las palabras, comenzó a moverse suavemente de adelante hacía atrás, rozando lentamente su trasero contra la erección del mayor.

Aplico más del aceite sobre sus manos, inclinándose sobre el más alto para seguir masajeando sus hombros, pero fue tanto la inclinación que sus rostros se acercaron demasiado. Al darse cuenta, Chinen se sonrojo e intentó alejarse, pero el mayor lo abrazó para impedir que se alejara más. Yamada le sonrío y le susurró algo a Yuri lo que le hizo sonrojar, separándose inmediatamente del otro, quedando aún encima de él.

Lo jaló de nueva cuenta contra su cuerpo pegándolo a su cuerpo, colocando una de sus manos sobre la nuca del menor, obligándole a que sus rostros se acercaran tanto hasta que sus labios se rozaran suavemente. Yuri, dándose por vencido y dejando su resistencia de lado, dejo que sus labios tocaran los ajenos durante unos segundos antes de cerrar sus ojos.

-Ya suéltame y déjame terminar con mi trabajo- se bajo del cuerpo del mayor para pasar a sentarse entre sus piernas, pasando sus manos por la parte interna de los muslos de Ryosuke, quien le miraba con una sonrisa en su rostro. Aún mientras le daba el masaje, Yamada tomo las manos de Chinen para guiarlas más hacia el centro, pero el menor se resistía limitándose a llegar hasta su ingle.

-Esto no me parece un masaje completo, quizá deba ayudarte un poco.- Alejo suavemente las manos del más bajo para quitarse su ropa interior, pues además de que le parecía en aquellos momentos molesta, quería echarle una mano a su masajista.

- Eres un pervertido Ryosuke.- Murmuró intentando no ver, pero sin poder evitarlo, volteo a verle.

-Y tu un estafador con los precios tan altos para un mal servicio, así que dame un buen masaje - tomo nuevamente las manos de Yuri para colocarlas directamente a su miembro, guiándolas para que fueran de arriba hacia abajo. - ¿Por qué no usas tu boca también? Así los dos disfrutamos del masaje.-

-Esto no es uno de esos masajes con final feliz. - Murmuro entre molesto pero a la vez algo excitado por el momento.

-Pero puede serlo. Anda, por ser tu amigo. Un trabajo especial no te cuesta nada ¿o sí?-

-El tiempo es dinero, me pagan por cada cliente que atiendo. No voy a desperdiciar mi tiempo en hacerte feliz.-

-Por mi cumpleaños.-

-Tu cumpleaños es hasta Mayo.-

-Cumpleaños adelantado.-

- Deja ya de intentar convencerme, eso no va a pasar.-

-Vamos Yuri, ambos deseamos que pase algo más así que no te resistas.-

-¿Que te hace pensar que yo quiero que pase nada? -

-Pues aún tienes tus manos ahí. - Señalo su pene, el cual aún era masajeado por las manos del menor, el cual las retiro rápidamente completamente sonrojado.

-Lo que pasa es que me distrajiste - murmuro sin el valor de mirarlo a la cara.

-Déjate de esas excusas.- Se incorporo un poco para tomar a Chinen por la nuca y atraerlo a él para besarlo, uniendo sus labios por unos instantes antes de pasar su lengua sobre ellos. En cuestión de segundos las lenguas de ambos se encontraban la una contra la otra, moviéndose sin parar. Aprovechando la distracción del más bajo, Yamada tomó las orillas de la ropa interior del menor para bajarla de un tirón.

Yuri dejo de luchar ante lo inevitable y de un momento a otro se encontraba encima de Yamada, quien tenía frente a su cara los genitales del menor y viceversa. El más bajo  tomo el pene de Ryosuke entre sus manos para comenzar a meterlo y sacarlo de su boca, apretándolo algunas veces entre sus labios debido a que el mayor estaba haciendo lo mismo con el suyo, por lo cual le provocaba pequeños espasmos.

Sin embargo, cuando Yamada comenzó a rozar su ano con sus dedos húmedos con saliva, Chinen no pudo concentrarse muy bien en lo que hacía, pues los espasmos en su cuerpo se volvían peores y trataba de controlarlos. El menor siguió solo con sus manos mientras suaves gemidos escapaban de su boca. Intentó acallarlos, ya que las paredes eran delgadas y lo que menos quería era que su jefe lo descubriera. El mayor adentro dos de sus dedos dentro del ano de Yuri, quien soltó una mordida en la punta del pene de Yamada, pues realmente dolía.

Rápidamente Chinen se levantó al no soportar el dolor que le ocasionaba Ryosuke, coloco sus piernas a lado y lado del abdomen del mayor, levantando su pelvis, introduciendo  lentamente el pene de Yamada. Con dificultad, consiguió meterlo todo, aunque sus ojos se tornaron llorosos por el dolor. Se quedo inmóvil por un par de minutos, esperando acostumbrarse un poco mientras el mayor lo masturbaba, distrayéndolo así un poco.

El menor se apoyó en el pecho de Yamada para elevar lentamente sus caderas y volver a bajarlas muy lentamente, dejando salir un pequeño gemido de placer y dolor entremezclados. Poco a poco su cuerpo se  fue acostumbrando a la sensación de tener a Ryosuke dentro de su cuerpo. Los gemidos de dolor se trasformaron a el más puro placer. Sus caderas se movían con más facilidad gracias a que el más alto  le ayudaba con sus manos. Chinen llevo una de sus manos a su boca para intentar acallar sus gemidos, ya que cada vez se hacían más frecuentes y altos como para poder contenerlos mucho.

Yamada  deslizo sus manos hasta la espalda de Chinen, presionando sus manos para abrazarlo a su cuerpo para que dejara de mover sus caderas, y comenzar el mismo a penetrar el interior del menor al tiempo que lo besaba para así acallar los gemidos de ambos. Ryosuke se incorporo un poco para abrazarlo correctamente, el menor oculto su rostro en la curvatura entre su cuello y su hombro, mordiendo su piel para que sus gemidos no se hicieran más fuertes. Al poco rato cambiaron de posición  por lo difícil que era para Yamada entrar enteramente al cuerpo del menor.

Yuri se colocó en cuatro sobre la cama mientras el más alto se colocó tras el tomándolo por la cadera para entrar de nueva cuenta su cuerpo. El vaivén que llevaban era bastante rápido y Chinen apenas y podía contener menos de la mitad de sus gemidos mientras entre sus manos apretaba la toalla que anteriormente traía Yamada en su cintura. La cama se movía completamente ante el movimiento de los cuerpos de ambos. Sin poder soportar mucho más el ritmo que llevaban, Ryosuke acabo por correrse dentro del cuerpo de Yuri, quien tapo su boca con su mano para que ningún sonido escapara de su boca al sentir como el semen del mayor golpeaba su interior.

La saliva del menor escurría entre sus manos ante la placentera sensación que le inundaba al tener a Yamada desabrochando su camisa mientras con su otra mano estimulaba su miembro. Después de que Ryosuke había eyaculado en su interior se dedico a darle placer a Chinen en compensación del "masaje" que anteriormente había realizado. Al terminar de desabrochar su camisa, comenzó a lamer uno de sus pezones al tiempo que le masturbaba con firmeza. Chinen  cerraba sus ojos mientras se dejaba hacer, intentando mantenerse callado. Yamada comenzó a subir y bajar su mano sobre el pene de Yuri a un rito más rápido, apretando más en la punta, mientras su lengua endurecida no dejaba de moverse sobre la parte eréctil del pezón de Chinen. De un momento a otro terminó sobre  la mano ajena, dejando salir múltiples gemidos al tiempo que arqueaba su espalda.

Ya había oscurecido y Ryosuke apenas volvía a casa. Pues repitió más de una vez aquel servicio de masajes con Chinen. Ciertamente perdió mucho de su dinero en esos masajes, pero pensó que habían valido la pena.

-¡Ryosuke! - escucho como alguien le llamaba y miro hacía atrás, era nada más y nada menos que Yuri, quien ya se había cambiado de ropa al salir del trabajo.- Volvamos juntos a casa.- se agarro del brazo del mayor.- Aún me debes la mitad de las cosas que te hice, así que apresurémonos para llegar a tu casa y que me pagues el resto.-

-¿Qué no eran los servicios a mitad de precio?- lo miro desconcertado.

-Claro, solo el primer servicio, el resto tiene que ser el precio completo, mira que yo tuve que poner de mi dinero para pagarlo, así que tendrás que compensarlo.-

-Eres un estafador.-

- Y tu abusas de mis servicios.- Se miraron fijamente antes de echarse a reír para luego besarse  mientras paraban su andar.

-Embustero.-

-Pervertido.- volvieron a retomar el camino mientras se seguían "Insultando" con cariño sin borrar las sonrisas de sus caras.

FIN